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viaje a ninguna parte - por Tavi Oyarce

Hace horas conduzco por caminos desconocidos de Atacama. Un intenso mar de arena se abre ante mí. Debo llegar a la ruta principal y encontrar una estación de servicios, de lo contrario, quedaré entrampado bajo el sol abrasador de noviembre. Atrás queda el poblado de Quillahua. Los ojos negros de Aruma. El Loa, vertedero de la gran minería.
El viento cruje en el parabrisas cuando diviso la frágil construcción que hace las veces de gasolinera. Junto al surtidor, que desprende un pesado olor a petróleo, el expendedor bosteza su aburrimiento sentado sobre un taburete. Lleno el estanque de la camioneta y estaciono bajo el único algarrobo que he visto en cientos de kilómetros.
A un costado del inmueble, bajo una carpa de lona cruda, se distribuyen mesas y sillas corroídas por el viento salino. “Comida al paso”, dice un letrero que cuelga desde las vigas: decido entrar. El dependiente, un tipo anémico hasta el exceso, me alcanza una hoja garabateada con el menú del día. Necesito una cerveza le digo y algo de comer para saciar el hambre. Mientras espero, la desazón violenta de no saber a dónde ir no me abandona.
Un descolorido camión abarrotado de enseres carga combustible en el surtidor. Son gitanos. Desde la baranda cuelgan cacerolas y ollas de cobre, colchones, parrillas y todo lo que se pueda imaginar. No alcanzo a saborear la comida cuando en un jolgorio descomunal los gitanos copan las mesas. El dependiente, en un abrir y cerrar de ojos, descorre el hule que cubre el armario y sirve jarros de bebidas entre los comensales.
En la mesa contigua una gitana me observa insistente: debo ser presa fácil para ella, presumo. La idea surge de su mirada complaciente, en la forma descarada de analizarme. Una gitanita ─de no más de siete años─, se distrae con los gatos que hace rato abandonaron la siesta.
Intento ignorar el acoso de la mujer que en cualquier momento se me vendrá encima. Lo mejor será cancelar el consumo y escabullirme; pero, no alcanzo a depositar el dinero sobre la cubierta cuando la gitana: de pié, el cabello enmarañado, su blusa escotada, la falda de seda cubriendo sus tobillos, está frente mí. Tiene a la niña tomada de la mano. Debe ser parte de la estrategia, pienso.
─¿Quieres verte la suerte, paisano?
─¡No! ─respondo tajante.
─Te veo mal ─insiste como si tuviera la historia de mi vida frente a ella─. Tu mujer te ha abandonado, ¿verdad? ─La luz cáustica de su mirada espera precavida mi reacción.
Yo la escucho con desgano, con indiferencia después. Para demostrar mi incomodidad desvío la vista al otro lado de la ventana: el desierto terrible, sin horizonte, sobrecoge y me recuerda por qué estoy aquí.
La gitanita golpea mi mano como si intuyera mi apatía. Yo acaricio su cabello rizado. Ella sonríe y deja al descubierto dos blancos dientes de coneja.
En ese momento la gitana calla. Pienso que al fin se ha dado por vencida. Pero me equivoco, es solo una tregua para retomar su monserga.
─Paisano ─dice─, dame unas monedas y sabrás cómo recuperar a tu mujer.
¡Recuperar a mi mujer!, me repito, ¡que estupidez!
Su exótico balbuceo irrita. Colmada la paciencia, emputecido, doy un puñetazo sobre la cubierta de la mesa, el golpe tiene la virtud de llamar la atención. La gitana que se había puesto de pie vuelve a sentarse. Los gitanos interrumpen su cháchara y me observan extrañados. La gitanita está a punto de llorar. Me levanto, sin alcanzar a consumir la cerveza me dirijo hacia la puerta de salida.
¡Idiota!, protesto en voz alta cuando sentado en la cabina me repongo de la charlatanería de la gitana, ¡qué sabe ella de Aruma!
El sol hace hervir mi cabeza. Tal vez debiera esperar la noche antes de reanudar el viaje, pero no decido nada. La sensación de un viaje a ninguna parte me agobia. ¿A dónde ir?: al norte, al sur, al infierno…, da lo mismo. La enrevesada escandalera de los gitanos bajo la carpa, me llega como un murmullo lejano.

