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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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SALOMON - por PEPE ILLARGUIA

Web: http://laeradeenoc.blogspot.com

Era más que un simple robot: RK1 Smith, autómata de segunda clase. Pero no recordaba haber respirado tan mal en los últimos veinte ciclos. Mi visotrón marcaba una radioactividad tan elevada que hasta los cangrejos se volvían verdes.
–Aquí RK1 Smith…
Pronto no encontrarían mas que el registro de mis últimos pensamientos en la memoria que me había regalado Landa.

Intenté recordar los cursillos de adiestramiento para torpes, que con el título de “Supervivencia en un medio hostil”, nos pasaban cada fin de semana por la pantalla estratosférica, que nos rodeaba por todas partes.
“Primero: indagar las causas.
Segundo: determinar el alcance.
Tercero: hacer frente con todos los medios disponibles”.
O sea, salir pitando.
-RK1 llamando a Base, conteste por favor…
"Landa, amor mío, quizá nos encontremos en Salomon".

El iniciador, claro, por qué no lo pensé antes. Debo restablecer los parámetros:
-Mi situación es A4, solicito autorización. Traslado campo de operaciones, RK1 a campo adyacente H5 desocupado. Allá voy.
Se siente un cosquilleo con la desintegración celular. Parece que flotas en una nube de partículas de colores grunge y sabor a silicato amargo, donde no eres mas que un puntito en el macrocosmos. ¿O es el microcosmos?

La visión se recompone por momentos. Apenas recuerdo el último salto. Me llamaron al despacho del Jefe de operaciones:
"–¿Cuál era su misión Smith?, ¿Dónde está su informe?
–¿Mi misión? –no dejaba de sorprenderme la pequeñez de su tamaño y la potencia de su voz-. Instalar correctores de rayos gamma, Señor. ¿Mi informe? –seguro que utilizaba un elevador-, figura en los archivos, Señor."
Esta vez sería igual, me dije, mientras, a través del interfono escuchaba, con una estática ruidosa, las nuevas órdenes:
–RK1… desplazzzzza… a G5.
–Aceptado nuevo emplazamiento.

Mi vida era muy tranquila hasta que encontré a Landa. Bueno, digamos que Landa me encontró a mí. Un bálsamo para mis cansados tejidos a mis setenta y cinco malthusianos años. Landa quizá era un millón de ciclos más joven, jamás lo sabré. Cuando nos abrazamos, sentí en mis cables un cortocircuito de felicidad. La piel se erizaba como una configuración de estrellas en pleno éxtasis. Nunca supe a qué se dedicaba. No importaba.

Mi trabajo carece de sentido desde que la conocí. Ya no me satisface descubrir fugas radiactivas. ¡Rayos y truenos!, sé que en algún lugar se estarán grabando mis pensamientos. En A2 ó en F7, desconozco los parámetros, pero me da absolutamente igual.
Todos mis pensamientos son para Landa. También le dedicaría mi larga y fructífera eternidad de autómata de segunda clase si la volviera a encontrar.

Cuando fui programado, yo soñé que vivía. Es como una enfermedad. Soñar. ¡Maldita Landa! ¿Cómo salir de este inmundo agujero? Quizá todos tengan su maldita Landa.

Salomon, Landa, Malthus. Son nombres que ni siquiera un Jefe debería pensar. Son los nombres prohibidos. ¿Cuál es mi nombre? ¿Smith? No debo recordar.

El mundo en el que vivimos es tecnológicamente perfecto. Tres esferas en un espacio interplanetario. No hay atmósfera, ni estrellas ni galaxias. Es el vacío absoluto. Esto es Malthus.

Por su piel externa circula un sistema de tuberías regenerando el aire y la temperatura. En su corazón, los científicos (primera capa social), utilizan un superordenador con capacidad biotécnica para crear vida artificial.

Igor. Es uno de mis padres. Lo recuerdo vagamente. Nosotros los autómatas, "quasi-seres-humanos" (segunda capa social), estamos distribuidos en celdas diferentes. Y Landa está en todas partes.

Ayer-Hoy-Mañana son conceptos que nada significan. Tenemos especificadores de tiempo y lugar relativos. Sabemos la zona en la que estamos, a cuál nos dirigimos, el tiempo que nos queda por llegar al destino.

Mis circuitos son casi perfectos, aunque distingo un pequeño defecto, soy capaz de pensar.
¿Qué pienso? Líneas, nada concreto. "Trabajar-Dormir-No-sentir-nada", son las constantes grabadas en nuestros chips. "Entrañas de metal y marcapasos", todo registrado y olvidado al instante siguiente de suceder.

