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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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TODO LO QUE NOS QUEDA - por Estel Vórima

Web: http://Queremosescribirsite.wordpress.com

Me quedé mirando el armario de las botellas, los ojos fijos en todos aquellos colores, en todos aquellos licores, como si las ideas me fuesen a venir por obra y gracia del perfume de Baco o tal vez sí…
Miré mi cuaderno y resoplé. Garabatos y garabatos y más garabatos, pero ni uno solo bueno. Un boceto tras otro los había ido desechando todos. Trabajando en una gasolinera, perdida de la mano de Dios, tenía mucho tiempo libre y lo empleaba dibujando, o al menos eso era lo que intentaba.
—Buffff — volví a resoplar y miré a través del cristal. Vi un camión.
«Genial, otro camión». Volví la vista a mi cuaderno y vi que tenía como cuatro o cinco bocetos de diferentes camiones. Algunos coches e incluso uno del surtidor. Me dio la risa cuando observé que había dibujado una de las estanterías, precisamente la que contenía los tampones y otros productos de higiene femenina.
«¿En qué estaría pensando?» Tal vez en lo mucho que hacía que no veía pasar por allí una chica. En aquella carretera camiones, camiones y más camiones ¡ah! y algún coche solitario. Solo se veía algo más de ajetreo de cara al verano y en algunos puentes, entonces sí se podía ver a coches llenos de familias que iban a divertirse mientras yo me quedaba allí a intentar buscar la inspiración entre las estanterías repletas de chuches, galletas y productos de higienes femenina que casi nadie comprobaba. Tampoco es que pidiera convertirme en Goya o Velazquez, pero al menos conseguir algo que gustase, por lo menos a mí. No tenía mucha gente con la que compartir mis dibujos y quizás fuese lo mejor viendo el poco éxito que tenía. El pequeño pueblo en el que vivía era prácticamente un lugar fantasma. Lo habitaban cuatro abuelillos y solo tenía algo más de marcha en verano, que en vez de ser cuatro gatos éramos ocho. Yo vivía con mi abuela ciega así que… por muy abuela mía que fuese poco iba a alabarme el arte. En cuanto a Ramón, el dueño de la gasolinera, sería capaz de rociar de gasolina mis dibujos y quemarlos, bueno no, no los rociaría de gasolina, para Ramón no había nada más en el mundo que su gasolinera y aquel pestilente e inflamable liquido con el que yo tampoco conseguía la inspiración que necesitaba.
Un cliente entró, se dirigió primero al baño y luego se entretuvo en la estantería de las revistas y acabó por coger una de coches.
«Coches y camiones». Estaba harto de ellos, tanto que vendí el que tenía y me compré una bicicleta.
Me apresuré a cerrar el cuaderno con mis bocetos cuando aquel cliente le puso una mano encima.
—¿Sabes que el arte debe compartirse?
—¿Arte? No son más que garabatos, garabatos ambientados en una gasolinera solitaria. ¿A quien va interesarle el dibujo de un tampón?
—A los de un anuncio de tampones y compresas —contestó esbozando una sonrisa.
—Son solo dibujos malos que no dicen nada.
—Te equivocas, todos los dibujos, malos y buenos, cuentan una historia, buena o mala o tal vez regular, pero la cuentan. Aunque sea la historia de una aprendizaje.
—Pues los míos deben contar la de un dependiente aburrido en una solitaria gasolinera.
—Puede ser un comienzo, a veces las mejores historias tienen un principio de mierda. De todas formas si como dices cuentas una historia aburrida porque tu vida te resulta aburrida, tal vez debas hacerlo al revés y contarte a ti mismo una historia divertida para alegrarte un poco más la vida. A veces todo lo que nos queda son las historias.
El lápiz bajó hasta el papel y comencé a contar aquella historia, a parte de mi bicicleta era lo único que podía tener en aquel lugar y por Dios que no dejaría que nadie me arrebatase dicha posesión, ni siquiera yo.

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5 comentarios

  1. Sigue intentándolo. Ya ves, por un cuadro de Miguel Angel, han pagado 400 MM de $$

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 19:11
  2. 2. Laura dice:

    Hola Estel.
    Soy Laura del 53.
    Me ha encantado tu relato, en especial el final. A veces nos cuesta descubrir y valorar lo que tenemos.
    Desde lo formal no tengo nada que señalar.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 00:14
  3. 3. Isabel Veiga dice:

    Hola, soy Isabel, del texto 52.

    Qué fácil es sentirse identificada con esa sensación de tener que hacer un trabajo que no nos llena mientras nuestra creatividad se nos muere. Ya no es mi caso hoy en día, por suerte, pero ha sido así durante unos años, por eso reconozco esa sensación de desmotivación que describes muy bien. Y el final me ha gustado, con un desconocido que nos cambia la perspectiva para mostrarnos el camino. A veces es todo lo que necesitamos.

    En la línea “—Buffff — volví a resoplar y miré a través del cristal. Vi un camión.” creo que habría quedado bien quitar la frase “vi un camión” y añadir “genial, otro camión” que tienes en el siguiente párrafo. En mi opinión, es una única parte, por eso no la separaría.

    En esta otra frase “Estaba harto de ellos, tanto que vendí el que tenía” entiendo que vendiste el coche, pero podía ser un camión ya que acababas de mencionar los dos y estás hablando en plural, sin embargo pasas al singular sin especificar. Podría haber quedado así: “Estaba tan harto de ellos que vendí mi coche”.

    Sólo son un par de sugerencias que espero que ayuden. Saludos

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 18:19
  4. 4. Estel Vórima dice:

    Cierto, muchas gracias, Isabel. A veces en la corrección se nos pasan esos errores. Como suele decirse cuatro ojos ven más que dos.
    Me alegro de que te haya gustado el relato y muchas gracias por darme tu sincera opinión.

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 17:44
  5. 5. María Jesús dice:

    Hola Estel: sencillo y agradable relato el tuyo. Me ha gustado mucho el ritmo pausado y la trama. Has hecho fácil meterse en la piel del personaje y percibir su tedio y poca esperanza de futuro. Y también como se reaviva esa esperanza cuando alguien le presta atención. Un placer leerte. Saludos.

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 21:28

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