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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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DUPLES - por ÁNGELL

Vosotros dos, parejita… ¡Las carteras, rápido! Melo extrajo del bolsillo interior de la chaqueta un objeto dorado y pesado, que dejó sobre la barra. Tania hizo exactamente lo mismo. ¡Me cago en…!, exclamó el anciano con una escopeta apoyada en la cadera. Una voz surgió del fondo: ¡Ten cuidado, Papi, ya sabes lo mal que sale la sangre de la ropa! Con una pistola en las manos, su cómplice apuntaba a dos individuos sentados en otro par de taburetes, un poco más lejos.

¡Cuatro pisos! Te dije que era una buena idea, ¿que no? Con quince pavos de inversión, tío, currelo patol invierno. ¿No dices na? Lo sabía, estás mustio. ¿Qué te he dicho yo desde el primer día, eh, qué te he dicho?: En-cuan-to-co-bre-mos-el-pri-mer-tra-ba-jo, devolvemos la pasta a tu novia… ¿Qué? No me crees. ¡Bah!

Condujo él. Recorridos cien kilómetros, ella rompió el silencio: ¡Capullo! Tendrías que habérselo dicho hoy a Ramos. Todo. Ahora estamos jodidos. Haciendo oídos sordos a los bocinazos que ya se perdían detrás de ellos, Melo dio un volantazo brusco y se metió por una salida. Éste necesita gasolina y yo un café, ¿tú no?, preguntó.

¡Manos arriba, esto es un atraco, me cago en mi calavera!, gritó el anciano. La socia, mientras tanto, tiraba insistentemente de su abrigo. Tengo que ir a hacer pis, Papi. ¡Qué oportuna, Mami, siempre igual! Vete, que ya me encargo yo de esto. Tú, el de la gasolina, las manos sobre el mostrador. Vosotros, los pintores, las carteras, deprisa. Con la escopeta debajo del brazo, sin perder de vista a todas sus víctimas, el saqueador hurgó con poco éxito en los billeteros. ¿Cómo, quince euros nada más?, comentó airado, agitando el dinero. Acto seguido, arrojó las carteras al suelo con desprecio. Se distrajo cuando oyó correr el agua y el bufido del secador de manos; lo suficiente, como para percatarse de que el cartel de la puerta seguía colocado en la posición de «ABIERTO». La anciana, que había visto el gesto y la cara de disgusto de su compañero, corrió hacia la puerta y le dio la vuelta al cartel. El atracador volvió a la faena: Tú, el de la gasolina, dame todo lo que tengas en la caja. El empleado de la gasolinera, visiblemente nervioso, dejó unos billetes sobre el mostrador. No te-tengo más. Es muu-muy temprano, la chica no ha ve-venido con el caa-caa-cambio, todavía —se disculpó. A ver, dame entonces todo lo que tengas en el armario ese de ahí detrás, sugirió el ladrón. Aquí lo único que hay de vaa-valor es el bo-boo-bote de las propinas. El ratero, apretando los dientes, susurró: Será posible, la mierda de atraco que nos está saliendo. ¡Quédatelo, anda! Sin más, el bandido se puso a gritar de nuevo: ¡Está bien! Tú, el de la gasolina, llena estas bolsas con todos esos jamones, los quesos, etcétera. Las cestas ya las cogemos nosotros al salir. Vosotros dos, parejita…

Los malhechores corrieron hacia un pequeño coche eléctrico aparcado en el exterior. A medio camino, para sorpresa de su compañero, la anciana dio media vuelta, se acercó a la puerta y puso el cartel de nuevo en «ABIERTO». A continuación, se dieron a la fuga.

¡Me cagüentó! ¡Te quedaste los quince napos de mi novia! ¡Debes las fotocopias! Me dan ganas de… Te dije, te dije. Yo sí que te lo digo: No vales paná; eres un bocas; no apañas na bueno. ¡Vaya un hermano que tengo, qué triste! Encima, nos roban. ¿No había otro sitio para tomar un café? ¡Agua, tira palante, calamidad!

Vamos a dar la vuelta, Carmelo; habla con Ramos. Melo miró a Tania a los ojos, mar azul en el que naufragaba todos los días sin rechistar, y le dijo: ¡No me llamabas Carmelo desde que íbamos juntos de patrulla! Luego se estiró, metió la mano en el bolsillo de la chaqueta y le arrojó unas llaves. ¡Conduces tú!

