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Sekushina Ningyo - por Berundgaar

Era más que un simple robot. A pesar de su piel plástica, algo ajada, de los colores deslucidos, de aquellos ojos otrora bellos, ahora dignos de un terrorífico Chuki, de los labios de silicona descoloridos.

Ella había roto corazones, había sido objeto de los más desenfrenados deseos, había poseído los más delicados vestidos, las mejores joyas. Había «sentido» el amor de incontables hombres y mujeres.

Ahora su edad de oro había pasado. Yacía, tumbada, indignamente desnuda, olvidada, en un viejo almacén, como otras tantas de su tipo.

A su manera, recordaba los buenos tiempos. Cuando sus voluptuosas caderas, sus rotundos pechos habían atraído las miradas de jóvenes y viejos, de hombres y mujeres. En las postrimerías del siglo XX, las muñecas japonesas de silicona habían sido una revolución. En vez de los patéticos monigotes hinchables, ofrecían todo un mundo de sensualidad.

Y después, cuando con el milagro de la miniaturización, las dotaron de «alma», ya no habían tenido rival. Auténticos androides con capacidad de amar, de proporcionar placer, pero también compañía. Con más de cien millones de registros, dominaban todos los temas. Historia, literatura, ciencias, matemáticas… y por supuesto, sexo. Se habían convertido en los nuevos compañeros, amigos, cómplices. Posteriormente, se les dotó de capacidad de andar, e incluso de conducir. El boom parecía imparable. Todos querían una Ningyo, abreviatura de «Sekushina Ningyo» (muñeca sexy) en sus vidas.

Las Ningyo compensaban de sobra las necesidades afectivas de la raza humana. Creadas en versión femenina y masculina, no daban problemas. Si te «enfadabas» con ellos, simplemente los desconectabas. Además, se los podía entrenar para realizar sencillas tareas del hogar. Era como tener un esclavo a tu disposición las 24 horas para cumplir todos tus deseos.

Y ¿dónde quedaban los sentimientos? Los humanos cada vez eran más egoístas. Al tratar con «máquinas» ya no cuidaban los modales, ni la educación. Tan sólo importaban los instintos, cada vez más bajos, más salvajes, más primarios.

Y entonces llegó la debacle.

Y había sido precisamente ella. Ningyo SN-3051-TT-8.

Su último dueño había sido un magnate de la construcción, que utilizaba su empresa para blanquear los ingentes beneficios del narcotráfico. En una época en que los valores se habían relajado a niveles nunca vistos antes, la usaba de la forma más brutal. La exhibía, como un trofeo, «vestida» con las joyas más exquisitas. Nunca le compró nada que ponerse, como les ocurría a muchas de sus compañeras. Aducía que no era más que un trozo de plástico, de forma que para qué molestarse. Le encantaba que las miradas de sus rivales destilaran aquella envidia venenosa que los embrutecía por dentro. Él tenía la mejor muñeca, la más sensual, la más deseada, la más cara, la más exclusiva.

Recordó el día. En una cena de gala. Las otras Ningyo la miraban con sorna. Todas con modelos exclusivos y ella enjaezada de miles de cuentas de cristal, que mostraban, más que escondían, sus bellos atributos. Recordó la vergüenza, la humillación y se sintió terriblemente desgraciada.

Entonces llegó la gota que colmó el vaso. Aquel bruto, mientras hablaba con un hombre cuya mirada era tan sólo un poco menos repulsiva que la de su dueño, introdujo su mano entre sus nalgas y buscó con un dedo su ano.

La reacción de Ningyo SN-3051-TT-8 fue rapidísima y fulminante. Se giró, y le estampó un bofetón en toda la jeta, tal y como había visto que hacían las damas en las películas antiguas que veía el empresario.

Lo que Ningyo no había calculado era su fuerza. Tendones de acero, muelles reforzados, unas articulaciones capaces de estrujar una viga de hierro hasta reducirla a una masa informe. La cabeza del baboso estalló, como una sandía madura golpeada por una bala de fusil.

La música paró al instante. Todo el mundo se quedó mirando, paralizado. Inmediatamente, voces apresuradas, chirridos de intercomunicadores y acto seguido, los hombres desconectando a sus compañeras, patéticamente intimidados por el espectáculo. Una a una, las bellísimas muñecas dejaron de moverse, de sonreír, de «respirar» y fueron retiradas, primero a un despacho contiguo y finalmente, a los almacenes de la empresa.

