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Herencia - por Ing.Lucas

Era más que un simple robot, más que un juguete o un recuerdo nostálgico, era mío y simbolizaba mi infancia.
Esa infancia tan preciada donde conseguí mis primeros amigos y los memorables que me divertían tanto. Como olvidar cuando nos sentábamos en el patio del cole sobre el solado gris, para contar lo que pasó en el capítulo de ayer del dibujo que tanto amábamos, obviamente todos lo vieron pero igual lo relatábamos con tal emoción que hacia real a la ciencia ficción. Nos creíamos todas las mentiras que el otro contaba con respecto a la serie, como cuando el robot de Juan hablo como en la serie o cuando al juguete de Mariano le pasó un auto por arriba y no se rompió sino que el auto explotó.
Lo sé, suena muy loco, pero de chico las cosas son así. No sé por qué, pero también nos gustaba inventar historias de terror, tal vez porque nos hacía sentir grandes al demostrar que no teníamos miedo. Que descabellado se oye todo eso ahora, de grande las cosas son distintas, las únicas mentiras son de porqué llego tarde a la facultad.
Limpiando mi cuarto había encontrado algo que no me esperaba; Y no, no era solo una rata muerta. En el placar, dentro de una caja, el polvo era testigo del tiempo que permaneció guardada; lo creía perdido, pero adentro encontré mi más preciado recuerdo.
Decidí faltar a la universidad solo para pasar un tiempo con mis queridos sobrinos, deje el juguete en el escritorio de la sala y me dispuse a buscarlos al preescolar. Al verlos salir corriendo tan alegres del cole, me venían recuerdos de esa infancia que tanto amé. Llegamos a casa y mi mamá o abu como le dicen ellos, los estaba esperando en la cocina con chocolate caliente y galletas, igual a como me preparaba hace años.
Sentía mucha nostalgia, así que se me ocurrió una idea, me senté en el ordenador y busque por Internet el primer capítulo de dicha serie, los llame a la sala y comenzó a reproducir. Ocurrió lo que esperaba, les encantó, se quedaron como hipnotizados al instante, eran muy curiosos y me preguntaban todo. Imitaban lo que veían como yo lo hacía de chico.
-soy el azul!
-y yo el rojo. -decían mis sobrinos mientras disparaban armas imaginarias.
En mi rostro se reflejaba la felicidad que tenia de ver eso, pero cuando me di cuenta ya era tarde, vieron el robot que dejé en el escritorio y no me quedo otra opción que regalárselos.
Al poco tiempo ya le sacaron un brazo, la cabeza y en menos de media hora perdieron sus armas. Lo que me hizo pensar: ¿por qué no lo deje en la caja?

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9 comentarios

  1. 1. Héctor Romero dice:

    Lucas, he leído tu relato y me ha gustado. Escrito con nostalgia verdadera, un final simpático. De sugerencia me parece que al referirte a tu mamá como abu, debías escribirlo “abu”. Por lo demás muy bueno. Soy tu compañero literauta No.76

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 05:26
  2. 2. Ing.Lucas dice:

    Gracias Héctor, voy a tenerlo en cuenta.
    Cuando tenga tiempo te leo.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 14:13
  3. 3. diego dice:

    Me gusta, fijate que podría ser algo más fluido, pero está bien.
    El final podría ser algo más contundente. Que lo toque al muñeco, no solo describilo sino que levante uno de los muñecos y que se le caiga una pierna.
    Saludos

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 20:44
  4. 4. Alétheia dice:

    Tu relato me ha parecido muy tierno, sin darme cuenta acabé sonriendo mientras lo leía. Me ha recordado a Toy Story, como si fuera Buzz Lightyear el juguete que dejó sobre la mesa.

    Aunque al mismo tiempo es triste que eso tenga que ser así. Yo voto porque los adultos jueguen más a menudo a los muñecos (en el sentido figurado de la imaginación y el ser tan divertidos y esporádicos como los niños).

    PD: si te apetece echarle un ojo, mi texto es el 21. Estoy falta de comentarios.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 22:36
  5. 5. María Jesús dice:

    Hola: Tu relato está plagado de nostalgia, muy bonito y tierno, si te pasas por el mío verás cierta similitud (yo también he echado mano de un robot de juguete)Me ha gustado mucho, es fácil de leer y está bien escrito. Un saludo.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 12:57
  6. 6. Luis Ponce dice:

    Hola Ing Lucas:
    Muchas gracias por tu comentario en mi relato. A veces la prisa o la falta de tiempo nos hace pasar por alto ciertos detalles. He cambiado en mi relato original el inicio de acuerdo con tu idea que me ha parecido magnífica. Muchas gracias.
    El tuyo con mucha nostalgia, cuenta aspectos de la vida que nos pasan a todos. Creo que deberíamos morir con ciertos recuerdos que son parte de nuestra personalidad en lugar de facilitar su destrucción por los pequeños.
    Solamente un detalle:¡Soy el azul! con mayúscula y con el signo de admiración inicial, igual que: ¡Y yo el rojo!
    Nos leemos.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 02:17
  7. 7. Bellaan (SC) dice:

    Jajajaja yo por eso no dejo entrar a niños a mi pieza. Todo les llama la atención. Buena historia.
    Revisaría algunas tildes que faltan.
    Saludos

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 21:03
  8. 8. Mª Jesús Hernando dice:

    Hola Ing.Lucas, tierna historia escrita, además, con la nostalgia de la niñez perdida. Me ha gustado. Y en cuanto a mejorar como te dicen más arriba algunas tildes y también revisa algunas rimas (emoción-ficción) que tienes en alguna frase. Un abrazo y nos seguimos leyendo (gracias por pasar por mi texto)

    Escrito el 29 octubre 2017 a las 12:35
  9. 9. Lealnoer dice:

    ing. Lucas, me ha gustado tu relato buen escrito y fluido.
    Una historia muy tierna que te acaricia el alma.

    Escrito el 30 octubre 2017 a las 17:27

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