Esta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las << Volver a la lista de textos
El robot y la doncella - por Charola
Web: https://mujerturquesa.wordpress.com/
«Era más que un simple robot», era el titular de un periódico local. Yo lo sabía y sentí orgullo.
Una tarde de invierno lo conocí a la salida del Conservatorio Nacional de Música, yo cargaba mi violonchelo y me agolpé con curiosidad al grupo de personas que veían algo con interés; era un hombre estatua, uno de los tantos que comenzaban su trabajo al caer el sol colocándose en fila por la amplia calle peatonal llamada Ucayali, en el centro de Lima. Estaba parado, inmóvil con un disfraz hecho de cajas de cartón de diferentes tamaños pintadas de gris oscuro, una antena en la cabeza y guantes blancos, los zapatos eran dos cajas rectangulares forradas de negro. «¡Mira un robot!», gritó un niño. «Mamá ponle un sol para que se mueva». La madre colocó la moneda en el plato y, el robot empezó a mover brazos y piernas simulando una marcha, luego giró la cintura de un lado a otro mientras se prendían coloridas luces de su traje gris. La antena, sobre su cabeza cuadrada, encendió una luz amarilla intermitente. «Bravo», aplaudieron todos. Echaron más soles. Entonces él cogió un violín que tenía al lado y tocó. «¿¡Qué!?», dije sorprendida. El sonido del instrumento no era cualquier cosa, sus matices suaves combinados con los sonidos agudos hacían una melodía hermosa. Tocaba como los dioses. Aplaudí a rabiar y él me miró, apenas podía ver sus ojos por el pequeño hueco de la caja. Dejó el violín se quedó inmóvil de nuevo. Me ruboricé, pues mi entusiasmo no fue compartido por los demás. Hui del lugar.
Dos días después volví a encontrarlo haciendo lo mismo; un grupo de personas sobre todo niños eran su público. Cuando terminó, agradeció a todos y me dijo:
—¡Hola! Me acuerdo de ti, hace dos días me aplaudiste mucho. Gracias.
—Es que tocas muy bien el violín. Yo soy estudiante de música y sé cuándo lo tocan de maravilla. ¿Por qué haces esto?
—Porque me gusta. ¿Has visto los niños cómo se divierten?
—Sí, claro.
—A ellos poco les importa la música. Ellos gozan con el robot.
—Tienes toda la razón, pero tú podrías tocar en la Sinfónica Nacional sin problemas.
—Lo hago.
—¿Lo haces? Entonces, ¿por… —callé, iba a preguntarle lo mismo que ya había respondido.
Me invitó a un restaurante cercano, pero antes se quitó toda la parafernalia. Se llamaba Carlos, era delgado, alto, los enormes ojos negros me parecieron más vistosos sin el armazón, el cabello lacio caía sobre su rostro trigueño claro. Me encantó su sonrisa franca. Me enamoré de él en ese instante. Él se demoró un poco más para pedirme que sea su enamorada, su novia y luego su esposa.
Yo era madre soltera, tenía una hija de cinco años y, él ansiaba ser papá, pero no iba a tener descendencia debido a las paperas que tuvo de niño; por ello, le encantó que yo fuese madre.
Ya casados, postulé a la Sinfónica y me recibieron. Por fin los dos estábamos trabajando juntos. Él seguía con su labor en las calles. «Yo voy a ser siempre un robot para las personas que quieran verme», decía.
Vino a Lima el gran cantante de ópera Juan Diego Flórez para montar "La hija del regimiento" de Donizetti. Carlos fue escogido. Pero una noche cuando volvíamos al hogar vimos a los bomberos dirigirse hacia nuestro vecindario. Corrimos junto con otras personas. Era nuestra casa que se incendiaba, mi pequeña y mi madre estaban aún adentro. Carlos no lo pensó ni un segundo, entró a la casa, sacó a mi hija y luego volvió por mi madre mientras los bomberos mitigaban el fuego. En un último esfuerzo logró llegar a la entrada, había cubierto a mi madre con una manta húmeda con la que también protegió sus manos, más no su rostro. Fue llevado al hospital, necesitaría de muchas cirugías para completar su recuperación, yo cubrí de amor todos sus días. No pudo tocar en el concierto, pero Flórez aseguró que la próxima vez lo haría.
