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Lágrimas de amarga tierra - por Guillermo Forgerón
Sentada en una roca, Cecilia observa como el día comienza a amanecer. Una intensa brisa mezclada con una lluvia menuda, casi vaporosa, le revuelve el cabello. A lo lejos se divisan bancos de niebla blanca. El verde intenso de las copas de los árboles destaca sobre los tonos verdeazulados del mar formando un cuadro cromático salpicado de colores, amortecidos por el rojo alborecer de este día nublado. Ensimismada en esta belleza paisajística, llora lágrimas sucias, lágrimas teñidas de amarga tierra que oscuras resbalan por sus mejillas y se secan en su piel herida. Herida como su alma, fracturada y mutilada por una sociedad en la que no tiene sitio por nacer con una malformación en una de sus manos.
Desde que se instaurara el nuevo poder, la mujer pasó a ocupar un rol meramente reproductor, su única función es la de servir al aumento de la natalidad, mermada por el uso excesivo e indiscriminado de armas químicas, ocasionando la infertilidad de la mayoría de los habitantes. El nuevo gobierno, autoproclamado como salvadores de la humanidad, y ocupando el poder después de un cruento golpe de estado, obligó a todas las mujeres y hombres a ser sometidos a un riguroso examen de fertilidad. Todas aquellas que lo superaron con éxito fueron obligadas a formalizar matrimonios con hombres que habían sido examinados igualmente, enlaces cuyo fin principal es el incremento de la población. En este nuevo orden, los hombres son los únicos autorizados a trabajar, la mujer debe permanecer en casa dedicada únicamente al fin procreador. Su papel en la sociedad ocupa un segundo plano, su único valor reside en sus ovarios.
Todos los matrimonios contraídos con anterioridad fueron disueltos, pasando a tener validez únicamente los autorizados e impuestos por el nuevo gobierno. Esposos que llevaban compartiendo sus vidas durante años fueron separados, todo ello justificado en el acrecentamiento de los habitantes en aras a la salvación de la humanidad. Las mujeres y hombres estériles, los enfermos, los ancianos y los niños con deformaciones eran abandonados a su suerte en la Isla Árida siendo tachados como taras de la sociedad sin poder alguno para contribuir al nuevo fin social.
Los cabellos trenzados de Cecilia dibujan riachuelos y remolinos que danzan con el viento húmedo. Los pájaros que melodiosos improvisan sinfonías desconocidas con sus voces de seda consiguen rescatarle una sonrisa a pesar de tanto sufrimiento. En sus ojos puede observarse una sombra negra de desesperanza. Si su inocencia infantil le hizo algún día abrigar la esperanza de un cambio hacia una sociedad mejor, el nuevo poder se ocupó de destruirla, condenando a la población desfavorecida al desamparo, al hambre y a la desolación. Mientras, observa la infinita belleza de los espigados árboles y de los animales que indiferentes transitan por este mundo yermo. Sus labios, rojos de sangre perdida, murmuran pobreza y se esconden temerosos. La balancea el vaivén de la guerra, la acuna el miedo y le canta nanas la tristeza. Hambrienta, grita con desesperación y clava las uñas en la piedra dura. Sola, desea la muerte, descansar al fin y dejar atrás tanto dolor. Sin fuerzas, siente que la tierra la llama, cierra los ojos y sumerge su cuerpo en un mar de tranquilidad notando cómo la abrigan las olas con su manto turquesa. Retumban las bombas en la lejanía, ella las confunde con tambores que anuncian celebración, sueña con sus días felices al lado del mar y sonríe.
La niña se durmió para siempre, su rostro está tranquilo, no hay odio en su mirada afable. Descansa en la tierra en la que se crió. Duerme su espíritu eternamente. Ya no será un estorbo al nuevo fin social.
Hola Guillermo:
Enhorabuena por tu poético relato, cargado de color e imágenes sugerentes. Me ha conmovido tu canto en favor de los descartados y la inmolación de Cecilia como una mueca al poder utilitarista que está tan presente en nuestra sociedad, sobre todo desde el estado. Me encanta tu forma de escribir, me he leído de un tirón tu relato y, desde mi punto de vista, ese es el mejor resumen de la calidad de tu trabajo. Me ha impresionado lo de “sus labios, rojos de sangre perdida, murmuran pobreza y se esconden temerosos”, así como “la acuna el miedo y le canta nanas la tristeza”. Creo que son las partes más logradas de tu trabajo pues en esas figuraciones marcas con mucha calidad la fuerza de los conceptos. No soy especialista así que no puedo ver los posibles fallos que hay en tu relato, siento no poder ayudarte. En todo caso, te reitero mi enhorabuena porque he disfrutado mucho con tu escrito.
