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Dos mujeres y un café - por Verónica

Era más que un simple robot, era la concreción de un sueño. Cuando Lara vio la publicidad su pulso se aceleró y sintió como una luz que aclaraba su mente. La idea que rondaba en su cabeza hacía un tiempo terminó de tomar forma. Se haría cargo del café. Sola era imposible, pero el robot de cocina multiuso se lo permitiría.
Claro que su marido no tuvo la misma opinión.
– ¿Y de dónde piensas sacar tanto dinero? – fue su primera reacción.
El “No” tajante del agente bancario a su demanda de un préstamo fue casi tierno en comparación con las risas burlonas de sus padres al plantearles la propuesta.
Hacía tiempo que Teresa, la dueña del Café Cardales, estaba buscando un sucesor para su café. Ella ya estaba grande y su hijo vivía lejos, pero venderlo a cualquier extraño estaba fuera de discusión. Y Lara, después de tantos años ayudando en la cocina, tenía cientos de ideas. Sin embargo el miedo la retenía, eran tiempos difíciles y ella sabía bien que los números no cerraban. Contratar a alguien más sería imposible y sin embargo, necesitaban ofrecer alguna comida caliente a la hora del almuerzo si querían mejorar el negocio.

Esa tarde, al partir el último cliente, Lara aventuró algunas palabras:
– Yo pesaba Teresa, usted sabe… El café necesita renovarse, habría que pintar las paredes y con algo de nueva tecnología podríamos mejorar el servicio. Los robots de cocina que hay ahora trabajan solos… Si usted me diera un adelanto yo podría ocuparme de todo.
– ¡Este café lo armamos nosotros de la nada y lo seguirá mi hijo! …- empezó Teresa ofendida- Deberías estar orgullosa de él y agradecida, pero eres como todos los jóvenes. ¡Quieres robots que hagan tu trabajo y no tienes ni idea de lo que es el esfuerzo!

Lara sintió el portazo sonar a sus espaldas mientras salía apurada por la calle, tratando de que nadie viera cómo le explotaban de bronca las lágrimas en la cara.
Teresa se quedó sola con su indignación limpiando el local. Mientras pasaba un trapo por las mesas levantó la cabeza y observó las paredes altas. La pintura ennegrecida, fruto de otros tiempos en los que los fumadores pasaban largas horas humeando por las narices. Los cuadros un poco amarillentos, colgados sin mucha reflexión por su marido, y más lejos una mesita con una virgencita de plástico que había ganado su hijo en una kermese de la escuela. Hacía años que su hijo no venía al café y la virgencita en su rincón se contentaba con mirar una lámina del jugador favorito de una selección de futbol que ya no existía más.
Así, de a poco, empezaron a venir a su mente recuerdos de aquel tiempo en el que su marido atendía al público y ella limpiaba en la cocina. ¿Qué sería hoy del café si ella no hubiese tomaba las riendas luego de la muerte de su esposo? Ella había comenzado a ofrecer algunas tortas y había traído refrescos. Así los aguardientes habían comenzado a desaparecer de la barra. Y con ellos los hombres que llegaban solos por la tarde para no irse hasta entrada la noche, dejando los ceniceros desbordantes de cenizas y colillas de cigarrillo. Lentamente el café se había transformado en lo que hoy era. Un lugar de encuentro, abierto a todo el público.

A la mañana siguiente Lara encontró a Teresa sentada en una mesa. Dos tazas de café caliente frente a ella.
–Siéntate Lara – Le dijo Teresa con voz queda, arrimándole una taza – Sabes que anoche llamé a mi hijo y hablamos del café. – Y mirándola fijo a los ojos continuó – Pero no se acordaba ni de la kermese, ni de la virgen.

Meses después volvieron a encontrarse en esa misma mesa. Las manos de Lara temblaban mientras firmaba los últimos papeles del traspaso de titularidad. Teresa la observaba con la confianza que da la experiencia. El olor a pintura fresca de las paredes todavía se sentía y se mezclaba con el de la albahaca de la compra. El robot llegaría esa misma tarde, después habría que aprender a programarlo y tenerlo un tiempo a prueba. El estómago de Lara se cerraba doloroso de los nervios, pero en sus ojos había un brillo especial… Lo mejor estaba por comenzar.

