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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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MÁS ALLÁ DE LAS CASUALIDADES - por Roger Nhicap

Esta noche no había pegado ojo. Me desvelé, inquieto por la oferta para comprarme el negocio y mi idea de aceptarla ¿Ansiedad? Seguramente.

Al salir de casa, caminé despacio hasta la gasolinera cercana. Necesitaba distraerme y su cafetería era el mejor lugar a esta hora, las siete de la mañana. Tomé un carajillo cargado antes de pegar la hebra: primero con el noctámbulo de turno y, más tarde, compartí una charla intimista con un abogado soñoliento.

—Entonces, ¿sabe trabajar el cristal? —inquirió el abogado, un tipo agradable y directo, después de media hora de conversación.
—En absoluto, muchacho, soy un manazas de escasa creatividad. El artista artesano fue mi padre, él sí hacía tallas en cristal, algunas por encargo. Eran figuras originales, únicas, “tienen alma”, afirmaba convencido. A su muerte, treinta años atrás, heredé el negocio, cerré el taller y transformé el local en una tienda de cristalería doméstica.
—¡Y ahora vende zapatos! Joder, muy fuerte el cambio ¿No?
—Ya ves, abogado, la crisis y las grandes superficies comerciales me obligaron. Un buen día surgió la oportunidad de montar el negocio de importación y distribución de zapatos italianos. No lo dudé, pasé del cristal a la piel.

Cuando se alejó para hablar con su oficina de Madrid, al menos eso dijo, repasé la atractiva oferta de compra. Definitivamente, exigiría la contratación fija de mis dos colaboradoras. Así, Ágata y Miriam, continuarían trabajando en la tienda con la firma de ropa de mujer.

A mis cincuenta años, soltero y con cierto patrimonio, el dinero de la venta sería el reconstituyente ideal para cumplir mi sueño: regresar a los orígenes y vivir con desahogo en la villa marinera donde descansan mis padres. Allí, mi pobre madre me trajo a este mundo mientras ella, sin desearlo, lo abandonaba en el quirófano.

«Al instante recordaste la imagen de tu padre feliz en el antiguo taller en la villa marinera, pero renunció a su mundo cuando cumpliste quince años. Os trasladasteis a esta ciudad, “es el momento, jovencito”, repetía, quería que ampliases tu formación antes de llegar a la universidad. Tu padre fue una persona buena y generosa contigo.

»Y, además, le gustaba oficiar de visionario. Recuerda que antes de abandonar la villa, os regaló, a tu querida amiga Julia y a ti, los amuletos, unas figuritas de cristal idénticas, que talló con sus manos y guardaba en un pequeño armario. Al entregarlos, dijo: “La rana transparente para Julita y la verde esperanza, para ti; activarán vuestros corazones y lograrán reuniros de nuevo” ¡La alegre y divertida Julia! No volviste a verla ni supiste más de ella, pero nunca la olvidaste.

»Ahora sacarás del bolsillo el amuleto y colocarás sobre la mesa la talla de 6 cm. en cristal verde, una rana sentada con el cuerpo y cabeza bien erguidos, en la que resaltaban las poderosas patas traseras dobladas hacia delante y sus extremidades apoyadas en la base»

—Está muy pensativo, caballero ¿Hace otro cafetito? —me sobresalté al oír su voz, no lo vi llegar. Instintivamente, recogí el amuleto con una mano—. No lo esconda, déjeme verlo —el abogado se había percatado de mi torpe maniobra.
—Ahí tienes, es una rana verde de cristal. El amuleto de la fortuna que me acompaña siempre.
La observó en sus manos con todo detalle mientras en su cara los gestos de extrañeza variaban cada segundo.
—¡Ay va Dios! Juraría que es igual —exclamó sin retirar su penetrante mirada de la rana, como si pretendiera taladrarla para indagar en las entrañas.
—¿Igual a qué?

