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Decisión acertada - por Roster

DECISIÓN ACERTADA

Era más que un simple robot. Allí sobre el mármol de la cocina, todavía con restos del transporte entre sus componentes; los de serie y los personalizados atendiendo escrupulosamente las indicaciones de la compradora, parecían resplandecer varias y grandes piezas metálicas que, una vez organizadas adecuadamente según las instrucciones adjuntas, se convertiría en lo que había comprado Irene como solución.

Madre soltera, no por elección sino por abandono unilateral del cincuenta por ciento del origen de su hijo, Irene miraba con ilusión al nuevo integrante de su pequeña familia.

Si, lo había pensado y repensado, cada céntimo gastado desde la penosa ausencia de su ex, lo sometía a una minuciosa, personal y conflictiva decisión. Lo discutió con sus mejores (dos) amigas y si bien no al cien por cien, ambas le aconsejaron introducirlo en su vida. Estaba sola, su hijo a veces tenía que estar al cuidado de desconocidos, pues sus abuelos no siempre podían hacerse cargo. Ella no tenía tiempo, ni ganas, de algo más que trabajar y trabajar para poder pagar facturas de todos los colores que llegaban incansables a su buzón entre la última y la siguiente semana del mes en curso.

Salir a divertirse era algo desconocido, conocer gente nueva impensable. Entre las compras en el supermercado, limpiar, lavar los platos y planchar la ropa, se le acababan las horas y apenas podía estar con Luisito que acababa de cumplir seis años y requería más atención cada día que pasaba: colegio, deberes y fiestitas infantiles,

A ella le faltaba algo. Se sentía culpable, no llegaba a todo y a la vez un cosquilleo en el estómago le recordaba que era humana y tenía sentimientos. Y lo decidió. Compraría un robot. Estaba en el siglo XXI ¿verdad?

Llamó por teléfono a Roberto la mañana siguiente. Roberto era el vendedor que había ofrecido el producto en una visita programada en la oficina donde Irene trabajaba. Muy guapo, por cierto. Moreno, alto y con una suave voz de tono grave, que le hacía a Irene unas cosquillitas responsables de esa sonrisa tonta que aparecía en su cara al oírle.

Hablaron bastante rato y quedaron para verse el siguiente sábado, a las doce del mediodía. Perfecto. Dejaría a Luisito con la vecina de abajo para poder prestar toda la atención a Roberto que explicaría, detalladamente, en qué consistía la novedad que daría un vuelco a su vida.

El sábado, después de la ducha matinal, Irene se puso unos bonitos vaqueros y una camiseta casual y bajó a Luisito con tres galletas extra grandes dejándole, con un beso, en el recibidor de Elena, su vecina.
Roberto habló largo y tendido. Lo que empezó como una exposición de venta de lo más moderno del mercado, se convirtió en un tarde atípica del otoño atípico de Irene… y Roberto.

Todo eso lo recordaba sonriente, algo más que sonriente, Irene en su cocina mientras desenvolvía, con ademanes pausados, la máquina que cocinaba gracias a unos programas informáticos asequibles al usuario con acceso a internet.

Tuvo un momento dulce al pensar cómo, el robot de cocina que había comprado para tener más tiempo libre y dedicarlo a su hijo, era el responsable de tener a Roberto a su lado en lo que parecía consolidarse en la más hermosa historia de amor jamás soñada por una treintañera solitaria.

Ahora tendría tiempo no solo para para compartirlo con su hijo.

Roster
Octubre 2017

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7 comentarios

  1. 1. J.Sfield dice:

    Hola, Roster.

    Me ha gustado y me ha hecho sonreír la frase “Madre soltera, no por elección sino por abandono unilateral del cincuenta por ciento del origen de su hijo”.

    Hay otras que las he tenido que releer porque me ha costado entenderlas. Pero en general me ha parecido un texto bien escrito.

    La historia me ha parecido bastante predecible, desde el principio he visto que el robot era de cocina. Y también ha quedado claro desde el principio que Irene estaba “loquita” por Roberto, y que haría lo posible por acabar con él .

    Espero te sirvan mis comentarios, un saludo.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 17:28
  2. 2. Kupuri Tatei dice:

    Hola Roster:
    Que bueno que escribas y participes en el reto de este mes. Agradezco mucho tu atención y tus comentarios a mi cuento (#181).

    He leído tu historia y voy a comentarla:

    Es grato encontrar que hiciste lo posible por salirte de una primera idea y estuviste pensando en hacer una historia original. Me parece que en general está bien escrita. Sin embargo, creo que le hace falta un buen giro a la historia.

