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La mejor puntería - por Agustín
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Con un último derrape aparcó el coche de cualquier manera junto al surtidor y paró el motor. Por el retrovisor divisó su cara congestionada por la rabia. Ese gilipollas se iba a enterar. No tenía ni puta idea de con quien se había metido.
Cogió la pistola que había hecho de copiloto durante todo el viaje. Por fin el mierda de su hermano policía le había servido para algo. Acomodó su inexperta mano al peso del arma. Quitó el seguro. Antes de salir del coche se la metió en el bolsillo de la cazadora. Aquel cabrón se iba a cagar patas abajo en cuanto la viera. Se iba a despedir de este mundo haciéndoselo en los pantalones, el muy hijoputa.
Ni se preocupó en cerrar el coche. Cuando las puertas automáticas de la tienda se abrieron ante él sacó la pistola, dio un paso adelante y apuntó.
Al otro lado de la fachada de cristal, el dependiente se agachó tras el mostrador nada más ver tan inconfundible coche. Por la forma de llegar estaba claro que acudir a su amigo, el hermano de aquél, para calmar los ánimos no había servido para nada. Notó las primeras gotas de sudor en las sienes.
Conteniendo la respiración de forma inconsciente, corrió la puerta de un armario en el que sabía que su jefe guardaba las «cosas de emergencia». Palpó durante unos eternos segundos hasta dar con un revólver. Empezó a temblar incluso antes de sacarlo a la luz. No esperaba alcanzar al otro, ni siquiera estaba seguro de poder disparar por primera vez, pero confiaba en que al menos le acojonara lo suficiente para que le dejara en paz.
Justo tuvo el tiempo de comprobar que había balas en el tambor antes de oír deslizarse las puertas. Empuñando el revolver con las dos manos, soltó el aire, se incorporó y apuntó.
“El poeta sabe que ha logrado la perfección no cuando ya no hay nada que agregar, sino cuando ya no queda más nada que quitar” LDV.
Escueto y directo, me gusto el final abierto.
Enhorabuena,
Soy el 143, por si quieres pasarte.
Un saludo. kik
Hola Agustin,
No solo “lo bueno, si breve, etc”, sino que el relato está escrito al ritmo de el final de una pelea que parece no tener otra salida.
Tengo miedo de salir de abajo de la mesa para ver quién mató a quién, aunque me resultó más simpático el empleado de la gasolinera que el iracundo hermano del policía. Hay una vuelta interesante en ese hermano: ¿defiende a su amigo de la gasolinera pero termina dándole el arma a su hermano? Una intriga más
Felicidades
ërdón, deb decir al ritmo del final.
Hola Agustín!
Perdoná la franqueza, pero a pesar de estar bien narrada, no entendí el final, ni siquiera cómo abierto. No me parece clara la definición de los personajes.
Historia concisa, simple
Hola Agustín,
Me parece una buena escena, pero yo no lo podría considerar un relato en sí. Ahora bien, te atrapa y se lee estupendamente. Pero no sé hasta qué punto el lector debe quedarse con tantas dudas.
Como en muchas otras cosas, hay miles de opiniones.
Gracias por vuestros comentarios. Me alegra que os haya gustado el estilo. Sobre el final, como dices, saulo, hay miles de opiniones, todas válidas, así que me las anoto para futuros relatos.
Saludos y gracias.
Hola Agustín,
Me gustó el ritmo trepidante que trasmite el texto. Como no cuentas el motivo del calentón del personaje que llega en el coche de la poli, resulta complicado saber quién dispara antes, si alguien dispara pues al tío que llega pude ser, a mi me lo parece, un bocazas de mecha corta.
Te agradezco la visita a mi relato.
Un abrazo.