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Gálaga - por Miguel Rojas

Web: http://miguelrojas.flu.cc

Era más que un simple robot, pero él no lo sabía, pues solía estar tan ensimismado en sus obligaciones que no se daba cuenta de que una de las almas más benevolentes de Tristéamo le estaba prestando atención. No era normal pensar que un robot como aquel, tan lógico y calculador, y una sencilla chica como aquella, que más piensa con el corazón y que cree en las casualidades, pudieran unirse para dar con la herrumbre cromática que se hallaba debajo de la superficie a trescientos kilómetros, como había estimado Su Excelencia. Pronto se organizó una expedición de cuatro personas, con el robot y la chica a la cabeza, con el fin de hallar el Valle de los Colores, perdido desde la época de la guerra de las flores mecánicas, y develar uno de los secretos mejor guardados de Aguafuego.

Caminaron unas cuarenta millas, rodeando el bosque, como lo había ordenado Su Excelencia, porque «así ha de ser», hasta llegar al punto de perforación. La chica, como de repentina casualidad, porque así era ella, no le parecía que ese era el sitio, que allí no podía encontrarse tal cosa. El robot estaba más que seguro de sus cálculos y los de Su Excelencia.

—¿Cómo vas a faltarle el respeto al duque de esa forma?
—No es eso, Reynold, es que me da la corazonada de que aquí no es. Mira a tu alrededor, todo frondoso y muy verde. El Valle de los Colores se hubiese tragado todo esto, porque purifica el aire. Esto sería un bosque lleno de polutos.
—Al demonio tus casualidades, Gálaga —dijo el robot con las manos en su fría y reluciente calva—. No sé por qué el duque te mandó con nosotros.
—El duque parece volverse cada vez más generoso, y por algo me habrá escogido. Oye —dijo mientras se acercaba a él y ponía su mano en su pecho, susurrando—, creo que podríamos caminar un poco más. Los vientos se dirigen hacia el noreste. Tal vez él me escogió porque sabía cómo iban a ponerse las cosas. Se lo noto desde lo sucedido en Barranquilla. Es más previsible. Nos ha encomendado una tarea difícil de ejecutar, pero no por ello imposible. Levanta la cabeza, Reynold. Esas integraciones y numeritos raros se ven geniales, sí, pero observa y cree más en lo que tienes en frente.

El robot no comprendía muy bien sus palabras, pero su desprecio de hace un momento se había disipado un poco. Por primera vez dejó que la chica actuara. «Es extraño», pensó. Nunca se había permitido sentir ese sentimiento. Era algo realmente nuevo para su sistema operativo, pero pronto lo reportó como un virus. «¿Yo sentir algo por esta estúpida más que desprecio? Imposible. Yo solo sirvo para obedecer, y todo aquel que contraríe a Su Excelencia merece ser tan despreciado por mí como por él». Aun así, era algo curioso, algo jamás experimentado por sus semejantes. Como investigador innato, quería saber más, aunque fuese lo más abstracto del universo. Y ¿quién mejor que él para descubrirlo? Él quería ver hasta dónde podía llegar, y decidió sacarlo del baúl de virus.

Caminaron unas diez millas al noreste, hasta donde la chica les había indicado. Tomó una bola gris debajo de una gran roca, y se la mostró al grupo.

—Vean, chicos, aglomeración de polutos. Es aquí.

El grupo dispuso el perforador y comenzaron la excavación. Entre más descendían, más caluroso era. El robot seguía dudando. No encontraba mapa ni cálculo que le dijera que ese era el lugar. Sentía que la chica los estaba guiando a su perdición, y Su Excelencia se iba a molestar si no regresaban con resultados o, peor aún, no regresaban nunca. En tanto, seguía quejándose del calor. Su cara se empezó a empapar, al igual que su ropa. Era una situación incómoda. Pensó que algo le estaba fallando, pero luego recordó que solo era sudor.

La perforadora se atascó. La chica le dio una pala a cada uno, tomándolas de mala gana, y les dijo que solo faltaban unos metros. Después de unos minutos, vieron una luz que salía de la pared de tierra. Al atravesarla, sus ojos se abrieron como conchas de mar.

—¡Qué hermoso este lugar!
—Ya lo creo Reynold. Tal cual como en la descripción.

El robot dejó que el nuevo sentimiento se dispersará por su cuerpo.

—Creo que me enamoré de ti —susurró.
—¿Qué dijiste? No te escuché.
—Que creo que deberíamos dormir aquí. Mañana continuamos —dijo rascándose la nuca.

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9 comentarios

  1. 1. Jerónimo Guillén dice:

    De las que llevo leidas esta es la pocas que es coherente con la frase inicial. Me ha gustado la invencion de nombres y jerarquias. Si hubiera que ponerle un pero (y siempre desde una vision subjetiva) sería en dos frases que me suenan raras:
    ” que más piensa con el corazón” y “¿Yo sentir algo por esta estúpida más que desprecio? Imposible. ” la primera me desconcertó en contexto y la segunda la hubiera ordenado de otra forma.
    Por lo demás me divirtió la conclusión.
    Saludos!

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 17:08
  2. 2. Antaviana dice:

    Miguel, me ha gustado tu historia y el final es muy tierno 🙂

    Frases que me suenan raras a mi:

    La chica, como de repentina casualidad, porque así era ella, no le parecía que ese era el sitio, que allí no podía encontrarse tal cosa ( quizá se entendería más incluyendo “A” la chica (al principio de la frase)

    Y la otra:
    Entre más descendían, más caluroso era.
    A mí me suena mejor ” cuanto más descendían”

    Por lo demás, es una historia muy bonita, buscas la magia y eso es genial.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 10:49
  3. 3. Miguel Rojas dice:

    A Jerónimo: gracias por tu comentario . Cierto es que no soy muy bueno ordenando frases. Y qué raro lo de la parte inicial, me parecía que no era coherente. Quería darle vuelta a la historia un poquito más adelante, que se entendiera luego que el «robot» era una simple metáfora.