    Donde dices “todavía con restos del transporte entre sus componentes” se me figura que el equipo que recibió Irene había sufrido un accidente en el camino al ser entregado, y el transporte había volado en mil pedazos dejando incrustados “restos del transporte entre sus componentes”. Veo a Irene retirando pedazos de llanta y piezas de motor que quedaron en el empaque.

    Dices que Irene”Estaba sola”, que era “una treintañera solitaria”. Si tenía a su hijo y a los abuelos del niño, a (dos) mejores amigas, además contaba con el apoyo de “desconocidos” y con Elena la vecina de abajo para cuidar a su hijo, entonces no parece estar tan sola.

    Me parece que caes en un cliché al suponer que es obvio que los abuelos de Luisito tengan que cuidar de su nieto. Es como si asumieras que el lector se pregunta ¿y los abuelos del niño en dónde están, porqué no se hacen cargo del niño? Además dejas la sensación de que Irene no quiere a su hijo, ya que ella no contaba con Luisito: a veces nadie quería cuidarlo, “Ella no tenía tiempo, ni ganas, de algo más que trabajar y trabajar para poder pagar facturas”, “Entre las compras en el supermercado, limpiar, lavar los platos y planchar la ropa, se le acababan las horas y apenas podía estar con Luisito” y deja a Luisito con la vecina Elena para poder prestar toda la atención a Roberto.

    Sigamos leyendo y escribiéndo. Hasta pronto.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 16:37
  3. 3. María Jesús dice:

    Hola Roster: Me ha gustado mucho tu relato, se lee con fluidez y, a medida que avanzas se va desvelando la naturaleza del robot. Por ahí arriba te han dicho que tu protagonista no estaba todo lo sola que expresas, pero yo creo que la soledad tiene muchas interpretaciones, se puede estar rodeado de gente y a la vez sentirse muy solo, eso depende del estado de ánimo y circunstancias de cada uno. Pero es mi opinión. En fin que me agrada que al final el robot sea un electrodoméstico y Roberto un amante de carne y hueso. Un saludo.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 12:07
  4. 4. Javier Lopez dice:

    Hola, Roster. Muy bien escrito, técnicamente casi irreprochable. Y ese giro argumental en el que en principio parece haber comprado un robot ayudante-amante, para descubrirse como una verdadera historia de amor con un robot de cocina como nexo, es genial.
    Además, el lenguaje empleado me parece muy acertado y no chirría en ningún momento.
    Bravo.
    Un saludo.
    Nos leemos.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 22:44
  5. 5. Luken dice:

    Hola, Roster:

    Me ha resultado un relato ligero; lo he leído casi sin darme cuenta, y sin ver venir el final. En cierto modo esperaba algo un poco más “trascendental”, porque claro, pensaba en un robot humanoide, y he leído todo el relato esperando el momento en que el robot se rebelara y los matara a todos (jaja bueno, tiendo a exagerar) y cuando he leído que era un robot de cocina mi reacción ha sido de alivio con risa nerviosa, aunque también he pensado, por un momento “¿y ya está? ¿Un robot de cocina?”.

    En resumen, tu relato me ha sorprendido, en su mayor parte para bien.

    Saludos.

    Escrito el 29 octubre 2017 a las 17:26
  6. 6. N. P. Heck dice:

    Hola, Roster. Antes que nada, te pido disculpas en la demora de mi comentario. Vamos a ello: técnicamente le falta una revisión extra, debido a ciertas comas que sobran o faltan según el caso. En tanto el relato es una anécdota cuyo conflicto me es esquivo… quizá, sin el límite de palabras, puedas extenderlo para que no quede tan apurado el desarrollo. O si te enfocas más en una trama que en los desvaríos del personaje, dado que no queda mucho espacio para el desarrollo, y esto lleva a perder el hilo un poco. Creo que tiene potencial para convertirse en un buen cuento, y el estilo de narración me gustó mucho.

    Escrito el 31 octubre 2017 a las 01:59
  7. 7. Roster dice:

    Gracias a todos los que me habéis comentado el relato.
    Sorprende siempre que lo que gusta a unos les parece insulso o desconcertante a otros. Esto agiliza mi redacción.
    En éste caso era una anécdota, si, pero quise subrayar que el factor humano prevalece, dando algo que la tecnología no…

    ¡Nos leemos!

    Escrito el 31 octubre 2017 a las 08:09

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