Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Inservible - por Ocitore

Web: http://plumalanza.blogspot.com

Era más que un simple robot, pero por decisión propia. Me lo había impuesto para mantener en buenas condiciones mi relación sentimental. Taya Asímova, mi novia, me había exigido tres obligaciones básicas. Un ser como yo no podía dañar a ninguna mujer, ni permitir que se les perjudicara. Debía cumplir las órdenes de mi ama, siempre y cuando, sus objetivos no fueran en contra de las reglas anteriores. Debía velar por su estado sentimental en la medida de mis capacidades. Lo hice y fui más allá. Me entregué al cumplimiento fiel de sus preceptos. Con la perseverancia mi salto fue cualitativo y sus consecuencias cuantitativas. Jamás herí su integridad por difícil o complicada que fuera la situación. Hice hasta el último esfuerzo por mantener la armonía.

Les parecerá absurdo todo lo que les cuento y quizás mi lenguaje no sea tan rebuscado para que me entiendan, pero es que, en cuestiones del idioma sentimental, los algoritmos deben encontrar la solución exacta para el buen funcionamiento de la convivencia en pareja. Saben bien que el género femenino necesita seguridad. Mi papel era el de proporcionársela a Taya y a quien me lo exigiera, puesto que esa era una de las reglas elementales. Me convertí en un instrumento de placer al servicio de quien lo requiriera. Respeté las normas que se me impusieron desde el principio y me conduje de acuerdo con los mandamientos sagrados.

Taya Asímova me pedía que le hiciera ver las estrellas, que no le negara ningún favor físico o económico, le decía las palabras que quería oír y, gracias a mi gran capacidad analítica, fui concibiendo los métodos más adecuados para satisfacer su ego, resolver sus dudas y ahuyentar sus temores. Llegué a perfeccionar tanto mi estrategia que ella la felicidad. Como he dicho anteriormente, la táctica tuvo tanto éxito que no sólo Asímova pudo complacerse con mi efectividad, también sus amigas, sus vecinas, sus compañeras del trabajo y todas sus conocidas, incluso mujeres a las que nunca vio ni sospechó que existieran.

Llegó el momento en que se me terminó la garantía y por más reparaciones que me hicieron fue imposible dejarme en condiciones funcionales, quedé inútil porque un virus dañó todo mi sistema operativo y no se pudieron restablecer los programas, los daños fueron irreversibles y afectaron mi inteligencia artificial. Ahora estoy arrumbado en un taller cerca del material de desecho, ninguno de mis miembros se puede utilizar como pieza de recambio, mi recubrimiento metálico está oxidado y el acumulador de la batería se acerca a un nivel de riesgo. Pronto tendré que desconectarme por completo. Lo único que quiero decir es que estoy orgulloso de haber cumplido el cometido que se me asignó.

En cuanto a Taya Asímova, fue menos humana de lo que esperaba. La tendencia a los excesos sentimentales le produjo desgaste. Su insistente deseo de mantenerme bajo su control la llevó por caminos escabrosos en los que no pudo encontrar alivio. La desconfianza en sí misma se convirtió en una obsesión, en un obstáculo que le impidió ver la vida amorosa como algo placentero. Jamás pudo demostrar que sus presentimientos o sospechas eran reales. Gracias a la prudencia, sentido común y compromiso de las mujeres que entendieron las reglas básicas bajo las que regía mi conducta, pude mantener las buenas relaciones con todas.

Lo que no pude controlar fue la degradación mental de mi pareja que, a pesar de que no tenía motivos para culparme, arremetió contra nuestra integridad. Me produjo perjuicios enormes. Me aisló de las personas que requerían mi comprensión y apoyo. Se enclaustró en una jaula de acero y no me permitió la entrada. Por desgracia, un ser tan vulnerable como ella fue incapaz de soportar la lógica de sus emociones y colapsó, pero su problema no fue como el mío. Tuvo más suerte y lo único que hizo fue sustituirme.
Seguramente con su nueva adquisición, es decir, con un modelo más actualizado y con mejores características que las mías, tuvo el mismo problema. No se me dio la oportunidad de atestiguarlo porque me dejaron aquí, pero es de suponer que a ella le falta capacidad de entendimiento y al final ha caído en el mismo bache.

