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I´M A BELIEVER - por Luna Paniagua
Web: https://lunapaniagua.wordpress.com/
Cuando conseguí el trabajo en la gasolinera pensaba que iba a ser diferente. Creía que pasaría mi turno entretenida llenando depósitos, vendiendo artículos y dando indicaciones. Me había hecho a la idea de que vería pasar a mucha gente y charlaría animada y desenfadadamente con ellos. Y sí, hablo con los clientes… cuando vienen. Uno cada dos horas, como mucho.
Hoy estoy especialmente aburrida; no hay nada que reponer, ni ordenar, ni limpiar. Estoy sentada en una silla tras el mostrador, miro cómo tamborilean mis dedos en la madera. De repente esa imagen se vuelve borrosa y, cuando se enfoca de nuevo, todo ha cambiado. El mostrador es un piano y mis dedos tocan con brío We go together, de Grease. Alzo la mirada y sonrío al ver que todo, o casi todo, ha cobrado vida. Las bolsas de patatas bailan con las de gominolas, los mapas con los ambientadores y los chupachups realizan una coreografía conjunta. La puerta del armario de la limpieza se abre con fuerza y salen la escoba y la fregona, agarradas y girando sobre sí mismas.
De repente todos se separan; se colocan en dos filas paralelas sin dejar de moverse al compás de la música. Forman un paseíllo desde donde me encuentro hasta la puerta de salida. No me lo pienso dos veces: me pongo en pie y chasqueando los dedos, dando saltos y moviendo las caderas recorro el camino que me marcan. Aunque ya no toco se sigue escuchando la misma canción.
Salgo a la calle. Huele a incienso. De la tejavana de la gasolinera salen destellos rojos, verdes, amarillos y azules. Ahora suena I´m a believer y las papeleras hacen los coros. Una de las mangueras se ha extendido, ondea al aire y su pistola se contonea ante mí, insinuante. La agarro, dirige mi mano y mi brazo para que dé una vuelta sobre mí misma y me atrae hacia el surtidor, a la vez que me hace girar. Se detiene cuando me encuentro a unos veinte centímetros del depósito. La pantalla se curva hacia arriba y parece que sonríe. Yo río, contenta y liviana.
—¡Lleno, por favor!
Reacciono con parsimonia. Cojo aire y percibo el aroma amargo de la gasolina. Miro hacia la voz; un hombre espera de pie junto a un todoterreno gris. Me observa fijamente con el ceño fruncido. Me separo del surtidor; cada pistola se encuentra colocada en su sitio. Las papeleras permanecen inmóviles y no hay luces de colores. Vuelvo la vista atrás; en la tienda todos los productos y artículos están en su sitio. El mostrador solo es un mostrador. Aguzo el oído; no hay música.
—Eh… sí, claro, ahora mismo. ¿Diesel?
El cliente afirma con la cabeza. Creo que está tan asombrado que no sabe si enfadarse o no. Debe de pensar que estoy loca. Y puede que tenga razón; pero me da igual… ¡Ha sido el mejor día desde que trabajo aquí! Le dedico una sonrisa y le lleno el depósito mientras canturreo: Then I saw her face, now I'm a believer…
¡Hola Luna! Gracias por tu comentario en mi relato. Si que es muy curioso cómo se parecen nuestros personajes en un inicio y qué historias tan distintas tenemos. Me gusta tu relato, me habría gustado algún detalle al final que sugiriese que no todo había sido fruto de su imaginación, me encanta el toque musical y fantástico que le has dado.
¡Besos!
Muy bueno.
Fantasia de comedia musical y muy buena transicion a la realidad.
Hola, Luna!
Lo hemos pasado muy bien leyendo tu relato. Entretenido, muy divertido y lleno de alegría. Me gusta tu protagonista, llena de imaginación y música. Muy buena!
Se nos asemeja a escenas de musicales de Disney con escenas corales de peces, crustáceos, candelabros, menaje, pajaritos, ciervos…
Está bien escrito, con un ritmo alegre, lenguaje llano y frases sencillas que facilitan su lectura.
Por poner un pero, la historia es muy agradable y un pelín predecible, quizás le falte un punto de magia (pero no sé cuál ni cómo)…
Gracias por tu relato!
