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Puede que la luna se haya movido - por Beverly Matos
Era más que un simple robot, pero nadie lo sabía, su aspecto humano y su forma normal de comportarse lo hacía pasar desapercibido, como uno más. Lo crearon de forma que iría creciendo comúnmente junto a todos; podría comer y nadar; correr y gritar; y llorar; y amar.
Su primer amor fue en el colegio, Vicky. Le robo el corazón a tal punto que nuestro pequeño suspiraba cada vez que la veía, al comienzo de su último curso se armó de valor por consejo de su hermano mayor y le pidió una cita; eran adorables. Los padres nos turnábamos para llevarlos. Su amor duró hasta el segundo curso de instituto. Con la ruptura lo pasó muy mal.
Pero después conoció a Lara y volvió ser el mismo Adam de siempre, tan risueño y feliz. Tuvieron sus altibajos como toda pareja de adolescentes, aunque a esa edad se magnifica todo.
Se querían de verdad. Pero se separaron para ir a universidades distintas.
Cuando terminaron las clases y volvió a casa se reencontró con ella y volvieron a salir. La cosa se puso seria. Y llegó el momento de contarle la verdad.
Como era de esperar ella no se lo tomó bien y se separaron definitivamente. Yo vivía todo aquello desde la perspectiva de madre. Con su hermano más o menos sabía atajarlo, pero su situación me superaba, no sabía cómo ayudarlo, puesto que no podía decirle que ya encontraría a alguien que lo aceptara, aunque lo deseaba más que nadie y rezaba para que algo así sucediera.
Pero la cosa no iba a mejor. Al terminar su carrera por todos lados se sabía que no era una persona propiamente dicha. Nadie quería contratarlo. Su hermano le dio un empleo en su despacho, pero al correrse la voz sus casos fueron desapareciendo uno tras otro. Para no despedirlo le puso como ayudante. De cara al público Adam no era más que el secretario que ese despacho tenía.
Pero claro, no podría aspirar a más. Lo único que tenía distinto era su maquinaria interna aún así lo trataban como si fuera un contestador o una mesa; no era más que un simple objeto.
Veía como se hundía cada vez más. Y no podíamos hacer gran cosa. Me encontré casi sin querer, animándole a dar un paso al frente y salir de aquella oscuridad y siguiendo mi consejo, se olvidó de si mismo y fue en busca de algo que llenara su vida.
Así se puso en contacto con misioneros con los que se marchó a lugares lejanos donde sí es bien recibido, muy a mi pesar. Parecía que por fin la luna se había movido dejándole ver la luz. Pero esas son las cosas que hacemos por amor, bajo la premisa de lo hago por su bien.
Se puede percibir la profundidad del tema, alguien que no encaja en nada sociedad, el amor de madre y los dilemas de la vida. En eso te aplaudo porque me gustan las reflexiones humanas. Pero si me permites la forma de contarlo la veo un poco brusca. Narras una situación y pasa rápidamente a otra —esto es relato corto, claro— pero la forma de pasar de una situación a otra: cuando, como, pero claro, pero la cosa… me da sensación de brusquedad, por lo menos a mí, es solo una opinion.
La historia está bien he podido imaginarme al chico-robot, deprimido y luego en sus misiones risueño en una foto rodeado de chiquillos.
Hola Beverly:
Esta historia es hermosa. Te la lees de principio a fin queriendo saber qué le va a ocurrir al robot y si al fin encontrará su lugar en el mundo de los humanos sin que lo rechacen.
En cuanto a la forma en que has escrito el relato, me ha pasado un poco como lo que te ha comentado Estel un poco más arriba. Me da la sensación de que querías meter muchas cosas en la historia y al estar limitados por el número de palabras permitido me ha resultado un poco brusco el paso de una cosa a otra.
También he echado en falta algún punto en el texto para hacer más cortas las frases. Desde mi punto de vista creo que usas demasiado las conjunciones “pero” e “y”.
Por lo demás la historia está muy bien. Nos seguimos leyendo en los siguiente talleres.
Hola Beverly,
Me gusta el título de tu relato, y al final haces que tenga lugar y cobre sentido. Creo que hay profundidad en tu historia, y muchos temas interesantes, pero coincido con el resto de comentarios en que el desarrollo resulta abrupto.
Me llama la atención la frase “Como era de esperar ella no se lo tomó bien…”. Esto tendría sentido en un mundo en el que los robots son cosa conocida aunque no bien vista, pero me parece que retratas a Adam como un personaje totalmente único, con lo que pienso que revelar su verdadera identidad de robot debería causar mayor impacto. Y opino que es, en esencia, lo que más echo en falta en tu historia: impacto. Retratas todo con relativa normalidad, y eso contrasta con lo anómalo de la situación y lo que el lector espera de ella. Esta forma de narrar podría funcionar elaborándola más, pero la intuyo algo casual, no estoy seguro.
Mucho ánimo y a seguir escribiendo. Saludos,
Hola Beverly Matos.
Me gustan las características, y la historia de tu robot, exceptuando algunas cosas:
Creo que debes trabajar el texto un poco más y eliminar información no relevante.
Tengo una inquietud. Si tu robot tuvo un buen desempeño como “persona”, novio y estudiante; ¿porqué no se liberó?, ¿porqué se sometió?.
Es un poco contradictorio el rechazo de los humanos, hacia el robot, comparado con el momento histórico que le correspondería al mismo.
Es un robot futurista.
Beverly, revisa la palabra “podría”,
me parece que está mal aplicada.
Tranquilo, a todos nos ha pasado.
Sobretodo a mí, me cuesta mucho, acercarme a un relato digno de ser mostrado.
Afortunadamente, contamos con este magnífico taller que nos ayuda a crecer. Gracias Literautas.
Soy Madrigal 101
Nos vemos en escena.
Hola a todos gracias por vuestros comentarios.
Me han dicho en otras ocasiones lo abrupto de mis finales es algo a lo que tengo que trabajar muchas gracias intentaré pasaré a leer los vuestros y a comentarlos también.
Aunque Sabina el tuyo no me queda muy claro aún así le daré un par de vueltas gracias.