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Regreso a esa ciudad del norte - por Otilia

Era más que un simple robot, era el vínculo entre esta ciudad y el ayer abandonado deprisa y en silencio.
Enara decidió volver de Londres después de veinte años. La razón no entendía los porqués del regreso, pero en el alma quedaba una infantil esperanza; quizás fuese mucho más sencillo y el objetivo fuera cerrar la historia que dejó abierta.
Hoy acababa de cerrarla. Ander había fallecido. Nunca podría decirle que la época con él fue la más feliz y que permanecería en su memoria el resto de la vida.
Tenía unas horas antes de embarcar hacia su hogar inglés y aunque la mañana de otoño olía a lluvia, la nostalgia la llevó al Casco Viejo de la ciudad donde nació y vivió los primeros veinte años. Allí, en la Plaza Nueva, encontró un mercadillo de monedas, sellos y toda clase de cachivaches.
En los soportales, se fijó en un tenderete de juguetes de segunda mano y en las luces azules que centelleaban llamándola. No tenía duda, era C-3PO con el barniz dorado sin brillo y el cuerpo magullado.
Ander le dolería siempre y ver aquel robot fue un consuelo para el corazón rebosante de tristeza.

A finales de los setenta, Enara tenía ocho años y vivía feliz. Los días de labor al colegio y los domingos de excursión con los padres, hermanos y Ander.
Este vivía enfrente. Como su madre siempre estaba enferma, se pasaba casi todo el día donde los vecinos, solo iba a casa a dormir.
Tenía un año más que ella y eran inseparables.
―Enara, ¿te pasa algo? ―preguntó Miren a su hija.
―Ama estoy nerviosa, porque pienso y pienso y no sé qué vamos a regalar a Ander por su cumpleaños.
―Tranquila, algo encontraremos.
―Tiene que ser algo especial. Quiero verle contento, los últimos días no ha reído ni una vez ―dijo levantando el dedo índice para enfatizar más.
Después de cenar cuando los hijos dormían, Miren comentó al padre la preocupación de Enara.
―Tenemos tiempo para pensarlo ―respondió este, quitándole importancia.
En una semana encontraron el singular obsequio que iba a devolver la alegría al pequeño.
En esa época en los cines arrasaba la película “Star Wars” y la industria del juguete vio un filón en los robots ayudantes de los protagonistas en el film.
Ese sería el regalo, una réplica cuatro veces más bajita que el verdadero androide C-3PO, pero igual de dorada. La única licencia eran aquellos rayos azules que despedían los ojos mientras duraban las pilas.
La fiesta del décimo aniversario de Ander resultó ser estupenda, hasta la madre hizo el esfuerzo de levantarse de la cama y prepararle una tarta. Todos los regalos le gustaron, pero el de Enara se llevó la palma.
―Ahora cuando te llame desde el patio, diré “Cetrespeó” ―le susurro apretándola fuerte las manos―. Esa será nuestra contraseña.
Ella soltó su risa fresca y Ander la abrazó con la ternura de esa edad en que la vida es un algodón de azúcar.
―¿Somos novios? ―preguntó pizpireta.
―Sí ―contestó atrevido y le dio un beso.
Al igual que el paso del tiempo les convirtió en adolescentes, también transformó aquel cariño inocente en el primer amor de juventud.
Juntos exploraron sus cuerpos, sintieron la pasión y entre risas nerviosas, la torpeza de la primera vez.
Al terminar la universidad, vivirían juntos y harían el amor todo el día.
―Tendremos tres hijos―soñaba Enara entretanto se besaban con delirio.
Pero la realidad se impone cambiando los planes de las personas.
Aquella tarde el padre llegó a casa con un sobre en las manos y la desesperación en la mirada.
―Lo que hemos temido durante tiempo, ha llegado. Hoy he recibido la carta ―tragó saliva para continuar hablando―: la banda terrorista me condena a muerte por ser concejal enemigo del pueblo.
Durante unos segundos se abrazaron llorando en silencio.
―Sabíamos que esto podía ocurrir ―continuó el padre―, por eso, con amigos he preparado una nueva vida para nosotros fuera del país. Os pido perdón por romper vuestros sueños, pero lo único importante es estar juntos y vivos.
―Papá, pero ¿Ander?, ¿y los estudios?
―Enara, lo siento. No podemos decírselo a nadie, ni despedirnos, tampoco escribir notas, lo siento hijos. Recoged lo más importante, porque esta noche salimos hacia el aeropuerto.
En el avión, abrazada a la madre, Enara sintió que ese día perdía la juventud y la felicidad.