El encargado de la gasolinera dio un bote cuando su compañera entró por la puerta trasera. Sonriente y alterada, las palabras se le atropellaban en la boca: ¡No te lo vas a creer!… La Guardia Civil deteniendo a dos viejos armados que iban, ¡a toda pastilla!, en un coche eléctrico de esos chiquitillos cargado de jamones hasta arriba, cestas de Navidad y yo qué sé más… ¡Qué risa! Tenías que haberlo visto. ¿Te pasa algo?

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16 comentarios

  1. 1. ortzaize dice:

    divertido y lioso he tenido que leer con detenimiento, para reirme un poco del narrador protagonista, ya que entre el acento que lo has bordado, y las peripecias, y el poco dinero que les queda, casi me quedo con los jamones. y el puntazo del coche electrico, jaja
    saludos.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 21:06
  2. 2. Don Kendall dice:

    Hola Ángell,
    Me corresponde hacer un comentario sobre el texto que presentas.
    Es un trabajo experimental que trasciende los cánones más usuales de cualquier estructura narrativa formal. Esto es un taller y puede ser interesante, a mi gusta experimentar. La cosa es que, como diría un humorista , si hay que experimentar se experimenta, pero experimentar por experimentar «¿pa qué?». Y ahí me parece que está la debilidad del trabajo.
    Estos días mantuve un intercambio de pareceres con un colega en esta afición de escribir y le decía que nada es casual en las historias (o no debería de serlo). Antes de armar una historia conviene responderse dos preguntas fundamentales: ¿por qué este personaje?, y ¿por qué ahora?. El texto que ofreces parecen cuatro historias (pareja guardia civil, pareja de «ñapas», pareja de ancianos, pareja de gasolineros) intercaladas de forma un tanto arbitraria. En mi opinión, despreciable como cualquiera, es un capricho formal sin más ya que no se
    establece una relación clara (más allá de lo pintoresco de dos ancianos atracando una gasolinera) entre los cuatro mundos o conflictos dramáticos esbozados en el texto. (guardias, ancianos, «ñapas», gasolineros)
    Así mismo me parece que el narrador está desaparecido en combate. La consecuencia es que ese capricho formal que te decía antes, queda sin efecto porque no tiene ninguna función narrativa en lo que se cuenta, más allá de la puramente estructural. Tal y como está escrito el cuento ahora,¿Quién es o dónde está el narrador?. ¿Por qué al narrador, si es que lo hay le interesan estas historias? ¿qué significan para él? ¿por qué le tocan personalmente? Ni se sabe ni siquiera se intuye.
    De la estructura formal solo comentar de pasada que tal como se presenta sin un código previamente establecido con el lector, se corre el riesgo de que éste se escape en la segunda línea, porque la fonética, la ortografía, los contextos de expresión verbal etc, exigen mucho cuidado so pena de perder verosimilitud, como creo que sucede en el trabajo que ofreces.(ver nota al final).
    En resumen, te agradezco la oportunidad de poder hacer este comentario a partir de un interesante trabajo de experimentación, que a mi parecer necesita ser completado como cualquier experimento que no quiera quedar en una chapuza improvisada. Cosa que no es tu caso quede claro. Como te decía hay conflicto y tema para dar de sí en esas relaciones de esos cuatro mundos lanzados en un punto único del universo , la gasolinera.
    Un abrazo y seguiré leyendo tus propuestas, sin duda

    Nota Aconsejo la lectura de “Dudo errante” de Russell Hoban, Una novela de culto en la ciencia-ficción escrita entera en «dudohabla».Es el lenguaje considerado como la herramienta básica de nuestro cerebro para interpretar la realidad, el elemento mediante el cual traducimos el mundo.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 13:00
  3. 3. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, Ángell

    Me toca comentarte, soy tu vecina del 86.
    Lo primero que llama poderosamente la atención es la velocidad que tiene tu relato. ¡Es casi la velocidad de la luz!
    He recorrido las líneas a toda pastilla, a media sonrisa; pero, cuantas más líneas superaba, mi ceño se iba frunciendo un poco más.

    Para facilitar la comprensión de tanta carga de acciones e imágenes, me hubiera ayudado unos guiones de diálogo, o un narrador que domine bien toda esta situación de stress que has creado.

