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Salvador el robot - por Rayen

Salvador el robot

Era más que un simple robot… transcurría el tiempo lentamente y el cuerpo de Frida estaba muy adolorido, no sabía si era de día o de noche, solo escuchaba el remover de los escombros y las voces de muchos hombres que gritaban órdenes, pero había una voz que le daba cierta esperanza.
— ¡Ya llegaré, tranquila, tranquila.
Por todos lados existía el caos, la gente caminaba buscando, sus seres queridos. La tierra se había movido fuertemente y cada cierto tiempo volvía a hacerlo. Frida había quedado atrapada entre los muros de su colegio, las alarmas se habían encendido y ella y otros niños habían salido a la zona de seguridad, pero un muro perimetral cedió atrapándolos a todos. Frida había gritado y llorado hasta que sintió el aullar de un perro que indicaba ladrando donde se encontraba ella, eso le había dado tranquilidad. Se produjo un silencio profundo y alguien preguntó — ¿Quién está ahí?
— Soy Frida.
— ¿Estas herida?
— No, parece que no, pero no puedo moverme.
— ¿Estas solita o hay otros niños contigo?
— No sé, estoy tumbada y nadie me contesta cuando llamo o grito.
— Bueno Frida, estamos trabajando para sacarte.
— Quiero mi mamá… sollozó angustiada.
— Pronto llegará.
— No me dejen sola, por favor…
— Tranquila, yo soy el que te sacará de ahí, pero necesitamos que tengas mucha paciencia .Las patrullas y los perros, está buscando a otras personas atrapadas por los escombros.
— ¿Qué estás haciendo ahora? Preguntó Frida.
—Levantando los escombros que no me dejan verte.
— ¿Y cómo te llamas?
— No tengo nombre, todos me dicen “El robot”.
— ¿Eres un robot?
— Sí, soy un robot que salva a personas atrapadas en desastres como terremotos o huracanes.
Frida, agotada permaneció en silencio, escuchando como el robot removía piedras, ramas, fierros, avanzando poco a poco. Sintió como empezaba a llover y eso la angustió. —Tengo sueño gritó. — ¡Hola! Señor… señor Salvador.
— Dime
— Tengo sueño.
— ¿Cómo, me vas a dejar solo? — ¿Sabes cantar?
— Sí, ¿Quieres que te cante?
— Me gustaría, mientras trabajo, tú me entretienes, — ¿Qué te parece?

Frida cantó todas las canciones aprendidas en sus cuatro años de colegio y cada vez que terminaba una de ellas, el robot preguntaba si habría otra. De pronto su voz se silenció. El robot la llamó por su nombre, pero no hubo respuesta, entonces aumentó la velocidad de trabajo. Pasadas algunas horas, el robot hizo sonar una alarma que había metido en un agujero que le permitía ver unos pies. Frida despertó y gritó — ¿Qué sucede Salvador?
— Necesito compañía Frida, cuéntame un cuento.
— Estoy cansada me duele la barriga y no puedo darme vuelta.
— ¿Puedes mover los pies?
— Sí puedo
— Te veo, te veo los pies, ya falta poco y nos reuniremos.
— Salvador, eres una gran persona..
— No soy una persona, soy un robot.
— Pero eres lindo, me estas sacando de este encierro.
— Es mi trabajo. — Me prometiste un cuento, Frida.
— Es que no soy muy buena contando, pero sí, soy buena con las sumas mentales.
Frida, volvió hablar con Salvado ya no sólo eran los pies, el robot podía ver las piernas casi hasta la rodilla, pero había peligro de derrumbe, necesitaba alivianar el peso sobre ella para poder sacarla, pero el tiempo estaba en su contra.
— ¡Salvador!, tengo hambre y mucha sed y me duele la barriga, sollozó Frida.
— ¿Puedes bajar un brazo, cómo para tocar un pie?
— No sé, trataré.
— Despacio, lento, mueve sólo el brazo. — Eso, muy bien estoy muy contento.
— Siento tu voz alegre Salvador, dijo la niña.
— Estoy feliz. Ahora voy a poner en tu mano una manguera para que la coloques en tu boca.
— Me voy a demorar un poco Salvador, no es fácil, me duele y tengo dormido el cuello.
— Tu puedes Frida. — Trata de mover la cabeza un poco para despertar tu cuello. — ¿Qué quieres tomar, leche, jugo o sopa?
— ¡Ya ahora sí, quiero jugo!
— ¿Está rico?
— Sí, pero quiero salir… quiero a mi mamá…
— Ella no puede estar aquí, porque hay peligro de derrumbe, pero te quiere mucho y te espera.
Las horas pasaron lentas hasta que el cuerpo de Frida quedó más despejado, entonces comenzaron las maniobras de rescate.
— Salvador ¿Y tú cuanto me quieres?
— Yo soy solo un robot.
— Eres más que un simple robot…

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5 comentarios

  1. Conmovedor relato. No valoro la gramática ¿adolorido existe? sería sin dolor

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 18:21
  2. 2. Don Kendall dice:

    Hola Rayen
    Comento tu relato de acuerdo con el compromiso de comentar los tres siguientes al propio.
    Me gusta la propuesta que haces este mes en cuanto a la pulcritud formal del relato.
    En cuanto a la historia el narrador que propones o punto de vista del relato, creo que tiene una desventaja que tal vez te interese considerar. La «niña Frida» que fue el símbolo mediático del terremoto de México, fue un bulo, es decir que nunca existió. Por eso el utilizar el nombre del personaje que propones relacionado con el robot, puede llevar al lector a pensar en la niña inexistente Frida y rebajar la fuerza emotiva y medida del relato.
    Quede claro que es una opinión (ya sabes, tan despreciable como la de cualquiera…), y que el trabajo es tuyo. Trabajo que te agradezco la oportunidad de ser leído y poder comentarlo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 09:04
  3. 3. Evelyn dice:

    Rayen, ¿qué tal?

    Este desafío parece que nos pusimos de acuerdo, mi personaje hacía el robot, y la historia transcurre también en Ciudad de México, soy la Nº 125.

    No creo en absoluto que el nombre de la niña sea un inconveniente que deje de hacer sentir la empatia necesaria con el lector… en ese país hay miles de niñas que llevan ese nombre, la pintora es un icono de mujeres luchadoras ahí, y en el resto del mundo.

    Buen trabajo, a seguir intentándolo.

    Un abrazo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 11:45
  4. 4. Don Kendall dice:

    Hola,
    1 – Estuve revisando los comentarios anteriores al de Evelyn , incluído el mío.
    2 – El único que tiene relación con el “nombre de la niña” es mi comentario.
    3 – En ningún lugar del mismo he escrito que …el nombre de la niña sea un inconveniente que deje de hacer sentir la empatia necesaria con el lector
    4 – La respuesta de Evelyn en estas condiciones se apoya en un Sesgo de confirmación de su planteamiento (respetable y compartible por otro lado) sobre la importancia de Frida Khalo, verdadera «Fridomanía» la verdad sea dicha.(Ver nota 1 al final).
    Así mismo utiliza Evelyn una falacia lógica muy típica de los foros y dimes y diretes interneteros : Falacia del muñeco de paja :El nombre viene de los hombres de paja que se usan para entrenar en el combate y que son fáciles de abatir. Del mismo modo, el argumentador no combate los argumentos contrarios, sino una imitación falsa y vulnerable de los mismos (el «hombre de paja») a fin de dar la ilusión de vencerlos con facilidad..
    Sin entrar en más detalles sí me interesa dejar claro que en cualquiera de mis comentarios, procuro contextualizar los argumentos para que así puedan ser rebatidos y debatidos si fuese necesario (cosa que sucederá a menudo), por eso y en la misma medida me parece improductivo el perder tiempo en dar respuestas y comentarios a cuestiones planteadas desde la utilización de falacias y sesgos que no se correspondan con los parámetros escritos.
    Valga la excepción en este caso para puntualizar afectuosamente algo que parecía estar claro en mi comentario anterior al trabajo de Rayen
    UNO – Me gusta la pulcritud formal del relato.
    DOS – En el “punto de vista” del relato y en la actividad del narrador, COMO LECTOR, someto a valoración un argumento en un contexto determinado.
    Eso es todo.
    Un abrazo y a escribir que para estamos en un taller 😉

    (Nota 1) Sugiero la lectura del libro de Martha Zamora:«Frida: El pincel de la angustia». Martha Zamora escribe :“Al colocarla como icono del feminismo tienes que reconocer que fue una persona que primero fue mantenida por el papá y después mantenida por el esposo hasta cuando está divorciada. Hasta el final de su vida, no es la representante adecuada de lo que el feminismo promueve y promulga”.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 16:53
  5. Hola.
    Comento según leo.
    De entrada, en el título creo que falta una coma: ‘Salvador, el robot’
    El primer párrafo está mal puntuado. Compáralo con esto: ‘Era más que un simple robot. Transcurría el tiempo lentamente y el cuerpo de Frida estaba muy adolorido. No sabía si era de día o de noche, solo escuchaba el remover de los escombros y las voces de muchos hombres que gritaban órdenes. Pero había una voz que le daba cierta esperanza.’
    Ver que este problema de la puntuación (mal uso de la coma, sobre tofo) se da en todo el texto. Te recomiendo leerte el uso de la coma, del punto y de punto y coma en las normas de la RAE.
    Si abres una admiración luego debes cerrarla. Además, entre la raya y la apertura de signo de interrogación/admiración no debe haber un espacio.
    Cuidado con las comas asesinas en ‘la gente caminaba buscando, sus seres queridos’.
    ‘— Bueno Frida ’ Los vocativos siempre entre comas.
    ‘— Quiero mi mamá… sollozó angustiada.’ Lee el uso de la raya para descubrir como se puntúan los incisos, dicendi o no dicendi.
    Siento decir que llega un momento en el que ante tanto error de puntuación mi cerebro desconecta y no puede seguir leyendo: me descentro, me supone demasiado esfuerzo.
    Sólo te puedo decir que consulta la RAE, lee mucho y bueno, y así mejorarás. Nadie nace sabido. Insiste y lo lograrás.
    Un saludo y lo siento 🙁

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 01:25

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