La siguiente puesta en escena fue "El robot y la doncella". Carlos aún no estaba listo para que lo vieran, pero sí para que lo escucharan. Se vistió de robot y tocó como lo sabía hacer.
A la mañana siguiente los periódicos pintaban sus páginas: «El robot y su violín se llevaron el aplauso del público. Flórez brindará una entrevista, pero nos tiene vetado ver el rostro del robot. ¿Por qué? ¿Qué secreto esconde? Él nos lo dirá».
Sencillamente maravilloso. Emocionante, cuerdo, llano, lo he leído sin notar ningún bache; amoroso, triste, alentador, estético y tan bien narrado que me siento afortunado de tener que comentarte. Gracias.
PS. Soy un fan del señor Flórez, orgullo de la sensibilidad Peruana en todo el mundo. Una vez me encontré con él cruzando un puente en la ciudad de Cuenca, aquí en España. Me pregunto si en ese momento ya sabría de la historia del robot de la sinfónica.
Gracias por tu comentario Félix.¡Qué hermosas palabras! Me encantó que seas el primer comentarista.
Voy por el tuyo.
Una abrazo.
PS. No conozco a Juan Diego Flórez, pero ojalá que no se moleste por inmiscuirlo. Jeje.
Charola, ¿qué tal?
Me ha gustado que trabajases sobre un robot-mimo, que describiese así su disfraz y sus movimientos, creo que las primeras 17 líneas son mis favoritas por lo inesperado de la escena.
A mi parecer, el párrafo: “Yo era madre soltera… ” sobra, ya que al imaginarlo salvando a cualquier persona, se convierte en héroe inmediatamente.
Y el final, esperanzador, se agradece.
Buen trabajo Charola, si quieres ver el mío… soy la Nº 125 este mes.
Un abrazo.
Evelyn.
Me encontré con un relato sumamente original que logró separarse de la típica premisa que presentamos la mayoría con esta escena. Ese nivel de creatividad siempre es bien recibido.
¡Felicitaciones!
Ya estoy aquí.
Te comento algunas cosas de forma.
“…poco más para pedirme que sea su enamorada…” Tal vez el tiempo verbal debería ser FUERA en lugar de SEA.
“…tenía una hija de cinco años y, él ansiaba ser papá, pero no iba a tener descendencia…” sobra la coma posterior a la ye o, si se quiere mantener la coma, sobraría la ye. Para mi gusto, mejor que “no iba a tener descendencia”, sería “no podía tener descendencia”.
“En un último esfuerzo logró llegar a la entrada, había cubierto a mi madre…” Mejor un punto que una coma para separar dos frases que no tienen relación.
En cuanto al fondo, he visto una hermosa historia de amor que ha durado toda una vida y muy bien narrada.
Quizás, y es una apreciación mía de poco valor, me parece que te has explayado contando cómo se conocen, pero te has precipitado con el relato a partir de la tragedia del fuego por el límite de 750 que se te echaba encima. Por ejemplo en esta frase: ““Fue llevado al hospital, necesitaría de muchas cirugías para completar su recuperación, yo cubrí de amor todos sus días.” Siguiendo en mis elucubraciones, tal vez podías dejar esa primera parte del encuentro porque tiene mucha fuerza y reducir la parte del incendio que es como otra historia dentro de la principal. No digo eliminarla, porque es necesaria para conocer el motivo comprender el final. Con esto te daría más espacio para adornar el final o para completar y resaltar el contenido de esta frase: “yo cubrí de amor todos sus días”.
Saludos.
Hola, Charola, soy Luis(1). Bonito relato, tierno y con mucha imaginación. Claro que era más que un robot; era humano. Felicidades. Un abrazo.
-Saludos Evelyn! Gracias por comentarme y que te gustara aún más. Me haces sentir bien. Voy por el tuyo.
-A Luciano. Gracias por tus palabras. Realmente hice este tipo de relato porque no me da tanta la imaginación para escribir sobre un robot de verdad. Jeje. ¿Sabes? Anoche me soñé con tu relato, pues lo leí antes de dormir y me desperté pensando en el niño. No cuentas qué pasó. Tienes que hacer la continuación ¿eh?
-A Isan. Gracias compañero por tus apreciaciones. Las tendré en cuenta. Lo del incendio es parte del cuento, es quizás el conflicto porque sino me hubiese quedado muy horizontal (creo). Y sí, siempre las 750 palabras son un desafío.
