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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Elmo - por Ana Luna

Web: http://www.insuladecasiopea.wordpress.com

Era más que un simple robot. Lo encontramos en un mercadillo en una de esas callejuelas de la Judería. Nos acabábamos de mudar a vivir juntos y andábamos buscando muebles de segundo mano y adornos para decorar lo que iba a ser nuestro hogar. Dimos con el puesto por casualidad pero enseguida nos llamó la atención. No era más que una mesa de madera alargada sin toldo ni adornos, pero sobre ella, colocados en hileras, una legión de aproximadamente 30 robots de llamativos colores nos miraban con expresiones tan vivas que parecía que en cualquier momento iban a hablar. Atendía el puesto una pareja bastante peculiar. La chica iba vestida como la princesa Leia, con una larga túnica blanca y esos inconfundibles moños laterales de trenzas. Fumaba un cigarrillo tras otro y hablaba sin parar con todos, los que como nosotros, se habían acercado a curiosear. El chico, al que sólo veíamos de perfil, estaba sentado en una silla mirando ensimismado una caja llena de viejas piezas: tuercas, tornillos, restos de aparatos electrónicos y otros cachivaches, que era precisamente de lo que estaban hechos todos aquellos robots.
— Son preciosos. ¿Los hacéis vosotros?
— Si, mi hermano — dijo señalando al chico.
— Pues, ¡enhorabuena, son una pasada! — dijo Daniel dirigiéndose al muchacho, pero éste no levantó la cabeza de la caja.
— No os ha oído. Está en pleno proceso de creación y anda en otro mundo. Tiene que buscar un cuerpo para el próximo robot, hallar su don y darle alma. Después, mirándolo con cierta ternura, dijo casi en un susurro — A veces creo que le están robando la suya. — Seguidamente se giró y mientras encendía otro cigarrillo, nos preguntó:
— Entonces qué, ¿os decidís por alguno?
— ¿Has dicho que le busca un don? —pregunté
— ¡Claro! Todos tienen una misión en el mundo. Ese, por ejemplo, —dijo señalando uno pintado de azul cuyo cuerpo estaba fabricado con una vieja radio— cuenta los cuentos más bellos del mundo. Aquel —señalando esta vez una chica con coletas y una enorme panza creada con un antiguo despertador — te levanta cada mañana con mensajes de ánimo. Es para los perezosos, ¿sabes? para los que les cuesta salir de la cama.
—Y aquel naranja, el de la cámara de fotos en la barriga, ¿qué hace? — Me habían encantado sus ojos, de un intenso color verde y la ternura de su mirada.
—Ese capta los momentos felices de quién lo adopte.
Daniel y yo nos miramos sonriendo y ambos estuvimos de acuerdo en que era el nuestro.
— ¡Genial! Tenéis que ponerle un nombre.
—Elmo —dijo rápidamente Daniel. Y allí mismo, junto a la princesa Leia, Elmo tomó su primera fotografía.

Después de aquella se sucedieron muchas más. Están todas guardadas en una caja que hoy me he atrevido a abrir. Elmo tenía la capacidad de captar ese fugaz instante en el que la felicidad, sin embargo, parece infinita. Era su don, atrapar ese momento, pero nosotros los vivimos todos y cada uno de ellos.
Nos veo pintando el salón al poco de mudarnos, cubiertos de pintura y radiantes. Acurrucados en la cama un domingo cualquiera. Bailes espontáneos en el pasillo. Cenas en la terraza. Tartas de cumpleaños. Fiestas con amigos. Embadurnados de huevo y harina en aquella guerrilla de comida, el día que estrenamos la cocina. Besos, abrazos. Aquel momento íntimo despidiendo el antiguo sofá. Mientras miro ésta foto me parece estar oyendo a Daniel gritarle: ¡No Elmo, ahora no! Y a mi riendo a carcajadas: ¡Déjalo, esto también es felicidad!
Elmo captó a Daniel, con lágrimas en los ojos, mientras miraba el positivo de mi prueba de embarazo. La evolución de mi barriga. La bienvenida de César a casa y todos aquellos primeros momentos: su primer baño, su primera papilla, sus primeros pasos, su primer día de colegio.
Por entonces las fotos empiezan a dilatarse en el tiempo. Daniel, arquitecto, tuvo que cerrar su estudio, afectado por la crisis de la construcción. Yo, abogada especializada en divorcios, cada día tenía más trabajo. Y la felicidad se fue transformando en ausencia. La mía en casa, la propia de Daniel, cada vez más introvertido, más acomplejado, más suyo. Y la de Elmo que había quedado relegado a una esquina de la estantería del salón, sin nada que fotografiar.
La última foto de la caja es de hace seis meses, en el quinto cumpleaños de César, él está feliz con su juguete nuevo. A Daniel y a mi se nos ve difuminados.
Fue la última vez que vimos a Elmo.

