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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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PATHFINDER - por Mancebo

Era más que un simple robot. Aunque los patrocinadores no percibieran en toda su dimensión la complejidad que abarcaban sus acciones, estaban más que satisfechos. Tras las pruebas y avances sucesivos desarrollados la fecha elegida había llegado.

Había cruzado medio mundo, obtenido la beca soñada por todos los alumnos de esta especialidad en su país. Gracias a ella había podido realizar su costoso proyecto sin cortapisa alguna. Los americanos estaban pletóricos con los resultados. «Hasta los japos quedarán sorprendidos con Pathfinder. Es inaudito lo que estás consiguiendo, Macarena» —Le dijo exultante George, su colaborador principal, con esa pronunciación peculiar de los angloparlantes al pronunciar su nombre—. Alababan precisamente lo que había sido su perdición, que tuviera reacciones y sensibilidades indubitablemente humanas. Los microchips bañados en entelequia y ajustados mediante láser habían obrado lo que ellos consideraban un milagro. A pesar de todo, la invadía un poso de amargura.
El hecho de conseguir avances insospechados en la robótica hasta hacía poco tiempo no sólo se debía a que fuera un cerebrito. El trabajo y la constancia habían ayudado a que los progresos fuesen vertiginosos. Muchas horas invertidas, robadas al sueño. «Cuando avanzas te animas inconscientemente, ansías más. Si tienes un par de fiascos seguidos, te desanimas, la inseguridad te atenaza, decae el interés y acabas abandonando» —afirmaba.
Su androide —lo consideraba así, aunque en su creación y diseño había intervenido un equipo—, está a años luz de los arcaicos autómatas. Su sofisticación era tal que los interfaces de comunicación carecían de cableado. Su cadena cinética contenía escasos elementos mecánicos. Habían sido sustituidos por células fotoeléctricas. Los circuitos estaban integrados en una red de procesadores punteros, sin corriente convencional. Su retroalimentación era plena
La tomarían por loca si les dijera que paralelamente a los ensayos oficiales, en el último mes y medio —cuando se quedaba sola— había hecho muchas prácticas y numerosas “insensateces” por libre.
Todo empezó una noche sin estrellas —la nave tenía techo acristalado— en que realizó un ensayo para comprobar si el androide sería capaz de soportar temperaturas de 600ºC sin deformarse ni sufrir alteraciones en sus funciones. Al extraerlo del crematorio —tras unos minutos de atemperación—, observó que, de sus brillantes ojos color azabache, se escapaban copiosas lágrimas. Esto la emocionó, a pesar de ser conocida por sus colegas como mujer de hielo. Ellos sólo veían la carcasa. Tras la sorpresa inicial comprobó que los fluidos provenían de un canal espontáneo que se había escindido. Por él se escapaba parte de la energía que no podía absorber el existente, debido a que la cantidad de corriente lanzada había sido muy elevada para un venero tan estrecho. Serendipia pura y dura. Cuando — después de unas horas intensas y agitadas— se disponía a irse para casa, atisbó que la oscuridad de la bóveda celeste había sido perforada por el brillo estelar del lucero del alba, destino final del robot.
Las jornadas siguientes las dedicó —cuidando no ser descubierta— a implementar de manera paulatina los actuadores en forma de “Y” para que las señales eléctricas que enviaba se desviaran hacia el ramal izquierdo u “oficial” cuando los algoritmos siguiesen un patrón arduino y hacia el derecho cuando estuviesen basados en uno cartesiano. Desempolvó experimentos acumulados durante años, que habían sido relegados en busca de una ocasión propicia en que poder ser aplicados. Inoculó a través de ese circuito habilidades sociales, convenciones morales, técnicas de flirteo y, por último, sensibilidades amatorias; todo ello encapsulado previamente sin testar con garantías. Se sorprendió de la rapidez del engarce, de las reacciones tempranas, de las exiguas rectificaciones imprescindibles. Verificó sin descanso que todos los procesos y los avances obtenidos fueran acompasados. Excitada por sus logros, de forma gradual, sin apenas percibirlo, sufrió un enamoramiento que derivó en pasión inequívoca. Su ternura la conmovió, su entusiasmo sincero la desarmó, sus caricias la fueron minando, hasta que se desactivaron todas sus cautelas y se entregó de forma absoluta.