-A Luis. Jajaja. Me gustó lo que pusiste al final: “Claro que era más que un simple robot, era humano”.
Nos leemos.
Hola Charola, gozando de nuevo tu lectura. Que bello es un relato cuando los artes se juntan. Aquí, mezclas la actuación, el amor a la música y ese gran talento que es tu escritura.
Teniendo estos tres ingredientes presentes, tu trabajo es algo para permanecer agradecido por largo tiempo. Ademas, también gozo contigo los comentarios que recibes. Enhorabuena. Te felicito
Hola Charola:
Gracias por tus comentarios, lo de la frase de Ishiguro es textual, lo dijo él, no yo, por eso no puedo cambiarla.
El tuyo empieza bien por el hábil uso del mimo, eso es imaginación.
Una vida de cartón llena de sensibilidad. El humano sensible es una clase diferente que no conoce idiomas, credos o políticas diferentes, se relaciona con sus semejantes fácilmente por encima de diferencias conceptuales. Te felicito.
Personalmente no me gusta la diferenciación de “madre soltera”, ser madre es un valor humano y el estado civil no tiene nada que ver con la condición espiritual de las personas.´
Lo de Flórez es válido porque debemos reconocer los méritos de quienes lo merecen, soy ecuatoriano y admiro a Flórez con orgullo sudamericano.
Nos leemos.
Hola, Charola.
Me ha gustado tu relato, lo encuentro muy tierno. Está bien que no sea un relato de robots al uso.
Como decían el compañero, el final creo que ha sido algo precipitado, pero en general es muy bueno.
Si quieres leer el mío, soy el 144.
Saludos.
Hola Charola.
Le has dado a tu robot un significado diferente y eso me ha gustado mucho. La historia es preciosa y el final muy digno del personaje. Y, menos mal, porque pensé que se iba a morir viendo la primera frase.
Creo que este texto podía haber brillado más. Un pulido en cuanto a la forma le hubiera venido bien. He notado falta de comas en algunas frases donde realmente era necesario.
Los diálogos me han parecido un poco irreales, un poco forzados. Pero esto es una apreciación mía. No sé no veo a dos desconocidos hablando así tan de repente e intimar tan deprisa.
Un fallo que a veces cometemos es regodearnos en el inicio y luego pasar página rápidamente con los acontecimientos que vienen después. En muchas novelas lo he notado justo para terminar y es algo que me deja un regusto amargo de que el autor o autora tenían prisa por terminar. En este caso reconozco que nos limitan mucho las 750 palabras. Tal vez hubiera estado mejor centrarnos en una escena y dejar entrever toda la historia que hay alrededor.
Este mes no me encontrarás en el listado porque metí la pata al enviar el relato. Le cambié el orden a las palabras de la frase inicial y se quedó fuera.
Si te apetece ver cómo quedó puedes pasarte por el blog en donde voy colgando algunos de los trabajos:
https://jeanivesthibauth.wordpress.com/2017/10/18/ego-me-absolvo/
Lo había hecho con reto opcional y todo.
Nos seguimos leyendo.
Un saludo.
Hola Charola,
Me parece que tu ejercicio está lleno de vida por donde se mire; muy bonito, tierno y fluido. también creo que se sustenta bajo una muy buena trama. Se te agradece esa experiencia en los espacios del texto que, sin duda, si no estuvieran no ayudarían en modo alguno a la fluidez y entendimiento del mismo.
Lo que más me fascina por encima de todo es…el tono, el ritmo y la armonía en el texto; se produce una simbiosis entre el narrador en primera persona -que muestra la escena- y el diálogo de los personajes, creando un fundido compacto, sin fisuras.
Me parece que has hecho un gran trabajo, con inspiración, que no es fácil. Felicidades.
te apunto por aquí unas tonterías que he visto, que creo pueden sutilmente mejorarse. pero que de igual manera no hacen menoscabo alguno en la historia, por carecer de relevancia y a la postre insignificantes.
aquí: Dejó el violín se quedó inmóvil de nuevo.
Pienso que te hubiera quedado mejor con una pausa. Dejó el violín, se quedó inmóvil de nuevo.
Hui del lugar; (Huí) con acento.
Y en esta frase: Yo era madre soltera, tenía una hija de cinco años y, él ansiaba ser papá.
y él, ansiaba ser papá.
Vuelvo a repetir, que son tonterías que al más “pintao” nos ha pasado.
