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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Corazón de robot. - por MARÍA JESÚS

Era más que un simple robot de juguete, era la prueba material del romance que mantuvimos Manuel y yo tantos años atrás. Es lo que tienen las mudanzas, que encuentras cosas que ni te acordabas que las tenías y que, en muchos casos, te traen a la memoria recuerdos y vivencias que remueven tu interior, rescatando sensaciones cubiertas de polvo por el paso de los años.

A mí me trasladó a mi adolescencia, a aquellos veranos en el pueblo de mi padre, que pasaban envueltos en el aroma de los pinos y el sonido del agua en su discurrir nervioso por el regato. A esas tardes soleadas, escondidos entre los trigales, conteniendo la risa tonta que nos entraba por el miedo a ser descubiertos, mientras Manuel y yo nos besábamos, ajenos a las reglas del juego del escondite que seguían los demás.
Sacudí los recuerdos de mi memoria moviendo la cabeza en un gesto de negación. No quería verme asaltada por esos retazos del pasado, no quería pensar en Manuel.

Fue el último año que pasé veraneando en el pueblo, el día que nos despedíamos, cuando Manuel me regaló el robot. Me lo entregó de manera muy ceremoniosa, y yo comprendí de inmediato que se trataba de algo muy especial para él, y que no quería dárselo a cualquiera. Era un juguete muy rudimentario, y sabías que era un robot por sus formas cuadradas, sus botoncitos y antenitas hechas de alambre. En el centro había un diminuto corazoncito de latón rojo. Ese detalle me hizo sonreír.
― Este juguete lo fabriqué yo, con latas de sardinas y botes de melocotón en almíbar. ― Explicó ― Le tengo mucho cariño, ya que lo hice cuando era un niño y aún no tenía conciencia de lo que quería hacer con mi vida. El corazón se lo he puesto ahora, y te representa a ti, Ana. Quiero que lo tengas tú, para que cada vez que lo veas te acuerdes de mí, de lo que fui y ya no volveré a ser.

No entendí esas últimas palabras hasta algunos años después, cuando tuve que volver al pueblo a enterrar a mi padre. La vida había trazado mi destino de tal manera que no volvimos a vernos, pero fue pisar el pueblo y despertar en mí la necesidad de encontrarme con Manuel. Me extrañó no verle entre los muchos vecinos y familiares que acudieron al sepelio y no pude evitar preguntar por él.
― ¡¿El Manuel?! ― exclamó la vecina a la que interpelé ― Pues ahora está en Haití.
Pestañeé varias veces sorprendida.
― ¡¿En Haití?! Y ¿Qué hace allí? ― pregunté.
― ¡Pues que va a hacer, muchacha! Está de misionero, como siempre, ayudando a esa pobre gente.
Me quedé pasmada, y debió ser tal mi cara de sorpresa, que la mujer decidió ampliar la información.
― ¿No sabías que Manuel se hizo monje Dominico?
― No tenía ni idea…― respondí aún conmocionada.
En ese momento cobraron sentido las últimas palabras que me dijo cuándo me entregó el robot. Y también se desvelaron los misterios de esa personalidad pacífica y conciliadora que en su día me cautivó.
Ahora, muchos años después, mis manos temblorosas sostienen el viejo robot oxidado, y, embargada por la nostalgia, no puedo evitar emocionarme cuando mi cabeza se llena de los recuerdos de aquellas tardes entre los trigales, cuando nos amábamos con el ímpetu de la adolescencia, y quizá para él, el picante sabor de lo prohibido.
― ¿Qué es esto, abuela?
La pregunta de mi nieta disipó mis ensoñaciones y me trajo de vuelta al presente.
― ¿No ves? Es un robot.
― ¡¿Un robot con un corazón?! ― preguntó mi nieta extrañada.
― Es que es un robot enamorado.
La niña me miró poniendo una cara muy rara.
― Los robots no se enamoran, abu, no tienen sentimientos.
― Pues éste si los tiene, porque la persona que lo construyó se los puso en un microchip.
Mi nieta abrió mucho los ojos.
― ¿Me lo regalas?
Recordé las últimas palabras que me dijo Manuel, antes de entregarme el juguete y parte de ellas se las repetí a mi nieta:
― Está bien, pero con una condición, quiero que cada vez que lo veas te acuerdes de mí.
― Te lo prometo abu.
Quizá algún día le contase a mi nieta, la verdadera historia del corazón del robot.

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22 comentarios

  1. 2. PaulaC_99 dice:

    Hola María Jesús, me ha gustado mucho tu historia, es muy bonita. Me ha recordado a un video que ví hace un tiempo. También salía una mujer anciana con una vida diferente a la que llevó cuando era jóven, pero nunca había llegado a olvidarse de su pasado.
    Está muy bien, enhorabuena !

