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Despertar - por Laura

Era más que un simple robot. Tenía un corazón, solo que no sabía usarlo. Miraba a la gente pasear por la calle desde su guarida en lo alto de la montaña. Se agarraban de la mano, se besaban, conversaban, reían o lloraban. Pero nadie se acercaba a él.
Cada día, se levantaba y sacaba el pequeño y rojo corazón de la cajita de madera que guardaba en el último estante del armario del desván y lo observaba durante horas y horas.
Lo que más deseaba en el mundo era ser como aquella gente y para ello tenía que comprender para qué servía ese pequeño objeto tan extraño. Lo único que conocía a ciencia cierta era que todos esos paseantes tenían uno y eran felices por ello. Él no era feliz.

Una tarde de invierno, con el frío cortando el aliento fuera de su cabaña, el robot miraba la nieve caer a través de los amplios ventanales, guarecido por el calor del hogar.
De repente, sonó la puerta. Al principio pensó que lo había imaginado, pero entonces alguien volvió a llamar. Se levantó de la silla en la que estaba sentado y caminó desconfiado hacia la entrada. Abrió y cuál fue su sorpresa cuando descubrió a una joven de dorados cabellos, arrodillada en el suelo y temblando de frío. Justo cuando iba a preguntarle quién era, la muchacha se desplomó en el suelo, inconsciente. El robot, raudo, la cogió en brazos y la puso en su cama, arropándola con una vieja manta raída que encontró. Encendió un fuego en la chimenea que nunca utilizaba (pues nunca tenía frío) y esperó junto a ella hasta que, cuando el sol ya no lucía en el cielo, despertó.
– ¿Dónde estoy? –preguntó la joven, desconcertada–.
– Estás en la cabaña de la montaña, en mi casa –respondió el robot, sorprendiéndose del tono que tenía su voz, la cual hacía mucho tiempo que no usaba–.
– Tú me has salvado. Me estaba muriendo de frío en las calles. Gracias –la muchacha le dio un beso en la mejilla, pero él no pudo sentir nada–.
Sin poder mirarla a los ojos, el robot fue a la ventana y se quedó parado observando de nuevo a la gente que paseaba, a pesar de la gélida noche.
– ¿Qué te ocurre?
– No tengo corazón. Deberías alejarte de mí cuanto antes –dijo el robot, con voz cansada–.
– Sí lo tienes. Me lo has demostrado –le espetó ella, levantándose de la cama y yendo hacia él–. Si no, no me habrías ayudado.
Él se volvió y negó con la cabeza, sorprendiéndose de lo cerca que la joven estaba de su cuerpo. Sintió entonces una mano helada en su rostro y abrió mucho los ojos, disfrutando del sentimiento de calidez que contrariamente despertaba en su interior. Cogió entonces la mano de la chica y juntos subieron al desván. Abrió el armario y sacó la cajita donde guardaba el corazón.
Separó los engranajes que componían el cierre y miró dentro. El objeto bombeante ya no estaba allí. Ella, tampoco.

Y entonces despertó. Un sudor muy frío bañaba su rostro. Miró a su alrededor y descubrió las paredes de su habitación, llenas de posters de sus grupos favoritos y dibujos de los personajes que se entretenía en retratar cuando le apetecía evadirse. Se levantó de un salto y se dirigió hacia el espejo. Acarició su piel, blanca y pura. Con suavidad, posó su mano sobre el lado izquierdo de su pecho y disfrutó del “tic tac” que marcaba su pulso.
Corrió entonces a su mesita de noche y buscó un contacto en su teléfono. Marcó. Silencio. Pitido. Silencio. Pitido.
– ¿Dígame?
– Te quiero, Elena.

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11 comentarios

  1. 1. ANGEL CLIMENT dice:

    Buen relato, lleno de cariño y ternura, me ha encanto leerlo. Al igual que el mio, ta,mbien tiene su sorpresa incluida.
    Nos leemos

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 10:38
  2. 2. María Jesús dice:

    Hola: Al principio tu relato, aunque bien escrito, me estaba resultando algo confuso. Um robot sin corazón que parece que no tiene sentimientos, pero que dejas patente que si los tiene. Y luego resulta que es un sueño. El final da sentido al texto. A veces un sueño nos hace darnos cuenta de lo que realmente importa. Buen relato. Saludos.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 10:36
  3. 3. cesar henen dice:

    Hola Laura, con gusto te devuelvo la visita a mi relato. He de empezar con los corregibles aunque no son gramaticales si son de importancia.

    No es necesario que pongas paréntesis en los textos, me parece que se entiende que es un robot y no necesita del fuego de una chimenea.