Felicidades y un fuerte abrazo.
-A Osvaldo Vela. Gracias por tu visita y por tus palabras. Me animan muchísimo.
-Luis Ponce. Gracias por tus comentarios tan puntuales. Lo de Ishiguro, ni tocarlo. Tienes razón.
-Hola Yoli. Gracias por pasarte y dejar tu comentario en mi relato. Qué placer que te gustara. Pasaré por el tuyo.
– A Ives. Me pasé por tu relato. Gracias por tus obsevaciones al mío.
-A Nicolás Falcón. Gracias por tus apreciaciones a mi relato, las tendré en cuenta para realizar las mejoras. Lo de “hui”, según el diccionario RAE está bien. Lo consulté y ahora lo hice otra vez (no lleva acento).
Hola Charola: has escrito una bonita historia que se lee muy fácil. Me gusta que hayas elegido como protagonista de tu historia al hombre estatua disfrazado de robot. Alguien a quien estamos acostumbrados a ver, muchas veces sin fijarnos —solo los niños. Nos descubres el alma de esas personas que trabajan en la calle. Y es verdad que hay artistas entre ellos.
El hecho de que hayas decidido no ponerle cara al final como consecuencia del incendio le da un punto misterioso. Eso me ha gustado.
Un buen relato Charola
Un abrazo
¡Hola Charola!
Ha sido un placer leerte por primera vez. ¡Me ha encantado tu cuento! Además ha sido como respirar aire fresco leer sobre un “robot” humano; y no hay manera de apreciar lo mejor de la humanidad si no por medio de la música, música que, al cerrar nuestros ojos y olvidarnos de todo, nos puede llevar a otros mundos, y efectivamente, al mundo más íntimo: el corazón.
Has logrado hacer con palabras lo que un buen músico hace con su instrumento: permitirnos conocer la belleza del ser humano con toda su fragilidad y todas sus perfectas imperfecciones. ¡Gracias!
Hola Charola
Gracias por tu visita a mi relato #81 “El ósculo de la vida” y tus comentarios tan atinados.
De tu texto, te comento que hoy estoy con la sensibilidad tan a flor de piel, que solamente me he dejado llevar por la exquisitez del escrito, me encanta como detallas esta historia de amor.
Luego nos cuentas como te fue en la convocatoria “Cuéntale tu Cuento a La Nota Latina” 2017, donde quedaste entre los finalistas, te deseo la mejor de las suertes.
Un abrazo
Hola Charola!
Mil gracias por tu visita y tus generosas palabras sobre mi relato! Me hiciste ruborizar!
A estas alturas, yo creo que vas madurando una forma muy personal de escribir, y de articular historias. Tienen un punto en común: son creíbles. Ya te dije alguna vez que me gustaba tu manera de generar interés literario a partir de las situaciones más cotidianas. Incluso cuando hay drama, como quemarse alguien la cara, no se sale del registro “cotidiano”, pues se trata de cosas que ocurren no poco en la vida real, lamentablemente, y así lo transmitís con tu estilo. Este relato en particular me encantó, y me parece que es base para una novela que incluya temas sociales, artísticos y románticos. Una belleza de texto!
Bravo, como se dice en la ópera. Charola logras arrancar unas notas muy tiernas de ese violín disfrazado de robot de cartón, y con un guiño final nos lo transformas en el fantasma de la ópera.
No he tenido la suerte de conocer personalmente a Juan Diego Flórez, quizá porque hace tiempo que no paseo por ese puente de San Pablo, que menciona Félix ¿paisano?
Un abrazo enorme.
– A marazul. Gracias. Me agrada que te haya gustado mi robot humano.
-A Carrie. Gracias por comentar mi relato. Creo que eres nueva. Bienvenida! Te buscaré para comentarte.
-A Yoli L. Gracias por tus palabras y por la buena vibra. Me alegra que te haya gustado mi relato. Te cuento que ya anunciaron al ganador y es un amigo del grupo Cronopios al que asisto, ojalá que quiera decir que el premio se está acercando a mí. Jeje. Y a ti, ¿cómo te fue? Suerte.
-A Marcelo. No sabes cómo me anima que comentes de manera positiva mi texto. Yo sé que lo haces de corazón, pues cuando mi relato no estuvo a la altura también me dijiste qué es lo que faltaba. Nunca se termina de aprender y aquí estoy, encontrando mi línea. Sé que para robots de verdad no sirvo, por ello se me ocurrió este robot humano. Gracias por tu comentario y me alegra que te gustara.
