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Concepción - por Agustín

Web: https://agustinmv.es

Era más que un simple robot lo que había en aquellos papeles. Con esta idea en la cabeza, la culminación de poner el punto y final le provocó una descarga de placer que recorrió todo su cuerpo. Solo entonces se permitió levantar la cabeza. Extenuado y sudoroso tras una noche tan intensa, descubrió a R-Aquel delante suyo portando una taza humeante.

—No has dormido. Te he preparado café —declaró con su voz metálica a la vez que le tendía el brebaje.
—Tú tampoco. —Con una sonrisa bobalicona se dejó caer en el profundo azul celeste de los ojos LED de ella. No tenía ningún rasgo distintivo pero la consideraba un ente femenino.

Cuando se dio cuenta que la robot estaría horas en esa postura se apresuró a cogerle la taza un tanto azorado. Sin catar la bebida contempló con deleite como los engranajes hacían retroceder el brazo. Su mirada siguió recorriendo aquella armoniosa unión de plásticos, metales y cables. Parecían dos estatuas contemplándose el uno al otro.

—Está terminado —dijo él con orgullo—. Mira. —Corrió la silla para dejar que la robot rodeara la mesa y se colocara a su lado.

En otra ocasión hubiera abrazado su cintura para sentir el frío metal sobre su piel pero la emoción que sentía le hizo olvidar por un momento el atractivo físico. De entre aquel revoltijo de papeles extrajo varios diagramas y los dispuso en cadena. R-Aquel inclinó la cabeza para enfocar su vista en ellos.

—¿No te recuerda a alguien? —Ella solo hablaría si podía aportar información.
—Estos patrones son estándar entre los robots antropomorfos —enumeró señalando el contenido de las hojas—, esto es una nueva fórmula de piel sintética, has escogido un tipo de cerebro de reprogramación modular…
—¡Se parece a ti, Raquel! —exclamó lo que para él era obvio.
—Correcto. Su diseño base coincide con el mío al ochenta por ciento. Las tareas cognitivas presentan un diseño más avanzado.
—Nuestros hijos siempre nos superan.
—Esto es un… homenaje hacia mí.
—Todo homenaje es poco. Sabes porqué lo he hecho.
—… podrá pensar y razonar…—Era la voz de él en una grabación que surgía de la boca de la robot. Rebuscó de nuevo entre los papeles y le mostró varios tan llenos de palabras que apenas se veía el blanco.
—Podrá pensar y razonar —repitió ella, esta vez con su propia voz, al analizar lo escrito.
—Te lo dije, Raquel, te lo dije. Lo conseguiría. ¡Lo conseguiríamos! Porque es fruto del trabajo de los dos. Sin ti no lo hubiera logrado. Es nuestro retoño.

La robot no dijo nada. Él esperó un largo minuto con la esperanza que lo hiciera aunque tenía claro que nunca ocurriría. Esa falsa inteligencia no le permitiría sumarse a su alegría. Tampoco rebatir su última afirmación. Ni siquiera llamarle loco. Una farsa que le había impulsado a diseñar el nuevo robot. Su emoción se evaporó dejando un doloroso vacío.

—Escanea los documentos y envíalos para que se pongan con ellos cuanto antes.

Con su característica actitud diligente R-Aquel ordenó los papeles y uno a uno los remitió a la fábrica mediante su enlace interno.

—Tendrás que ponerle un nombre —añadió mientras ella pasaba las hojas justo antes de que le sobreviniera un bostezo. Le pareció que esta última orden produjo un titubeo en ella. Lo descartó por imposible y lo achacó a su cansancio.

La robot terminó el envío y dejó las hojas perfectamente apiladas en la mesa. A él se le iban cerrando ya los ojos cuando sintió que una mano metálica le abrazaba por los hombros y le acariciaba con plástica ternura.