Me devolvió el amuleto sin contestar, al tiempo que tomaba mi mano con fuerza. Su rostro resplandeciente trasmitía alegría.
—No quisiera equivocarme, usted es don Roque Pérez y tenemos una cita dentro de cincuenta minutos, a las nueve ¿Correcto? He viajado en coche desde Madrid, paré aquí para desayunar antes de la reunión. Soy el abogado de la empresa que…

Con una seña le interrumpí, sorprendido procesaba sus palabras en silencio. La mente empezó a iluminarse.
—La rana verde, ¿igual a qué?
—Fue concluyente. Conozco la historia, cada día veo la rana de cristal transparente en la habitación de su antigua amiga, Julia López. Soy su hijo, Gerardo. Mi madre se encuentra bien y vive conmigo en Madrid desde que murió mi padre ¡Un encuentro insospechado, extraño!, Roque.
—Gerardo, este mundo es demasiado complejo, suceden cosas que no comprendemos y las calificamos de raras, extrañas….
Aceptaré la oferta, muchacho. Ahora llamaré a Julia, la visitaré pronto y espero que ella también regrese a la villa marinera.

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13 comentarios

  1. 1. Thomas Carnacki dice:

    ¡Buenas, Roger! Tu prosa es sencilla y directa, sin embargo atrapa. El relato tiene buen ritmo y se deja leer de un tirón. En cuanto a la trama, creo que el título lo explica todo. Me gustado, con sus flashback y locuciones. Buena historia.
    Veo algún que otro error gramático, pero nada grave. Supongo que alguien más avezado en el tema te corregirá luego. En fin, un gusto leerte.
    Saludos, hasta la próxima 😉

    ¡Nos estamos leyendo!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 08:22
  2. 2. marazul dice:

    Hola Roger, siempre me ha gustado tu estilo al escribir. Con naturalidad, describes muy bien los lugares. Conocemos a los personajes por cómo los caracterizas: gestos, forma de hablar…
    Y como a mi me apasionan los “reencuentros” pues he de decirte que me ha gustado mucho tu relato. También es verdad que he tenido que leerlo varias veces para hacerme con el argumento completo. Creo que has escrito una historia compleja y en tan pocas palabras lógicamente hay que condensar. Es el lector el que tiene que hacer un mayor esfuerzo en los relatos cortos. Nada que objetar, Roger.
    Solo decirte que la vida misma es toda una novela y que estas cosas ocurren.
    ¿Qué bonito, verdad?
    Saludos

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 12:04
  3. 3. kikin87 dice:

    La vida del protagonista condensada en un relato corto, buena técnica. Podría ser una escena de la introducción de una novela.

    Buen trabajo.

    Soy el 143 por si quieres pasarte.
    S2

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 13:19
  4. 4. saulo dice:

    Creo que escribes bien pero lo que no acabo de tener claro es la trama, creo que es un poco confusa… pero es solo una opinión mía. Se lee muy bien, te sitúas inmediatamente en la escena y sigues al protagonista sin problemas. Sin embargo, en una segunda lectura me parece que el abogado debería habar sabido quien era el prota casi en la primera escena.
    Enhorabuena

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 10:13
  5. 5. Roger Nhicap dice:

    Hola amigos, me pongo hoy a la tarea de leer y comentar los relatos. Antes agradezco sinceramente el tiempo y opiniones a los cuatro compañeros que ya me habéis visitado:

    Thomas Carnacki, me alegra que te haya gustado. Sobre errores gramaticales, yo detecté un par de comas mal colocadas. Pronto pasaré a leerte. Gracias.

    marazul, gracias por los elogios que son recíprocos, pues a mí también me gusta tu estilo en donde destaca la sensibilidad, y un cierto toque de nostalgia, que muestras en tus textos. Entiendo la dificultad para entender bien la historia, quizá hubiese sido mejor que la descripción sobre su pasado fueran recuerdos del propio protagonista, en lugar de que éste “los escuchase” de una voz ajena ( para mí de la madre que no conoció). Complicado, ¿verdad?. Te visitarè pronto.