Un saludo,
Arnoldo Supiar
Hola Guillermo.
La historia de Cecilia me ha parecido preciosa y muy bien escrita.
Sin embargo, el párrafo intermedio sobre el nuevo poder me parece menos interesante y demasiado prosáico. Tal vez, con solo alargar un poco el primer párrafo hubiera sido suficiente.
Pese a eso, me ha encantado conocer a Cecilia.
Saludos
Muchas gracias Arnoldo y M.L. Plaza por vuestros amables comentarios y vuestras apreciaciones, en breve me pasaré por vuestros relatos.
Hola Guillermo:
Me ha encantado tu relato. Esas frases a medio camino entre la poesía y la narrativa me han ganado por completo.
La historia en si y la distopia me han gustado mucho. La disipa me ha parecido muy imaginativa y original.
El único pero que le encuentro es que a mí, personalmente me hubiera gustado un poco mas de profundización en la historia de la protagonista, pero como te digo esto ya son gustos personales que para nada deslucen tu maravilloso relato.
Si te apetece pasarte yo estoy en el 155.
¡Felicidades, nos leemos!
Hola Guillermo.
Te devuelvo cumplida visita para agradecer tus amables palabras en mi relato.
Me ha gustado tu facilidad de palabra y amplitud de vocabulario. Técnicamente no he visto nada que yo hubiese podido hacer mejor, ya que tienes un verbo rico y manejas con soltura los tiempos y cadencia del texto. Para mi gusto es un poco recargado, y utilizas mucho adjetivo, que si bien dan belleza al texto, restan eficacia a la escena. Dramatismo 1, historia 0. Parece más una foto de la realidad alternativa que planteas que una escena en sí. Hubiera encajado muy bien en el reto aquel de una escena en cinco segundos.
Te voy a decir lo que me dijeron a mi hace tiempo cuando usaba la prosa poética en demasía. Un escritor puede decir que lo es, cuando reemplaza en el peso narrativo el adjetivo por el verbo.
Espero haberte ayudado.
Sigue escribiendo que te seguiré leyendo.
Un saludo.
Hola, Guillermo.
Ante todo quiero agradecerte tu paso por mi relato y que dejaras tu comentario.
Has escrito una historia preciosa, llena de dramatismo e imágenes muy plásticas, con un lenguaje rico y cuidado. Has usado muchas figuras literarias, que le otorgan al escrito un aire poético y singular.
Sinceramente, no hes mi estilo, ya lo habrás comprobado en tu paso por mi relato, yo soy muy práctica y directa. No obstante, tengo que reconocer que es una manera de escribir que requiere mucha técnica y un conocimiento muy amplio del vocabulario y la sintaxis.
Si tuviese que hacer un resumen muy escueto, diría que ha triunfado la forma frente al fondo, sin dejar de crear en el lector los sentimientos que buscabas.
Un trabajo muy cuidadoso y trabajado.
Te felicito.
Nos leemos.
Hola Guillermo con gusto te devuelvo la visita.
He encontrado algunas palabras que no están bien escritas o que no encajan
“A lo lejos se divisan bancos de niebla blanca. El verde intenso de las copas de los árboles destaca sobre los tonos verdeazulados del mar formando un cuadro cromático”
No se puede formar un cuadro cromático con esos colores verde y azul, pues no son cromo. La palabra cromático proviene del cromo y el cromo es grisáceo, ni puede ser monocromático, ya que se hace exclusiva referencia al blanco o negro.
“alborecer” No es palabra
“paisajística” Es una disciplina urbanística que se ocupa de los paisajes
“Verdeazulados” Quedaría mejor Turquesa
Siento que te centraste mucho en que se leyera poético dándole un toque melancólico y que la parte del reto ya no es tan sustancial.
¡Saludos!
Hola Guillermo.
Tienes una gran riqueza de vocabulario, no dudas en crear nuevas palabras y expresiones que resultan hermosas.
En cuanto a la trama, me parece que te excediste en el contar la situación en que la niña vive, tornándose un poco pesado. En ello coincido con quienes ya te lo han señalado.
La historia en sí es hermosa y está bien escrita.
Sigue por ese camino.
Nos encontramos en junio