Los Entes superiores saben que avanzamos y retrocedemos por impulsos magnéticos. Nos tienen completamente controlados. ¿Por qué habría de ser de otra forma? ¿Acaso los autómatas alguna vez han dejado de ser autómatas? Nunca. Crear y derribar líderes es un juego de niños para los que poseen la materia.

"La masa es amorfa. La materia es virgen".

Salomon es la invitación a lo desconocido. Yo, Smith, ínfimo elemento, sin pasiones destructoras o inhibidoras, sueño con entrar en la Pléyade de los Forjadores. Sustituir un Chip por una Neurona. Comunicar los más Sagrados y ocultos Secretos. En otros Estados lo llamarían Revolución. Yo lo llamo Landa.

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29 comentarios

  1. Pepe, vaya imaginación. Cuando yo era un enano, había en la radio un programa de extraterrestres y decía: “Aquí V5 de Marte” y contestaban “Aquí X15 de América”. Me lo has recordado.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 18:40
  2. Hola Pepe.

    Me ha gustado ese final. Al final Landa no es nadie en concreto es su propio deseo de ser humano… Genial.

    He de confesarte que el texto me ha apabullado un poco. Son demasiados datos en algo tan corto. Entiendo que quisiste crear todo un mundo pero quizá hubiera quedado más cómodo de leer explicar menos cómo es el mundo y mostrar más al robot haciendo algo más concreto.

    Yo creo que es un claro candidato a un texto más largo… ¿Quizá una novela? Ahí te dejo la propuesta…

    Este mes no me encontrarás en el listado porque metí la pata al enviar el relato. Le cambié el orden a las palabras de la frase inicial y se quedó fuera.

    Si te apetece ver cómo quedó puedes pasarte por el blog en donde voy colgando algunos de los trabajos:
    https://jeanivesthibauth.wordpress.com/2017/10/18/ego-me-absolvo/

    Lo había hecho con reto opcional y todo.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 12:03
  3. Hola, Pepe, de verdad, derrochas imaginación. Tu relato me ha tenido en vilo hasta el final y en admiración frente a tu inventiva, su frescura y agilidad. Me has hecho buscar el significado del color “grunge” y encontré que era un estilo musical pero que procedía del adjetivo “grungy”,sinónimo de sucio. Siempre se aprende alguna palabra nueva en este taller. Me pareció un relato original, alejado del clásico enamoramiento humano-robot. Me gustó la elección del narrador que te permite describir desde el interior. Smith devuelve obligatoriamente al Winston Smith de 1984 y te hace entrar en una disyunctiva circular(si quieres) que te lleva a preguntarte qué fue antes, el huevo o la gallina. Es decir, el que sueña con la revolución, que añora la facultad de pensar, ¿es el ser post humano despojado de humanidad, robotizado que se deja entrever en relatos futuristas y que postulan autores como Francis Fukayama (https://midnightmoeclub.wordpress.com/2016/06/21/el-fin-del-hombre-consecuencias-de-la-revolucion-biotecnologica/)
    ¿Puede el hombre volver a soñar con poseer una sola neurona?

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 12:32
  4. Muchas gracias Amilcar por tu paseo extragaláctico. Te comento, no conozco la serie de tu infancia, pero no estaría de más algún enlace para recrearse. Las coordenadas que voy insertando son coordenadas ajedrecistas, en un marco de 8×8 (los bramanes hindúes se concentran en un tablero de 25×25) símbolo del Universo. En ese tablero para pasar de A4 a H5 y que sean adyacentes, tienen que plegarse las columnas A y H para conformar un tablero cilíndrico. En un tablero circular también se unirían las filas 1 y 8. En ese mundo estarían a un solo paso las casillas A1 y H8.
    En cuanto pueda me paso por tu historia. Un abrazo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 15:49
  5. 5. diego dice:

    Pepe, no entiendo mucho de que se trata tu cuento. ¿Podrás explicármelo en pocas palabras?

