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El regalo perfecto - por Erika Koh

La idea era regalarle algo que siempre llevara encima, en donde lo que más apreciaba vaya con ella. ¡Qué mejor regalo que un guardapelo!

Buscó entre sus cosas… removió toda su casa en busca de aquel objeto pues lo había comprado en una de sus vidas pasadas. No había razón para comprarlo en esa época, pero sintió una enorme necesidad de hacerlo. Era un guardapelo de oro macizo de veinte quilates, ovalado, con filigrana de plata en ambos lados, adornado con un diamante diminuto en medio de tan preciosa joya. De alguna manera daba gracias a que por razones extrañas lo había comprado por impulso.

Después de haber volcado toda su casa en busca de tan importante objeto, recordó que no había buscado en su armario. Se dio prisa, rebuscó entre las cosas del fondo, encontró una caja de zapatos, y la abrió esperando que estuviese allí. La buena suerte le sonrió, porque encontró el guardapelo intacto y hermoso como recordaba. La tomó de la cadena de oro y la extendió frente de él para observarla. Tomó el medallón con la otra mano y lo acarició con su pulgar, como si se tratase de algo muy íntimo de él. Lo abrió, no había nada. Sonrió, se alegraba que no lo había usado para nada en esa época. Era perfecto.

Cuando salía de su habitación se topó con Fabián, su ángel guardián.

 Oh, ¿Encontraste el regalo para Gabriela?
 Sí – evitó mostrárselo, puesto sabía que Fabián no dejaría escapar la oportunidad de burlarse de él – Ya tengo el dichoso regalo.

 Mmm – lo miró detenidamente, y Damián sintió su escrutinio, como intentando ver a través de sus palabras y de él mismo – De acuerdo, yo le regalaré una fragancia que hacemos en los cielos…

 ¿Incienso? Ustedes los ángeles no piensan más allá de su monotonía con relación al Supremo.
 Oh bueno, yo sé que le encantará, y no, no es solo incienso, es una fragancia que la ayudará a relajarse cada vez que tenga que discutir contigo.

Damián no dijo nada y se dio la vuelta, apretando en su puño aquel regalo prefecto. Sin embargo, no contaba con la agilidad y destreza de su guardián para arrebatarle el medallón.

 ¡Oye…!
 Un guardapelo – le interrumpió, luego sonrió – Un regalo bastante acertado diría yo – lo miró con gracia y pronto estalló en carcajadas que resonaban en toda la casa – ¿Quién hubiera dicho que tú, regalarías cosas y más a una mujer?
 ¡Cállate!

Fue lo único que pudo decir, porque su amigo tenía razón. Había pasado siglos reencarnando odiando a las mujeres y evitándolas, hasta que conoció a Gabriela. Entonces también la odió, pero no contaba que ella atravesaría todas sus defensas con su sutil manera de ser, hasta calar hondo en su alma. Haciéndole olvidar heridas viejas, y extender sus manos a la sanación, lo nuevo y al amor.

Sonrió para sí mismo al recordar las muchas cosas que tuvieron que pasar para al fin darse cuenta ambos, de sus propios sentimientos, aun así, todo eso había valido la pena. Y escuchar la burla de su amigo era un pequeño precio a pagar si eso significaba que era feliz. Y lo era de verdad.

Gabriela recibió el regalo de Damián con una enorme sonrisa dibujada en su rostro. Él había esperado cuando la celebración había terminado y, a que estuvieran a solas para poder darle el obsequio. No quería seguir escuchando la risa burlona de Fabián o peor aún, ser burla de Critán, el guardián de Gabriela. Eso no, preferiría tirarse de un acantilado que ser el hazmerreír de todos.

 Damián, ¡es precioso! – lo abrazó con fuerza y él le regreso el gesto, deleitándose con el olor de su cabello.
 Está bien, no es para tanto.
 Sí que lo es – lo miró a los ojos – Ahora puedo llevar una foto tuya y de mi hermana.

No dijo nada, solo la observó mientras se colocaba el guardapelo y sonreía muy complacida. Verla feliz, le hizo sentirse el hombre más afortunado, sobre todo después de haber sufrido demasiado.