    Los diálogos se empieza con la raya y no con el guión (—) para obtenerla usa la combinación de teclas alt + 0151. En algunos diálogos quiero pensar que te descuidaste y pusiste otro guion al final, igual te lo digo, no es necesario.

    Me ha gustado bastante tu relato, muy bien logrado, muy limpio en cuanto a la ortografía y gramática, aun que confieso que me perdí un poco en saber cómo es que la chica había desaparecido del lugar; pero nada de eso le quita méritos a tu relato.

    Laura un gusto leerte y espero hacerlo de nuevo el próximo. ¡Saludos!

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 00:55
  4. 4. K. Marce dice:

    Laura:

    Es la cuarta vez que vengo a tu texto, ya que me toca revisarlo como lo pide el taller (Estas entre los tres que siguen al mío). Y siempre me ocurrió algo, la primera vez estaba en una laptop (y no tenía tildes), la segunda desde el celular (no tenía como marcar la raya) y la tercera por acá, pero por error de dedo, se me volvió atrás y perdí todo… Uff, a lo que venimos.

    FORMA: Si bien has cuidado tu ortografía, hay algunas frases que resultan un tanto largas; y no hay ni comas, o punto y coma para acortarlas. Se recomienda que una frase no supere las veinte palabras, para que resulte comprensible. Hay varias similares con esa falla.
    Te marco una: «Cada día, se levantaba y sacaba el pequeño y rojo corazón de la cajita de madera que guardaba en el último estante del armario del desván y lo observaba durante horas y horas.» Tiene un total de treinta y cuatro palabras, con una sola coma y un punto y aparte. También hay cuatro “Y”. Te recomiendo que siempre leas en voz alta y pronuncies tal y como está escrito; así detectarás tu respiración. Si en algún punto notas “monotonía”, debes considerar meter algún signo de puntuación. También considera que el uso de la Y, debe ser para unificar, si la frase se comprende sin ella, elíminala.

    Los diálogos están mal estructurados. Te marco:
    – ¿Dónde estoy? –preguntó la joven, desconcertada–.
    – Estás en la cabaña de la montaña, en mi casa –respondió el robot, sorprendiéndose del tono que tenía su voz, la cual hacía mucho tiempo que no usaba–.

    Lo correcto es:
    —¿Dónde estoy? –preguntó la joven, desconcertada.
    —Estás en la cabaña# de la montaña#, en mi casa –respondió el robot, sorprendiéndose del tono que tenía su voz, la cual hacía mucho tiempo que no usaba**. (veintiocho palabras)

    Como sugerencia:
    —Estás en mi casa en la montaña, -respondió el robot. Se sorprendió del tono de su voz, que no usaba desde hacía mucho tiempo. (veinticuatro palabras)

    (**En español, se recomienda el uso del SVO, sujeto/verbo/objeto: Procura no dejar “un verbo” al final de las frases, ya que suele confundir, en este caso “usaba”).
    #Procura evitar la cocofonía: cabAÑA, montAÑA.

    Tal como te recomienda César, usa la raya y no el guion (es más corto), también considera que por fallas técnicas, las rayas se “cargan” como guiones al pasarlo al formulario. Debes revisar cada vez que envies un texto y cambiarlo manualmente a raya. Nunca se usa raya al finalizar una acotación narrativa. También has obviado la mayúscula cuando inicia la acotación narrativa. Se aplicará siempre que sea un verbo discendi, más no cuando es otro verbo o alguna nota diferente. (te lo marco):

    —Tú me has salvado. Me estaba muriendo de frío en las calles. Gracias. —la muchacha le dio un beso en la mejilla, pero él no pudo sentir nada.

    “La” muchacha…, irá en mayúscula, ya que no inicia con un verbo discendi.
    Recuerda que la raya siempre irá pegada a la primera palabra del diálogo, y debes terminar la frase (Gracias.) con punto, antes de iniciar la acotación narrativa (cuando usas un no discendi).

    CONTENIDO: Si bien se entiende que todo ha sido una especie de sueño, me sentí un tanto confundida entre ese “sueño” y la realidad. Quizá se deba a que la primera parte no parecía ser un sueño, sino una temporada que abarcaba mucho tiempo, en donde un robot contemplaba un mundo a su alrededor. También al igual que César, la desaparición de la chica me perdió la esencia de lo que ahí se tramaba. Aunque sé que un espacio reducido como setecientas cincuenta palabras, nos limitamos para plasmar una idea quizá más amplia.

    Opinion Personal: En general, me ha gustado el relato. Me ha recordado a Pinoccio; que se convierte en niño hasta que hace un acto de bondad. En este caso, creo que el sueño era una manifestación del inconciente del personaje al no demostrar sus sentimientos, y quizá con el temor de la perdida del ser amado por esa causa. Creo que con las mejoras que necesita y quizá con un poco más de margen, la historia podría haberse deshilado de mejor manera. No resta mérito ya que cumpliste la comanda y el reto. Así que por eso, felicidades.