Habían follado toda la noche de forma desaforada. Aún tenía la respiración entrecortada y la garganta reseca. Estaba sudorosa. ¡Como se cimbreaba rítmicamente, sin pausa!¡Cuanto placer la suministraba! El ámbito oficioso había resultado altamente gratificante, el autorizado debía cumplir las expectativas. En menos de dos horas tenía que decidir si contaba su rocambolesca relación, ignota para todos los colaboradores y Sponsors —con lo que su meteórica carrera se volatilizaría—, o si enviaba a Pathfinder a explorar el planeta Venus tal como su misión establecía y no volver a sentirlo dentro de sí.

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8 comentarios

  1. 1. Stinkelgeneroso dice:

    Muy buena la historia y buena redacción, fácil y rápida de leer. Por el contrario:
    Cambiaría la forma de expresar que habían tenido relaciones:”Habían follado toda la noche de forma desaforada.”; rompe un poco el ritmo del relato, creo que quedaría mejor expresado de otra forma.
    Cuidado con los laismos: “A pesar de todo, la invadía un poso de amargura.”; ese “la” es un “le”. Tienes algunos más.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 22:11
  2. 2. Naoko Marcapasos dice:

    Me gustó mucho la historia, un final que me sorprendió bastante y me sacó una sonrisa.
    Es mi primer comentario y no soy muy duch en esto.
    Creo que utilizas de manera adecuada palabras no cotidianas.

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 23:59
  3. 3. Robert M. Roderick dice:

    Hola, Mancebo:

    La estructura de tu relato es impecable: introducción, nudo y desenlace de forma directa. La historia está bien engarzada ( 😉 ). En términos generales el texto es fluido y no se hace monótono ni pesado.

    En cuanto al uso del lenguaje, las palabras poco comunes son siempre un recurso arriesgado, ya que es posible que el lector tenga que abandonar la lectura para averiguar su significado. En mi caso ocurrió esto con “venero”.
    Tampoco me termina de encajar que emplees palabras como “inoculó” en lugar de “introdujo” o “engarce” por “adaptación” y más adelante quiebres el nivel del vocabulario con un “Habían follado”. Al romper de esa forma hay que andarse con mucho ojo porque se puede desconcertar al lector sacándolo de la ambientación en la que se encontraba inmerso.
    También en cuanto al lenguaje empleado: generalmente se puede aplicar la regla de “menos es más”, y el uso de “indubitablemente” en lugar de “indudablemente” o expresiones conocidas como “a todas luces” puede hacer distraerse al lector y rompen el ritmo de lenctura.

    Tal y como comenta Stinkelgeneroso, has cometido laísmo en algunos puntos. A mí el que más me llamó la atención fue el “¡Cuanto placer la suministraba!”. Ese “Cuanto”, por cierto, como adjetivo exclamativo, debería llevar tilde.

    Como última apreciación en cuanto al lenguaje empleado: puesto que estás narrando en pasado, choca ese “está a años luz de los arcaicos autómatas”. ¿No debería ser un “estaba”?

    En lo referente al ritmo del lenguaje, como he comentado al principio, está muy bien logrado. La lectura es ligera y tanto la estructuración como la variación en las longitudes de las oraciones están muy cuidadas. El único pero que sacaría es una pequeña aliteración que me ha sonado un poco rara: “espontáneo que se había escindido” (es-se-es).

    Sobre la historia en sí: es una historia muy interesante, que deja al descubierto la volatilidad humana en lo que respecta a los deseos y a la asunción de responsabilidades, a las libertades y a las consecuencias de las acciones. La humanización progresiva del robot ha dado sentido por completo a la oración introductoria y la historia cubre íntegramente la resolución de los dos retos expuestos en el taller.

    ¡Buen trabajo!

    ¡Un saludo!

