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Dieciséis años - por Kathleen
Le cubrieron el rostro con un paño de seda. Se sumió en la oscuridad y todos los recuerdos empezaron a agolparse.
Recordaba su niñez. Estudiando italiano con Michelangelo Florio en la biblioteca. Los juegos de palacio con sus hermanas pequeñas, Catherine y Mary. Recordaba perfectamente el nacimiento de la pequeña Mary y como fue creciendo hasta convertirse en una hermosa niña de nueve años y como Catherine estaba hecha una mujer de catorce.
Trató encontrar la madera con sus manos, pero no lo conseguía. Los nervios aumentaron y su cuerpo se hubiera tensado más, si hubiera sido posible.
-¿Qué debo hacer? ¿Dónde está? –suplicó entre llantos.
Sir Thomas Brydges, el teniente adjunto de la Torre le ayudó. La joven tenía la cabeza posada y seguía sollozando.
Recordaba como con diez años, le habían enviado a la casa de la reina viuda. Catherine Parr, quien estaba a punto de casarse por segundas nupcias. Su mente voló hasta su propia boda, ocho meses atrás. Junto a Guildford Dudley. ¿Cómo pudo dar su vida un cambio tan radical? ¿Y, por qué pagaba ella por toda aquella conspiración?
Cogió aliento, ni siquiera encontraba fuerzas para pronunciar palabra.
-Mi señor, en tus manos encomiendo mi espíritu.
Quería que acabaran con su vida. Quería reencontrarse con su esposo en el cielo. Lo deseaba tanto, y como había ocurrido a lo largo de sus dieciséis vida, nunca se le entregaba nada de lo que había pedido. Ni siquiera como reina de Inglaterra y de Irlanda se le eran concedidas sus peticiones.
El tiempo se detenía y parecía no avanzar. El hacha no llegaba a tocar su cuello, no llegaba nunca.
El verdugo blandió el hacha y cortó la cabeza de la reina. Acabando con su profundo dolor. Acabando el reinado más corto de la historia de Inglaterra, nueve días. Acabando con la vida de la joven, Jane Grey. Quien ya contaba con una sucesora, María Tudor. Porque Jane no había sido más que un peón en la partida, mientras que los que manejaban la política interior estaban en las sombras. Y las sombras la consumieron, descansando al fin.
¿Qué tal Kathleen?
Eres el tercer relato después del mío y aquí estoy para comentarte.
Primero te digo que a pesar del tamaño, me parece que lograste enmarcar muy bien el sentimiento de desdicha de Jane. Soy un lerdo en historia y si no pones el colofón, nunca me hubiera enterado. Me gustó mucho el ritmo un poco desorganizado, tal como imagino seria la mente de cualquier persona que se viera en esa circunstancia.
En un relato tan pequeño, busca no repetir palabras tan seguidas porque se hacen obvias y molestan, por mencionarte una, hacha, está muy cerca. Siempre es bueno buscar sinónimos o la manera de dar la idea sin repetir la palabra.
Los guiones largos te fallaron, no sé si por el formato o solo que no los utilizaste. Revisa en tu teclado si te funciona Ctrl Alt – (—) esto te pone el guion largo que es el correcto para los diálogos.
No tengo mucho más que agregar, me ha gustado mucho, creo que lograste con muy poco, contar mucho.
Felicidades.
No sigo los comentarios, si te apetece comentar algo, te dejo mi correo.
josetorma@outlook.com
Y ahí podemos platicar más a fondo si así lo deseas.
Hola Kathleen:
Tu relato es muy bueno y dejas al lector con ganas de más. Esto ya es un gran logro. A mí, personalmente, la historia de Inglaterra me fascina.
Al principio no entendía qué estaba pasando. Está bien que dejes con la intriga, y lo vayas aclarando en los siguientes párrafos, pero creo que podrías haber afinado más, con más descripciones, por ejemplo.
Es un gran relato. Felicidades.
Hola Kathleen
Ya te indicaron algunos errores y no voy a insistir en ello.
Tu relato, a pesar de la brevedad, ambientado dentro del género de época: cautiva. Hay pasajes de muy buena literatura. No sé si eres novata o tienes una larga relación con la escritura, cualquiera que sea el caso, es prometedor, ojalá sigas escribiendo.
Si deseas pasar por el mío es el 75.
Te felicito.Saludos.
Hola, Kathleen:
Muy buena la frase de inicio del relato. Ha logrado despertarme una gran curiosidad.
Yo también estoy muy pez en historia, así que agradezco la aclaración final sobre la protagonista.
Eso sí, creo que hay demasiados nombres propios, supongo que para ir acotando la identidad de la reina, pero en un espacio tan corto, y sin saber de historia, no los ubico.
Creo que reflejas muy bien las emociones, consigues traspasarlas a quien lee.
Saludos,
Alycia
Kathleen:
Buen texto para quienes conocen historia inglesa (no es mi caso). Considero que hay demasiados nombres propios y eso confunde.
Traté, trató de encontrar la madera con sus manso…¿Qué madera?… ¿del cadalso?
Otra duda; ¿Cabeza posada o pesada?
Bien organizada la trama
Cordiales saludos
Estoy en el 104 por si quieres leerlo y comentar