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7 comentarios

  1. 1. Kupuri Tatei dice:

    Hola Agustín:
    Me ha gustado el nombre de R-Aquel, habla de que es un robot y de un nombre femenino.

    La palabra: “brebaje”, me prece inadecuada para referirce a una taza de café caliente.

    Creo que hace falta trabajar más en los diálogos, son confusos, de pronto no entendía quién hablaba.

    Dices que R-Aquel no tenía ningún rasgo distintivo de ente femenino pero la emoción que sentía él le hizo olvidar por un momento el ¿atractivo físico?

    Siento que te has guardado la mejor parte, no nos has contado la historia completa. El lector puede acompletarla de muchas formas, pero no alcanzo a ver tu propia historia.

    Te invito al cuento #181- “El invento”. Pasa, leelo y destrúyelo. Gracias.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 17:49
  2. 2. Roster dice:

    Hola Agustín:

    Tu relato me ha gustado por sugerente, dejas al lector que vea más allá de lo que dices. Tiene un sabor agridulce el suponer, pero está bien contado y a la vez tiene un punto de realidad, un nuevo modelo de robot superará el anterior y el trabajo de dos para hacerlo realidad los convierte en ¿padres?

    Nos dejas pensativos y eso está muy bien.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 11:17
  3. 3. Jaime Cuevas P. dice:

    Hola Agustín:

    Me ha gustado mucho el tema de tu cuento y el toque melancólico que le das. La idea de que un humano “comparta” un hijo con un robot me parece novedosa.

    Los diálogos me han parecido algo confusos, a veces no sabían quién hablaba.

    También te aconsejo que revises cómo puntuas los diálogos. Por ejemplo: “Mira.-Corrió… ” deberías escribirlo así: “Mira -corrió… ”

    El término “brebaje” me parece algo raro para referirse al café.

    Espero que mis comentarios te sean útiles.

    Enhorabuena.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 12:31
  4. 4. Alex dice:

    No te lo creerás, pero la originalidad de tu texto me ha hecho dar un salto de la silla y leer con la misma ilusión que cuando descubrí el Mundodisco de la mano de Terry Pratchett.

    ¡Uy, perdón! Mis modales… Hola Agustín.

    Te voy a hacer una crítica breve: Para mí, es un diez.

    R-Aquel: Que fácil y que original a la vez. Ahí he saltado por primera vez.
    Brebaje: Será muy mona, pero ¡hace el café de pena! Claro, no puede probarlo para saber como está.
    ¡Un bebé!¡un bebé! ¿Por qué no se me habrá ocurrido a mi? ¡Te odio! (Es broma, estoy dramatizando). Genial. En serio. No he leído ninguna otra historia que tenga como base este concepto.

    Personalmente, prefiero el método tradicional humano-humano, pero contra gustos…

    Espero leer más cosas tuyas pronto. Saludos,

    Escrito el 27 octubre 2017 a las 01:47
  5. 5. Juan Sauce dice:

    Hola, Agustín; gracias por tu visita a mi relato. Allí te respondí a lo que me comentabas.

    Tu relato me ha parecido estupendo. La idea original del «hijo» de los dos protagonistas está muy bien, junto con la desazón del hombre humano al percibir, en cada momento, que su «pareja» no es más que una máquina; esto lo has sabido transmitir muy bien.

    Debo confesar, eso sí, que la primera lectura también me ha resultado un poco confusa durante los diálogos. En la segunda lectura, ya con todos los datos ordenados en mi cabeza, he disfrutado más de la historia y he podido imaginarme más acertadamente la situación, poniéndole voz y expresiones a los personajes conforme iba leyendo. Esa dificultad en la primera lectura que, por lo que veo, también han tenido otros compañeros, sería un punto a revisar.