    kikin87, muchas gracias por tu tiempo. Pensaré en tu idea sobre la novela. Pasaré a visitarte.

    saulo, agradezco tus comentario y me alegra que te gustase. Es cierto que el abogado conocía la historia y pronto sospecha quién es el interlocutor. Por eso se ausenta a llamar por teléfono a su madre, él dice que llama a la oficina. Pero la clave es el amuleto, la rana verde idéntica a la trasparente de su madre. Pasaré pronto a leerte.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 15:00
  6. Hola, Roger,
    Un buen relato que cautiva. Si embargo, ganaría claridad con la delimitación más concreta de lo que ocurre en tiempo real y de lo que son falshbacks. De este modo facilitas la comprensión al lector y la comprensión lectora se vuelve más directa y placentera. Puede oír la voz de la madre, da igual, pero tienes que tener marcadores para diferenciar lo que oye en su cabeza de lo que oye en realidad (su conversación con el abogado).
    Por lo demás, me gustó el juego del azar que une a los personajes. Está bien engranado con los previos de las ranas regalo del padre que va con un voto de reunión de las dos partes… Todo bien. Relatas bien, con sensibilidad y sabes fomentar el interés.
    Saludos.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 21:37
  7. 7. Earendil dice:

    Hola, Roger.
    He tenido que leer dos veces el texto para enterarme bien de la trama. Creo que el problema no es el argumento en sí, si no que no has marcado correctamente esos cambios de escenario.
    Cuando abres las comillas que indican el pensamiento interno, deberías cerrarlas cuando acaba ese flashback, y volver a entrecomillar el siguiente.
    Aparte de esto, la naturalidad con que se desarrolla la escena en la gasolinera es su punto fuerte.
    Te felicito por tu trabajo.
    Nos leemos

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 23:18
  8. 8. Maureen dice:

    Hola, Roger.

    Mira qué casualidad, estás justo antes que yo, así no he tenido que buscarte demasiado, jejeje.

    Me ha gustado mucho tu relato, muy intimista. Me encanta el juego de casualidades que acerca, sin saberlo, al protagonista de la historia y a su amiga Julia a través de su hijo. ¿Quién dice que esas cosas no pasan?

    En el aspecto formal, creo que se pueden corregir algunas cosas. Paso a detallártelas:

    – “Eran figuras originales, únicas, “tienen alma”, afirmaba convencido.”: yo usaría un punto tras “únicas”.
    – “muy fuerte el cambio ¿No?”: te falta un punto tras “cambio”.
    – “Así, Ágata y Miriam, continuarían trabajando en la tienda con la firma de ropa de mujer.”: sobra la coma tras “Miriam”, pues está separando el sujeto del predicado.
    – “Os trasladasteis a esta ciudad, “es el momento, jovencito”, repetía, quería que ampliases tu formación antes de llegar a la universidad.”: yo pondría un punto tras “ciudad” y otro tras “repetía”: “Os trasladasteis a esta ciudad. “Es el momento, jovencito”, repetía. Quería que ampliases tu formación antes de llegar a la universidad.”
    – “lograrán reuniros de nuevo” ¡La alegre y divertida Julia!”: falta un punto tras la comilla.
    – “Con una seña le interrumpí, sorprendido procesaba sus palabras en silencio.”: yo cambiaría la coma por un punto y coma.
    – “Mi madre se encuentra bien y vive conmigo en Madrid desde que murió mi padre ¡Un encuentro insospechado, extraño!, Roque.”: falta un punto tras “padre”. Además, ese Roque del final queda un tanto extraño; tal vez se pueda eliminar.
    – “y las calificamos de raras, extrañas….”: aparecen cuatro puntos suspensivos, sobra uno.
    – “Aceptaré la oferta, muchacho.”: antes de “Aceptaré”, debería ir un símbolo de comillas », para indicar que saltas de línea pero que sigue el diálogo con el mismo interlocutor.
    – “Un buen día surgió la oportunidad de montar el negocio de importación y distribución de zapatos italianos.”: yo pondría “un negocio”.
    – “¡Ay va Dios!”: hay que poner “ahí va” (me he tenido que ir a buscarlo a la Fundeu porque no estaba segura).

