Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Compra el pan, a mí me viene fatal - por Miranda

Web: https://mycatapultaliteraria.wordpress.com/

Era más que un simple robot. En realidad, no era ningún robot, era un ser humano que se sentía robotizado, siguiendo órdenes y actuando en función de los deseos de otras personas y siempre al ritmo que le marcaban.

Tenía una resaca impresionante, la noche anterior había sido su despedida de soltero, faltaba una semana para casarse finalmente con su pareja desde hacía quince años y con la que compartía piso desde hacía más de diez

Sonó el pitido del móvil y en la pantalla apareció un mensaje “Compra el pan, a mí me viene fatal”

Susana, le mandaba ese escueto mensaje, sin más. No tardarían en llegar algunas órdenes más para que todo se hiciese al ritmo que ella quería, pero hoy las cosas no iban a ser igual, él no iba a obedecer.

El breve encuentro con su ex, la noche anterior, le había hecho darse cuenta de la persona en la que se había convertido. Un ser rutinario, aburrido, que se había conformado con sus condiciones de vida, ya no tenía aspiraciones ni laborales, ni personales y su vida tenía muy pocos alicientes y una relación de costumbre.

Las aficiones que antes tenía, las había ido dejando poco a poco, Le gustaba pintar y ya no lo hacía porque manchaba mucho y no había pared para tanto cuadro, según Susana. Y por supuesto buscar un local para sus aficiones, era un gasto impensable, tenía que ahorrar para la hipoteca de la casa que compraron juntos y la del local donde ella instalo su pequeño negocio, que también firmaron a medias.

Al principio sustituyo la pintura por la encuadernación, que era un trabajo manual que le gustaba, pero también tuvo que dejarlo cuando a ella le entraron los celos, porque regalaba los cuadernos a amigas y compañeras de trabajo.

Se dio cuenta de que se había desdibujado totalmente, apenas le quedaban amigos propios, poco a poco su vida había ido girando hacia donde ella quería. Las excursiones, cada vez más escasas, eran con nuevos amigos; las relaciones con sus padres y familia eran correctas pero distantes, y a sus amigos de toda la vida, cada vez los veía menos, incluso en las grandes ocasiones, como la despedida, a la que habían ido media docena de amigos propios, de los cuarenta que se juntaron para la fiesta.

Se dio cuenta de que lo había absorbido totalmente

Todo lo vio en un instante, con una sola frase, cuando se encontró a Elvira, a la que hacía años que no veía. Estaba cenando en el mismo restaurante al que fueron a celebrar su despedida

La vio muy guapa y resplandeciente, con un brillo especial en su mirada, acompañada de su pareja que le acariciaba cariñoso la mano mientras se miraban a los ojos. Pensó en cuánto tiempo hacía, que nadie le miraba así.

Ella lo vio y se levantó a saludarlo y a presentarle a su pareja.

– Y ¿Qué haces por aquí, Roberto?.
– Celebrar mi despedida de soltero
– ¡Enhorabuena!. Entonces tú también eres feliz

"Entonces tú también eres feliz", esa frase retumbo en su cabeza

Roberto, quiso contestar que sí, pero un nudo en la garganta se lo impidió y se quedó sin voz, la respuesta era, NO, no era feliz, y ese “tú también” acompañado por la sonrisa resplandeciente de Elvira se le había clavado en el alma. De repente recordó todo lo que una vez sintió por ella.

Ella era feliz, pero él no. También recordó, hasta qué punto Susana influyo en su ruptura con Elvira y algo se le removió por dentro. Se zafó de la situación en cuanto pudo y se alejó.

Desde entonces, ya no podía pensar en otra cosa no era feliz y casarse aun haría que la situación empeorara. El móvil seguía pitando, y las mini órdenes seguían llegando, le quito el sonido, abrió el frigorífico para ver que le apetecía, pero no había nada sugerente, otra influencia de Susana, también se había vuelto vegano y solo comía verduras.

Decidió que su primer acto de rebeldía seria bajar hasta el bar de la esquina, especializado en carnes, cuyos olores tanto le atormentaban desde su balcón, y se comería una ración de alguno de los productos prohibidos desde hace tanto tiempo.

Sobre la encimera un escueto mensaje con letras mayúsculas

SUSANA, TENEMOS QUE HABLAR…

Y en letra pequeña debajo

Nota:
Y lo siento, pero hoy no hay pan

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

12 comentarios

  1. 1. campanilla86 dice:

    Hola Miranda,
    Bien podría ser una historia que deja un final bastante al debate. Lo veo todo muy correcto excepto una frase que para mi me resulta mejor sonada de otra manera a ver que te parece. Tú has puesto: “Ella lo vió y se levanto y a presentarlo a su pareja” Yo creo que :

    1- puedes poner un punto o coma entre las cuatro enumeraciones: “Ella lo vió y se levantó, y a presentarlo a su pareja”

    2- la otra sería: “Ella lo vió, se levantó y le presentó a su pareja”

    La segunda, a mi, me suena mejor porque el “A” hace chirriar un poco.

    Pero lo bueno es que es un texto que podría suceder en cualquier pareja de hoy y que se comprende a la perfección. Además los textos que tienen que ver la vida cotidanea me atraen mucho es como mejor puede uno sentir empatia.

    Buen trabajo!

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 21:18
  2. 2. Miranda dice:

    Tienes razón campanilla 86, es un error.
    En concreto esa frase la cambie varias veces y creo que con el corta y pega, al final deje una “y” y una “a” que no pintan nada ahí.

    Gracias.