    Comparto los dos comentarios anteriores (me siento atrapada por relato “yin-yang”); pero cobre todo me he sentido identificada con el comentario de Don Kendall porque, antes de descubrirme que existía ese lenguaje experimental (el “dudohabla”), el lenguaje de tu texto me había evocado a mí a esa explosión/lluvia de anotaciones que se quedan escritas después de ser utilizadas para escribir un relato. Te aseguro que yo no las borro, para mí tienen valor en sí mismas, son las piezzas maestras del puzzle que quedan ahí como restos arqueológicos.

    En resumen, no me enrollo más, me ha dejado un buen sabor de boca el relato a pesar de que me haya faltado un poco más de orden que facilite la comprensión de tanta acción. Me encanta que se experimente, y que se ofrezca y se comente. Sin duda te alabo la buena caracterización y el humor de los personajes, es buenísima.

    Un saludo

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 20:24
  4. 4. ÁNGELL dice:

    Muchas gracias, Ortzaize, por tu comentario. Me conforta que mi escrito te haya resultado divertido, de eso se trataba. Yo me lo pasé «dabuten» escribiéndolo.

    Hola, señor Kendall… ¡Guau!

    Permítame que le cuente algo personal. Yo me levanto todos los días muy temprano, me aseo, me visto y desayuno. A continuación, me siento delante del teclado y me pongo a «experimentar». Le dejo aquí mi último experimento: «Se marcha Berlín. Se va de la ciudad. Me hacía gracia su nombre, su forma de vestir, su corte de pelo, el amor desbordado por las solapas de fieltro, el excéntrico criterio a la hora de elegir el color de su lápiz de labios…» Hasta aquí el experimento, no tengo nada más. Algunos días, incluso, me permito el placer de «experimentar por experimentar. ¿Para qué?» Para seguir adelante, señor Kendall… ¡Para seguir adelante!

    Comenta usted: «…es un capricho formal sin más ya que no se establece una relación clara (más allá de lo pintoresco de dos ancianos atracando una gasolinera) entre los cuatro mundos o conflictos dramáticos esbozados en el texto.» Dígame, sinceramente, señor Kendall, ¿encuentra usted relaciones «claras», comprensibles para usted, lógicas, entre todas las personas, parejas o grupos y sus «mundos», con las que se cruza a diario, nada más poner el pie en la calle? No me diga que sí, que me desmayo. Uno de los objetivos que he procurado mantener virgen desde su origen, ha sido precisamente este: situar, que se encuentren en el mismo sitio, a la misma hora, ocho personajes, ocho «mundos», todos ellos distintos, unidos nada más que por un acontecimiento que, a pesar de lo duro y violento del trance, no les ha significado nada o muy poco (esto último lo digo, sobre todo, por el pobre de la gasolina, que no sé si se recuperará algún día), ellos seguirán a su «bola», en su «mundo», con sus distintos conflictos, con sus diferentes afecciones, y «aquello» de la gasolinera…, pues eso.

    ¿Cómo me dice usted que no hay un narrador, señor Kendall? ¡Claro que lo hay! Otra cosa muy diferente es que usted no haya sido capaz de encontrarlo o de no querer verlo. De qué si no ha sacado usted tema necesario para invertir tiempo y 427 palabras. «Empápese» aquí: http://cvonline.uaeh.edu.mx/Cursos/BV/L0402/Unidad%203/narrador_omnisciente.html

    Le agradezco muchísimo el consejo acerca de la lectura de «Dudo errante». Había oído hablar del «dudohabla», no recuerdo ahora dónde ni en qué condiciones. Leo ciencia-ficción a menudo y, sin embargo, no conocía al autor ni su obra. He intentado conseguirlo por aquí, por el éter, sin resultados. Estoy en ello…

    Para terminar, decirle que, no obstante, le felicito por su análisis. Tengo mis limitaciones, soy plenamente consciente de ello. ¿Para qué viajar si no por estos territorios? Para aprender, ¡ya le digo! Prueba y error, prueba y error…, y análisis críticos como el de usted, por supuesto. ¡Y gratis!

    Nos leemos y hablamos, no le quepa duda.

