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EN LA GASOLINERA - por M.L.Plaza

La puerta de la tienda se abrió de golpe y bajo el dintel apareció una mujer de mediana edad que sujetaba una garrafa.
Aunque se la veía bien vestida, iba cubierta por el polvo del camino. A Eloísa, enfundada en su saya gris de tendera, le pareció bastante descuidada: no había más que ver ese pelo todo revuelto.
—Buenos días, ¿es aquí la gasolinera?
—Sí, señora. En el armario del fondo, ahí, tenemos la gasolina.
-—Pues le agradecería que me llenara la garrafa.
—Es que eso es mucho. Por lo poco, cinco litros. Y no sé yo que tenga tanto.
—El caso es que necesito cuatro garrafas. Es para el auto.
—¡Qué va, señora! Ni en todo el pueblo encuentra usted tanta gasolina.
—En la guía dice que en esta tienda de coloniales está la gasolinera.
—Sí, señora. Pero eso es en el verano, cuando los turistas van a Toledo. El año pasado pararon diez. Por eso nos animamos a poner la gasolinera. Pero en invierno para qué vamos a tener tanta. Aquí solo la usamos de quitamanchas, cuando el jabón no sirve.
—Pues mire a ver cuánta me puede dar, si hace el favor. Es que tenemos que llegar a Toledo.
Le pasó la garrafa vacía sobre el montón apilado de telas para remendar colchones. En ese momento salió de la garita de cobro el marido, con los calzones de pana raídos por el uso y la boina calada.
—Disculpe, señora. En este establecimiento solo se vende gasolina a los caballeros que la soliciten.
—Pero, hombre de Dios. Si ya estamos en pleno siglo XX, en mil novecientos catorce. ¿Tiene usted idea de la cantidad de mujeres que conducimos autos?
—Yo no dudo que eso sean cosas de la capital, señora. Pero a mí me pone en un compromiso. Imagínese lo que van a ir diciendo por ahí si me dedico a vender gasolina a cualquier mujer que aparezca en mi negocio. Vaya a usted a saber si se están escapando, o algo peor. Porque normal no es, eso desde luego.
—Por eso no se preocupe. Yo viajo con mis hijos. Los he mandado a por agua para refrescar el motor del auto. ¿A ellos les vendería la gasolina?
—Si son muy rapaces, no, desde luego que no.
—El mayor tiene dieciséis años cumplidos. Ya es casi un hombre. O eso se cree él. Espere que le llamo.
La mujer giró sobre sus talones y, abriéndose paso entre los sacos de legumbres, se asomó a la puerta.
—Alfonso, hijo, entra que tienes que comprar la gasolina.

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13 comentarios

  1. 1. ortzaize dice:

    es divertido, pero a la vez esa epoca como comentas machista ya gracias a dios pasada ,
    y que procuramos todos poder olvidarla el apuro de la señora lo narras muy bien, y nos seguimos leyendo.
    saluditos.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 21:00
  2. 2. Patricia Redondo dice:

    La prosa es buena. Y el relato curioso, bien reflejada la situación de las mujeres hace no tantos años , que hasta en cosas tan simples como comprar podían tener problemas. Sin embargo me ha dejado un poco fría, no sé , quizá por ese final que es un tanto anodino. O igual no lo supe entender…

    Un saludo, nos leemos!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 10:48
  3. Hola M.L. Plaza:

    Tu relato es todo un canto a la igualdad. Parece que nos olvidamos de que las mujeres no tuvieron siempre la libertad de hoy en día.

    Has escrito con mucha corrección y eso ha facilitado mucho que evocara la escena con total claridad, algo que siempre se agradece.

    Sin embargo, me ha pasado como a Patricia. El final me ha desinflado. Le falta un poco de chicha. Es como si no hubiera final, como si el relato aún no hubiera terminado.

    Muchas gracias por tu sinceridad en el comentario a mi relato. De todo se puede sacar alguna lección.

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 14:39
  4. 4. charola dice:

    Hola, M.L.Plaza!

    Vengo intrigada a leer tu relato porque Patricia me sugirió que lo hiciera y tiene razón, ¡se parece tanto al mío! Jeje.

    Me gustó el tuyo. Expresa esa desigualdad que había entre hombres y mujeres a inicios del siglo XX. Y pensar que una mujer fue la primera en manejar un vehículo a largas distancias.

    Me gusta el lenguaje que utilizas. Felicitaciones.

    Te invito a leer el mío. #27.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 16:23
  5. 5. R.J. Esperanza Pardo dice:

    Hola, M.L.Plaza

    Me ha gustado mucho tu relato. No solo por su lenguaje, claro y formalmente impecable que hace comprensible a la primera la escena, esto se agradece de verdad. Los diálogos me han parecido muy naturales, bien caracterizados en una época. Creo que no es tan fácil hacerlo, me refiero a caracterizarlos en una época. Pero merecía la pena hacerlo así para retrotraernos a aquella época cercana y lejana al mismo tiempo. Era una época marcada por la desigualdad, la sumisión, el machismo, y la falta de conciencia por las propias mujeres, que quien más quien menos se callaba porque había que callar.

    Así que el conflicto que has tratado para mí te aseguro que no es un conflicto sutil. Me ha dejado con rabia ese final, pensando en el machismo que imperaba entonces y que aún sigue vigente en todas las sociedades.

    Al final, todo depende del prisma con el que se miran las cosas.