-A Pepe. Gracias por tus palabras. Un abrazo.
Hola Charola, sin palabras, simplemente me ha encantado tan hermoso relato.
Hola Charola, gracias por pasarte por mi relato. He vuelto a leer el tuyo, que ya me había gustado en una primera lectura, y encontré mucha sutileza y delicadeza. Hacer referencia a una persona famosa viva le da realismo pero es un poco arriesgado (al quererle dar este realismo se le sitúa en el terreno de lo improbable, ¡ojo!). tienes drama, acción, sentimientos intensos. Pones en escena la bondad y la generosidad que son cualidades que suelen emocionar y conquistar, aunque a veces las emociones más oscuras atrapan más al lector. En global es un relato muy ameno, bien construido, bien redactado… por el que te felicito.
Un abrazo.
Hola Charola, me ha gustado mucho tu relato, es una bonita historia de amor variado, por la pareja, por los niños, por la música…
En cuanto a los mejorables (perdona si repito lo que haya dicho otro compañero):
– en la primera frase tienes dos “era”, el segundo podías sustituirlo por “decía”
– dado que solo cuentas con 750 palabras puedes acortar algo eliminando cosas que no aporten demasiado, el segundo párrafo, por ejemplo, puedes empezarlo así: “Lo conocí a la salida del Conservatorio, yo cargaba mi violonchelo…” que fuese una tarde de invierno es irrelevante para el relato, igual podía haber pasado una de otoño y al decir ella que llevaba el violonchelo se entiende que es el Conservatorio de Música
– “me uní con curiosidad al grupo de personas que observaban algo con interés”, “agolpar” se refiere a varias personas, es decir, si fuera con amigas podrías decir “nos agolpamos”, en cuanto al verbo “ver” este es muy genérico, por eso lo he sustituido por el verbo “observar”
– “Estaba inmóvil, con un disfraz…” si estaba inmóvil es que estaba parado, poner las dos cosas sería una redundancia
– “colocó la moneda en el plato y el robot empezó…”
– ” mientras se prendían coloridas luces en su traje gris” o bien “mientras se prendían las coloridas luces de su traje gris”
– “¡Bravo!”
– el verbo “hacer” es muy genérico, podías poner “componían una melodía hermosa”
– tras “y él me miró” un punto o punto y coma
– “Dejó el violín y se quedó inmóvil de nuevo”
– una coma tras “Dos días después”
– “sobre todo niños” entre comas pues es una aclaración
– cuando dices “agradeció a todos y me dijo” da la sensación de que la acción es inmediata y todos pueden escuchar lo que le dice a ella
– “¿Has visto a los niños cómo se divierten?” como lo has puesto sería una forma coloquial de hablar, puedes elegir cualquiera de las dos formas
– “Me dijo que se llamaba Carlos y me invitó a un restaurante cercano, pero antes se quitó toda la parafernalia” y ahí es donde empiezas a describirlo, no después de decir su nombre porque son cosas que no tienen que ver como para ponerlas juntas
– “pedirme que fuera su enamorada”
– “cuando volvíamos al hogar” entre comas porque es una aclaración
– “entró en la casa”
– tras “para completar su recuperación” yo pondría un punto, le daría más fuerza a la frase siguiente
Espero haberte ayudado con las correcciones. No me busques, este mes no he participado escribiendo.
Un abrazo.
Hola, Charola
Me ha parecido muy original el tema que has elegido, creo que se podrían sacar buenas historias sobre estos personajes “estatua”. La metáfora con la que cierras el relato sobre el rostro escondido del robot me ha gustado mucho.
Pero un detalle no me encaja, y es que Carlos esté con un plato para recoger dinero puesto que la idea que transmites después es que lo hace de forma vocacional o altruista, al menos yo lo he captado así, además si trabaja en la Sinfónica recibirá una remuneración, no creo que necesite un plato.
En general, he visto que utilizas bastante el verbo ser, mi opinión es que siempre existe un verbo que puede sustituirlo y que aporta un significado más preciso, por ejemplo: “«Era más que un simple robot», era el titular de un periódico local: yo sustituiría el segundo “era” por “titulaba”, o “decía”, o “anunciaba” o “rotulaba”… creo que aporta más significado y cierra mejor el último párrafo, resalta más el titular.
