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Tres euros - por Txavi García

Eran las diez en punto cuando comenzó a cerrar la caja. Su compañera desconectó el sensor de presencia, para que la puerta no permitiera entrar a ningún cliente despistado, y se dirigió hacia el vestuario.

Yolanda estaba cansada, la jornada había sido especialmente dura debido a aquel sofocante agosto y a que era día quince: el tráfico era más concurrido de lo habitual. Hacía apenas dos meses que había comenzado a trabajar en esa gasolinera y todavía estaba acostumbrándose a la nueva experiencia. Este empleo lo tomó como un simple trampolín económico que le permitiera, a medio plazo, construir su sueño de montar su propia tienda de ropa. De todos modos, le había sorprendido para bien. Estaba contenta, era un trabajo cómodo y no estaba mal pagado. Además se llevaba muy bien con sus compañeros, especialmente con Olga.

Olga era muy optimista y buena persona, aunque también era la persona que Yolanda conocía que más hablaba. A veces le desesperaba, cuando le despistaba en sus tareas. Esta vez, le hizo perder la cuenta de las monedas de euro y tener que volver a empezar. Olga salió del vestuario ya cambiada, se acercó a Yolanda y le dio un afectuoso abrazo a modo de despedida. Cuando ya estaba frente a la puerta trasera, a punto de abrirla, pareció recordar algo, se volvió y le dijo: "¡Ah…y suerte!”.
Lo dijo con una mirada picarona y guiñando un ojo. Luego se marchó y dejó la tienda en un agradable silencio. No hizo falta más para que Yolanda sonriera y entendiera a qué se refería su amiga.

Por primera vez desde que comenzó ese trabajo, le faltaba dinero. Precisamente hoy que iría a cenar con Dani, el chico que había conocido la semana anterior. Se enfadó consigo misma y un poco también con su compañera, porque pensaba que se ofrecería a contar la caja conociendo los detalles de su cita. Su idea era salir puntual y poder estar lista y preparada a las diez y media a más tardar. Pero ya eran y doce y se estaba empezando a poner nerviosa. Volvió a contarlo una segunda vez y una tercera. Finalmente, decidió poner de su propio bolsillo los tres euros que descuadraban el cierre diario. Lo hizo con disimulo y con cuidado para que no lo vieran las cámaras, no sabía cómo se lo podría tomar su jefa. Guardó la recaudación en la caja fuerte que había sobre el armario del vestuario y se fue, casi corriendo, sin cambiarse de ropa. Ya lo haría en casa.

Otra de las cosas que le gustaban de ese trabajo, era que vivía a sólo dos calles y le permitía seguir con su mala costumbre de ir siempre con el tiempo justo. Aunque, en realidad, rara vez llegaba tarde.

Cuando salió por la puerta, notó que el caluroso día se había transformado en una agradable y templada noche de verano. Mientras cruzaba la calle, cogió el móvil para escribir a Dani y avisarle de que salía ya, que se cambiaba de ropa y bajaba al restaurante donde habían reservado mesa. Jamás llegó a enviar aquel mensaje.

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9 comentarios

  1. Txavi, me gustó tu relato y si bien se viene leyendo como una historia muy lineal, el final abrupto sorprende.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 18:05
  2. 2. isan dice:

    Hola Txavi:
    Primero te comento alguna cosa de estilo que me ha llamado la atención. Es el excesivo uso de la conjunción QUE y del posesivo SU, algunas muy próximos, por lo que se nota más.
    En cuanto al relato en sí, me he quedado con las ganas. Evidentemente algo le pasa, pero queda tan abierto ese final que puede haber pasado cualquier cosa. Quizás demasiado abierto. No le veo que tenga un hilo conductor desde el principio. Se describe bien el arqueo de caja diario y la relación con su compañera, pero no se ve que eso tenga una consecuencia o no ocurre nada inesperado que rompa la monotonía del final del día. Está bien redactado pero le falta fuerza.
    Un detalle de poca importancia es que parece que para el primer recuento del dinero tarda unas dos horas, tiempo excesivamente largo y, luego tiene que hacer otros dos recuentos, total por tres euros.
    Ya te he dicho que el relato está bien y que has sabido describir los detalles. Está claro y con buen manejo del lenguaje. Es por eso que me ha gustado.
    Un saludo.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 22:41
  3. 3. Txavi García dice:

    Gracias por las críticas. En cuanto a lo del detalle del dinero creo que lo has entendido mal al leerlo isan. Entre un recuento y otro pasan apenas minutos.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 11:56
  4. 4. Paola dice:

    Hola Txavi García!
    wow! Me quedé en un suspiro.
    Me gustó muchísimo!
    Se lee claramente y sin parar.
    El final me dejó dentro de una escena de misterio y eso me agrada.
    Hasta la próxima lectura!
    Saludos!

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 12:32
  5. Hola!, me gustó mucho. Muy fresco y fácil a la lectura. Felicidades!
    Saludos

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 15:24
  6. 6. Laura dice:

    Hola Txavi.
    Soy Laura del 53.
    ¿Y ahora? ¿Qué pasó?
    El relato está bien escrito, pero quedó totalmente abierto. Nos ubicas en la vida de la protagonista pero no das pista alguna (al menos para mí) con respecto a algún probable desenlace.
    Coincido con Isan con el tiempo del recuento.Lo volví a leer.Tienes razón. Prácticamente se escapa ese “y doce”
    Hasta la próxima.

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 11:29
  7. 7. Txavi García dice:

    Hola Laura, gracias por la crítica.
    Me apetecía hacer un final abierto y abrupto pero, es cierto que a lo mejor me he pasado.
    Suelo dar alguna pista en el propio relato para dar una idea de lo que pudo pasar sin dejar de ser algo abierto a diferentes interpretaciones pero, quizá, en este caso ha sido demasiado sutíl.
    La clave está en que era día 15 de agosto y había demasiado tráfico y en que escribía el mensaje mientras cruzaba la calle…
    Gracias de nuevo, me paso a leerte.
    Un saludo

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 15:11
  8. 8. Ramón Temes dice:

    Es más la descripción de un ambiente, una escena que un relato.
    El final no viene a cuento. No hay antecedentes y solo la frase de su compañera deseandole suerte nos previene sobre un suceso desagradable futuro.
    Por lo demás,está bien escrito.
    Saludos

    Escrito el 27 noviembre 2017 a las 14:36
  9. 9. Txavi Garcia dice:

    Hola Ramón.
    Es mi manera de escribir.
    Lo que trato de narrar, lo que quiero transmitir, es que en cualquier momento puede cambiar todo sin previo aviso, no creo necesarios antecedentes pero sí alguna pista, de modo que no te lo esperes pero puedas buscar en el texto lo que ha sucedido.
    Un relato es una narración literaria breve, creo que cumplo. Además suceden cosas que es de lo que se trata.
    Y no te lo tomes a mal pero “el final no viene a cuento” no lo tomo como una crítica válida.
    Un saludo

    Escrito el 27 noviembre 2017 a las 15:39

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