fuego - por eris

El autor/a de este texto es menor de edad

Todavía recuerdo aquella gasolinera, encontrada en una carretera en mitad de la nada, donde hubo un gran incendio que quemó hasta los cimientos, matando a todos los que nos encontrábamos ahí, matando a una parte de mí. No me puedo creer que haya vuelto.
Hace unos años, mis amigos y yo cruzamos las puertas de una vieja gasolinera, estábamos realizando un largo viaje y queríamos tomarnos unos minutos de descanso, lo que no sabíamos, es que no saldríamos igual de esta.
Nada más cruzar las puertas, noto una rara sensación, pero no hago mucho caso y continúo andando con mis compañeros, dando de lado a algo que podría habernos salvado.
En un momento dado, mis ojos ven algo a lo lejos y hacen que me detenga. Un juguete muy apreciado en mi niñez está ahí, en una de las estanterías, aunque ahora que recuerdo, lo habían quitado del mercado por una serie de problemas con niños pequeños. Al verlo, recuerdo que tenía uno igual pero tras el escándalo, desapareció. Probablemente tirado por mis padres.
Cuando quiero darme cuenta, tengo el juguete en mis manos y cuanto más lo miro, más me doy cuenta de que ese era el mío. Tenía las mismas marcas que le hice para poder diferenciarlo si se me perdía o me lo quitaban.
Después de estar unos minutos contemplando ensimismado ese cacharro, recuerdo a mis amigos y no tengo la menor idea de donde pueden estar. Vuelvo a recorrer los diferentes pasillos buscándolos y en un rincón, encuentro un gran armario.
Era un mueble enorme, de madera oscura y vieja, tan grande que, en su interior podría caber una persona de pie. Tengo curiosidad por su finalidad en un lugar como aquel. Tiro de la puerta, no está cerrada con llave y veo un par de ojos plateados que me miran fijamente y la forma de una caja de cerillas y un bidón de gasolina.
*****
Cuando entramos en la gasolinera, a Josh le da un escalofrío y empieza a caminar meditabundo, no nos extraña, ha echo el último tramo al volante y debe de estar cansado.
Vamos cogiendo cosas para comer y algunas revistas para entretenernos,pero cuando queremos darnos cuenta, Josh no viene con nosotros, creo que se había quedado mirando un cachivache. Todavía no ha aparecido, así que, voy a buscarle para irnos rápido.
Mientras camino, veo que algunas zonas de los pasillos están un poco mojadas y cuando casi me doy por vencido, lo encuentro delante de unos maderos y unas botellas de gasolina vacías. Cada vez está más raro.
-Hey Josh ¿Qué haces aquí? Vamos a seguir con el viaje-le digo y tras decir estas palabras, me mira como si estuviera perdido y dice:
-Estoy mirando el armario.
Cuando dice esto, pienso que se ha tomado algo pero cuando intento llevarlo a la salida, no se mueve y con una enloquecida mirada me dice:
-Los ojos plateados quieren que todo arda
"¿De qué está hablando este?"Me pregunto mentalmente y poco a poco consigo arrastrarlo a la salida y cuando por fin casi llegamos a la puerta, intenta soltar su brazo y lo consigue.
*******
Mi amigo no me entiende, Mike, uno de mis mejores amigos, no ve el armario, ni a los ojos plateados. Quiero quedarme aquí para cumplir la misión que me han encomendado los ojos plateados: quemar este sitio. Nos acercamos a la salida y la voz de los ojos plateados da vueltas en mi cabeza "quema este sitio, tiene que arder todo". Justo pasamos por el lado de uno de los charcos de la gasolina que he echado antes por el suelo, consigo soltarme y tiro una cerilla encendida. Una gran llamarada se levanta y Mike me suelta sorprendido mientras rápidamente el fuego se reparte.
De repente, me asalta un pensamiento: no quiero morir, no es mi hora. Así que, en un acto desesperado, me lanzo hacia las llamas que cubren la puerta, no muy grandes todavía, siento su cálido abrazo y cuando llego al otro lado, apago las llamas en el suelo y huyo lejos de ahí.
******
Josh se ha vuelto loco, ha echado gasolina por todo el local y cuando ha tenido oportunidad, lo ha prendido todo, dejándonos a todos atrapados en el infierno.
Intentamos buscar salidas, pero todo lo cubre el fuego, me ahogo con el humo y me caigo al suelo. Antes de caer en la inconsciencia y ser devorado por las llamas, veo un par de ojos plateados observándome.