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Ganas - por Saulo

Salió con los pantalones bajados hasta los tobillos, la boca torcida por el asco y la nariz arrugada por el hedor, andando a saltitos con el único afán de alejarse de aquel retrete que despedía vapores propios de pocilga. No pude evitar soltar una carcajada en cuanto vi aquellas piernas blancas y ese amago de tortazo contra el suelo, brazos agitados al aire intentando no perder el equilibrio. Él me dijo que de qué me reía y yo solo pude hacer un gesto indicándole que se mirara, menuda pinta. Es que casi vomito, tío, dijo mientras intentaba subirse los pantalones ante la mirada atenta de una niña con la nariz pegada a la ventana del coche de su papá. El calzón con dibujos de gatitos finalmente desapareció bajo el pantalón de tela negra. Casi vomito, no sabes qué peste y qué de mierda puede tener el baño, a ver qué hago yo que tengo que cagar, pero ahí no, ni de coña. Yo dije que me parecía que no había otra gasolinera cerca, la que nos pilla mejor está casi a dos horas, así que… tú mismo, aunque también podemos parar en mitad del campo. Y él que dice que ya sabes que eso no puedo, soy incapaz de cagar en el campo, necesito privacidad. Y yo que ya lo sé pero que qué quieres que te diga, es lo que hay. Así que se apretó la tripa y dijo que no sabía si iba a poder aguantar, que era la última vez que desayunaba una pizza del día anterior. Entramos en el café de la gasolinera y una chica de nariz perforada por un aro dorado nos miró sonriente. Que si había otro baño. No, dijo, el único es el que hay fuera. Es que está muy sucio y huele muy mal. Sí, lo sé, es que la gente no tiene ningún cuidado y es muy cerda, pero muy cerda… hay mucho hijoputa suelto. ¿Y tú, preguntó mi amigo, qué haces, dónde meas y eso? Vengo meada de casa. Es que necesito un baño con urgencia porque… Se quedó cortada la conversación por culpa de una camioneta que empezó a pitar, con un hombre asomando por la ventana, el gesto de haber estado chupando limones, gritando que quitéis ese puto coche de ahí, joder, que llevo dos horas esperando. Le miré con cara de qué estas diciendo. Pero el hombre cabreado quería aparcar allí donde la sombra protegiera su carga, una cómoda y un armario de madera oscura. Que quitéis el coche de aquí, me cago en todo, que no puedo pasar. Le dije que ya voy, qué prisas. Y él que si soy gilipollas o qué, que estoy molestado. Y yo miré alrededor y dije que qué pasa, ¿es que no hay otro sitio donde aparcar? No, no lo hay, yo quiero aparcar ahí, a la sombra del árbol, gilipollas. Le saqué el dedo medio y moví el coche para que pudiera aparcar bajo el árbol. Y ya dentro: niña, guapa, ponme un cafecito, bonita, anda mueve el culo. Y la chica, que ni era niña ni era guapa le miró que parecía que el aro en la nariz se ponía al rojo vivo. Mientras, mi amigo, se encogía y decía me cago en voz baja, con gesto de dolor. Y viendo, medio escondido bajo el árbol, el amplio armario sobre la camioneta se me ocurrió. ¿No querías un sitio cerrado y tranquilo para cagar? Sí, por favor, me muero. Le comuniqué mi idea y sin pensarlo salió arrastrándose con los clínex en las manos mientras yo le decía, tranquilo, yo vigilo. Volvió sonriente y con tal gesto de satisfacción y paz que hasta yo sentí el alivio. Pedimos una infusión de manzanilla para él y un café para mí mientras el hombre cabreado, embobado con la televisión, se rascaba la oreja. Y dijo, mi niña qué te debo, guapa. Pues tanto y no soy niña ni tuya. Niña claro que no, confirmó el otro, je je, con esas tetas… Lárgate de aquí, gilipollas. Cómo le ardían los ojos de odio a la chica, se pusieron del color de anillo dorado que le colgaba de la nariz. Y el hombre se largó y le dije que tenga un bien día. Que os den, contestó abriendo violentamente la puerta de cristal. Caminó hacia la camioneta, arrancó y partió entre una nube de humo negro. Mi amigo me miró sonriente mientras dejábamos una buena propina sobre el mostrador.