    Hay por ahí un párrafo que me ha resultado raro, el tercero de la parte central. En los dos primeros está recordando a su padre y cómo les entregó las figuras de las ranas a él y a su amiga, pero el tercero rompe todo eso, pues parece que estamos de vuelta en el presente y en la gasolinera. Yo lo pondría después, cuando su mente vuelve a la gasolinera.

    Si tienes ocasión, pásate por mi relato y comenta, por favor, que tus opiniones me parecen muy acertadas.

    Un saludo

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 09:45
  9. 9. Roger Nhicap dice:

    Maureen, gracias por dedicar tu tiempo a exponer esas correcciones. Con las comas soy un desastre pero mejoraré poco a poco.
    De acuerdo con ¡Ahí va Dios! Este si fue un despiste.
    Estoy de acuerdo con pasar el tercer párrafo a una acción del protagonista. Sí, queda mejor.
    Un abrazo.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 18:59
  10. 10. Maureen dice:

    Hola de nuevo, Roger.

    Muchas gracias por tu comentario a mi texto. Llevas toda la razón en cuanto a los gerundios; de hecho, me sonaban extraños pero no se me ocurrió la forma de arreglarlos.

    En cuanto a lo que me pones de los diálogos, creo que los tengo escritos correctamente, según indica el artículo de Literautas “Cómo representar un diálogo gráficamente”:

    https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/

    En los puntos 3 y 4 del apartado “Representación gráfica” aclaran que, cuando es un verbo dicendi, no se usa signo de puntuación antes del inciso y el verbo va en minúsculas, pero que, cuando el verbo es de otro tipo, sí que hay que poner signo de puntuación antes del inciso y empezar en mayúsculas.

    Eso no quita que alguno se me haya colado, claro está. Lo revisaré por si acaso.

    Me alegro de que mis correcciones te sirvan.

    Un abrazo

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 08:32
  11. 11. Osvaldo Vela dice:

    Hola Roger. Me llamo la atención la sencillez de vocabulario que logras en este texto. Me deslizé por la trama y el desenlace sin tropiezo a pesar de los comentarios de varios compañeros que si lo hicieron.
    Para mi una promesa o una visualización cumplida es un regalo a cualquier escritura. A las as ranitas idénticas, pero de diferente color las veo saltar con la armonía que poseen dentro de la laguna que mi mente ha creado, en villa marinera, como lugar de encuentro para tus personajes.

    Te felicito y nos leemos.

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 07:06
  12. 12. Agustín dice:

    Hola Roger:

    Me encanta la naturalidad de tu relato. El texto fluye tranquilo y lo he leído con agrado.

    Un detalle que me ha desconcertado ha sido el cambio a segunda persona. Si quien habla es la madre que nunca conoció creo que faltaría explicar por qué se la imagina.

    El final me parece algo precipitado. Y no me termino de creer que el abogado no supiera que era el amigo de su madre si conocía su historia.

    Felicidades por el relato.

    Un saludo desde el 144.

    Escrito el 26 noviembre 2017 a las 19:14
  13. 13. Roger Nhicap dice:

    Este mes no encontré muchos huecos para dedicarme a leer relatos, incluso los de algunos de mis escritores incondicionales.
    Al menos, pude corresponder con la lectura de los textos de todos los que me habéis visitado y comentado. Os agradezco de nuevo vuestro tiempo, y dedicación, porque los comentarios siempre son muy valiosos para mí.
    Hasta el mes próximo.
    Un abrazo

    Escrito el 30 noviembre 2017 a las 18:36

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