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 19:21
  2. 3. juanjohigadillo dice:

    Buenos días, María Jesús:
    Has escrito un relato muy entrañable, cuyo contenido no puedo criticar. Si que te diría que tendrías que haber puesto un “de” después de “cosas que ni te acordabas…” Puede que sea el temor a caer en el “dequeismo”, pero este no es el caso, pues la gente se acuerda DE algo o de alguien, y se tendría que haber puesto esa preposición.
    Por lo demás poco tengo que añadir, excepto agradecerte que te pasaras por mi relato.
    Saludos.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 08:09
  3. 4. J.Sfield dice:

    Hola, María Jesús.

    Me ha encantado tu forma de narrar, la fluidez con que lo haces, consigues que la lectura sea fácil e inteligible.

    Lo mejorable es la construcción de los diálogos (raya separada cuando debe ir junta; mayúscula en vez de minúscula o al revés…).

    Y, por último, la historia me ha gustado. Está cargada de nostalgia, de amor y de ternura. La verdad es que no se me ocurre cómo podría mejorarse.

    Espero te sirvan mis comentarios. Un saludo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 10:28
  4. 5. ANGEL CLIMENT dice:

    Hola Maria Jesus, gracias por tu relato, es ameno, interesante, que te atrapa. tu forma de relatar es de las que se han de tomar como referencia para ir aprendiendo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 11:04
  5. 6. Patricia Redondo dice:

    Precioso y entrañable relato Maria Jesus. Escrito con sencillez, sin ornamentos ni expresiones recargadas ni puñetera falta que le hace. Se agradece, la verdad, este tipo de escritos. Transmite calidez y ternura.

    Por poner un pero 🙂 , la abuela puede contarle a la nieta la historia del corazón del robot , en cuanto quiera , no hay por que esperar 🙂

    Nos leemos!

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 13:14
  6. Hola María Jesús, gracias por tu entrañable relato. Su lectura es agradable y fluida. Discurre por derroteros del terruño y descripciones de sentimientos muy humanos, atravesando generaciones y dejando que el tiempo le de a los hechos su verdadera dimensión. Bonita y ligera la trama, sensible el vocabulario con el que das voz a los recuerdos y las paradojas de la vida.
    Un abrazo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 14:49
  7. 8. Don Kendall dice:

    Hola Mª Jesús
    Me atrajo el título por un conocimiento anterior de otra obra. (1).
    El trabajo que presentas me encanta. A nivel de formal, algún comentario que me precede ya apunta cosas (separación de guiones, etc).No me repito.
    En cuanto a la trama me parece un logro la elección de la primera persona para la narradora. Como lector empedernido me gusta mucho la tranquilidad con que la narradora va suministrando datos y haciendo cómplice a quien lee de esas emociones que se evocan en la protagonista.
    Es una experiencia placentera la lectura, y al lector le queda la esperanza de ir ganado confianza y escuchar en otro momento, detalles de aquella “maravillosa” relación con Manuel ¡Ah, el primer amor!.
    Muchas gracias por tu gentileza al ofrecer este trabajo.

    (1)http://www.yorokobu.es/corazon-robot/

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 17:14
  8. 9. Laura dice:

    Gracias por tu comentario en mi relato.

    En cuanto al tuyo, es maravilloso. Me ha parecido muy tierno y está fantásticamente contado. Me he imaginado cada detalle de la historia y tiene el ritmo perfecto.
    Solo decirte que ojalá recordar así un primer amor.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 14:53
  9. 10. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Mª Jesús

    Tu relato me ha encantado, de verdad… Es muy tierno, todo corazón. Lo he leído del tirón porque está muy bien escrito y desarrollado. Los diálogos muy naturales. Además, sospecho, que has provocado que todos aquí nos acordemos de nuestra primera vez. Yo espero que el mío no haya acabado de cura, solo de pensarlo me da un escalofrío.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 16:26
  10. 11. Luis Ponce dice:

    Hola María Jesús:
    Gracias por tus comentarios generosos en mi relato.
    El tuyo me parece escrito con el corazón, pero un corazón de escritora porque está muy bien logrado. Lenguaje sencillo, ritmo acertado, mucha emoción pero bien dosificada.
    Los nexos con la juventud son irrompibles y cualquier pequeño detalle puede desembocar en una avalancha de recuerdos vivos.
    Gracias por tu aporte a todos nuestros recuerdos.
    Nos leemos.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 19:33
  11. 12. Félix Acereda dice:

    Preciosa historia, enternecedora; pudiese parecer un tanto forzado la introducción del robot en el intrincado, de la misma manera que el recurso del misionero es genial. Pero es digna de leerse y difícil olvidarse, y eso es porque es un relato sólido. Felicidades.