    En cuanto pueda paso por tu relato

    Un saludo

    Escrito el 18 octubre 2017 a las 22:00
  3. 3. Lunaclara dice:

    Hola Miranda: tu relato muy bueno. La historia que cuentas me ha hecho sonreír, va casi a la par con la mía. Dices muchas cosas y eso me parece importante en un relato.
    El final me lo esperaba mas apocalíptico, parecido a lo de Jose quizás.
    No te veo más faltas, a parte de lo que te ha dicho Campanilla. Algún punto te falta por los párrafos iniciales.
    Expresión correcta, estructura también.
    Felicidades!

    Escrito el 19 octubre 2017 a las 22:03
  4. 4. Luis Ponce dice:

    Hola Miranda:
    Un salto a tiempo, antes de que el tren se desbarranque.
    me ha gustado tu relato dándole al protagonista la posibilidad de salvar su vida.
    Bien escrito, solamente me ha sacado de la lectura lo de:”acariciaba cariñoso”
    Me ha gustado leerte.

    Escrito el 21 octubre 2017 a las 19:25
  5. 5. Osvaldo Vela dice:

    Hola Miranda. Me gusto tu texto por lo fácil que fluye y por lo natural de las referencias. A mi me gusta desde siempre la encuadernación pero no lo hago por los recortes sobrantes de los que mi esposa siempre se queja; creo que el le voy a dejar un recado en mayúsculas.
    Te Felicito y nos leemos.

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 12:21
  6. 6. marazul dice:

    Hola Miranda: escribes tan claro que tu relato se lee de un tirón. Según iba leyendo me iba solidarizando cada vez más con el protagonista. Y el final no podía ser otro. Es el mejor, el que le va y el que quiere el lector: “¡Qué la mande a paseo!
    Y es que tu historia es muy común, no es ficción, tiene mucho de realidad. ¿Cuantas parejas hay en donde uno anula al otro? Desgraciadamente es algo muy común.
    Me ha gustado mucho cómo lo has escrito y también el tema elegido. Nos hace pensar.
    Hasta la próxima. Un saludo

    Escrito el 22 octubre 2017 a las 18:43
  7. 7. Roger Nhicap dice:

    Hola Miranda,
    Un poco tarde pero aquí estoy. Me ha gustado la historia y esa narración tan clara y fácil de leer. Más que desdibujado, al pobre Roberto lo había anulado Susana. Es una gran verdad, que, en ocasiones, hasta que se llega a una situación límite no se reacciona.
    El final encaja perfectamente con lo esperado por el lector por su empatía con Roberto. Y esto es un logro del escritor.
    Buen trabajo, con pequeños defectillos de forma que seguro arreglarás.
    Hasta otra ocasión. Un abrazo, Miranda.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 16:37
  8. 8. K. Marce dice:

    Saludos Miranda:

    Me disculpo de antemano por alguna errata, estoy en el cel y sin lentes.

    Me ha gustado que aprovecharas la frase para relucir una condicion emocional. Y es que conocemos a muchos Robertos y Susanas a lo largo de la vida. Y no hay mayor tristeza, al menos para mi, ver a un hombre dejar a una buena mujer.

    Creo que la frase que me ha gustado mas es: Ella era feliz, pero él no.
    Porque si él decidió dejarla por Susana, es porque nunca fue capaz de ser feliz con lo que tenía, algo que Elvira sí supo valorar, ser feliz en su “ahora”.

    En lo tecnico, revisa puntuacion. Ubicar mejor las comas y no olvidar los puntos que se han desaparecido al final de las oraciones.

    Pero supiste volver al lector, empatico con lo que Roberto está viviendo, y esa “llamada de atención” que lo ha hecho despertar de su torpe y masoquista letargo emocional.

    Bien hecho compañera. Nos leemos.

    Escrito el 25 octubre 2017 a las 21:11
  9. 9. Guiomar de Zahara dice:

    Gracias Miranda por leer mi relato. La verdad que casi no podía intervenir este mes por causas, que no vienen a cuento y lo escribí de un tirón. Tu historia me ha hecho sonreír y a la vez pensar ¿por qué en una pareja -casi siempre- hay una que es el robot y otro el que maneja los hilos?
    ¡En fin, cosas de la vida!
    ¡¡AH!! tengo una hermana que vive sola y se compró uno de esos aspiradores redondos automáticos para limpiar el suelo. Cuando hablaba conmigo y oía un ruido le preguntaba ¿Que es eso qué suena? y ella me respondía es el cacharro ese que se ha metido debajo de la cama y ahora no puede salir.
    Yo la aconseje que en vez de llamarlo”cacharro” lo llamara “Federico”
    Aunque parezca extraño he narrado una historia real.

    ¡Enhorabuena por tu relato!

    Escrito el 26 octubre 2017 a las 17:12
  10. 10. Luna Paniagua dice:

    Hola Miranda, me ha gustado mucho ese giro que le das a la frase obligatoria para evitar el tema de los robots, muy logrado.
    Tienes una narrativa clara y ágil, es un gusto leerte.
    Y la historia algo que le puede ocurrir a cualquiera, menos mal que ha llegado a tiempo de evitarse el papeleo del divorcio…
    Un saludo y me encantará volver a leerte.
    Luna

    Escrito el 26 octubre 2017 a las 18:00
  11. 11. Juan Barcena de Amezabar Pastor de Castros dice:

    Buena historia Miranda, entretenido y divertida y en algunas cosas ha conseguido sacarme una sonrisa recordando relaciones pasadas.

    Escrito el 29 octubre 2017 a las 16:48
  12. 12. José Torma dice:

    Compañera Torbellina.
    Creo que es el escrito que más me ha gustado de tu autoría. Esa introspección que se desencadena por un texto, pero que ya trae tela me satisfizo.
    Enhorabuena.

    Escrito el 31 octubre 2017 a las 00:09

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.