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17 comentarios

  1. 1. Ramón Temes dice:

    esplendido. No puedo decir otra cosa. Me ha gustado mucho la historia y está muy bien contada

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 18:08
  2. 2. Baltasar Vals dice:

    La idea está bastante bien, robots con un proposito, algo especial en una capa por encima de lo normal.
    Ahora bien, creo que intentas contar demasiadas cosas en muy poco espacio, la primera mitad es una conversación de 10min y el resto es una vida entera, la segunda mitad la dejaría en varias pinceladas que dijeran mucho porque si no, queda un poco “bola de nieve”.
    Lo de caracterizar de la princesa Leia tiene un tilín que comprendo, pero quizá lo quitaría, porque no aporta mucho y sin embargo distrae.

    Buen trabajo

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 21:24
  3. 3. Ana Luna dice:

    ¡Hola Ramón!
    Me alegro de que te haya gustado. Muchas gracias por tu comentario.
    Pasaré a visitrate.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 08:16
  4. 4. Ana Luna dice:

    ¡Hola Baltasar!
    gracias por tu comentario. No te falta razón. Es que me salió un relato bastante largo y tuve que acortar para ajustarlo a las 750 palabras. Creo que la proporción no fue demasiado adecuada, la primera parte es quizás demasiado larga pero quería dejar claro que “era algo más que un simple robot”
    En cuanto a lo de la princesa Leia, bueno, no es más que un simple guiño al personaje, claramente se puede prescindir del detalle del disfraz.
    Pasaré por el tuyo.
    Muchas gracias.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 08:20
  5. 5. Wiccan dice:

    Buenas Ana Luna,

    Un relato precioso, me ha gustado mucho, aunque me ha dejado un sabor agridulce al final. Después de leerlo y de leer los comentarios, tengo que decir que a mi no me pareció que la historia estuviese descompensada en esas dos partes, la primera explica la función del robot y aporta ese sentimiento de importancia del robot, algo que se consigue con la explicación de la chica. Esto te prepara para ver las cosas importantes de la segunda parte, una reafirmación del “alma” del robot en las imágenes de la vida de esta pareja en todos sus momentos, intrascendentes o no, pero importantes todos. A mi has conseguido despertarme en toda la lectura una sensación de cariño, primero por el amor del creador de los robots hacia ellos y segundo por la vida de la pareja; por eso el final me dejó esa sensación de pena.
    Y el hecho de que haya tanta información en la segunda parte apelotonada también me ha gustado, es como si estuvieses viendo un albun de fotos de pasada, son momentos uno detrás de otro, puedes pararte a recordar uno en concreto pero no tienes porqué, creo que pega muy bien con la idea del robot que hace fotos.
    Ahora, como soy quisquilloso te comento varias cosillas que podrías revisar:
    – La puntuación: cambiaría varíos signos, en “todos, los que como nosotros,” por “todos los que, como nosotros,”; en “y mientras encendía otro cigarrillo,” por “y, mientras encendía otro cigarrillo,”.
    – Falta el punto final en “pregunté”.
    – El final me desconcierta, lo dejas abierto pero me plantea una duda (un poco absurda, la verdad), ¿se deshacen del robot porque se separan?¿Dejan de usarlo porque ya no tienen momentos felices? Ya se que es una tontería pero, teniendo en cuenta que es lo que rompe toda la dinámica de la historia y para mi se están contando dos historias (la vida de la familia pero también la del robot “con alma”) creo que me gustaría saber que pasa con el robot y no solo con la pareja.
    Espero haber aportado algo a tu precioso relato, solo puedo decir que me ha parecido un relato muy tierno y que lo he disfrutado. Muchas gracias por compartirlo (y por pasar por mi relato a comentar).
    Un saludo.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 14:08
  6. 6. Don Kendall dice:

    Hola Ana,
    Considero esto un taller y los comentarios una forma de trabajo. En ese sentido hay ocasiones en que pueda parecer una desconsideración hacia el esfuerzo realizado por la autora o autor, si el comentario incide en cosas que “gustan” más o menos. Vaya por delante que el texto que ofreces denota un considerable esfuerzo y tiene mucho mérito.
    Una vez aclarado lo anterior he de decirte que como lector, me siento rebotado por la estructura narrativa. Coincido en líneas generales con lo que apuntó Baltasar Vals. Tal vez se me ocurriese algún detalle sobre el punto de vista y el narrador (sorprendente que sea un narrador en primera persona plural), pero desisto en profundizar, dado que por tu parte planteas “justificación” a lo escrito, no sé si como defensa de algo que puedas entender como puesta en cuestión sobre tu arte de escritura. Así que de momento lo dejo.
    En resumen, y tal como te decía un trabajo muy interesante, que tal vez merezca la pena dar un par de vueltas y podar alguna rama que estorba.
    Muchas gracias por ofrecerlo. Un abrazo y espero seguir leyendo tus propuestas

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 20:15
  7. 7. Alma Gatuna dice:

    Hola, Ana.
    Me ha encantado tu relato.
    Me gusta mucho cómo introduces los diálogos, así como la manera vertiginosa en la que nos muestras todo lo ocurrido desde la llegada del robot a través de esa caja de fotografías con las que poco a poco vas dejando que adivinemos el triste final.
    Solo hay una frase que no me parece confusa: ” Y la felicidad se fue transformando en ausencia. La mía en casa, la propia de Daniel, cada vez más introvertido, más acomplejado, más suyo.” Me pide una resolución que no llega.
    He disfrutado con la lectura. Te felicito.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 18:10
  8. 8. Alma Gatuna dice:

    Perdón, quise decir “solo hay una frase que me parece confusa”
    Un saludo.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 18:12
  9. 9. El recreo dice:

    Gracias por este regalo!
    Me ha encantado! Es muy sutil la forma en la que conectas el mundo de la robótica con los sentimientos y de ahí a describir la vida real de cuatro plumazos y cómo el robot se esfuma, como la felicidad!
    En definitiva que me ha gustado mucho, bien es cierto que soy muy fan de los sentimientos cotidianos.
    Enhorabuena!

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 22:08
  10. 10. Ana Luna dice:

    ¡Hola Wiccan!
    Muchas gracias por tu bonito comentario. Me ha gustado mucho que te pareciera como que estabas viendo un álbum de fotos porque es justo lo que pensé al escribirlo. que la sensación fuera la de cuando pasas las páginas de un álbum o en el caso de la protagonista, al ir sacándolas de una caja. Me alegra que sea eso lo que te haya transmitido.
    En cuanto a los signos de puntuación, mil gracias por la corrección. Quedan apuntado para corregirlos.
    Gracias.
    Saludos.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 11:36
  11. 11. Ana Luna dice:

    ¡Hola Don Kendall!
    muchas gracias por pasar a leer mi relato y dejar un comentario.
    Me gustaría hacerte una pregunta acerca de lo que me comentas sobre el narrador: ¿está mal el uso de que hago de la forma en plural? es decir, ¿sonaría mejor para el lector que la narradora lo hiciera en singular? Te agradecería que me lo aclarases. Soy muy novata en esto, cualquier aportación es para mu un lujo. Gracias.
    En cuanto a lo de la estructura narrativa, puedes profundizar tanto como quieras, yo soy toda oídos. Como comenté me vi obligada a recortar y bueno, quizás debería darle una vuelta.
    Muchas gracias.
    Un abrazo.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 17:04
  12. 12. Ana Luna dice:

    Muchas gracias El Recreo por tu comentario.
    Saludos.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 17:07
  13. 13. Ana Luna dice:

    ¡Hola Alma Gatuna!
    muchas gracias. Me alegro de que te haya gustado.
    Repasaré la frase que dices que te resulta confusa. Es lo bueno que tiene este taller que te obliga a exprimirte el cerebro con el texto mil veces gracias a los comentarios.
    Muchas gracias.
    Saludos.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 17:11
  14. 14. Don Kendall dice:

    Hola Ana Luna,
    Haces dos preguntas:
    1 – ¿está mal el uso de que hago de la forma en plural?
    es decir
    2 – ¿sonaría mejor para el lector que la narradora lo hiciera en singular?
    .
    No son de respuesta simple, pero la voy a dar. Si te sirve, ahí paras la lectura y si ves que puede ser interesante sigues leyendo. Vamos allá.
    Pregunta 1 – No.
    Pregunta 2 – No lo sé.