Llueve en la ciudad. Con el viejo robot, vuela a reunirse con los suyos. Está viva y va a empeñarse en ser feliz.

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25 comentarios

  1. 1. violeta dice:

    Hola Otilia.
    Tu relato me ha gustado mucho. Aunque al principio me ha parecido un poco lioso, describes muy bien los acontecimientos, es fácil ver las escenas que cuentas, el paso del tiempo y el ambiente emotivo que creas.
    Me ha gustado mucho la frase en la que comparas la vida despreocupada y feliz de la niñez con un algodón de azúcar. Felicidades.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 10:20
  2. Mis saludos cordiales, Otilia. ¡Mis felicitaciones! Un texto muy particular, bien logrado, donde el robot es un significativo nexo entre el pasado y el presente… ¡Guao! ¡Si es una historia real, es muy ficcional, y si no lo es, también!… Se te escaparon unos detalles de puntuación: (le susurró) va acentuada, y la frase:(“Tendremos tres hijos”) iría mejor entre comillas y no guiones, porque es un pensamiento, un anhelo. Pudiste y es necesario, espaciar entre párrafos. La historia debe “respirar”. Por lo demás, muy buen escrito, muy bueno. Estoy en el N° 67, si gustas opinar sobre mi trabajo. Todo un placer.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 18:46
  3. 3. Alex dice:

    Otilia, otilia… Estos amores rotos me van a hacer llorar.

    Me ha encantado la idea de que inicialmente la historia de amor sea entre un niño y una niña, no entre adultos. Hace la historia mucho más tierna.

    Me ha despistado un poco, el hecho de que la historia esté dividia en dos partes. He perdido el hilo en sí se habían hecho mayores o sólo lo estaban soñando.

    Repasa cuando utilizar “Este” o “Éste”. Me ha parecido ver un par que no andaban muy bien.

    Por otro lado, la carta al padre… Una realidad que hace unos años vivieron muchas familias, sobre todo en Euskadi. Aporta un quinientos por cién de veracidad a la historia. No sé si es ficción, o si es un poquito de tí, pero espero que estos veinte años hayan servido para cerrar las heridas.

    También me ha gustado el uso de los diálogos.

    Un abrazo y nunca reprimas a esa niña que asoma cuando escribes.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 20:08
  4. 4. Alex dice:

    Que cabeza la mía…
    Gracias por tus palabras y tu visita.

    Alex.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 20:23
  5. 5. iosu dice:

    Hola Otilia:

    Con gusto leo tu relato y comento. Veo que sigues fiel al límite de palabras. Yo, oxidado como estoy, he sido más comedido.

    En un primer momento me ha costado entender la secuencia de los viajes de Enara. El segundo párrafo dice que decidió VOLVER de Londres y el tercero dice que tenía unas horas antes de embarcar HACIA su hogar inglés. En principio me había parecido una contradicción. Luego he visto que hacía una visita relámpago, seguramente para el funeral de Ander. Quizás se podría decir de otro modo para evitar la confusión.

    En esta frase: “…le susurro apretándola fuerte las manos…” Falta acentuar susurró y me suena mejor “apretándole” aunque admito que puedo estar equivocado porque últimamente estoy dudando de mis convicciones y es posible que sea leísta (yo).
    Ya por terminar de rematarla por mi parte y sacarle punta a todo como me gusta, me parece mucha casualidad que encuentre en un breve viaje un muñeco como el de hace veinte años y que tanta importancia tiene en su pasado. No digo que no pueda ocurrir, simplemente me ha llamado la atención.

    El relato me ha parecido magnífico. Triste y dolorosa la historia. Has descrito con mucha fineza las ilusiones de Andrea y su vínculo con Ander hasta que una amenaza real como la vida misma las truncó.