    Un abrazo. Ángell

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 20:54
  5. 5. Don Kendall dice:

    Hola Ángell
    Observo que toda su digresión sobre el comentario que hice acerca del texto, confirma lo que que escribí :
    1- Es un experimento. Observe que he señalado que a mi me gusta experimentar.
    2 – A la hora de presentar el resultado del experimento la única relación clara entre los personajes y entre sí es situar, que se encuentren en el mismo sitio, a la misma hora, ocho personajes, … distintos, unidos por no se sabe qué.
    Hasta aquí la situación experimental y su presentación en forma de relato. Es muy probable que en lo que a mi respecta no haya sabido explicarme bien. Lo siento.
    Teniendo en cuenta que estamos diciendo lo mismo en lo que respecta a la labor experimental, también cabe una amplia probabilidad de dificultad por su parte en lo que se refiere a la comprensión lectora de lo que yo he escrito.
    En lo que respecta al narrador, es un punto que sí me parece interesante dejar aclarada alguna cosa, dada la forma en que lo aborda:
    1 – El tiempo invertido y las 427 palabras empleadas para comentar su trabajo, responden escrupulosamente a mi compromiso no escrito de participar en este taller a cambio de leer y comentar los tres textos siguientes al que yo presento(como el resto de participantes).
    Solo responden a eso y de eso he sacado el tiempo y las 427 palabras. De no ser por eso le garantizo que lo más probable sería que nunca hubiese dado con su escritura.
    He seguido su consejo y me he «empapado» (signifique esto lo que signifique) en el enlace que me ha propuesto.
    Ha servido ese empape para confirmar la dificultad por su parte en cuanto a capacidad lectora. Una vez leída su respuesta mantengo que en el texto presentado al taller , el narrador está desaparecido en combate y que el combate fue con un autor que usurpó por completo la función del narrador. En este sentido,y y este taller es una buena ayuda, es necesario pasar de los elementales «empapes» a un conocimiento más avanzado y saber que es esencial no confundir el autor y el narrador porque «el hablante de una obra literaria no puede ser identificado con el autor y, por consiguiente, el carácter y condición del hablante sólo pueden conocerse a través de la evidencia interna, a menos que el autor haya proporcionado un contexto pragmático, o que diga que lo ha hecho, que lo conecta con el hablante».(strong>VER NOTA FINAL
    El caso es que efectivamente en el relato que usted presenta hay un “pseudonarrador” que en cierta manera se cree omnisciente (para eso es el autor) pero NO ES EL NARRADOR. El narrador está oculto y tal vez avergonzado por la usurpación que está sufriendo jeje..

    NOTA: Sugiero una lectura afinada sin precipitaciones y sin necesidad de «empaparse» en demasía, de un libro que me parece magnífico sobre este tema : LAS VOCES DEL RELATO de Alberto Paredes, publicado en México en la Universidad Veracruzana en 1987

    http://ebiblioteca.org/?/ver/49898

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 01:08
  6. 6. ÁNGELL dice:

    Hola, señor Kendall:

    Si usted me lo permite, le sugiero que dejemos la conversación en este punto. No que la demos por finalizada, la encuentro interesantísima, sólo en suspenso. Para colmo, yo aun no he leído su relato. Es más, tengo a Ortzaize y a mi vecina del 86 en lista de espera. ¡Se me acumula el trabajo!

    «Empápese» no es un insulto. Según Pancracio Celdrán Gomariz, en su libro «El gran libro de los insultos», sí que lo es «empapado». Nos habrá leído gente que considere, a lo mejor, lo uno como consecuencia de lo otro. Mentes retorcidas, se lo aseguro. Yo tenía una profesora de Lengua y Literatura que terminaba siempre la clase diciendo: «Para que os «empapéis» durante este fin de semana, leer los siguientes textos: El capítulo tal del siguiente libro…» De ahí el uso de la expresión por mi parte, que quede claro. Considero que no hay nada más poco útil, que el insulto o el golpe bajo.

    El último libro que usted me recomienda lo iba a adquirir la semana pasada junto a «El arte de contar», de la misma editorial. Como maestros de espadas: Luis Mateo Díez y José María Merino. Estaba en ello…

    Un abrazo. Ángell

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 19:35
  7. 7. Don Kendall dice:

    Hola señor Ángel,
    Estoy totalmente de acuerdo. Ha sido un intercambio de impresiones muy provechoso y satisfactorio. Cuando usted quiera puede ser reanudada la conversación.
    He de aclarar que no he considerado ninguna expresión como insulto. Ni ahora, ni antes ni nunca en este contexto del taller de literautas.
    Un abrazo

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 22:55
  8. 8. ÁNGELL dice:

    Hola, Don:
    Leo anoche:
    «2) Nada de cursos de escritura creativa. Difícil decisión, pero Ferguson quería perseverar en ella hasta el final. […] porque estaba convencido de que escribir ficción no era una materia que pudiera enseñarse, que todo futuro escritor tenía que aprender a hacerlo por sí solo, y además, basándose en la información que le habían dado sobre cómo se llevaban aquellos llamados talleres (palabra que inevitablemente le hacía pensar en una estancia llena de jóvenes aprendices aserrando tablones y clavando tablas), en donde se animaba a los estudiantes a comentar el trabajo de sus compañeros, cosa que él encontraba absurda (¡el ciego conduciendo a los ciegos!), y por qué iba a pasar él por el trance de que algún zoquete compañero suyo echara por tierra su trabajo, su obra sumamente extraña e inclasificable, que seguramente considerarían con el ceño fruncido despachándola como basura experimental. No era que estuviese en contra de mostrar sus relatos a gente con más experiencia para someterlos a crítica y discusión entre dos, pero la idea de un grupo lo horrorizaba, y ya estuviera ese horror causado por arrogancia o por miedo (al temido puñetazo) tenía menos importancia que el hecho de que en el fondo le importaba un bledo toda obra que no fuera la suya, ¿y para qué molestarse en fingir que le importaba cuando no era así?» 4321. Paul Auster. Seix Barral, 2017. Cuarta impresión: Octubre 2017. Página 643.
    Las palabras en cursiva (talleres, basura experimental) están en el original.
    De traca, ¿que no?
    Un abrazo. ÁNGELL

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 10:46
  9. 9. Don Kendall dice:

    Se abandona el «usteo» y se retoma el «tuteo» inicial

    ¿Significa esto que tu propuesta :«sugiero que dejemos la conversación en este punto», queda sin efecto?.
    ¿O tal vez es la apertura de una nueva conversación a propósito del fantasma «fergusoniano» que acompaña a todos los que nos dedicamos a esto de escribir?.
    Un abrazo y Cambio

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 15:56
  10. 10. ÁNGELL dice:

    Hola, Don:

    Mi sugerencia vino del hecho que no me gusta «monopolizar» un terreno de juego que no es el mío, que va de prestado. Habrá gente que también quiera jugar, digo. Si el blog fuera mío, allá penas, pero es que no lo es. Tampoco tengo uno en el que desfogarnos.
    No trato de abrir otro «frente», por Dios no, con uno ya tengo suficiente.
    El hecho de mostrarte el texto de Paul Auster es puramente anecdótico. No me digas que no tiene su coña el que yo me saque un libro de 957 páginas de la Biblioteca hace más de una semana y que ayer por la noche, al llegar a la 643, me encuentre con ese texto. Lo que te digo, me pareció de traca. Ni hecho aposta, vaya.
    Un abrazo. ÁNGELL

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 20:29
  11. 11. Don Kendall dice:

    Hola Ángell,
    Tiene su gracia. Y es que “Paul” Ferguson da mucho de sí. No voy a hacer «spoiler» yendo más allá de la 643, pero si te confesaré que en mi comentario #5, me sentí un poco Sra. Baldwin y ganas me dieron de contestarte con sus palabras :

    Me alegro de que me hayas dicho eso. No cambia mi opinión sobre el relato, pero al menos sé que intentabas hacer algo serio. […..] No te hacen falta consejos, sólo necesitas seguir adelante. Como una vez escribió tu querido amigo Edgar Allan Poe a un aspirante a escritor: Sé audaz; lee mucho; escribe mucho; publica poco; aléjate de los ocurrentes, y no temas nada.

    .
    Pues eso, como diría nuestro amigo Nardo (el Quasimodo de O Grove):
    Ëcho o que hai.
    Un abrazo

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 00:02
  12. 12. M.L.Plaza dice:

    Hola Ángell.
    Gracias por tu comentario a mi texto.
    Del tuyo, los diálogos de tus personajes me han encantado. Creo que es lo mejor del relato: muestran de forma rápida y eficaz la personalidad de cada uno.
    No estoy de acuerdo con Don Kendall en que no haya narrador: a mí me parece que interfiere demasiado en la historia, que corta el hilo de las conversaciones, que me parece mucho más rico.
    Es una opinión personal, pero creo que el texto está mal ordenado. Aunque sea un inicio más clásico, hubiera empezado por el tercer párrafo, seguido por “Manos arriba…”. Ese párrafo lo hubiera cortado para introducir el primero y seguir con el atraco. El segundo párrafo es el que no sé dónde iría.
    Me ha parecido un texto muy interesante.
    Saludos