    Saludos

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 20:40
  6. Gracias, Jean Ives, por tu paseo por este pequeño engendro extragaláctico. Confieso que después de visitar tu historia no termino de entender a Freud, me parece una pesadilla muy interesante, te lo comentaré en tu propio blog. Este cuento, tienes toda la razón, estaba previsto con un desarrollo más largo. El original tenía casi el doble de palabras, y tuve que recortar a las 750 obligatorias. En el capítulo inicial aparece Igor, una especie de guardián de la puerta, hacia el exterior, donde la radioactividad hace imposible la vida humana, y solo los androides pueden tener actividades limitadas.
    Un placer leerte. Un abrazo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 21:34
  7. Muchísimas gracias, María, por esos piropos no merecidos. Es cierto que Georges Orwell es un referente obligado, como Aynd Rand en ese futuro donde parece que el profesor Fukuyama se aproxima a la idea del apocalipsis nuclear. En ese marco, nuestro buen soldado Smith, robot de segunda clase no es mas que una copia del hombre con sus limitaciones, pensar, soñar y formar parte de la élite de los forjadores.
    En un verso de juventud hacía una analogía parecida a la tuya:
    “Qué fue antes la democracia o la gallina, qué nació primero el huevo o la anarquía”.
    Yo creo que en el futuro los chips sustituirán a las neuronas.
    Espero poder visitarte pronto. Un fuerte abrazo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 22:00
  8. Gracias, diego por tu visita a este espacio extragaláctico. No puedo decirte en pocas palabras de qué va esta historia, quizá porque el autor necesita alejarse y ver con la perspectiva de otros, es decir, no se pueden dar las claves, si te gusta o no es otra historia.
    Explicar lo que se escribe en pocas palabras sería como mostrar todas las cartas, hasta el comodín que se guarda uno bajo la manga.
    Mi recomendación es leerlo otra vez, volverlo a leer. Y si aun así no has comprendido nada, después de un ejercicio de autocrítica, tíralo. (Yo tampoco entiendo a Wittgenstein.) Pero puedes leer los comentarios, ahí están las claves. Casi todas.
    Un abrazo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 22:13
  9. 9. Alétheia dice:

    Hola Pepe.
    Has sido capaz de condensar un mundo ficticio en menos de 750 palabras. Al principio me perdí un poco entre los códigos, pero conforme me acercaba el final creo que cogí la idea. Extraigo la idea llevada al extremo de la mecanicidad con la que la sociedad en conjunto llega a actuar.

    Destaco algunas de tus descripciones como “Se siente un cosquilleo con la desintegración celular. Parece que flotas en una nube de partículas de colores grunge y sabor a silicato amargo” y “La piel se erizaba como una configuración de estrellas en pleno éxtasis” porque me provocaron una sensación curiosa. Utilizas convinaciones de palabras muy llamativas.

    Por último quería decirte que el cierre me pareció muy épico.

    PD: mi texto es el 21, por si te apetece echarle un ojo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 22:24
  10. 10. Paola Panzieri dice:

    Hola Pepe
    No pensaba que la ciencia ficción fuese otro de tus fuertes pero está claro que sí.
    Soñar y desear siempre lo que uno no tiene.

    “Mis circuitos son casi perfectos, aunque distingo un pequeño defecto, soy capaz de pensar” Esta es mi parte preferida.

    Saludos

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 11:02
  11. 11. diego dice:

    Pepe, nunca leí a Wittgenstein, mis íconos de la ciencia ficción son: Bradbury, Asimov y Cordwainer Smith. Este último te lo recomiendo mucho (está traducido por el genial Gardini al español). Ejemplo: “La mujer que navegó el alma” o “Bulevar alfa alfa”. Fijate como relata una historia usando palabras complicadas pero que podés imaginarte lo que está pasando.
    De tu historia entendí poco, quizá soy yo que me pierdo entre las palabras complicadas y las simples como “salir pitando”, ambas me desconcentran de la historia que tampoco entendí.
    Ojo, quizá soy yo. Me gustan las cosas simples.
    Saludos

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 14:52
  12. 12. Juana Medina dice:

    Salud Don Pepe!
    Placer en volver a leer uno de sus textos.
    Compañero, tienes una maravillosa capacidad para crear mundos de ciencia ficción que son absolutamente humanos. Por supuesto que la historia da para algo más grande o ampliado, pero así como está es un relato bien redondo en sí mismo. ¿ Debo agregar que me ha encantado? Lo agrego. Nunca está demás.
    Un abrazo

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 17:49
  13. 13. Jorge Lozano dice:

    Wow,

    Muchas cosas pasando por aquí. Parece que nos haz pintado un cuadro con muchas balas de pintura apuntando al lienzo. Me ha gustado la profundidad, el nivel un poco más elevado de la propuesta.

    Parte filosófica, parte tecnológica, como toda buena ciencia ficción tiene que ser.