    Espero que mis sugerencias te sean de utilidad. ¡Nos leemos!

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 08:05
  5. 5. amadeo dice:

    Laura:
    Me gustó tu cuento. Buena la trama y la idea, pero… me sorprendió y no me gustó el final. Me pareció un cierre de apuro.
    La sorpresa de que todo era un sueño, me descoloca. Buscaría otro final. Algunas pequeñas fallas que encontré, ya fueron indicadas por otros lectores. Conviene siempre leer el texto en voz alta en su corrección y aparecerán muchos detalles.

    Estoy en el 136 por si quieres leerlo y comentarlo. Gracias
    Amadeo

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 00:41
  6. 6. Otilia dice:

    Hola Laura,
    Me ha gustado tu relato, la idea es original.
    Me imagino que la chica del sueño desaparece porque ha cumplido su misión.
    Tu vecina K. Marce te ha hecho un estupendo comentario para mejorar los diálogos.
    A mi frases como: “… de la silla en la que estaba sentado” y “…en el último estante del armario del desván” me parece que entorpecen la lectura, pero solo es mi opinión, Laura.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 16:17
  7. Hola Laura.

    Un buen relato con un buen final. Soñar que no tienes capacidad de amar para darte cuenta de que quieres a tu chica.

    He notado unos cuantos fallos que te enumero a continuación:

    *”Cada día, se levantaba y sacaba el pequeño y rojo corazón de la cajita de madera que guardaba en el último estante del armario del desván y lo observaba durante horas y horas.”

    Esta frase me parece muy larga. Cuestión de estilo pero a mí me costó leerla.

    *”guarecido por el calor del hogar.”

    Aquí me chirriaba un poco la incoherencia con el personaje. Yo me iba diciendo “si es un robot qué más le da si está guarecido del frío”. Lo que más adelante se hace más evidente porque tiene una manta (que no veo la razón de tener una, al igual que una cama) y él narrador nos explica “que nunca tiene frío”.
    Cosas mías, lo sé, pero que me hacen poco creíble su lectura.

    *– Estás en la cabaña de la montaña, en mi casa –respondió el robot, sorprendiéndose del tono que tenía su voz, la cual hacía mucho tiempo que no usaba–.

    Veo que se te han colado un montón de guiones y puntos al finalizar cada parlamento. Me imagino que ha sido un error de edición.

    Una pena que todo fuera un sueño. Cuando el corazón y la chica desaparecieron se volvió la cosa muy interesante. Habría sido un gran giro seguir por ahí en vez de por el recurso del sueño.

    Aún así me ha gustado la idea que has dejado en el poso.

    Este mes no me encontrarás en el listado porque metí la pata al enviar el relato. Le cambié el orden a las palabras de la frase inicial y se quedó fuera.

    Si te apetece ver cómo quedó puedes pasarte por el blog en donde voy colgando algunos de los trabajos:
    https://jeanivesthibauth.wordpress.com/2017/10/18/ego-me-absolvo/

    Lo había hecho con reto opcional y todo.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 12:17
  8. 8. LUDIKA dice:

    Hola! Buen trabajo! Me gusta el giro que le intentas dar del sueño pero dejas algunos cabos sueltos, como la desaparición de la chica.

    A seguir escribiendo!

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 13:04
  9. 9. Osvaldo Vela dice:

    Hola Laura, tu escrito me encantó. La razón de ello es que los sueños son los aliados mas ventajosos para cualquier escritor. Te felicito y felices sueños.

    Nos leemos.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 19:31
  10. 10. LUIS dice:

    Hola, Laura, gracias por leerme. Tu relato es muy emotivo. Engancha desde el principio. Si que hay algunos errores, que los compañeros ya te han apuntado. Buen trabajo. Felicidades

    Escrito el 30 octubre 2017 a las 16:48
  11. 11. María Kersimon dice:

    Hola Laura, muchas gracias por venir a leerme, porque sino tal vez me hubiera perdido tu relato. Lo he disfrutado mucho y me ha encantado la parte onírica porque me recordaba los cuentos antiguos de Hansel y Gretel, Pulgarcito… donde pasan cosas que uno sabe que no son ciertas porque desde el principio el autor no las da por ciertas pero por los que uno disfruta de dejarse llevar. Como siempre la sutileza que te caracteriza y la elegancia junto con la facilidad con la que pasar de un modo a otro y consigues mostrar sin decir demasiado. Uno de los mejores relatos del taller, sin duda.
    Un abrazo.

    Escrito el 30 octubre 2017 a las 19:26

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