    Para Antaviana: lo mismo que a Jerónimo: soy un desastre con algunas frases . Y gracias por lo de la magia, es precisamente lo que buscaba.

    ¡Saludos!

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 15:51
  4. 4. Bellaan (SC) dice:

    Wow, muchas cosas nuevas ya al inicio: las flores mecánicas, Aguafuego… etc.
    Que mal me cayó “Su Excelencia”.
    No debió sacar ese sentimiento del baúl de los virus… yo lo dejaría ahí jajaja con la mala suerte que tengo.
    Chanfles! que rápido se enamoró :O
    Me encantó el final, me causó gracia que él cambiara la frase 😀
    Saludos!

    Si te pasas por mi relato N°137 sería genial 🙂

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 00:05
  5. 5. Juan Sauce dice:

    Hola, Miguel.

    El tuyo, más que ser un relato de ciencia ficción, es un relato de fantasía. Nos llevas a un mundo mágico, donde todo es diferente. Eso tiene un pro y un contra: por un lado, nos confronta con algo nuevo, que despierta nuestro interés porque queremos conocer más de este mundo; por otro lado, al no tener referencias de qué o cómo son algunos elementos de ese mundo (herrumbre cromática, polutas, etc) hay detalles que se hacen difíciles de visualizar; lo mismo sucedería con las intenciones del monarca de la historia y el propósito de la misión. Comprendo que 750 palabras se hacen cortas para desarrollar algo así.

    Algo que me ha dejado fuera de juego es cuando están excavando y comienza a sudar; ¿los robots sudan? He leído en tu comentario que pretendías que lo de «robot» fuese solo una metáfora, pero en el transcurso de la lectura no he percibido esa intención.

    De todas maneras, no pienses que me ha parecido negativa tu historia; al contrario, me ha gustado.

    Yo estoy por el 183, por si te quieres pasar. Un saludo.

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 05:33
  6. Hola Miguel

    Estoy de acuerdo con Juan Sauce en cuanto a la opinión sobre relato, yo añadiría que el final me ha parecido algo forzado, tiene que haber algo más para que uno se enamore aunque, tratándose de un robot…¡todo es posible!

    Saludos

    Escrito el 20 octubre 2017 a las 11:41
  7. 7. Ane dice:

    Hola Miguel, soy tu vecina de arriba y me he pasado para comentar tu relato.

    Estoy de acuerdo con Juan en cuanto a que algunas descripciones resultan difíciles de visualizar. Aun cuando sean utilizadas correctamente su complejidad puede llevar a que haya lectores que se pierdan.

    En cuanto al resto decirte que la fantasía no es lo mío por lo que mi valoración al respecto no está bien fundada.

    No dejes de escribir.

    Saludos.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 15:53
  8. 8. Miguel Rojas dice:

    Buenas, chicos.

    A Juan: si supieras que yo pensaba que no sabía cómo escribir fantasía, te reirías, jaja. Hay muchos elementos que se escapan, es verdad. Quiero aclarar —esta aclaración va para todos, en especial a Bellaan, que veo que le ha causado bastante agrado—: Aguafuego es un lugar dentro del mundo que pretendo recrear, y me hubiese gustado describirlo un poco más. Quizá en mi página pronto monte la explicación, cómo es y qué se hace allí. La herrumbre cromática no sería más que el propio Valle de los Colores. Fue una idea tomada del «Fukai» que aparece en Nausicaä del Valle del Viento, aunque con un poquito más de «vida»; evidentemente no me ha dado tiempo de explicarlo, pero el relato lo escribí el último día del envío y no quería quedarme por fuera. Siguiendo con la aclaración, he de decir que pasan una serie de hechos entre la salida del país —que no es un reino, es un gran ducado. Lo que pasa es que el tipo está un poco «tostado» de la cabeza y pretenden que lo llamen Su Excelencia— hasta que llegan al punto donde perforan para llegar al valle. Es una historia que se presta para algo más grande, en mi opinión, por eso le faltan tantos detalles. Es más un borrador que otra cosa.

    A Paola: sí, tienes razón, es forzado. Él no se enamora de inmediato. Pasan muchísimas más cosas a lo largo del trayecto. Esto forma parte de un universo más grande, más completo, de carácter futurista, una distopía en su más pura esencia. Me deja pensando lo de «todo es posible».

    Para Ane: pues, ¡vaya que se hace difícil de visualizar! Repito: me hubiese gustado describirlo, pero el relato hubiese tenido más de 750 palabras. Es algo así como un mundo donde todo está contaminado, y el valle actúa limpiando el ambiente exterior. Los polutos no son más que las sustancias contaminantes en el ambiente, otros gases que se mezclan con el aire. En ese sentido podríamos hablar de «polución atmosférica»: https://es.m.wikipedia.org/wiki/Polución_atmosférica

    Es un placer leerlos y discutir sanamente con ustedes, chicos. Espero verlos en los siguientes talleres. 😉

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 02:54
  9. 9. Miguel Rojas dice:

    PD: Tristéamo también es un lugar, y la Barranquilla que aparece aquí es la mismísima ciudad colombiana. Podrán comprender, entonces, que la historia se desarrolla en América del Sur.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 03:04

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