    Como dicen algunos otros comentarios, las 750 palabras no le hacen justicia a lo arriesgado del proyecto… expandirlo más sería el paso más natural…

    Me agradó tu historia, si te interesa puedes pasar a ver la mia en https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-47/8435

    Saludos

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 07:49
  14. 14. Roger Nhicap dice:

    Hola maestro Pepe,
    Apabullante reflexión, mediante un texto cuasi críptico Te anticipas a los alquimistas del siglo XXI.
    Me quedo con Salomón y Landa, porque Matheus “es el vacío“ y no me interesa.
    Salomón, es necesario pues debemos recoger su invitación y no temer lo desconocido. Siempre conviene indagar y analizar.
    Y Landa es el amor, que todo humano, y veo que también los androides de segunda clase, necesita para alcanzar la felicidad: ese imposible necesario.
    Excelente relato. Un derroche de imaginación creativa.
    Un abrazo

    Nota: los chips nunca sustituirán a las neuronas en el campo del amor.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 09:21
  15. 15. Pepe Illarguia dice:

    Gracias Alicia por tu paseo por esta galaxia lejana, aunque somos vecinos de piso y tenemos un personaje RK1 y Dalton, parecen el mismo en diferentes momentos de su vida.
    Ahora que releo el comentario #9 me doy cuenta que ese éxtasis de estrellas erizando la piel del querido autómata recuerda a los efectos del LSD. Puede que sea un paso más para humanizar a la máquina.
    Un abrazo.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 10:36
  16. 16. Pepe Illarguia dice:

    Gracias Paola por tus sencillas palabras. Y hablando de sencillez, los políticos asocian espero y deseo, el sueño se lo dejan a Obama.
    A mí la parte que más me gusta es el que habla de los Entes y los autómatas casi al final. Porque ¿acaso algún autómata ha dejado de serlo? Nunca.
    Un abrazo, compañera.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 11:13
  17. 17. K. Marce dice:

    Saludos Pepe:

    Aqui leyendo un poco del taller, y encontré tu nombre y supe que debía leerte antes de mi viaje(sí, estaré desconectada un par de días, y son las 4am y salgo a las 6am de viaje, jajaja)

    Pese al lenguaje tan propio del genero, no lo sentí pesado, creo que elegiste muy bien el uso de la primera persona. Este relato si fuera con narrador omnisciente no se sentiría igual.
    Me ha costado encontrarle una pega, quizá sea la hora, aunque debo decir que “Señor”, debería ir en minúscula, ya que te estás refiriendo como un trato cordial a un superior. Te comento que desde hace tiempo, sigo con la duda si al usarlo para referirse a una persona, (por su apellido) debe ir o no abreviado (—Buenos días, Sr. Perez), porque por algún lado leí que no se abrevía, sino debe escribirse completo (—Buenos dias, señor Perez). Y sufro porque yo no quiero dejar de abreviar, jajajaja… creo que estoy divagando.

    En resúmen, me ha gustado mucho la idea, las reflexiones del personaje (darle el nombre Smith, me hizo recordar a B9, el robot de “Perdidos en el espacio” y al Dr. Smith que era tremendo para meterse en líos). Me ha agradado mucho descubrir, que pese a que es un robot, tiene calibraciones mentales, capaces de hacerlo reflexionar sobre las cosas importantes de la vida, y empezar a anhelar y soñar propósitos, cualidades que hasta la fecha, creemos que solo los humanos las tenemos.

    Un plácer, ¡nos leemos!

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 11:51
  18. 18. Pepe Illarguia dice:

    Retomo diego tu nuevo comentario, agradecido por tu aportación del autor C.Smith, que aún no tenía el gusto de haber leído. Los que sí he devorado han sido los clásicos que mencionas, a los que hay que añadir a Card con El juego de Ender, Crichton, prácticamente todo, Silverberg, casi todo, sin olvidar a los más clásicos, Verne, Wells, Clark. Parece mucho y lo es pero merece la pena.
    Abrazos.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 12:15
  19. 19. Pepe Illarguia dice:

    Gracias Roger, por ese hermoso análisis. Este relato está concebido en un espacio con tres esferas conectadas, una es Salomon, otra es Malthus, y la tercera es Landa. Es como una representación de la ciudad Sí y la ciudad No del poema de Sergei Evtuchenko, en el que la felicidad es como un tren que va de una ciudad a otra. Estoy de acuerdo contigo, cuando los chips dominen habrá que hacer la revolución para restaurar la neurona y la paz interior.
    Un abrazo compañero.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 15:17
  20. 20. Juan Sauce dice:

    Hola, Pepe.

    ¡Tremendo tu relato! Desde luego, no has querido quedarte con la simple historia de un robot que se enamora…

    El tuyo es un texto profundo que ha de releerse, sobre todo a quienes no estamos acostumbrados a este estilo de escritura. Pero debo decir que la combinación de filosofía y ciencia ficción siempre me ha gustado.

    Presentas en tu historia un mundo nuevo, diferente al nuestro, lo cual tiene su ventaja y su desventaja. Por un lado nos fascina y queremos saber más de él. Por otro lado, contiene ciertos detalles que se hacen difíciles de visualizar.