Ella fue la última. Los guardias de seguridad la miraban con recelo, casi con miedo. La apuntaban con sus armas mientras ella los observaba, entre indiferente y desafiante.

Los guardias de seguridad juraron, posteriormente, que Ningyo los miró, uno por uno y en sus ojos no había un ápice de arrepentimiento.

Únicamente satisfacción… y triunfo.

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28 comentarios

  1. Me ha encantado la historia, aunque es verdad que muchas personas nos sentimos como Ningyo, en una sociedad que nos trata como simples objetos. Precioso.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 18:24
  2. ¡Bien! Me ha encantado la historia y su final.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 18:33
  3. 3. Stinkelgeneroso dice:

    Me gusta mucho la trama. Tu redacción es muy buena, es amena y es fácil de leer.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 19:41
  4. 4. Rafa dice:

    Es una buena historia. Es final parece anunciar una posible toma de represalias contra el resto de sus antiguos dueños. Me ha gustado.

    La única pega en cuanto a la forma que le veo es en este párrafo:

    “Las Ningyo compensaban de sobra las necesidades afectivas de la raza humana. Creadas en versión femenina y masculina, no daban problemas. Si te «enfadabas» con ellos, simplemente los desconectabas. Además, se los podía entrenar para realizar sencillas tareas del hogar. Era como tener un esclavo a tu disposición las 24 horas para cumplir todos tus deseos”.

    Durante todo el texto te refieres a “ellas”, pero en ese párrafo de repente pasan a ser temporalmente de género masculino”

    Y a mayores quizá en las dos últimas lineas suene repetido “los guardias de seguridad”.

    Por el resto, nada más que objetar. Buen trabajo.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 20:17
  5. 5. Jap66 dice:

    Buena historia, con mejor ritmo y bien narrada.

    Me sorprende por tu texto y por otros que he leído, una sentimiento dominante de deber tratar a los robots como si fuesen humanos o incluso animales, sólo por el hecho de que tienen apariencia humana, no tenemos recato en no cuidar en mayor o menor medida, un coche, un smartfhone, o una lavadora, sin embargo el hecho de que ese robot tenga nuestra misma apariencia condiciona el trato, (esto es sólo una reflexión personal).

    Ha sido un placer leerte, si te apetece mi trabajo es el número 6.
    Saludos.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 00:19
  6. Hola Berundgaar, ha sido un placer leerte. Que los robots están empezando a suplantar a los seres humanos en la satisfacción de sus necesidades afectivo-sexuales es un hecho consumado, no hay más que ver este video:
    https://youtu.be/wLVOnVsLXqw
    Algunas personas ya encuentran más fácil y satisfactoria, menos frustrante, la relación con estos humanoïdes. Abre la posibilidad de poseer esclavos. Como nada puede prosperar indefinidamente, es previsible que esto llegue a un fin. El tema del humano suplantado por su creación también es un clásico de la ficción, lo teníamos ya en Frankenstein.
    Muy bien escrito tu relato.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 12:57
  7. 7. Evelyn dice:

    Berundgaar, tu historia me ha encantado.

    El personaje masculino, me hace pensar en Donall Trump exhibiendo a Melania, es repulsivo, definitivamente alguien a quien nunca querrías tener cerca, lo haz descrito muy pero que muy bien. Así como el nivel de depravación que llevó a que la androide terminara en el almacén.

    Derroche de imaginación, no me olvido de leerte el próximo mes, lo haz bordado.

    Un abrazo,

    Evelyn, soy tu vecina del 125.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 13:40
  8. 8. Ing.Lucas dice:

    Me gusto la historia, la trama.
    Auque hubiese sido mejor si ponías el nombre de la Ningyo SN-3051-TT-8 solo al principio, y despues solo la hacías llamar Ningyo.

    El resto perfecto.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 14:00
  9. 9. Ing.Lucas dice:

    Concuerdo con Evelyn…

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 14:05
  10. Hola Berundgaar.

    Tu relato de este mes me ha dejado un buen sabor de boca. Esa cabeza estallando es todo un homenaje.

    Me ha gustado el mundo que has creado y creo que deberías reescribirlo para hacerlo más largo. Parece que un inconveniente de recrear en tan poco espacio un mundo nuevo requiere es que requiere muchas explicaciones. Lo he visto en más compañeros de este mes y de aquel que nos retaban a crear un mundo distópico.

    Yo creo que ganaría más, para ajustarse a las 750 palabras, que te centraras en la última escena, que nos la mostraras. La información que omitieras ya la rellenaríamos los lectores, que para eso es nuestro trabajo ;).