Los gerundios en general se aconseja no usarlos a no ser que se esté muy seguro y aun así, fíjate qué dicen:
http://www.fundeu.es/noticia/el-gerundio-6119/
Sobre la puntuación, creo que le vendrían bien más pausas, las comas y los puntos facilitan al lector, a veces se convierten en recurso estilístico. Obviamente depende del escritor, hay algunos que ponen comas por todos los lados, como Vargas Llosa.
Por ejemplo:
* “Estaba parado, inmóvil con un disfraz hecho de cajas de cartón de diferentes tamaños pintadas de gris oscuro”: Pondría una coma después de “inmóvil”. Quitaría o parado o inmóvil que son sinónimos.
* “Dos días después volví”: coma después del circunstancial: “Dos días después, volví”.
* “un grupo de personas sobre todo niños eran su público”: “un grupo de personas, sobre todo niños,”
* “tenía una hija de cinco años y, él ansiaba ser papá”: quitaría la coma detrás de “y”, en todo caso pondría una coma antes de “y”.
* “Él se demoró un poco más para pedirme que sea su enamorada, su novia y luego su esposa.”: debería ser “que fuera” porque “demoró” es pasado.
* “más no su rostro”: “mas” me parece lenguaje arcaico, aunque quizás se utiliza donde vives, lo mismo me pasa con “goza”, que por aquí no se usa coloquialmente.
Las sugerencias de forma es cuestión de leer y fijarse en los grandes autores. Yo me quedo con que has sabido transmitir sentimiento, originalidad, y no sé si ya lo he dicho pero repito que me ha gustado mucho la metáfora del rostro tapado y la vuelta de la frase final al inicio del relato. Así que te doy mi enhorabuena y un abrazo
-A Cesar Henen! Gracias por tu visita y tus palabras.
-A María Kersimon. Gracias por comentar mi relato. No creas que es improbable lo que he puesto de Juan Diego Flórez. Cuando él se presenta en el Gran Teatro Nacional en Perú, él escoge a los músicos siendo normal ver talentos nuevos en sus presentaciones y encumbrarlos. Por otro lado, él ha fundado “Sinfonía por el Perú”, que es una agrupación en beneficio de los niños del Perú que viven en situación de riesgo. Puedes leer en Internet. Es casi lo mismo que hace Dudamel en Venezuela. Nos leemos. Un abrazo.
Charola, se te saluda.
He leído con agrado tu texto. Y también todos tus comentarios, con los cuales coincido.
Creo que la única pega, que hasta ahora nadie ha hecho referencia es: él usaba guantes para represenrar al robot.Mi hermana menor es violinista, y es imposible tocar !con guantes! (Mi cel no tiene el simbolo de apertura). De usar guantes, tendrian que ser mitones, esos que no tienen los dedos cubiertos.
Pero viendo a distancia la historia, tiene los elementos necesarios para hacerla disfrutable.
Me ha gustado. !Nos leemos!
Hola, Carola. Me ha gustado mucho el relato. Es muy dinámico, sentido y se lee sin dificultad. Vas añadiendo gotita a gotita el mar de sus vidas y al final se queda un regusto dulce por la bondad de los personajes.
En lo técnico no se si en los comentarios anteriores te lo han mencionado, y son muchos pero si me repito, disculpa. Hay algún error de puntuación como por ejemplo en “… Nacional de Música. Yo cargaba… ” punto y aparte.
“… hospital; necesitaría… ” punto y coma. Hay más pero ya ves por donde voy. Y algún tiempo verbal, pero por lo demás, un gran relato.
Felicidades.
Un saludo.
Después de “Música” es punto seguido, perdona, no aparte.
-A Cryssta. Muchas gracias por comentar mi relato y ver las fallas que para mi pasaron desapercibidas. Las anotaré y tendré en cuenta para mejorar mi relato. Extrañé no ver uno tuyo. Espero verte a la próxima escena. En “parado e inmóvil” me queda la duda, pues hay hombres estatuas que están en cuclillas e inmóviles y hasta echados boca arriba o boca abajo igualmente inmóviles. Voy a buscar otra palabra: Quizás “de pie”. Gracias Cryssta nuevamente.
-A Esperanza. Te agradezco tus comentarios y me alegra de que te haya gustado mi relato. Lo del plato, no es precisamente por el dinero a recaudar, sino que es una forma, una costumbre: Cuando queremos que el hombre estatua se mueva, la condición es tirar la moneda. Saludos.