    Resuelta la primera inquietud, si te parece bien te propongo hacer una disección inicial de esas dos preguntas que haces, muy complejas aunque no lo aparenten:
    1 – AUTORA/AUTOR : Como sabes la persona que cuenta la historia, no es el autor. Quien lo hace es un ser que dentro del texto personifica a una proyección del autor en ese “discurso literario” (cuento, relato, escena,…).
    Es así que en un relato se diferencia entre
    a) AUTOR/A EMPÍRICO (fuma, lee, trabaja, come, ama, etc..),
    b) AUTOR/A IMPLÍCITO: La proyección del autor empírico en ese relato concreto. Es el autor/a que reconstruye el lector a partir de la narración. Simplificando, es la Ana Luna autora que yo lector reconstruyo con la estructura de la narración que se me ofrece. Como puedes deducir, nada que ver con la autora empírica ;-).
    c) NARRADOR/A : Como decía más arriba es un ser que dentro del texto personifica a una proyección del autor en ese “discurso literario” (cuento, relato, escena,…).
    d) LECTOR/A IMPLÍCITO: Como puedes suponer el lector implícito
    no somos tú o yo en carne y hueso, sentados en el autobús leyendo la historia de ELMO sino el público presupuesto por la narración de “tu” autora implícita. Lo mismo que el autor/a implícito, el lector implícito siempre está presente (aunque no lea nadie lo escrito jeje).
    Pues bien, con este primer desmenuce te propongo que intentes contestar a las preguntas que me hiciste.
    No obstante te adelanto que es perfectamente posible proponer un narrador en primera persona del plural. De hecho, es un ejemplo magnífico el cuento de William Faulkner Una rosa para Emily (muy recomendable por cierto). No obstante fíjate que es un cuento con 2012 palabras. Compara con 750 a las que te tuviste que ceñir jeje..
    De la utilización del narrador en primera persona tienes una referencia en esta maravillosa web 😉
    https://www.literautas.com/es/blog/post-1247/el-narrador-en-primera-persona-tipos-de-narrador-6/
    Bueno, lo dejo aquí de momento porque podemos aburrir a las piedras, y algo más hay que hacer.
    Para no seguir dando la brasa al personal, y no ocupar sitio en este foro 😉 si tienes interés contactamos en privado y algo más podemos charlar.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 07:46
  15. 15. Ana Luna dice:

    Muchísimas gracias, Don Kendall por tu explicación. Ahora tengo que exprimirme un rato el cerebro, jejeje

    Voy a leer el cuento de Faulkner y a echarle un vistazo al enlace.

    Gracias de nuevo por todo.
    Un abrazo.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 17:29
  16. ¡Oh, qué bonito Ana Luna!

    Menos mal que colgaste tu relato en el blog porque no sabía quién eras y me hubiera perdido tu relato.

    Me parece una idea muy original la del robot que va capturando la felicidad con sus fotografías.
    Es triste pero sí que es verdad que la felicidad se va dilatando con el peso de las circunstancias y la rutina. Es de una brutal belleza cómo has sabido plasmar dicha realidad.

    Sencillamente, me ha encantado.

    He notado algún que otro corregible como los muebles de segundo mano. Pero creo que son cosas que se solucionan con facilidad y no entorpecen para nada el ritmo de la lectura.

    Yo creo que el cuento te da para más. Por ejemplo, me intriga mucho la pareja de hermanos. ¿Quíen es ese chico? ¿Por qué es tan especial que les dota a los robots de alma? Parece que ahí tienes un pequeño filón.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 31 octubre 2017 a las 12:21
  17. 17. Ana Luna dice:

    ¡¡ Muchas gracias Jean Yves !!
    en el blog he podido alargarlo un poco ya que no tenía que ceñirme a las 750 palabras. También me ha servido para solucionar algunas de las cosas que me corrigieron los compañeros.
    Gracias por pasar a leerlo y por tu generoso comentario.
    Nos leemos en el siguiente.
    No te equivoques esta vez…
    ; )

    Escrito el 2 noviembre 2017 a las 13:31

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