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 11:21
  4. 4. Sara Sierra dice:

    Hola Mancebo,

    Soy nueva y comienzo a participar. A mí, de tu relato, lo que me ha gustado y llamado la atención es el personaje de la científica. Me parece que al mismo tiempo que tu robot se relata cómo humanizado, la protagonista está en el límite contrario, con dos expresiones:

    “a pesar de ser conocida por sus colegas como mujer de hielo.” Y “Cuanto placer la suministraba”

    El final me ha parecido un buen desenlace para la trama.

    Lo que comentan Stinkelgeneroso y Robert , coincido. Me parece que queda bien una o dos palabras no cotidianas (me gustó entelequia) para aprender y no salirse de la narración.

    Una última observación: El utilizar la palabra japo, en un anglo parlante no me hace sentido, por otro lado no sé si se utilice coloquialmente en tu país.

    Espero haber aportado, saludos

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 14:50
  5. 5. iosu dice:

    Hola Mancebo:

    El título y el seudónimo me han atraído a tu relato así que, una vez leído, lo comento.

    Creo que Robert ha hecho un excelente análisis con el que estoy de acuerdo y añado mi parecer.

    A mí el lenguaje no me molesta siempre que se mantenga una unidad de criterio en el estilo, no se abuse y no resulte empalagoso. Tienes un lenguaje rico —quizás en alguna expresión un poco forzado—pero no pega encontrarte de repente con esta frase que rompe el estilo: Habían follado de forma desaforada. También en esta frase encuentro una cacofonía entre follando y desaforar que habría que evitar, incluso la efe de “forma” molesta (follar, forma, desaforada). El vocablo “arduino” no lo conozco aunque seguramente tendrá relación con el género. No lo reconoce la RAE, por lo que creo que debería ir en cursiva o, en el formato de Literautas, entrecomillado. Tampoco me encaja la expresión “cerebrito”.
    Me resulta difícil imaginar algo (material) bañado en entelequia (inmaterial).
    Me gustan los incisos entre guiones, pero creo que hay demasiados en tan corto relato.
    Algunas cuestiones de gramática:
    En el primer párrafo “avances sucesivos desarrollados la fecha elegida…” falta una coma después de “desarrollados”.
    “…lo que estás consiguiendo, Macarena» —Le dijo exultante…” Aquí no hay que poner guión largo y el “Le” sería en minúscula.
    “Su retroalimentación era plena” Falta el punto.
    “…, sin pausa!¡Cuanto…” Dejar espacio entre signos de admiración.
    Creo que empleas demasiado tiempo en explicar tecnicismos o cuestiones que no tienen mucho que ver con la historia en sí. Todo muy interesante y muy bien relatado, con un buen dominio del vocabulario, pero para cuando llegas al núcleo ya es el final.

    Colmo resumen de fondo, salvando los pequeños toques que te he comentado, me parece un relato bueno, bien contado, se hace fácil y amena la lectura, manejas bien el lenguaje y dominas el género y tienes gran capacidad para imaginar historias imposibles.
    Hasta otra.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 09:44
  6. 6. Mancebo dice:

    Lo primero muchas gracias a todos por dedicar un rato a la lectura detenida de mi relato, así como por los comentarios, fallos descubiertos, rectificaciones sugeridas. Me ayudarán a mejorar.

    En mi descargo aduciré que algunas de las tachas cometidas han sido descuidos por no repasar lo suficiente antes de publicar. He andado esta vez justo de tiempo. En cuanto a los laísmos son uno de mis talones de Aquiles. Alguno hubiera corregido de repasar con más detenimiento, pero más de uno se me escapa casi siempre porque no lo tengo del todo claro.

    En cuanto al último párrafo, es verdad que después del vocabulario anterior “Habían follado” queda vulgar, lo cambiaría por “Habían hecho el amor” y dejaría el resto. Quería expresar la pasión desplegada ante la impotencia de la despedida.