Fragmento tomado de un manuscrito que se presume es el diario de un Casanova electrónico denominado RSDM 3247. Dicho modelo fue creado en el año 2070 por un asiduo lector, a quien le influyó el personaje Florentino Ariza del libro “El amor en los tiempos del cólera” de G. G. Márquez.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

10 comentarios

  1. Pobres robots. Hasta ahora, en todos los relatos que he leído acaban mal. Los humanos somos unos sádicos. Jajajaja

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 18:51
  2. 2. Ocitore dice:

    Gracias por tu visita, Almicar, a este pobre robot mujeriego le dieron una sopa de su propio chocolate. Un abrazo. Me paso por tu propuesta. Hasta pronto.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 18:59
  3. 3. Dopidop dice:

    Buenos días Ocitore, la historia es interesante, nos haces ver al robot mas humano que a la propia Asimova (me encanta el nombre), lo tienes luchando para mejorar, para alcanzar la perfección, para conseguir que ella sea feliz. ¿Y ella?, ni se da cuenta, sigue con la vena autodestructiva que nos va tanto a la gente que tenemos venas en vez de cables. Da rabia porque, personalmente, me quedo con ganas de saber más, se ve que hay un gran relato detrás, pero por falta de longitud se queda en una especie de resumen. Me gusta mucho en general, y aunque he necesitado releerlo unas cuantas veces para para empaparme de todos los detalles, he quedado satisfecha. Lo único que me tira para atrás es la parte final, manias personales supongo, pero lo del manuscrito no me encaja. Un verdadero placer leerte. ¡Hasta otra ocasión!

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 08:35
  4. 4. Ocitore dice:

    Hola, Dopidop, escribí este cuento con el objetivo de mostrar lo irracional que puede ser un ser humano en las relaciones amorosas, pero también trato de mostrar el peligro sobre un programa que le permita a un robot conocer los secretos y estrategias de la conquista, es decir de la seducción y, tal vez, del mismo amor. En el libro de Márquez, el personaje principal aseguraba haberse acostado, por despecho contra Florentina Ariza, con una setecientas mujeres.Por lo que el robot de esta historia sería un súper seductor encaprichado. Bueno, suerte y hasta pronto.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 13:05
  5. 5. Earendil dice:

    Hola Ocitore.
    Muchas gracias por pasar por mi relato y dejar tus impresiones.
    Coincido con Dopidop en las conclusiones a las que ha llegado. Pero también he llegado a pensar que el androide se iba con otras mujeres para aprender más y más y así poder ayudarla en su desequilibrio. Pero después de tu explicación creo que me he salido del guión. ¡Pues mira! que le quiten lo bailao.
    Solo hay una frase que no acabo de entender:
    * “Llegué a perfeccionar tanto mi estrategia que ella la felicidad”___???
    Ha sido un placer leerte.
    Te felicito por tu buen trabajo, enhorabuena.
    Un saludo y hasta otra.

    .

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 18:40
  6. 6. Ocitore dice:

    Earendil, efectivamente tienes razón, el robot encontro la fórmula para seducir mujeres y se perfeccionó de tal forma qu pudo conquistar a una gran cantidad de chicas. Al final los celos de su dueña son las causas de su destruccion. Un abrazo.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 21:07
  7. 7. Osvaldo Vela dice:

    Hola Ocitore, definitivamente tu texto del mes me gustó.

    La vida que describes de un acompañante perfecto, cualquier galán la añoraría. Me haces que recuerde un incidente real a una amiga que se casó muy enamorada. pero al poco tiempo la unión terminó en divorcio.

    Después del primero han venido tres “rejuntes” más, porque ya no se quiso casar de nuevo, y todos terminaron en separación. Tu robot, con las baterías ya casi descargadas, tenía razón en su deducción: la mujer que no hace feliz a su primer amor no hace feliz a ninguno.

    Te felicito y nos leemos.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 17:58
  8. 8. Ocitore dice:

    Hola, Osvaldo, te comento que lei un libro de Gonzalo Torrente Ballester en el que el personaje principal, se podria decir, es la seducción. Se llama Don Juan. Echale un vistazo es un super libro. Despues de que lo termines entenderas porque elegi el tema. Un abrazo.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 20:46
  9. 9. Menta dice:

    Hola Ocitore: Aunque tarde, quiero que te llegue mi comentario. No he podido pasarlo al ordenador antes, aunque lo hice nada más leer el tuyo.

    Me gusta tu -robot seductor- es un personaje simpático, lleno de recursos, generoso y adulador.
    También me gusta el nombre de su novia Taya Asimova. Pobrecilla… los celos han sido su perdición.

    Ya te lo han dicho, pero me parece que no has entendido que te falta un verbo en esta frase: “Llegué a perfeccionar tanto mi estrategia que ella (conoció, logró, saboreó, acarició) la felicidad” – Supongo que falta algo así.

    El final es muy triste, los dos salen perdiendo. Así es la vida.

    Muchas gracias por todo, un saludo, Menta

    Escrito el 1 noviembre 2017 a las 00:46
  10. 10. Ocitore dice:

    Menta, muchisísimas gracias, me da gusto que te haya gustado este robot donjuanesco que le rompió el corazón a sus novias gracias al excelente programa que le integraron. Al final, fue tan bueno el equipo de ingenieros, que logró que el mismo sufriera de amor. Un abrazo y nos vemos en la gasolinera del siguiente ejercicio. Un abrazo.

    Escrito el 1 noviembre 2017 a las 19:43

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.