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8 comentarios

  1. 1. Felix Acereda dice:

    Me ha encantado el texto, creo que podrías haber tenido un texto de diez si hubieses repasado los diálogos de estilo directo que metes, en la primera parte echo en falta muchas comillas. La segunda parte del texto gana en fluidez, es espléndida.
    No me hace falta un final sorprendente, porque el texto es muy rico. (¡y escatológico!).
    Enhorabuena

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 10:53
  2. 2. kikin87 dice:

    Buen relato en clave de humor.
    Diálogos rápidos y vivaces.

    Quizás se repita la palabra “dijo” innecesariamente, prueba con algún sinónimo de vez en cuando.
    Comillas y guiones para los diálogos los harían más fáciles de seguir.

    Felicidades.
    Soy el 143 por si quieres pasarte.
    S2 kik

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 12:46
  3. 3. Laura dice:

    Hola Saulo.
    Soy Laura del 53.
    Qué gran relato. Se veía venir con el mal genio del hombre de la camioneta.
    Presta atención a los diálogos.
    Fíjate que en tres ocasiones mencionas lo del aro en la nariz y su color. Tal vez lo colocaste como un elemento que se reitera ante la reacción de la chica a los comentarios del hombre, pero me han quedado algo reiterativos. Pero es sólo una cuestión personal.
    Por lo demás, un relato excelente.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 20:17
  4. 4. Maureen dice:

    Hola, Saulo.

    Me alegro de que te gustara mi relato. El tuyo me ha hecho reír, está muy logrado, pese al tema escatológico, que no me va nada.

    Te diría que separaras el texto en párrafos, pues así resulta un tanto intimidante. Además, todos los diálogos en estilo indirecto quedan un poco extraños, ¿por qué no pruebas a modificar algunos y ponerlos en estilo directo?

    Un saludo

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 08:16
  5. 5. Maurice dice:

    Saulo, querido!
    Hablando de catarsis, me cagué de risa con tu relato. Verdaderamente ocurrente. Hubiese estado elegante si separás un poco los párrafos y desglozás mejor los diálogos. Me encantó el escarmiento al de la camioneta…

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 05:52
  6. 6. María Jesús dice:

    Hola Saulo: Tu historia es buena, un poco escatológica y soez, pero buena, ya que está escrita en clave de humor. Sin embargo me ha costado leerla, ya que parece un monólogo, y los monólogos hay que escucharlos para que tengan su gracia, no leerlos, es mi opinión. Al final el texto, en bloque, sin separaciones de párrafos ni diálogos, se hace muy pesada. Dale un repasito y quedará de vicio. Un saludo.

    Escrito el 26 noviembre 2017 a las 13:24
  7. 7. Agustín dice:

    Hola Saulo:

    Coincido con los comentarios anteriores por la brillantez de tu historia. Y he aprendido una nueva palabra: clínex.

    Echo en falta la separación en párrafos para facilitar la lectura. Impacta mucho ver un único bloque de texto nada más entrar.

    Los diálogos me han parecido un poco confusos por la mezcla de tiempos verbales. Creo que hay demasiados “decir que” y pocas acotaciones.

    Saludos desde el 144 y felicidades por el relato.

    Escrito el 26 noviembre 2017 a las 16:26
  8. 8. Roger Nhicap dice:

    Hola Saulo,
    Me pareció buena la idea de comenzar con un lenguaje tosco y cambiar a otro más cotidiano para desarrollar la parte de la trama más ocurrente y divertida.
    Sin embargo, la forma utilizada para presentar el texto, en un único bloque plagado de diálogos en forma indirecta, y sin emplear comillas, no da resultado. En mi opinión, la claridad en un texto narrativo es una condición necesaria.
    Merece la pena que medites los consejos de los compañeros.
    Gracias por tu visita y hasta otra ocasión.
    Un abrazo.

    Escrito el 30 noviembre 2017 a las 18:14

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