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¡Para que tantas vueltas! - por Silvina

Era más que un simple robot, pensaba Víctor cuando veía a la chica de la pierna rígida salir de su casa.
Cada mañana él preparaba su mate y caminaba calle abajo por Líbano para ir a trabajar, miraba a la chica que Salía de los departamentos blancos de la esquina, que caminaba extraño, vestida con ropa deportiva y un bolsito de Madrid.
Desde el primer día las cosas fueron mal, él observaba como ella rengueaba en cada paso y cuando levantó la vista se encontró con su mirada enojada. El siguió caminando hacia abajo y ella hacia arriba.
Esa noche Victor se prometió que si la volvía a encontrar le pediría disculpas. Al día siguiente le llegó la oportunidad, se cruzaron en el mismo lugar y el no pudo ni hablar, solo la miró de reojo y vió en su cara el esfuerzo de caminar, tenía que esperar a la próxima.
Con el pasar de los días, Víctor se dió cuenta de que ella caminaba más lento, pero menos robótica, tenía mejor semblante, y se dispuso a hablarle, pero cuando estaban a dos pasos ella lo miró y él clavó la vista al suelo.
Día tras día por un mes y medio la vió en las mismas circunstancias, y así fue conociéndola mejor, el color del cabello, los ojos, sus manos, sus pies pequeños, incluso su perfume. A veces tenía más ojeras, lo único invariable era la ropa, el bolsito y el caminar pausado.
Llegó el veintiuno de septiembre y Víctor se sentía de buen humor, pensó que el comienzo de la primavera sería la excusa perfecta para ofrecerle una flor a la desconocida de siempre, algo simple y ameno. El problema sería donde encontrar la flor, miró esperanzado el jardín de la vecina pero allí solo tenía una tuna, que al parecer florece solo por las noches. De todas maneras se sintió optimista era solo un cambio de planes, iba a sonreír y decir feliz primavera, así corto y casual como una persona bien educada y amable.
Salió a la calle, empezó a caminar y no la vió salir, caminó más lento tal vez era muy temprano, miró la hora casi las ocho, paró un momento cebó un mate para hacer tiempo y nada. Se lo tenía merecido, el destino le había dado muchas posibilidades y no las aprovechó.
No podía terminar de sacudirse esa sensación de descontento, cuando escuchó la puerta y ahí estaba su chica, ¡más desconocida que nunca! adiós conjunto deportivo y bolsito de Madrid… ahora vestía formal, con pantalones ajustados y zapatos altos, cabellos sueltos. Lo único que seguía igual era que Caminaba lentamente.
Víctor sacó su celular y simuló estar haciendo algo ahí parado en la vereda,ella lo cruzó y él vió un atisbo de sonrisa en su cara, después de unos cinco segundos el sonido de sus pasos se detuvo, él sin pensarlo se dió vuelta y se encontró con una cara muy sonriente mirándolo directamente.
Feliz primavera – dijo ella. él no supo que contestar ¡ella le robaba sus líneas!
Entonces hizo lo que hacen los misioneros….
¿Mate? –
Ella sonrió nuevamente y lo aceptó por supuesto.
Así comenzó la charla que duró cinco minutos nada más, lapso en el que ella le contó que cada día tenía la sensación de que él la iba a saludar pero luego se cruzaban y nada. Y que gracias a un esguince de rodilla anduvo más de un mes arrastrando una pierna, que seguro que la gente pensaba que era un robot.
El se rió y le comentó que en realidad no se acordaba de haberla cruzado más de dos veces y nunca se dió cuenta de que rengueaba.
Se despidieron para ir cada uno a su trabajo, los dos sonriendo. Ella pensando que ese chico era muy lindo y mentía muy mal. Él, en que definitivamente esa chica iba a ser su novia.

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6 comentarios

  1. 1. Jorge Lozano dice:

    Hola Silvina,

    Aquí Jorge, el vecino del 98. En general un buen texto, la historia se siente fluída y se siente con las ganas de querer saber más de los personajes.

    Un par de observaciones, creo que se pueden incluir algunas comas o puntos entre oraciones para evitar algunos “tropiezos” al leer. Por ejemplo:
    “De todas maneras se sintió optimista era solo un cambio de planes, iba a sonreír y decir feliz primavera, así corto y casual como una persona bien educada y amable.”

    Entre optimista y era, podría ir una coma para indicar la pausa. Un punto o dos entre la oración también podría ir bien.

    “Salió a la calle, empezó a caminar y no la vió salir, caminó más lento tal vez era muy temprano, miró la hora casi las ocho, paró un momento cebó un mate para hacer tiempo y nada”

    Una coma entre lento y tal vez, también entre momento y cebó…

    No se, un simple comentario, a veces poner comas o puntos entre las oraciones resulta de lo más complicado!

    Saludos y gracias por compartir!

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 21:11
  2. 2. Leosinprisa dice:

    Hola Silvina, has un hecho un texto que se lee bien, incluso con los modismos de tu tierra ¿eres argéntina, supongo?, aunque haría un par de comentarios, puntualizaciones sencillas que harán tu texto aún más atractivo.

    He visto que pones mayúsculas en algunos casos:
    “…a la chica que Salía de los departamentos…”
    “Lo único que seguía igual era que Caminaba lentamente”.
    Supongo que se deberá a un error al no haber corregido tu texto.

    También está el uso de los guiones en los diálogos:
    “Feliz primavera – dijo ella. él no supo que contestar ¡ella le robaba sus líneas!
    Entonces hizo lo que hacen los misioneros….
    ¿Mate? –”

    Yo lo corregiría así:
    —Feliz primavera —dijo ella. él no supo que contestar ¡ella le robaba sus líneas!
    Entonces hizo lo que hacen los misioneros….
    —¿Mate?

    El guión largo (el de los diálogos) se pone presionando a la vez Alt más 0151. Mirate como se escriben los diálogos para ver la correcta utilización de dichos guiones.

    Por lo demás nada. Has utilizado tu imaginación para hacer un entretenido texto y eso siempre tiene su mérito. Un placer leerte y un saludo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 07:18
  3. 3. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Silvina: Leer tu escrito ha sido un agrado. Uno puede, perfectamente, reconocerse en las acciones de los protagonistas. Muy bien lograda la técnica narrativa. El texto adquiere, paso a paso, una atmósfera que sirve de telón de fondo a la historia y otorga credibilidad. Excelente, te felicito.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 22:29
  4. Hola, Silvina, resulta que entré para comentarte y al leer lo que te dicen Jorge y Leosinprisa veo que se me han adelantado. Me inspira curiosidad el hecho de que tu protagonista tome mate, camine por Líbano (que igual es el nombre de una calle, pero de entrada y por defecto yo lo asocio al país), y lleve un bolsito de Madrid. Y supongo, como Leosinprisa, que eres argentina, porque en España (donde yo vivo) la primavera empieza en marzo… jeje… ¡Eso me despisto, pero luego lo entendí!
    Bonito relato de un amor incipiente. Lo he disfrutado. Saludos cordiales.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 22:30
  5. 5. Silvina dice:

    Gracias a todos por sus comentarios, lo tendré en cuenta.
    Soy Argentina efectivamente.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 20:49
  6. 6. Marcelo Kisi dice:

    Hola Silvina!

    Mil gracias por tu comentario a mi texto, me alegro que te haya gustado!

    Lo mejor de tu relato es la idea, una escena intimista, simple, minimalista, contada con ternura y empatía. Fuera de las pulidas que te proponen los compañeros, me pareció bastante bien logrado. Felicidades y adelante!

    Escrito el 3 noviembre 2017 a las 14:57

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