    Otra cosa que me parece que flojea es el final. Al principio, yo esperaba que la robot reaccionara, inesperadamente, con un ataque de celos, destruyendo los documentos o atacando a su creador, pero me dio la sensación que acabó sin ocurrir nada, con ausencia de conflicto. Pero en mi segunda lectura he percibido que la robot acaba abrazando cariñosamente a su «pareja», con lo cual sí habría un conflicto y su resolución (él piensa que ella no siente nada pero en realidad sí siente cariño). Si realmente es esto lo que querías dar a entender, creo que sería bueno hacer más visible esa muestra de amor al final. No sé cómo; quizás mencionando antes que la robot no abrazaba nunca para dar a entender que esa caricia «de plástica ternura» era algo fuera de lo habitual… Añadir algo que realce más ese sentimiento. Por lo menos a mí, me parece que esa muestra de cariño está muy escondida.

    Aún así, como he dicho, el relato me parece estupendo; me ha gustado y has mostrado la historia a base de imágenes bien formadas, antes que tan solo contarla con palabras.

    ¡Un saludo!

    P.D. El nombre «R-Aquel» me encanta; y me chocó que un robot bostezara, ¿o es él quien bosteza?

    Escrito el 29 octubre 2017 a las 05:45
  6. 6. Helkion dice:

    Hola, Agustín.

    En el apartado técnico, he visto algunas cosas a corregir. Por ejemplo, en el primer párrafo hay un “delante suyo”, pero lo correcto sería “delante de él”. En el diálogo que sigue, echo en falta una coma entre “distintivo” y “pero”. A continuación la expresión “se dio cuenta que”, lo apropiado sería “se dio cuenta de que” (más adelante se repite esta circunstancia, en “con la esperanza (de) que”. El “como” que sigue lleva tilde. Más adelante, en el diálogo entre humano y robot, hay un “porqué” que debería ir separado (“por qué”).

    En cuanto a la historia que planteas, pues me ha gustado, tanto en la forma como en el fondo. Me gusta que la hayas planteado, sobre todo, a través de un diálogo entre los protagonistas. La temática ilustra de una manera muy diáfana cómo algunos humanos se entregan con pasión y, a menudo, falta del suficiente descanso, a tareas que parece que van mucho más allá de lo que podría pensarse que es posible alcanzar, y eso lo dota de la profundidad necesaria para hacer reflexionar sobre lo que podemos llegar a entender por “humanidad”. Máxime si recordamos que, a lo largo de la Historia, ha habido largos períodos en los que a muchos humanos no se los consideraba como tales, sino como esclavos, herramientas más o menos valiosas.

    Y sobre la historia romántica, me pasa como a ti con el mío, no he llegado a percibirla. Parece más o menos clara la afectividad del humano hacia R-Aquel, pese a que se expresa más con palabras que con hechos, pero no parece que exista esa misma conexión por parte del robot, pese a que dedique sus cuidados al humano con acciones y no con palabras. No he conseguido superar la duda de que dichas acciones no respondan tanto a su programación como a una supuesta afectividad que “no debería estar ahí”.

    Lo que sí me ha llamado la atención, y esto ya lo señalo sólo como curiosidad, es que en nuestros relatos ocurre justo lo contrario. En el tuyo el humano se involucra sentimentalmente con la robot, quedando en duda la correspondencia de esta última, mientras que en el mío es el robot quien busca relaciones sentimentales con humanos, y son estos los que se muestran esquivos… jaja.

    En cualquier caso, y como ya he señalado en el apartado del contenido, creo que es una buena historia, humana y que permite una interpretación de calado. Y ese tipo de historias siempre me parecen interesantes.

    Enhorabuena, Agustín.

    Escrito el 30 octubre 2017 a las 08:27
  7. 7. Agustín dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios. La forma de los diálogos ha sido deliberada. Lo que me habéis dicho al respecto de ellos lo voy a tener muy en cuenta en el futuro.

    A los que me habéis comentado y no os he devuelto la visita os debo una. Estas últimas semanas están siendo una locura 🙂

    Escrito el 9 noviembre 2017 a las 11:32

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