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6 comentarios

  1. 1. Marilinch dice:

    Hola Verónica, me ha gustado mucho tu cuento. Cuando salió el reto imaginé que buena parte de los textos se irían por un camino más bien parecido, el tuyo no. Hay que mejorar algunas cosillas de redacción pero el cuento tiene suficiente fluidez. Te felicito.

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 15:39
  2. 2. Lilian dice:

    Me gusta!! Tengo ganas de ver el nuevo café!! También pienso en algún cambio en la redacción, pero para eso estamos aqui!! Quizá darle un poco de menos vueltas… muchas gracias

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 10:52
  3. 3. Stinkelgeneroso dice:

    El relato está muy bien pero echo en falta algún giro inesperado o algo que haga la historia algo más interesante, aún así, la lectura es fácil y ligera. Como en los comentarios anteriores, te diré que habría que mejorar la redacción en algunos aspectos.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 20:40
  4. 4. Alex dice:

    Hola Verónica.

    Me ha costado un poquito leerlo,por culpa de algunos detalles:
    En ocasiones utilizas expresiones que no son del todo correctas.
    Por ejemplo:
    <>.
    Falta un “que”. <>.

    <> Sería más correcto “Mayor”, “Vieja” o “anciana”. Grande, se asocia más a tamaño que a edad.

    <> Lo normal es que los números “cuadren” en vez de “cerrar”.

    Esa es al idea.

    ¡Ah! Y la kermese, no tengo ni idea de que es. Entiendo que no eres de España y probablemente por eso encuentro estas expresiones “extrañas” para mí.

    Como cosas buenas (por que no todo es malo):
    – Introducción, nudo y desenlace. Bien. El final me encanta, por que al mismo tiempo es el inicio de una nueva historia.
    – Aunque parece que va a ser una historia triste, eso hace al lector empatizar con Lara. La siento cercana. La siento víctima incomprendida, por su marido, por el banco, por sus padres, por Teresa…
    – Luego das un giro y de triste nada. Me gusta. Ya tengo bastantes cosas tristes en mi vida (es un decir). Comparto los nervios y la alegría de Lara por el robot que va a llegar.

    Buenos, espero que el robot venga con garantía y así Lara pueda hacer los deberes que nos ponen en Literautas.

    ¡¡Saludos!!

    Escrito el 27 octubre 2017 a las 02:07
  5. 5. Alex dice:

    ¡Uy! puse unas cosas entre y eso no ha salido en el comentario. Lo repito:

    Hola Verónica.

    Me ha costado un poquito leerlo,por culpa de algunos detalles:
    En ocasiones utilizas expresiones que no son del todo correctas.
    Por ejemplo:
    ” hacía un tiempo terminó de tomar forma”.
    Falta un “que”. ” hacía un tiempo que terminó de tomar forma”.

    “Ella ya estaba grande”
    Sería más correcto “Mayor”, “Vieja” o “anciana”. Grande, se asocia más a tamaño que a edad.

    “sabía bien que los números no cerraban”
    Lo normal es que los números “cuadren” en vez de “cerrar”.
    Esa es la idea.

    ¡Ah! Y la kermese, no tengo ni idea de que es. Entiendo que no eres de España y probablemente por eso encuentro estas expresiones “extrañas” para mí.

    Como cosas buenas (por que no todo es malo):
    – Introducción, nudo y desenlace. Bien. El final me encanta, por que al mismo tiempo es el inicio de una nueva historia.
    – Aunque parece que va a ser una historia triste, eso hace al lector empatizar con Lara. La siento cercana. La siento víctima incomprendida, por su marido, por el banco, por sus padres, por Teresa…
    – Luego das un giro y de triste nada. Me gusta. Ya tengo bastantes cosas tristes en mi vida (es un decir). Comparto los nervios y la alegría de Lara por el robot que va a llegar.

    Buenos, espero que el robot venga con garantía y así Lara pueda hacer los deberes que nos ponen en Literautas.

    ¡¡Saludos!!

    Escrito el 27 octubre 2017 a las 02:11
  6. 6. Lunaclara dice:

    Hola Verónica, perdona por no haberme pasado antes. Justo somos vecinas.
    Tu relato me parece muy bien escrito. No creo que le falte nada. Las descripciones ayudan a ponerse en la piel de las protagonistas, y el ambiente que creas transmite nostalgia.
    Es genial. Felicidades!

    Escrito el 28 octubre 2017 a las 18:17

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