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 12:39
  12. 13. Mª Jesús Hernando dice:

    Me he emocionado. Precioso tocaya. Me encanta como enlazas el corazón del robot con los de los protagonistas y, de paso,con los de los demás). Muy bien, muy bien, muy requetebién, que decimos en mi tierra. Ah! y muchas gracias por pasarte por el mío. Un abrazo.

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 13:42
  13. 14. lectora70 dice:

    Hola María Jesús!

    Coincido con mis compañeros en que es una bonita historia de amor, con un final diferente al que esperaba.

    Enhorabuena!

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 14:03
  14. 15. Anael dice:

    ¡Hola María Jesus!

    Muchas gracias por comentar mi relato y tus amables palabras. El tuyo es un texto cargado de sensibilidad, que se lee del tirón y calienta el corazón. Me ha gustado la ternura de la historia, y el carinño con el que este robot tan especial pasa de una manos a otras.

    A continuación te señalo los detalles que me han gustado y te hago alguna sugerencia, que son como las lentejas, si las quieres las tomas y si no las dejas 😉 :

    1. Cuidado con poner comas entre sujeto y predicado, es incorrecto, y si pasa en la última frase, puede deslucir un estupendo trabajo…
    “Quizá algún día le contase a mi nieta, la verdadera historia del corazón del robot.” -> Quizá algún día le contase a mi nieta la verdadera historia del corazón del robot.

    2. Me ha encantado esta frase, en la que he podido situarme con los pinos y el arroyo como si estuviera allí: “A mí me trasladó a mi adolescencia, a aquellos veranos en el pueblo de mi padre, que pasaban envueltos en el aroma de los pinos y el sonido del agua en su discurrir nervioso por el regato”.

    Espero que las anotaciones te sean útiles 😉

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 19:46
  15. 16. Ane dice:

    Hola María Jesús, una historia muy bonita contada con delicadeza y una narrativa que no decae. Por lo demás, en cuanto al apartado técnico los compañeros ya han hecho hincapié así que no redundare más en ello.

    Saludos.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 21:14
  16. 17. Ing.Lucas dice:

    Hola María
    Tenes razón son muy similares, pero voy contas una historia de amor hacia alguien y yo a la infancia.
    Y lo tengo que decir, el tuyo me gusto más.
    Y tiene un un final muy tierno.
    Describis de tal manera que llegar a imaginarlo.

    El próximo mes te leo primero, saludos.

    Escrito el 26 octubre 2017 a las 12:30
  17. 18. Ing.Lucas dice:

    Perdón por la falta de ortografía estoy apurado jaja

    Escrito el 26 octubre 2017 a las 12:33
  18. 19. Luna Paniagua dice:

    ¡Qué bonito! Es muy tierno y entrañable, y está muy bien escrito. Me ha sorprendido que la narradora fuera una abuela, me ha gustado, le da un toque original y más nostálgico aún al relato.
    Un placer leerte,
    Luna

    Escrito el 26 octubre 2017 a las 16:54
  19. 20. Robert M. Roderick dice:

    Hola, María Jesús:

    La narrativa y el ritmo de tu relato me parecen absolutamente impecables. La historia es bonita y la expones de una forma que se hace interesante incluso para alguien como yo, no muy dado al romance literario.

    En lo que respecta a lo mejorable, tal y como ya te han comentado más arriba, he visto los espacios al principio de las líneas de diálogo, una coma sobrante y, además, he apreciado un “sí” sin tilde (― Pues éste si los tiene,…). Todo esto se salva con facilidad. 😉

    Es, si no el mejor, uno de los tres mejores relatos que he leído para esta escena. Mi más sincera enhorabuena. 🙂

    Estaré deseando leerte en las siguientes escenas que se planteen.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 28 octubre 2017 a las 12:06
  20. 21. María Jesús dice:

    Muchísimas gracias a todos por molestaros en leerme, por vuestras palabras y los apuntes para mejorar. Seguimos en la brecha avanzando hacia lo impecable con tan inestimable ayuda. Saludos afectuosos.
    (Por Dios que rimbombante me he puesto).

    Escrito el 29 octubre 2017 a las 13:15
  21. 22. Menta dice:

    Hola María Jesús: Muchas gracias por tu visita y los comentarios que has hecho a mi relato.

    Tu historia me ha gustado mucho y la he disfrutado. Muchas gracias por todo. Menta

    Escrito el 2 noviembre 2017 a las 00:34

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