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EL BAÚL MÁGICO O LA NOSTALGIA DE LA INFANCIA - por J.Guillén Devís
EL BAÚL MÁGICO O LA NOSTALGIA DE LA INFANCIA
Regenta una pequeña gasolinera muy vieja pero muy bonita, de las de un solo surtidor con dos mangueras. La mantiene impecable aun con las inclemencias del entorno donde está situada, una especie de salida de la autopista hacia un camino inclasificable por su mal estado y alejado de cualquier ruta turística, en medio de una tierra seca y polvorienta.
Su bien más preciado es un mueble al que llama "el armario" pero no lo es, se trata de un baúl grande y muy antiguo que encontró en la parte de atrás de la gasolinera, la que utiliza a modo de vivienda. Un cuarto pequeño pero acogedor que ha mejorado después de reparar e instalar el baúl en él. Para economizar sitio ha decidido colocarlo verticalmente y abrirlo como un armario de verdad, de ahí su nombre.
En el armario, que no es un armario, ha instalado estantes y guarda de todo, desde juegos de mesa, puzles y pequeños peluches, hasta fotos antiguas y tesoros que encuentra en sus paseos al atardecer. Treinta y seis años dan para muchos paseos.
Es feliz pensando que arreglar el armario ha sido la mejor idea de las pocas que tiene. Resbalarse de los brazos de su padre y caer de cabeza al suelo cuando tenía dos semanas de vida es lo que lo hace especial, eso le decía su madre. No es estúpido, le cuesta entender a la primera, eso es todo.
Algo que entiende es que, desde que tiene el armario, las cosas le van mejor. Ha enseñado su obra a algunos clientes, que antes fueron compañeros de escuela, y han quedado fascinados ante el trabajo de artesanía que ha realizado. Algunos, incluso, le han pedido disculpas entre lágrimas por si alguna vez, siendo niños, lo ofendieron.
Duele un poco recordar, pero el tiempo sirve de anestesia para algunas heridas. No hay nada que perdonar y juegan como niños otra vez a batallas espaciales, indios y vaqueros o al "no me atrapas". Realmente es un armario mágico.
Cuando se despide entre abrazos y risas de sus nuevos recuperados amigos sale al porche a esperar clientes. Agradece al cielo los momentos de compañía aunque sean efímeros. Parece que la soledad es distinta así. Entre recuerdos y rutinas del trabajo pasa los días y ya hace semanas que no pasa nadie.
«Otro día sin llover. Se alejan las nubes sin regalarnos agua», piensa, pero al mirar al horizonte ve la estela polvorienta que produce un coche a lo lejos en dirección a su gasolinera. Sonríe, le ofrecerá los mejores servicios.
La señorita Cuevas tiene un buen día, exactamente como decía su horóscopo: «día afortunado, emprende grandes proyectos, suerte en los negocios, dile lo que sientes a esa persona especial, tu número es el 3. ¿O eso era Aries?» Al leerlos todos escogía lo mejor y hacía su propia predicción. De momento, y antes de "emprender grandes proyectos", trabaja de inspectora de sanidad, pero, si quiere conservar el puesto llegando puntual a la «aventura de los formularios» que es como llama a sus inspecciones, debe hacer caso a la luz roja del salpicadero que parpadea desde hace ya varios kilómetros. Un vistazo rápido a lo lejos le muestra el cartel de una gasolinera. «Día afortunado». Sonríe y toma la salida que la llevará hasta allí. Al tomar el desvío teme por las partes móviles de su auto, el camino es muy irregular y todo traquetea, pero llega enseguida. Se arregla el pelo mirándose al espejo retrovisor y sale del vehículo al ver acercarse al empleado.
— Buenos días —dice con su mejor sonrisa.
El chico le devuelve la sonrisa mientras se acerca y piensa: «Qué guapa es. Y qué bajita. No tendré que romperla mucho para jugar con ella en el armario».
Me resulta muy fácil leerte Jerónimo, escribes muy bien. Sólo con la primera frase ya me he ambientado totalmente.
Es una historia entrañable, bonita, a pesar de la sorpresa del final.
Saludos!
Me vinieron a la mente escenas de “True detective”, lugares apartados, en los que se pierden personajes que no distinguen el bien del mal. Fantástico final, es la historia.
Gracias por leerme
Primero, gracias por la visita a mi relato y tu comentario. Me ha impresionado la forma como manejaste el elemento del armario. Has logrado un lindo relato. El título que le has dado es perfecto. Felicidades.
