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1959 INUNDACIONES - por MT Andrade
Llovió el doble de lo previsto como máxima crecida milenaria y el agua desbordó los estoicos diques. Años después, como jefe de planta, escucharía los comentarios de los últimos trabajadores que abandonaron la represa: «miramos desde el helicóptero, pensando que la veíamos por última vez»
El líquido barroso se apoderó de varias manzanas y anegó la primera casa de mi cuadra, donde asomaba un muro. Pescador empedernido, se sentó sobre él, caña en mano y lanzó la plomada lejos. —Andrade, no va a pescar nada —le dijeron.
—Lo sé —respondió— pero podré contar que estuve pescando desde la esquina de mi casa.
Lenta y cruel la crecida llegó hasta la vivienda vecina agigantando el drama de una ciudad entera.
En las noticias veo niños desalojados saltar riendo y recuerdo a mi padre, joven, alegre, con el reel; como si fuera hoy y, apenado, siento que me corresponde a mí contarlo ahora.
Qué bueno. Una historia vívida y coloreada. No entiendo porqué no tuviste ningún lector. Un testimonio entrañable que un hijo hace de un suceso y de la actitud de su padre entonces. Me gustó.
Saludos.
Hola MT Andrade,
Una historia bien contada. Se ve como el poder de la naturaleza a veces arremete contra todo lo que se pone en medio.
Me ha gustado.
Saludos
Hola Andrade:
Tu relato me parece con muy buena base sobre la que trabajar. Si le dieras un par de vueltas te quedaría un micro estupendo, tal como está resulta un poco confuso, cambias de 1 persona a 3 y das muchos saltos temporales, demasiado para un texto tan corto. Me parece de buena calidad pero sin terminar de pulir.
Un saludo
Hola Andrade a pesar de los cambios de narrador que usas veo un buen relato. Me pareció un tanto personal, corrígeme si me equivoco.
¡Saludos!
Hola Andrade!!!
Muy buen relato, pude “ver” la inundación. Me encantó el salto en el tiempo y la experiencia repetida en las generaciones.
Hasta la próxima lectura.
La visión de las tragedias, y es que eso sucede en todos los tiempos y en cada momento, no hay momento de sosiego, cuando menos se piensa llega la catástrofe.
Lo peor de este tipo de tragedias, es que se sabe de antemano que ocurrirán.
Hola a todos, agradezco mucho los comentarios y consejos. Sí, es un relato personal, que he intentado mirar desde un punto de vista positivo. En rigor, al cabo del tiempo tengo una mirada negativa, que he tratado de ocultar, pero, en fin, veo que algo he dejado entrever.
Saludos.
Hola, Andrade. Gracias por tu comentario; aunque tarde, aquí estoy para devolvértelo.
Mientras leía me sentí como si estuviera ahí mismo, observando la escena. La describiste de manera muy vivida y real. Me gusta también la respuesta irónica del protagonista porque a través de ella se intuye que debe de ser todo un personaje. Se le ve carismático.
El contraste de las dos últimas líneas con el resto del texto, que tiene un tono algo más ligero, hace un buen final. Sin embargo, creo que haría falta un golpe de efecto para redondearlo. Tengo entendido que en los microrrelatos es importante acabar de manera sorprendente o evocando una sensación fuerte, y ahí es donde pienso que flojea el tuyo.
Ha sido un placer leerte. Saludos.