    El lenguaje empleado puede que haya pecado de demasiados detalles y recreaciones en tecnicismos científicos que se podían haber aligerado sin influir en la parte mollar de la historia. Otro tipo de palabras no corrientes no lo veo menoscabo. A mí me pica la curiosidad cuando estoy leyendo y no me importa conocer palabras nuevas e ir a buscar su significado. Si ya son muchas puede que ralentice el hilo, es cierto.

    Con respecto a las cacofonías, me lo apunto a tener en cuenta en próximas ocasiones, aunque hay autores que emplean aliteraciones y a mí no me suenan mal si no son recargadas.

    La pega de que “a algo material se bañe en algo inmaterial”, tampoco considero que haya que ir al detalle. En un relato de ciencia ficción se pueden permitir licencias ¡Sabe Dios si en un futuro se podrá mezclar lo material y lo inmaterial!

    Los errores de gramática y puntuación intentaré mejorarlos en próximos escritos.

    Y, por último, con respecto a las alabanzas y recursos que os han parecido originales, os han hecho sonreír o, simplemente os han gustado, me reconfortan.

    Escrito el 23 octubre 2017 a las 23:01
  7. 7. Menta dice:

    Buenas noches Mancebo: No quiero que llegue el día 1 de noviembre sin haberte mandado mi comentario. Este mes me corresponde hacerlo porque estoy dos lugares arriba, en el 28.

    Tu relato me ha gustado por el tema y la estructura. Tratas varios temas que todos tenemos en la cabeza. Son preguntas que nos hacemos y que nos contesta la imaginación.

    He encontrado algunas cosas que me han chocado y me gustaría comentarte. Muchas de las omisiones que te comento creo que se deben a que tú sabes lo que ocurre y por eso no las escribes. Los lectores no estamos en tu cabeza y muchas veces nos perdemos y no sabemos a lo que te refieres o a quien te refieres.

    En el párrafo: “Tras las pruebas y avances sucesivos desarrollados la fecha elegida había llegado” Me parece que falta una explicación para la pregunta que como lectores nos hacemos: ¿La fecha elegida para qué? -Para mandarlo a Venus, al espacio, comercializarlo, etc.

    Cuando dices: “Los americanos estaban pletóricos con los resultados” Creo que siendo pletóricos un adjetivo que significa: Estar lleno de algo; también te falta algo como: Estaban pletóricos de alegría, etc.

    De nuevo en otra frase te falta algo y esta vez es el sujeto: “Alababan precisamente lo que había sido su perdición, que (Pathfinder) tuviera reacciones y sensibilidades indubitablemente humanas.”
    Por cierto, la palabra: indubitablemente, no la he encontrado en ningún diccionario consultado.

    Otra omisión: “El hecho de conseguir avances insospechados en la robótica(,) hasta hacía poco tiempo(,) no sólo se debía a que fuera un cerebrito. (si no también por…) El trabajo y la constancia habían ayudado a que los progresos fuesen vertiginosos.”
    Quiero decirte que si una frase la escribimos con -no sólo-, necesitamos otra frase con –si no otra cosa- para redondear su significado.

    En la frase: “…realizó un ensayo para comprobar si el androide sería capaz de soportar temperaturas de 600ºC sin deformarse ni sufrir alteraciones en sus funciones. Al extraerlo del crematorio —tras unos minutos de atemperación—“
    Tienes que cambiar esta frase porque no es verdad, cuando un objeto lo sometemos a 600ºC, hasta que se atempera tienen que pasar mucho más que unos minutos.

    Estas frases son muy bonitas y están muy bien engarzadas: “Excitada por sus logros, de forma gradual, sin apenas percibirlo, sufrió un enamoramiento que derivó en pasión inequívoca. Su ternura la conmovió, su entusiasmo sincero la desarmó, sus caricias la fueron minando, hasta que se desactivaron todas sus cautelas y se entregó de forma absoluta.”

    Pero nos habías llevado con cautela a una bonita descripción lírica y de repente, nos arrojas a esta dura realidad: “Habían follado toda la noche de forma desaforada”. No me convence esta ruptura.