¡Hola, Devís! Vengo ha devolverte el gesto, porque tu comentario me ha sacado una enorme sonrisa 😀
En cuanto a tu relato, te aseguro que no tienes nada que envidiar. Buen ritmo, prosa sugerente y directa al grano. Veo que armaste una excelente historia con muy poco. Comparto con Romero: el elemento armario lo manejaste de una forma excelente (Más de una línea me ha encantado por su estilo)
Pero tengo una pequeña duda (quizá sea sólo mi imaginación, pero…): en la frase final, cuando dice «Qué guapa es. Y qué bajita. No tendré que romperla mucho para jugar con ella en el armario». ¿Dice “romperla” por algo en particular? Es decir, nuestro protagonista ¿es una asesino? ¿Romperla quiere decir acaso “despedazar”?
Hazme el favor de sacarme la sospecha 😉
Aclaro, más allá de, que exista o no un asesino en la historia, es un grandioso relato.
Que sigas mejorando, hasta la próxima. Saludos
¡Nos estamo leyendo!
Antaviana, gracias por pasar.
Sara Sierra,no he visto la serie aunque la conozco y se densu exito, gracias por el alago.
Hector Romero, me alegra que te guste el titulo, debo confesar que lo puse para desconcertar, muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Thomas Carnacki, efectivamente nuestro joven es un asesino que no sabe que lo es. Romper para él es algo sin intención sádica y el principio del relato es para que el lector conozca el interior del protagonista y luego sea el propio sadismo de ese lector el que interprete su propio “romper”.
Me viene a la cabeza como ejemplo la pelicula ” the voices” con Ryan Reynolds como actor y el contraste entren su mundo interior cuando se medica a cuando no lo hace.
Muchas gracias por vuestras opiniones!!
Hola J.Guillén Devís: Me ha gustado tu relato por tu estilo de escribir y de contar las cosas. Me parecía enternecedora la historia que narrabas hasta que he llegado al final que me ha dejado helada con la sorpresa.
Muchas gracias por compartirlo. Un saludo, menta
Gracias, Menta,por tus palabras sobre el relato, con ellas me doy cuenta que he conseguido lo que me proponía:empatizar y enternecer para luego lanzar el jarro de agua fria.
Muchas gracias por pasarte.
Saludos.
Saludos J.: Es una estupenda historia que sale de lo común. Tal vez no, lo que pase se remite a que historias como esta no se cuentan… El final abierto da para un sinnúmero de finales.
El desenlace es acertado y se queda en la retina de los lectores que buscan, co-participando, un final que encaje con sus expectativas. Excelente, bien logrado. Felicitaciones
Gracias, Alonso García-Risso, me alegro muchísimo que te haya gustado.
Saludos.
Hola, Jerónimo:
Tu relato me ha gustado. El giro de ultimísima hora revitaliza lo que parece un drama tierno y le da la vuelta para convertirlo en algo más, algo distinto.
Estructuralmente, el relato es correcto y el vocabulario empleado es adecuado; estas dos cosas facilitan la lectura. El ritmo no se rompe en ningún momento.
Argumentalmente, la historia está bien; sobre todo por ese giro final. La única pega que podría ponerte es que, si el muchacho es algo “corto”, por así decirlo, me suena muy raro que en sus pensamientos haga una personificación como “se alejan las nubes sin regalarnos agua”; entiendo que tendría que usar un lenguaje mucho más llano y simplón.
¡Buen trabajo! ¡Enhorabuena!
¡Un saludo!
Gracias, Robert, por tu opinión. La verdad es que lo primero que tuve, antes incluso que la historia, fue la frase en la que haces incapié y de ahi que anteriormente escribiera “no es estúpido, le cuesta entender a la primera”. No hay que olvidar que regenta él solo una gasolinera, con sus cuentas, pedidos, albaranes… Tu apreciación es muy valiosa de cara a la profundidad con la que crear un personaje.Me alegra muchísimo que te pasaras por aquí.
Saludos!!!
Hola Jerónimo, una narrativa perfecta y la elección del título acertada. Muy buena la última frase, la que a la postre lo explica todo. Logras que el argumento vaya por otro derrotero hasta que…zas! Nos has engañado. Muy bien hecho, nos lo merecemos. Te felicito y por cierto agradecerte tu visita.
Saludos.
Muchas gracias a tí por pasar por aquí, Ane.
Saludos
Bien,Jerónimo,con el debido respeto diré,de verdad es un relato estupendo,genial,brillante,algo muy bien hecho,en mi modesta opinión.
Además te diré que,estando de guardia en el hospital psiquiátrico,he sentido un escalofrío que me ha hecho comprender algo que ya sé ,y que me mantiene más vigilante.
Desde la madrugada en este pequeño y tan exacerbado baúl de puzzles rotos,te saludo y te felicito por esta historia
Gracias!