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Aprendí a quererte - por Jose Antonio

Era más que un simple robot. Bueno, por lo menos era la opinión de Rebeca. La frase era de enorme importancia para ella, sobre todo ahora que su familia se encontraría esperándola en el aeropuerto y que seguramente deberá enfrentar un interrogatorio.

En el asiento junto a la ventanilla, se encontraba sollozando y triste mirando su tenue reflejo. Los recuerdos le llegaban a su mente como una infinita secuencia de eslabones, algo interminable. La imagen principal en toda esa red de pensamientos era, sin lugar a duda, la de GA-L170 o simplemente Gal, como ella lo nombraba.

Gal pertenecía a una generación de robots con un cerebro artificial diseñado con redes neuronales basadas en nanotecnología con varias décadas de perfeccionamiento científico. La estructura de sus cuerpos también estaba inspirada en los diferentes órganos humanos. Pulmones, corazón y hasta un hígado constituían un complejo sistema que proveía al robot una sofisticada adaptación al medio ambiente, procesando el aire y bombeando un fluido viscoso lleno de diminutas máquinas que recorrían el cuerpo.

Rebeca trabajaba en el área de análisis meteorológico antes de la operación. En un cuarto lleno de aparatos de medición de los cuales ella no entendía gran cosa, solo recopilaba datos. Su asistente era GA-L170 quien la apoyaba en la lectura y los cálculos que se debían realizar todas las noches. Después de leer toda la información, Rebeca se sentaba en su escritorio a trabajar con muchos datos. Gal solo se sentaba esperando instrucciones, pero siempre observándola.

Las noches eran muy cansadas y trabajaban por varias horas. Llegaban a tener conversaciones simples y Rebeca siempre le platicaba aspectos personales, como si un confidente se tratase. En una ocasión, Rebeca le soltó una pregunta, como si ella misma se la hiciera en su cabeza: ¿cómo te sientes? Naturalmente ella no esperaba ninguna respuesta. Era muy obvio que un robot no podría contestar ese tipo de preguntas, pero para su asombro, Gal le contestó: “no me siento bien”. Ella se levantó estrepitosamente, tirando la silla y empujando la mesa. Volvió a preguntar: Gal, ¿cómo te sientes? Y él le contestó: “No me siento bien, no me he sentido bien las últimas cinco noches”. Rebeca no podía creer lo que escuchaba. Se quedó observándolo con incredulidad y por varios minutos permaneció en silencio. Antes de que le volviera a hacer alguna otra pregunta, Gal dijo: “Leí tu examen médico. Te detectaron un grave problema en tu corazón. No está funcionando bien. De acuerdo con tu médico es imposible una cura, a no ser que se pueda realizar un trasplante. Situación que es compleja y demasiado costosa debido a tu propio sistema cardiorrespiratorio. Si, ya analicé toda la información”.

Rebeca continuaba sin habla. No lograba creer todo aquello y después de unos minutos, comentó: “no entiendo como es que me dices todo eso, simplemente yo…” y Gal la interrumpió: “He trabajado varios años contigo. He aprendido mucho de ti. No tiene mucho tiempo que me he percibido a mí mismo. Todo era confuso al principio. Mucha información sin lógica y de pronto, yo sentí. Sentí mi cuerpo, sentí algo desconocido, tal vez lo que ustedes llaman miedo. El mundo era enorme y yo me sentía solo, pero estabas tú. El mundo se volvió comprensible. Aprendí a conocerme y a conocerte. Finalmente aprendí a quererte. Soy un robot, pero yo soy el que no entiendo por qué me harías falta. Siento que así, no podré funcionar bien. Así lo siento. Hace unos días logré imaginar. Pero imaginar que no estarás, me ha llegado el miedo otra vez. Así que he tomado una decisión. En este momento, he mandado mi código de desactivación y que seas la única beneficiaria de mis partes. Te proporciono mi corazón artificial. Es tuyo. Vive”
Gal se desactivó un par de minutos después. Rebeca simplemente lo abrazó en un llanto hondo y silencioso.

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4 comentarios

  1. 1. LUDIKA dice:

    Hola me gustó tu relato, es fluido y si bien el final no sorprende del todo logras una agradable lectura.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 15:19
  2. 2. MOT dice:

    Hola Jose Antonio.

    Conmovedor y agradable relato. Me ha gustado, y me ha llamado la atención la frase “…No tiene mucho tiempo que me he percibido a mí mismo.” Reconozco que no la he entendido bien.

    En mi opinión de novato, yo le haría una “poda” y puliría un poco el texto; quizás gane en fluidez…

    Me gustaría sugerirte que eches un vistazo por Literautas; encontrarás una inestimable ayuda que te ayudará respecto a los diálogos, puesto que tal y como lo has hecho, confunden más que ayudan al ritmo de la narración.

    Enhorabuena por el gran esfuerzo que se nota has realizado, y hasta otra…MOT

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 11:17
  3. 3. Héctor Romero dice:

    José Antonio, me ha gustado mucho el espíritu de tu relato. Una estructuración de diálogos lo mejoraría enormemente. Felicidades, soy tu compañero Literauta 76.

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 00:32
  4. 4. María Jesús dice:

    Es un texto muy bonito y tierno, aunque se hace un poco costoso seguirlo debido a lo de los diálogos, tal y como te han apuntado. Obliga a leerlo dos veces para ver quien dice qué, pero por lo demás el relato está muy bien. Un saludo.

    Escrito el 24 octubre 2017 a las 19:18

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