    Como en ti es costumbre, no has defraudado. Hasta otra.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 22:30
  6. 6. Otilia dice:

    Gracias Alex por leer y por tu comentario tan agradable.
    Alex, yo también estudié que los pronombres se acentuaban, pero la nueva edición de la Ortografía de la lengua española recomienda prescindir de la tilde en todos los casos.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 09:40
  7. 7. Otilia dice:

    Muchas gracias Isan por la visita y comentario.
    Tienes razón con el viaje relámpago, me lo dijo mi lector beta pero no tenía tiempo para cambios.
    En cuanto al laismo, leismo y loismo seguiré trabajando.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 10:12
  8. 8. Mª Jesús Hernando dice:

    Hola Otilia, me ha gustado mucho tu relato, creas un clima muy bueno pero no entiendo algunas cosas: Me despistó en un primer momento lo de hacer tiempo para volar al hogar inglés, luego ya lo entendí. Otra cosa, la carta que recibe el padre es en Euskadi, supongo, pero en la transición, haces una elipsis muy grande, que me ha desorientado. Imagino que te viste obligada por las 750 palabras. Son mis impresiones, pero lo dicho me ha gustado y me encanta la comparación de la infancia con el algodón de azúcar. Un saludo y nos seguimos leyendo.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 16:50
  9. Gracias por tu visita, Otilia.

    Qué historia más triste la tuya. Ha sido un sablazo la carta que trae el padre. Pero a la vez, es un relato bonito, tierno y cargado de emociones. Lo encuentro bien escrito, fácil de leer y no encuentro errores ortográficos ni gramaticales. Además, te has servido del contexto que rodea la historia para no tener que explicar nada que no se sobreentienda. Enhorabuena.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 17:48
  10. 10. Otilia dice:

    Gracias Mª Jesús Hernando por leer y comentar.
    No entiendo lo de la transición, el padre recibe la carta a finales de los ochenta en plena democracia.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 09:05
  11. 11. Otilia dice:

    Gracias Alfonso Besada por leer y por tu amable comentario.
    Nos leemos. Saludos.

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 09:08
  12. 12. María Jesús Hernando dice:

    Hola de nuevo Otilia con la transición me refería a la del tiempo del relato porque el padre recibe la carta en Euskadi, no? y en el párrafo anterior los niños están haciendo planes entiendo que en Inglaterra. Ya me dirás ,un abrazo

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 10:13
  13. 13. el chaval dice:

    Hola Otilia, Gran sacrificio de Enara por su padre y familia al dejar el pueblo y también a su novio.
    Bonita historia que deja un poco triste, pero al menos decide que tiene que ser feliz a toda costa.
    En puntuaciones lo veo todo correcto, algún pequeño despiste en cierta comas, pero nada más. La casualidad de encontrar el robot, puede ser tan probable como tantas cosas en la vida que no te explicas. Te felicito

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 16:15
  14. 14. Feli Eguizábal Fernández dice:

    Hola Otilia, me ha encantado tu historia. Triste, pero no menos real por eso. Un principio un tanto dificil de seguir, pero que deja entrever toda la trama muy bien desarrollada. El final, un canto a la esperanza, de continuar la vida siendo feliz. Coincido con las correcciones de los compañeros, pero que no quitan la luz de tu relato. Nos leemos.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 08:11
  15. 15. Otilia dice:

    Gracias Feli Eguizábal por leer y por el amable comentario.
    Saludos.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 08:30
  16. 16. Javier López dice:

    Hola, Otilia.
    Me ha pasado un poco como a Violeta, que el primer párrafo no lo entendía, incluso leyéndolo tres veces, y no ha sido hasta que he acabado el relato que lo he visto con otros ojos.
    No te lo dirá nadie que no sepa el lugar que describes, pero Bilbao (casi seguro XD) es así, y casi me parecía oler el asfalto húmedo y sentir frío en la piel. Así lo recuerdo desde mi exilio elegido.
    La historia es tierna y friki a la vez XD. Me ha encantado salvo por esa inversión consciente de las escenas y los tiempos. Quizá en otro orden se hubiera entendido mejor, pero no provocaría el mismo efecto.
    Sigue escribiendo.
    Un saludo.
    Agur.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 12:35
  17. 17. Otilia dice:

    Gracias Javier López por leer y por tu amable comentario.
    Aunque eso de friki, no sé????
    Nos leemos.
    Eskerrik asko. Agur.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 14:50
  18. 18. Javier Lopez dice:

    Jajaja, lo de friki es en el buen sentido. Por que el recuerdo de un amor se refleja en C3PO. Tenía que haberlo especificado.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 15:25
  19. 19. Alonso García-Risso dice:

    Saludos Otilia: Gracias por tu visita y tu comentario.
    Es muy estimulante como relacionas a ese robot con la vida de humanos, hasta hacerlo parte de la comunidad. Es también emocionante los sentimientos con que matizas los hechos. Bien, muy bien.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 18:41
  20. 20. Otilia dice:

    Gracias Alonso García-Risso por la visita y el amable comentario.
    Saludos.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 10:27
  21. Hola Otilia:

    Un bello relato lleno de emociones.

    Un tanto confuso en algunos pasajes creo que deberías darle un par de vueltas más.
    Bajo mi punto de vista puede haber dos opciones:

    -Alargar el texto para que encajen tantos conceptos, tantos personajes y tanto tiempo.

    -Recortar la escena hasta dejarla a un estado más pura. A veces si contamos menos cosas y dejamos al lector la capacidad de intuir el relato queda más redondo. Mi consejo es que quites personajes, que concretes la escena a la más intensa, y que nos insinúes la información para que seamos nosotros los que interpretemos el resto de la historia.

    Dicho todo esto he de decirte que me ha gustado la historia y que me encantaría leer una versión más extendida en donde nos hables de ese amor suspendido, sobre los tejemanejes del padre y de qué fue de la vida de los protagonistas.

    Este mes no me encontrarás en el listado porque metí la pata al enviar el relato. Le cambié el orden a las palabras de la frase inicial y se quedó fuera.

    Si te apetece ver cómo quedó puedes pasarte por el blog en donde voy colgando algunos de los trabajos:
    https://jeanivesthibauth.wordpress.com/2017/10/18/ego-me-absolvo/

    Lo había hecho con reto opcional y todo.

    Nos seguimos leyendo.

    Un saludo.

    Escrito el 26 octubre 2017 a las 12:35
  22. 22. Otilia dice:

    Gracias Jean Ives Thibauth por leer y por las aportaciones que tendré en cuenta.
    No sé si leerás el comentario, pero te diré que “Ego me absolvo” me ha gustado y lo he encontrado muy original. Es una pena que no hayas podido publicarlo.
    En cuanto a la forma, no he encontrado nada reseñable. Buen trabajo.
    Saludos.

    Escrito el 27 octubre 2017 a las 12:21
  23. Hola Otilia.

    Te agradezco un montón que hayas pasado por el blog a leer el relato. Me alegro de que te haya gustado. No me resultó nada fácil este mes.

    El próximo reto pondré más cuidado para poder estar con todos vosotros.

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 27 octubre 2017 a las 12:33
  24. 24. Roger Nhicap dice:

    Hola Otilia,
    No podía dejar de leerte y aquí me tienes.
    Me gustó mucho el relato, resuelves bien el reto y graciosa idea la de apoyarte en C-3PO.
    Es el relato es bueno, muy fiel a ese estilo propio que has consolidado en el taller. Describes muy bien personajes, escenarios, situaciones y ambientes que muestras con delicada emoción, cierta nostalgía y mucha ternura.
    Sospecho que has leído “Patria” de Fernando Aramburu, pues tocas un hecho de los ochenta/noventa, los años difíciles en Euskadi. Tu sitúas la acción en Bilbao (Casco Viejo -olor a pintxos- y Plaza Nueva) y él en Donostia y Hernani?? Miren y Enara son tu madre e hija; en “Patria” Miren también es una madre y Nerea (nombrr parecido a Enara) es una hija.
    Buen relato, construido y narrado con sencillez y mucho sentimiento. Felicidades, Otilia.
    Un abrazo.

    Escrito el 1 noviembre 2017 a las 10:28
  25. 25. Otilia dice:

    Gracias Roger Nhicap por leer y por el amable comentario.
    Me ha encantado lo del estilo propio, aunque yo todavía no sepa cuál es. Gracias. Nos leemos.
    Saludos.

    Escrito el 2 noviembre 2017 a las 11:17

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