-A K. Marce. ¡Qué buena observación! Yo nunca he tocado el violín, pero sí guitarra. Y tienes razón, sería difícil tocar las notas “como los dioses”. Pondré mitones. Muchas gracias por el aporte.
A Javier López. Gracias por comentar mi relato y por los aportes para mejorar el mismo. Los tendré en cuenta. Voy por tu relato.
¡Hola Charola!
Muchas gracias por tu comentario en mi relato, me alegro que te parezca poesía. Cada día me esfuerzo por hacer los textos más breves, creo que en mi caso lucen más si sintetizo 🙂
Mis lentejitas van a ser de forma esta vez y no tanto de técnica. Estoy de acuerdo con Jean Ives en que se echan de menos unas cuantas comas y ya Cryssta y R.J han realizado una corrección exhaustiva, así que no me voy a enrollar:
En mi opinión es demasiada historia para 750 palabras, y eso te obliga a contar mucho y mostrar poco. Me ha gustado mucho la historia inicial, del robot de la Sinfónica que va tocando por las calles. Eso en sí mismo ya es muy original, tierno y creo que habría bastado. La historia del incendio sufre por el espacio imitado que te queda, el añadido de Flórez (que como fan de la ópera me ha encantado) y demás detalles hacen que el relato cumpla con la R, pero en mi opinión no lo mejora, sólo añaden información. Creo que a veces menos es más, y mi parte favorita del texto es la inicial, con la sencillez de los niños pagando soles y el músico compartiendo su arte 😉
Todo esto son mis simples lentejitas, no es para deslucir tu relato, que me ha parecido tierno, que cumple con la R y de cuya lectura e disfrutado mucho. Buen trabajo, compañera. Espero que las sugerencias te sean útiles 🙂
¡Un abrazo!
Buenas noches Charola: Cuando leí el reto de este mes también pensé como tú que no iba a ser capaz de escribir sobre un robot. Y ya ves, gracias a la imaginación lo hemos conseguido las dos.
Tu relato me ha gustado mucho por el tema, argumento y estilo.
Me gusta el párrafo en que ubicas la acción geográficamente: Lima, calle… También me gusta la descripción del disfraz porque nos mantienes en suspense hasta que un niño nos lo revela “un robot”.
En cuanto a los mejorables: Entre el primer párrafo y el segundo creo que debes poner doble espacio porque hay una elipsis temporal.
Estoy de acuerdo con Anael que es mucha historia para 750 palabras. Me ha parecido que a partir de: “Yo era madre soltera” ha dejado de ser una narración poética y se ha convertido en descriptiva.
Muchas gracias por compartir tu relato con todos nosotros. Ha sido un placer leer tu historia. Un saludo, Menta
Charola, cómo estás?
Lo primero, quiero agradecerte la molestia de leer mi relato y también de hacerle comentarios. Los esperamos todos como agua de mayo, creo, y cuando vienen con ánimo constructivo, son verdaderamente valiosos.
Sobre tu relato. Me ha gustado mucho su estructura. Me ha gustado como es una historia que avanza ligera y en la que, después de todo, hay bastante miga y sucesos, pero como te has detenido en ese primer encuentro, para que valoremos más el sentimiento amoroso de ella.
Creo que has pensado bien qué se puede contar y qué no en un relato limitado a 750 palabras y por ello te felicito.
La historia me ha parecido dulce y muy real, muy “llana” han dicho ya por ahí y no puedo estar más de acuerdo. Únicamente me ha faltado un poco de expresión en los momentos dramáticos. Si bien no quieras hacer un drama, sí se me ha quedado un poquito (e insisto “un poquito”, nada más) descafeinada al final.
También quisiera alabarte la originalidad. Has compuesto una historia muy completa. Lástima no conocer a ese maestro que nombras, ni la ciudad de Lima (si tú la conoces, quizás hubieses podido introducir alguna descripción más sensorial y hacernos viajar, pero es una idea a mayores, pues no he echado a faltar nada en el relato).
Muchas gracias por tus ánimos. Pronto toca un nuevo taller :).
Gracias, Anael. Gracias Nela por pasaros a comentar mi relato. Estos últimos días del mes estuve muy ocupada. Nos vemos en el otro con otro nuevo relato.
Un abrazo.