Hola Luna
Estaba a punto de hacer mi último análisis del día cuando se me ocurrió abrir tu relato, créeme, lo leí de un tirón, de verdad, no me di cuenta, es que es tan sencillo, tan agradable, que uno lo lee con una sonrisa.
Siempre se dice que es más difícil hacer reír que llorar, de hecho yo nunca lo he conseguido, no tengo pasta para eso. Por eso tu cuento me envolvió y me sacó del cansancio.
Imagino a la protagonista en la Gasolinera, es para que todos los automovilistas se detengan asombrados o se pongan a bailar al ritmo de ella.
Muy buena redacción, ritmo, y tono nada más que decir. Espero sigas escribiendo. Se requiere humor en este mundo tan sombrío.
Te felicito.
Saludos
Vaya, que alegría acabar el día leyendo vuestros comentarios. ¡Muchísimas gracias a todos!
¡Buenas, Luna! Reconozco que tu relato no carece de originalidad (es como si nuestra simpática y divertida protagonista abusara de los psicotrópicos :-P), tiene buen ritmo y fluidez. En lo personal, hubiese deseado algún tipo de desencadenante o conflicto que alterara la trama y nos llevara por otros derroteros.
En fin, ha sido un gusto leerte. Mis saludos, hasta la próxima!
Nos estamos leyendo 😉
¡Muchas gracias, Thomas! Por pasarte y por comentar 🙂
Hola Luna.
Soy Laura del 53.
Realmente tienes un relato que nos permite fácilmente imaginar la situación.
Muy bueno.
Nada tengo que señalar.
Espero tu próxima propuesta.
¡Muchas gracias, Laura! Ahora mismo me paso por el tuyo.
¡Genial, Luna!
Me encanta como has logrado escribir un relato original y lleno de energía. Da gusto leerlo.
Tanto en cuanto a su forma como en cuanto a su contenido, para mí, son perfectos. No le quitaría ni le añadiría nada.
Y lo mejor de todo: has conseguido sacarme una sonrisa según iba leyendo el relato.
Siempre es un placer leerte, compañera.
Un beso.
¡Muchas gracias!Leer tu comentario sí que da gusto, je, je. Me han alegrado mucho tus palabras.
Ahora me paso por el tuyo. Besos.
Hola Luna: ¡Lo que hace el aburrimiento! A la empleada de la gasolinera le ha volado la imaginación y de ahí a salido un relato digno de una película Disney. Me ha parecido muy tierno y simpático como lo has desarrollado. Una bocanada de aire fresco y juvenil. Felicidades.
Muchas gracias, María Jesús, me alegra leer eso. Ya me he pasado por tu relato, transmitimos emociones muy diferentes, ja, ja. Me ha gustado mucho.
Relato que derrocha imaginación y que te deja con un buen sabor de boca. Pienso que todos deberíamos tener la décima parte de la energía positiva que posee la protagonista. El mundo sería así, sin duda, un lugar mucho más divertido.
¡Muchas gracias, Celisius! Coincido contigo, energía e imaginación, lo mejor contra el aburrimiento 🙂
Cuando parece que muchos nos hemos decantado por un cuento oscuro o negativo, te descuelgas con una fantasía positiva, llena de energía, que has transmitido perfectamente en la descripción de la ensoñación de la protagonista, apoyada por la selección musical para la banda sonora. Buena idea. Melodías que todos conocemos ayudan a crear rápidamente la atmósfera, de la misma forma que el olor a incienso, en contraste con la olor a gasolina. y la sequedad del cliente, con la alegría de la protagonista. Tambien me ha gustado la moraleja que dejas al final. “Ande yo caliente…”
Muchas gracias, José Ramón. Me encanta tu comentario -por razones obvias- pero en especial porque has captado el final tal y como yo lo imaginé, ese “pensarán que estoy loca pero me da igual porque yo soy feliz”.
Te agradezco mucho la visita, ¿has participado este mes? No te encuentro y quería devolvértela.
Un saludo, Luna.
Si, lo puedes encontrar en el numero 33
Hola Luna. La alegría de tus letras es contagiosa. Así es que solo me queda por decir: ” I couldn’t leave you if I tried”. Te felicito: muy agradable tu escrito.
Hola Osvaldo, ¡muchas gracias!Ahora te devuelvo la visita.
Un saludo y buen fin de semana 🙂