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 14:39
  13. 13. Don Kendall dice:

    Hola M.L. Plaza y Ángell,
    Quien dice que Don Kendall dice que no hay narrador es Ángell. Por parte de Don Kendall en dos ocasiones , a saber comentario #2 y comentario #5 se insiste (con negrita) en que el narrador está desaparecido en combate y que ese combate es con el autor que usurpó las funciones del narrador. Claro que existe un narrador, que no es otro qu el autor. Es habitual en este taller, que en muchas ocasiones y unas personas más que otras, no nos resignemos a dejar actuar al narrador una vez elegido. En cierto modo somos como una suerte de «autor helicóptero» a imagen de esas madres superprotectoras que no dejan crecer a la criatura .
    En resumen, quede claro de forma definitiva lo que dije y lo que no dije. Teniendo en cuenta , faltaría más que esto que digo siempre debe ser considerado como Doxa u OPINIÓN : Estadio entre la ignorancia y el conocimiento, despreciable por tanto jeje..
    Un abrazo

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 15:08
  14. 14. ÁNGELL dice:

    Hola, R. J. Esperanza Pardo, Esperanza, vecina:

    Lo siento, llego tarde, mis disculpas.

    Lo que pudiera decir ya lo han dicho mis compañeros en previos comentarios, merecidos elogios y enhorabuenas todos ellos.

    Si acaso, decir que estoy de acuerdo con Don Kendall en lo que se refiere a la última frase. Yo hubiera terminado el relato en «…camiseta blanca!». Con lo de «…se puso un buzo marino, agarró la caja de herramientas…» y determinada información anterior —hábilmente situada en el relato—, yo ya tenía material suficiente como para imaginarme un final.

    La chica es de aupa. Todo un personaje (subrayado), ¿que no?

    Gracias por tus comentarios a mi relato.

    Había que darle velocidad a la narración, estamos ante un atraco, je, je, je…

    La verdad es que todo empezó con trece renglones en un archivo de Google Docs en la carpeta titulada «Ideas». Algún renglón suelto actuando a modo de apéndice, apenas un boceto, y poco más. La cosa terminó en un texto y nueve revisiones, nueve. El robot de Literautas insistía en no dejarme entrar con 764 palabras. Mi procesador de texto juraba que él sólo contaba 745. Y así. El resultado es esa figura enteca que aparece aquí, un texto sometido a una dieta rigurosa. Pienso que se ha quedado toda «la chicha y la limoná», pero…

    Nos vemos en el próximo viaje.

    Saludos. ÁNGELL

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 20:55
  15. 15. ÁNGELL dice:

    Hola, M. L. Plaza:

    Gracias por tus comentarios.

    Puse el segundo y el tercer párrafos a modo de analepsis-presentación de personajes (no sé si fracasé en el intento) y «Vosotros dos, parejita…», como nexo de unión entre el final del gran párrafo central y el comienzo del primero. Suavizar así la acrobacia del salto y salir a una tercera parte con varios párrafos y todos los personajes presentados, a modo de desenlace. Todo un descoloque experimental. Quería huir, escapar, de la narración lineal original. No sé si, a todo esto, utilizar lo que decía el otro: «Los experimentos con gaseosa».

    Hubo veces, al repasar el texto, en los que me pareció un poco falso el lenguaje de los pintores. Otras veces pensé: ¿Hablan los pintores así? ¿Lo quito? La verdad es que, desde el primer momento, mi intención era separar a las parejas por el lenguaje y los gestos. Me partía yo sólo de risa escribiendo sobre la anciana corre que te corre a darle la vuelta al cartel de la puerta, una y otra vez.

    Nos vemos en el próximo viaje.

    Saludos. ÁNGELL

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 21:31
  16. 16. Paola dice:

    Hola Angell!
    Has pasado por mi texto… devuelvo la visita!
    Me ha gustado mucho!
    Rápido y con un caos que se … entiende!! jajaja Me gustan mucho los textos que te hacen pensar… ya sabes! leer no solo por leer, razonar también es bueno!
    Correcciones? Yo que sé! A mi me ha gustado!!!
    Romper algunas reglas tampoco está mal!
    Saludos!
    Nos leemos!

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 13:30

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