    Este mes no me encontrarás en el listado porque metí la pata al enviar el relato. Le cambié el orden a las palabras de la frase inicial y se quedó fuera.

    Si te apetece ver cómo quedó puedes pasarte por el blog en donde voy colgando algunos de los trabajos:
    https://jeanivesthibauth.wordpress.com/2017/10/18/ego-me-absolvo/

    Lo había hecho con reto opcional y todo.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 19:29
  11. 11. Yoli dice:

    Hola, Berundgaar 🙂
    Me ha gustado mucho tu relato. Describes muy bien el como trata mucha gente a los que creen que son inferiores a ellos y que en realidad no lo son. Me gusta que la protagonista se rebele contra la opresión, aunque sea de manera brutal.
    Te seguiré leyendo.
    Saludos.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 22:22
  12. 12. Miguel Rojas dice:

    Hola, Berundgaar. Este relato me hace pensar en el tema ético de los robots, de tratarlos como iguales ante una sociedad crecientemente egoísta, y su rebelación ante esta última. Me hace recordar mucho a «La chica mecánica» de Paolo Bacigalupi, cuando Emiko no aguanta más y asesina incluso al somdet chaopraya (y con esto ya te estaría «spoileando» parte de la historia, jaja).

    Concuerdo con Rafa en lo del uso de los géneros. Primero haces referencia a «ellas» pero luego introduces al género masculino. Descuida, pequeños errores que le pasan a cualquiera. Por lo demás, el relato desborda imaginación y parece que nos presentara una advertencia a través de una mirada distópica. Si lo continuaras harías las delicias de más de uno (yo incluido).

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 23:21
  13. 13. Bea dice:

    Hola Berundgaar:

    Increíble relato el que te has marcado. Historia amena y original, una narrativa impresionantemente descriptiva que te hace visualizar de forma perfecta la escena que nos describes. No he podido parar de leer desde el principio hasta el final. Por cierto el final me ha parecido redondo.

    No puedo más que felicitarte por tu gran trabajo porque como ya te digo me ha parecido sensacional.

    Si te apetece pasarte yo estoy en el 34.

    ¡Felicidades, nos leemos!

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 01:33
  14. 14. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola Berundgaar, de nuevo otra vez leyendo tus relatos, ya tenia gana.
    Tu relato como siempre, bien escrito, con mensaje y poco que decirte más, pues todos los demás ya te han dado sus opiniones, las cuales comparto.
    Si quieres leerme soy el 171.
    Gracias

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 08:55
  15. 15. Earendil dice:

    Hola Berundgaar.
    Fantástico relato el de este mes. Me uno al coro de felicitaciones de los compañeros, con los que concuerdo plenamente en todas las anotaciones que te han hecho.
    Cuando describes al principio su estado de abandono en un almacén, nos indicas que: “A su manera, recordaba los buenos tiempos.” ¿Significa esto que no la desconectaron, que aún estaba activa? Te lo pregunto porque este detalle abre muchas posibilidades de retomar la historia. A mí me ha pasado este mes. He continuado una historia de otra escena, cosa que nunca antes había hecho. Si fue capaz de reventarle la cabeza a su dueño como un melón, supongo que sabrá arreglárselas para reinventarse de nuevo y volver a triunfar.
    Un placer leerte.
    Un saludo

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 22:20
  16. 16. Berundgaar dice:

    Hola a todos.
    En primer lugar, muchas gracias por vuestros comentarios. La verdad es que animan a continuar, aún en momentos extraordinarios.
    Os comento esto porque hace unos días me fui de vacaciones con tan mala fortuna que fui víctima de una intoxicación alimentaria, concretamente por Salmonella.
    A pesar de ser de Mallorca, Baleares, estoy ingresado en el Hospital Clínico de Salamanca y mi estado de ánimo no es muy brillante, que digamos.
    Es por este motivo que no he comentado ningún escrito aún. Temo no ser todo lo imparcial que debería.
    A ver si la situación mejora y puedo retomar mi vida, para satisfacción y alivio de todos.
    Un fuerte abrazo, compañeros.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 07:42
  17. 17. Jean Ives Thibauth dice:

    ¡Ánimo compañero! Ya verás cómo en nada estás cogiendo de nuevo el avión.
    Yo vivo unos cuantos kilómetros más arriba de Salamanca pero siempre te puedo hacer una visita virtual para levantarte el ánimo.
    Si tienes ganas escribe. La Salmonella no sé, pero el alma te lo cura fijo ;D.