    Te comento algunos cambios que yo haría, simplemente a nivel técnico:

    El «pronto no encontrarían» del primer párrafo, al ser una reflexión del protagonista en primera persona, yo lo cambiaría por «pronto no encontrarán».

    La frase «El iniciador, claro, por qué no lo pensé antes» es interrogativa: «El iniciador, claro, ¿por qué no lo pensé antes?»

    Y, por último, la expresión «¡Rayos y truenos!» me suena más al capitán Haddock o algún que otro pirata antes que la de un robot en un planeta extraño al otro lado del universo…

    Debo añadir que la historia me ha gustado mucho, a pesar de su dificultad, y algunas frases me han encantado, como:«Cuando nos abrazamos, sentí en mis cables un cortocircuito de felicidad» (esta sí me parece más robótica). O «La piel se erizaba como una configuración de estrellas en pleno éxtasis». También lo de cambiar un chip por una neurona.

    Creo que cada uno podrá encontrar su propia interpretación a tu historia. Yo veo en ella algo de la esclavitud a la que nos tiene sometida esta sociedad que beneficia, sobre todo, a los poderosos.

    Estoy en el 183, por si te quieres pasar. Un saludo.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 21:00
  21. 21. Bellaan (SC) dice:

    Hola, concuerdo con los de arriba al decir que fueron demasiados datos en tan poco, definitivamente da para una historia más larga, una novela sobre el deseo de ser humano de un autómata. Buena imaginación. Saludos!

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 22:04
  22. 22. Luis Ponce dice:

    Hola Pepe:
    Menudo trabajo, aunque lo resumas en 750 palabras has creado un mundo (tres mundos) completamente justificado.
    Tienes las cosas claras en el cerebro para poder teletransportarte en en un cilindro virtual con solo ubicar las coordenadas. Me imagino que eso lo logras con el chip que te permite esa conexión.
    Las imágenes son muy claras y simples para ubicarnos en un escenario futuro, pero pintado en los años ochenta.
    Te felicito porque puedes exprimir todas tus neuronas para hacernos disfrutar de un punto de vista de un androide que sufre de humanización.
    Un gusto leerte como siempre.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 01:22
  23. 23. beba dice:

    Hola, Pepe: No entiendo nada pero observo, feliz, porque mi amigo escribió algo que ya lleva veintitantos comentarios admirativos;
    un cálido espacio de comunicación y reconocimiento. ¡Guauu! Y los más entendidos me dan claves que me permiten vislumbrar un mensaje: “No hay como el ser humano, no hay como la vida.” Un abrazo.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 03:34
  24. 24. Pepe Illarguia dice:

    Gracias amigos Jorge, Juana, Karen, Juan, bellaan, beba, don Luis, también creo que un relato más largo haría justicia a este personaje, en un mundo en el que los humanos nos vamos mecanizando cada vez más, y por el contrario los androides se parecen mucho más a nosotros.
    Espero corresponder pronto a todos, un gran abrazo.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 10:10
  25. 25. Osvaldo Vela dice:

    Hola Pepe.
    Creo que la gran incógnita del hombre a través de siglos ha sido conocer el verdadero alcance de la mente humana. Lo acabo de descubrir: Se llama Landa. Te Felicito.

    Nos seguimos leyendo.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 12:05
  26. 26. Charola dice:

    ¡Hola Pepe!

    Fantástico. Aquí estás como un “pez en el agua”. Se nota que es tu elemento, que te sientes cómodo. Gracias por este relato. Me gusta lo que acabas de decir que estamos “en un mundo en el que los humanos nos vamos mecanizando cada vez más, y por el contrario los androides se parecen mucho más a nosotros”.

    Un abrazo. Estoy en el 42.

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 00:44
  27. 27. Lunaclara dice:

    Qué imaginación, Pepe! Pienso que un libro así redactado estaría genial. Brillante dominio del lenguaje. Felicidades!

    Escrito el 27 octubre 2017 a las 16:20
  28. 28. Dew21 dice:

    Hola Pepe
    Tu historia está genial. No escribo ciencia ficción pero me encanta leerla. En algún post leí que originalmente esta historia era mucho mas larga. Pues me encantaría leer la versión original…
    Felicitaciones
    Dew21

    Escrito el 28 octubre 2017 a las 15:25
  29. 29. Pepe Illarguia dice:

    Gracias Osvaldo, Charola, Lunaclara, Dew21, es un placer compartir este espacio con sabor a circuitos enamorados.

    Escrito el 29 octubre 2017 a las 19:25

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