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Cuenta Atrás - por Tim Galano

Cinco. Solo se puede llegar hasta aquí si uno tiene más ganas de morir que de vivir. Y aquí hace demasiado tiempo que huele a muerte. Apenas veo a través del ventanal polvoriento y resquebrajado, por el temblor continuo de los morteros, los escombros en los que se ha convertido la frontera. Esto es lo único que queda en pie, lo demás, ruina. Me tiemblan las manos, no me voy a mover, quiero ver cómo llega, cómo se va todo, cómo me voy yo también, igual que he visto ya irse tantas cosas, mis padres, Omar, Nahid y la niña, los tejados hechos telarañas, las pieles sucias de los muertos que nadie tiene tiempo de recoger. La gasolinera aguanta mientras haya gasolina, y no queda demasiada.

Cuatro. Hoy no ha sonado la sirena, pero los tanques se están moviendo. Cada día, o cada hora, o cada minuto, las sirenas anuncian el movimiento de los tanques y un altavoz distorsionado vomita la voz de Omar para avisar a los civiles. Pobre Omar, si ya no quedan civiles. Desde que él formó parte de la lucha, la odio más, si es que eso es posible. Era lo único que me quedaba. Aunque no ha sonado la sirena ya está aquí el tanque que estaba esperando, el que va cerrar este círculo que no hubo otra manera de cerrar. Está muy cerca. Ya viene.

Tres. Aunque hacía tiempo que me rondaba la idea, lo decidí cuando desapareció del armario la última lata comestible. Desde entonces solo tengo agua. Y además estoy seguro de que se acabará pronto. Los demás tampoco deben estar mucho mejor. Aquí las condiciones son ya insoportables, los chicos que llevan los tanques deben tener tanta hombre como yo. Y sed. Cuando los veo cada día pasar por delante, sé que están aquí por la gasolina, cuando se acabe, se irán. Es lo único que defienden en esta parte de la frontera. Decidí terminar con mi agonía y de un golpe con las suyas, aunque quizás, cuando dejen esta franja, irán a otra peor. Pero esa parte ya no dependerá de mí.

Dos. Apenas unos metros y fin. El tanque se encargará de pisar el detonador, si todo sale bien. Y ahora que llega el momento estoy más tranquilo que nunca. Mucho más que cuando intentaba entender cómo debía conectar los cables. Más que cuando metía en el depósito el polo que debía llevar hasta la gasolina la chispa que acabara con todo. Y más que aquellos días en los que empecé a pensar que esto era lo único que podía hacer, por mí y por los que me habían dejado aquí solo. Ahora que el tanque está mucho más cerca, estoy tan tranquilo que sé que esto debía haberlo hecho mucho antes.

Uno. La cadena del tanque está a un palmo del mecanismo. Reviso mentalmente las conexiones. Visualizo el momento antes de que ocurra, me ciega los ojos, me ciega la mente, me ciega por completo. No puede fallar. Ahora no. El plano eléctrico lo tengo en la cabeza. Lo hice todo con la conciencia de quién está intentando salvar una vida. Miro el tanque. Mi último tanque. Morir. Matar. Se escucha la sirena que anuncia el movimiento, ahora sí. La voz eléctrica del pánico vuelve a sonar en el destartalado altavoz. No es Omar. Miro el tanque. Lo veo. Por qué tu. Corro hacia la puerta de la gasolinera para intentar detenerlo.

Cero.

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4 comentarios

  1. 1. Cesar A. Martin dice:

    Que tal Tim.
    Magnifico relato. Una muestra preciosa de como manejar el tiempo. La cuenta atras junto con la longitud de las frases a medida que se acerca el final dota a todo el relato de un ritmo tenso y creciente, además haces un uso muy eficiente del lenguaje, ambientando la sinrazón de la guerra a la vez que nos describes la angustia del protagonista. Y por supuesto un desenlace sorprendente.
    Solo tengo un pero: te prodigas poco por Literautas.
    Enhorabuena.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 22:47
  2. 2. Gloria dice:

    ¡¡Hola Tim!!

    Mi más sincera enhorabuena. Me ha parecido un relato exquisito.
    Consigues mantener al lector en tensión a la vez que emocionarlo. Es una historia trepidante.

    El uso del lenguaje y esa manera tan original de combinar la cuenta atrás con el relato me ha fascinado.

    ¡¡¡Felicitaciones!!!

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 10:27
  3. 3. María Jesús dice:

    Hola Tim: excelente y sobrecogedor relato. Has ido dosificando la angustia del lector, a través de los ojos del protagonista con mucha maestría. La forma de contarlo, tal y como indica el título ha sido para mí, todo un acierto. Y luego la sorpresa final la guinda perfecta. Por todo ello te felicito, no soy capaz de poner ni una pega. Un saludo.

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 13:12
  4. 4. MOT dice:

    Hola Tim. Esta es la primera vez que te leo y debo reconocer que me ha gustado mucho tu relato.
    Lo ha encontrado perfecto en su brevedad, muy ágil, con una estructura que me ha encantado (seguro que probaré…), y lo mejor es sin duda su demoledor final, de esos que yo llamo finales bomba. Una verdadera gozada, ENHORABUENA.
    Solo tres cositas, si me lo permites:
    1- Fíjate en tu original, porque aquí se te ha colado una errata, en la frase: “…llevan los tanques deben tener tanta HOMBRE como yo.”
    2 – En esa misma frase, lo correcto es poner “…deben DE tener…”, al ser un pensamiento, una elucubración, y no una obligación; o al menos eso es lo que dicta la norma de la RAE.
    3 – Al final, la frase “Por qué tu”, desde mi mera opinión personal, debería ir con signos de interrogación; creo que le daría más ímpetu. Y al “tu” le falta acento.
    Un verdadero placer haberte leído… Saludos

    Escrito el 24 noviembre 2017 a las 10:30

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