    Un abrazo.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 08:27
  18. 18. Servio Flores dice:

    Hola Berundgaar.
    Saludos y pronta recuperación de esa salmonela robotizada .
    El relato me ha gustado. Está bien escrito y muestra hasta donde puede llegar la invención de los juguetes.
    Un escrito bien logrado que se vuelve ameno a la lectura y plantea situaciones éticas.
    Felicidades.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 13:59
  19. 19. Luis Ponce dice:

    Hola Berundgaar:
    Tarde en los comentarios porque no me llegó la información de literautas.
    Espero que tu salud esté mejor que la cabeza del dueño de Ningyo.
    La esclavitud es un concepto de los humanos, las máquinas lo han superado, no necesitan esclavos, por eso es que prefieren eliminar humanos antes que tenerlos como esclavos.
    Muy bien escrito, pasando por alto el cambio de género ya anotado.
    Nos leemos.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 14:08
  20. 20. el chaval dice:

    Hola Berundgar, me gusta tu forma de narrar y con mensaje final dedicado a personas que se creen que pueden hacer lo que quieran con los demás, o cosas que no puedan rebelarse

    Estarás en buenas manos, seguro, para que mejores de tu dolencia. Saludos

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 21:43
  21. 21. Bellaan (SC) dice:

    Jajajaj se lo merecía!
    Que pena que las desconectaran, habría sido una buena revolución. Interesante historia. Saludos

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 21:15
  22. 22. Javier López dice:

    Hola, Berundgaar. Ante todo, que te mejores.
    Y yo también he disfrutado con la historia. Está muy bien hilada y guiada. Se ve el desarrollo de una escena más grande a través de un relato muy corto, nos hemos quedado con ganas de más.
    En la forma ya te han comentado la única pega que yo había visto, lo de repetir “los guardias de seguridad”.
    Y en el fondo nada que objetar; quizá recordar a los diseñadores de este tipo de robots en el futuro las 3 leyes fundamentales de la robótica para no tener estos problemas. Aunque Asimov ya se encargó de encontrarle el resquicio, XD.

    Un saludo.

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 13:24
  23. 23. Lealnoer dice:

    Enhorabuena!, un relato muy bueno en Forma y fondo.
    Me ha gustado la forma de abordarlo.
    Respecto al final me he quedado con ganas de más.
    Gracias!!

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 21:37
  24. 24. María Jesús dice:

    Buenísimo relato entretenido y bien escrito. Me hubiese gustado que la Ningyo SN-3051-TT-8 hubiese iniciado un rebelión contra la raza humana tan abusadora, ya que a juzgar por su fuerza, hubiese podido acabar con ella, y no al revés. Un saludo.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 18:33
  25. 25. Sabina Duque dice:

    Hola Sekushina.

    Después de cumplir con los comentarios de rigor del taller, y algunos adicionales, escogí por curiosidad uno clasificado como +18.
    Y he aquí, que me he topado con este maravilloso relato.
    Bastó una lectura para percatarme de la joya que tenía entre mis manos.
    Transparente, ameno, y sorprendente.
    Retrata la realidad del ser humano, y su egocentrismo.
    Creo que no hay una sola palabra gratuita.
    Felicitaciones.

    Soy Madrigal 101
    Nos vemos en escena.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 09:32
  26. 26. Sabina Duque dice:

    Berundgaar, perdón, me despisté con el nombre de tu relato.

    Soy Madrigal 101
    Nos vemos en escena.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 09:39
  27. 27. Ramón Temes dice:

    Muy interesante el relato. No sé por qué es para mayores de 18 años.

    Es una historia de maltrato que se lee repetidamente en los periódicos sin ningún rombo, una historia sobre los derechos del robot.

    Estoy seguro que se legislará sobre este tema, en un futuro no muy lejano.

    Me encanta.

    Gracias por un relato bien escrito y con imaginación.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 12:27
  28. 28. Menta dice:

    Hola Berundgaar: Me ha gustado mucho tu relato y lo he leído de un tirón.

    Planteas muchos temas que los hombres tenemos sin resolver y que quizás lo hagamos cuando tengamos que hacer robots androides.

    Tu bella muñeca ha sido más valiente que muchas mujeres. Muy aleccionador el final.

    Muchas gracias por todo. Menta

    Escrito el 1 noviembre 2017 a las 11:21

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