    Un abrazo, me alegro de haberte leído.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 20:58
  6. 6. R.J. Esperanza Pardo dice:

    UF, que burra soy! He dicho falta de conciencia y es consciencia, con la “s”!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 21:53
  7. 7. Lunaclara dice:

    Hola ML.Plaza: Gracias por pasarte por mi relato.
    El tuyo está escrito correctamente. Controlas muy bien los diálogos, y dominas el lenguaje de la época.
    Echo en falta que ocurra algo en esa gasolinera, algo que atrape al lector y le obligue a querer seguir leyendo.
    Hasta el mes que viene!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 22:44
  8. 8. Juana Medina dice:

    Hola M.L: Plaza,
    He llegado a tu texto por comentarios de otros, y me alegro.
    No he echado en falta nada. Por el contrario, encuentro que el conflicto de machismo y época enfrentados a los grandes cambios, está muy bien pintado con esa tranquilidad un tanto irónica del personaje, frente a un matrimonio de pueblerinos que no pueden abrir la cabeza tan rápido. No siempre hacen falta subrayados y dramáticas vueltas de tuerca para que el relato tenga su eefecto. Eso sí, en ocasiones como ésta es necesario que el lecor se tome un poco más de trabajo y lea dos veces. Aasí, también lo disfrutará más.
    Un saludo

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 20:05
  9. 9. Juana Medina dice:

    Perdón por los errores de tipeo y las comas en cualquier lado. Apurosy falta de revisión.

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 20:07
  10. 10. Laura dice:

    Hola M.L. Plaza.
    Soy Laura del 53.
    Es la segunda historia de mujeres que conducen en épocas donde los autos comenzaban a utilizarse.
    Está correctamente planteada. Tal vez es algo forzada la inclusión del año, por supuesto que la necesitabas para que se pueda justificar la respuesta, pero tal vez lo podías haber incluído si por ejemplo en el almanaque el 4 del 1914 estaba manchado, o algún hecho político, como el inicio de la guerra que luego fue la primera, o alguna otra cosa.
    El final parece algo desvaído. La mujer, a pesar de lanzarse a la aventura conduciendo un auto, fácilmente se deja vencer por el argumento machista.
    En fin, puntos de vista.
    Desde lo formal, nada que objetar.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 21:34
  11. 11. Thomas Carnacki dice:

    ¡Hola, M.L. Plaza!

    Como bien dijo Laura (la del 53 :-p), es el segundo relato sobre una mujer que conduce un auto. El otro que leí trataba sobre la primer mujer en conducir uno. En mi caso, el tuyo me gusta más; el otro gana tal vez en lo didáctico, pero este posee un personaje principal bien perfilado y en una situación de lo más cotidiana. Deja entrever los prejuicios y esteotipos patriarcarles, que si bien hoy están más vigentes que nunca, en aquella época campaban a sus anchas. No hay ejemplo más claro que el tipo preocupandosé por “el que dirán” (el resto de machos). No vaya a ser que ponga duda su masculinidad.
    En fin, un buen relato con un toque feminista. Un gusto leerte, hasta la próxima 😉

    ¡Nos estamos leyendo!

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 20:45
  12. 12. ÁNGELL dice:

    Hola, M. L. Plaza:
    Un relato sencillo y de exquisito lenguaje, se lee de un tirón.
    Bien expuesto el tema del relato.
    Buenos dialogos.
    Un más que correcto dibujo de los personajes.
    Con respecto al final, me ha pasado lo que con los buenos postres, me he quedado con ganas de más.
    Al contrario de lo que comenta Laura más arriba, yo creo que la mujer conductora utiliza aquí aquello que comentó una vez Napoleón como estrategia: «No hay mejor victoria que saberse retirar a tiempo.» De haber discutido y demás, la señora se hubiera quedado sin gasolina y sin viaje a Toledo con sus hijos. Una mujer inteligente, ya lo creo.
    El papel en segundo plano de otra mujer que aparece en el relato, Eloisa, la mujer del tendero, su impasibilidad, su silencio ante la ofuscada actitud de su marido, actúan como fuerzas contrarias y opuestas, causando un lógico desgaste en la mujer recién llegada, la deja sin fuelle, sola ante el toro, lo que supone el oxígeno necesario y el empuje suficiente para las embestidas del hombre empecinado. Dos contra uno, la unión hace la fuerza, la conductora se hubiera ido con la garrafa de gasolina.
    Nos leemos en próximos viajes.
    Saludos. ÁNGELL

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 12:04
  13. 13. Everett Russo dice:

    Hola Thomas,

    Lo primero: muchas gracias por tu comentario, me da mucho ánimo y me alegro tremendamente de que te haya gustado el texto. No conocía a Levrero pero ya lo he añadido en Goodreads; a leerlo dentro de poco. He de confesar que me he basado en el estilo de Fernando del Paso en Palinuro de México, un libro que me impresionó.

    Bueno, voy ya con el tuyo. He entrado a otros relatos, algunos incluso me han gustado, pero al leer las primeras líneas del tuyo (y no me refiero al título) uno se da cuenta de que está ante algo distinto. De lo que he leído por ahora por aquí, tu texto es el único que no me chirriaría al leerlo fuera de este contexto en el que estamos. Es, ya lo sabes, muy original, está escrito con maestría y mucho gusto, y llega a ser desconcertante por momentos, pero eso es algo que ya nos advertía el título. Como muchos, admiro tu capacidad para crear un universo propio y espero que lo continues en algún otro relato.

    Un placer leerte y una suerte que te pasaras por mi texto!
    Seguimos leyéndonos.

    Suerte!

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 23:41

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