    Por hoy nada más. Espero seguir leyéndote los próximos meses. Un saludo, Menta

    Escrito el 1 noviembre 2017 a las 00:21
  8. 8. Mancebo dice:

    Hola Menta,
    Lo primero agradecerte que hayas comentado mi relato aun sea porque te correspondía. Se recomienda en las bases, no es obligatorio.
    En cuanto a las cosas que te han chocado, de algunas intentaré defenderme y aclararlas, de otras no me queda más que darte la razón y enmendarme para próximas ocasiones. Te contestaré transcribiendo tus frases. A continuación de ellas.

    Cuando dices:
    En el párrafo: “Tras las pruebas y avances sucesivos desarrollados la fecha elegida había llegado” Me parece que falta una explicación para la pregunta que como lectores nos hacemos: ¿La fecha elegida para qué? -Para mandarlo a Venus, al espacio, comercializarlo, etc.
    Es una pregunta queda respondida perfectamente en la última frase, es un efecto buscado a propósito. Efectivamente, para ser enviado a Venus a explorar el planeta.
    “Los americanos estaban pletóricos con los resultados” Creo que siendo pletóricos un adjetivo que significa: Estar lleno de algo; también te falta algo como: Estaban pletóricos de alegría, etc.
    Aquí te doy la razón ya que yo pensaba erróneamente que uno nada más que podría estar pletórico de alegría. Craso error. Pletórico es lo mismo que henchido, pero se tiene que estar lleno de algo.

    Cuando dices:
    De nuevo en otra frase te falta algo y esta vez es el sujeto: “Alababan precisamente lo que había sido su perdición, que (Pathfinder) tuviera reacciones y sensibilidades indubitablemente humanas.”
    El sujeto está implícito, aunque queda un poco atrás, sería “Los americanos”, sus mentores. Creí que se sobreentendía, tendría que haberlo puesto.

    Cuando dices:
    Por cierto, la palabra: indubitablemente, no la he encontrado en ningún diccionario consultado.
    Yo te respondo: Consulta el diccionario de la Real Academia Española de la lengua.
    Indubitablemente: Indudablemente.
    Indubitable: 1. adj. Que no puede dudarse.

    Otra omisión: “El hecho de conseguir avances insospechados en la robótica(,) hasta hacía poco tiempo(,) no sólo se debía a que fuera un cerebrito. (si no también por…) El trabajo y la constancia habían ayudado a que los progresos fuesen vertiginosos.”
    Quiero decirte que si una frase la escribimos con -no sólo-, necesitamos otra frase con –si no otra cosa- para redondear su significado.

    No soy muy de manual. He puesto un punto en medio y al leerlo queda patente la dicotomía, aunque no esté escrita.

    En la frase: “…realizó un ensayo para comprobar si el androide sería capaz de soportar temperaturas de 600ºC sin deformarse ni sufrir alteraciones en sus funciones. Al extraerlo del crematorio —tras unos minutos de atemperación—“
    Tienes que cambiar esta frase porque no es verdad, cuando un objeto lo sometemos a 600ºC, hasta que se atempera tienen que pasar mucho más que unos minutos.

    Es un escrito de ciencia ficción, se pueden tomar ciertas licencias. Se puede ir hacia delante y hacia atrás en el tiempo (como en tu relato). Se pueden tocar los objetos nada más sacarlos del horno, aunque se sometan a altas temperaturas. Si vamos a un relato realista evidentemente nos achicharraríamos.

    Pero nos habías llevado con cautela a una bonita descripción lírica y de repente, nos arrojas a esta dura realidad: “Habían follado toda la noche de forma desaforada”. No me convence esta ruptura.
    A ti no te convence ni a mí tampoco después de comprobar que todos los compañeros que han comentado mi relato van por la misma dirección. Lo modificaría un poco para que no fuera un cambio tan drástico pero la esencia de lo que quería contar, el acercamiento paulatino al robot acabando por hacer el amor con él me parece que es una forma de terminar sorpresiva sumiendo a la protagonista en una duda bastante apremiante.

    Y ahora ya a ponernos manos a la obra, pues tenemos unas pautas y un reto para construir la nueva historia del mes de noviembre.

    Escrito el 2 noviembre 2017 a las 19:37

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