El pasado siempre le había impedido seguir adelante, e irónicamente fue el mismo pasado que lo empujó para pasar de página. Abrazó una vez más a Gabriela y le dio un beso en los labios, uno en el que expresaba cuánto la amaba y lo feliz que era de estar con ella.

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5 comentarios

  1. 1. Felix Acereda dice:

    Hola Erika, entiendo tu relato como la redención de un ángel ¿misógino?
    Me ha gustado mucho la idea pero echo en falta los guiones de los diálogos, para no perderme.
    A parte, deberías poner especial cuidado en el uso de algunos adverbios y conjunciones (tan, pues, que, de que). Por otro lado te sugeriría revisar el texto para corregir posibles laísmos y leísmos. Por último también te recomendaría poner cuidado en los diálogos en cuanto a verbos dicendi o no.
    Excelente idea y excelente relato. Enhorabuena

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 14:47
  2. 2. Erika Koh dice:

    Hola. Gracias por comentar.
    Respecto a los guiones, es posible que me haya equivocado a la hora de insertarlo y por tanto ya no se pudo ver en la página. Respecto a laísmos y leísmos, me he dejado influenciar con varias novelas españolas en donde usan expresiones como “le he visto” o algunas frases (no me excuso) y me he dejado llevar en ello. Y tampoco sé como usarlos adecuadamente pues jamás he estudiado creatividad literaria o literatura. Lo siento por eso 😉
    Y la historia, bueno es un tipo de “spin off” de una novela que estoy escribiendo, ¡qué bueno que te agradó y entendiste la mayor parte de mis personajes! Aunque el protagonista no es un ángel, más bien es otra cosa, pero bueno, espero que un día puedas leer la novela que escribo.
    Gracias por opinar, lo tendré más en cuenta.
    Saludos 😉

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 20:33
  3. 3. Laura dice:

    Hola Erika.
    Tienes una historia que nos da para seguir leyendo ya que dices que no es un ángel.¿Qué es? Tiene elementos de reencarnación y también de posesiones materiales. Avisa cuando salga con tu novela.
    Por lo demás,sigue escribiendo. El taller es para que cada uno de nosotros pueda aprender y mejorar a partir de sus fallas, y ayudar a otros, siempre con onda.
    Hasta la próxima propuesta.
    Soy Laura del 53

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 22:46
  4. 4. Erika Koh dice:

    Hola, tienes razón, y espero lograr terminar esta novela. Me da gusto y me entusiasma que haya alguien que quisiera seguir leyendo mi historia.
    Gracias por tu comentario 😉

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 20:06
  5. 5. Juan Chukofis dice:

    Hola Erika Koh

    Me da la sensación que por momentos se vuelve explicativo (se nota con expresiones como: en donde, pues, porque). En algunas oraciones se confunde el sentido. Por ejemplo en la primera oración, en la parte que dice: “en donde lo que más apreciaba vaya con ella” no sé si agrega mucho esa parte.Si la sacas creo que queda bien.
    También me parece que la tensión está un poco diluida, que los conflictos se resuelven demasiado rápido. El regalo lo encuentra bastante fácil. El encuentro con su ángel guardián que alimenta un conflicto no resulta tal. Parece que la suerte siempre le sonríe.
    Sí me gusta la contradicción de que su ángel guardián se burle de él. Explotaría mucho más esa naturaleza burlona y antagónica de el ángel guardián.
    También me gustó la idea de las vidas pasadas. Pero creo que para poder seguir un poco más esa línea de un pasado problemático deberías plantear de entrada más dudas acerca de ese pasado. Aparece mencionado al principio muy al pasar. En una parte en el medio se dice algo de que odiaba a las mujeres, pero queda como algo más que nada informativo. Y cuando vuelve, al final esa referencia al pasado no me significó mucho. Veo más interesante la posibilidad de deslizar el por qué de ese odio, de volver a ese pasado de alguna forma.
    Muchas gracias, Saludos

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 16:22

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