Aquella noche, cuando cuatro manos ayudaron a bajar el féretro de Aruma, sin preguntar ni averiguar nada, supe que podía golpear mi pecho, rezar una plegaria y nada me devolvería su ternura. Los dioses ofuscados tendrían oídos sordos para mí.
Decidí entonces abandonar el cementerio. Pasar por Quillagua y recoger mis cosas personales.
Huir antes del amanecer era imprescindible ─las sombras de la noche protegen a los homicidas─, conjeturaba mientras conducía por caminos inexplorados del desierto…

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14 comentarios

  1. 1. Alétheia dice:

    Hola Tavi. Tengo una dudilla sobre el final, ¿entonces el protagonista es el asesino de Aruma, su propia mujer?
    Mi texto es el 173 por si de apetece echarle un vistazo.
    Saludos!

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 17:12
  2. 2. Juana Medina dice:

    Qué bien, Tavi!
    Excelente la vuelta de tuerca. No entiendo por qué no aparece como aceptado el Reto, cuando lo está sobradamente.
    Me encantó.
    Saludos

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 17:46
  3. 3. Lunaclara dice:

    Genial Tavi, gran final. Mira si tal vez sería bueno para que no se pare la lectura, que unas algunas frases demasiado cortas. También, te propongo poner esta frase en dialogo:
    -Necesito una cerveza-le digo-, y algo de comer para saciar el hambre.
    Muy bien escrito, Tavi!!!
    Gracias x pasar x mi relato.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 00:04
  4. 4. Luna Paniagua dice:

    Uau, vaya final, dos giros por el precio de uno. Buena historia, buenas descripciones, te engancha y te mantiene atento hasta ese gran final.
    Saludos

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 17:36
  5. 5. Yoli dice:

    Hola, Tavi.
    Muchas gracias por comentar mi relato. El tuyo me ha gustado, tiene un final que no me lo esperaba. Buenas descripciones, tanto del ambiente como de los sentimientos del protagonista.
    Saludos.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 19:37
  6. 6. Rita dice:

    Hola de nuevo, Tavi 🙂
    Veo que a los compañeros les ha gustado, mi enhorabuena 😀
    Sin embargo, yo discrepo un poco; aunque como gustos colores 😛 También tengo que decir que no es una lectura que me atraiga en cuanto a género. Y lo que me choca un poco es el lenguaje del narrador protagonista. Me parece un lenguaje un poco forzado, como muy técnico; sobre todo para alguien que está desolado y degradado. Por ejemplo: “depositar el dinero” o “cancelar el consumo”. Me ha dado la sensación de que era una máquina, como cuando quieres cancelar un pedido en una máquina. Me ha parecido extraño: no creo que haya alguien que piense como si fuera una máquina, sea cual sea su situación. Yo pondría algo más sencillo como “lo mejor será irme/escabullirme”.
    El vocabulario me parece un poco rebuscado y forzado; e, incluso, desacertado: “entrampado”, “escandalera” y “emputecido”.
    Eso sí, el ambiente que creas me parece muy acertado y coherente con la situación del personaje.
    Importante: los pensamientos del personaje deben estar diferenciados de la narración; por ejemplo, en cursiva o entre comillas. En el texto no los señalas.
    La siguiente oración te recomendaría cambiarla:
    -“Comida al paso”, dice un letrero que cuelga desde las vigas: decido entrar.
    Los dos puntos los quitaría y pondría punto y seguido. Y cambiaría el verbo “decir” por “rezar”:
    -“Comida al paso”, reza un letrero que cuelga desde las vigas. Decido entrar.
    Aunque, en realidad, en lugar de decir que entra, lo mostraría. Creo que fluiría mejor. Y el verbo decidir no muestra, cuenta. Al final del texto vuelves a utilizarlo y, como ya te he dicho: muestra en lugar de contar. Al menos, aquí es mejor, a mi entender.
    En ésta otra oración la coma después de “pero” no debe ir. Y los dos puntos sobran totalmente; de hecho, deberías cambiarlos por una coma:
    -pero, no alcanzo a depositar el dinero sobre la cubierta cuando la gitana: de pié, el cabello enmarañado, su blusa escotada, la falda de seda cubriendo sus tobillos, está frente mí.
    Sería así (por cierto, te has comido una “a” entre “frente” y “mí”):
    -pero no alcanzo a depositar el dinero sobre la cubierta cuando la gitana, de pié y con el cabello enmarañado, su blusa escotada y la falda de seda cubriendo sus/los tobillos, está frente a mí.
    Otra cosa importante: tienes que saber la diferencia entre “deber” y “deber de”. En el texto lo has utilizado de forma incorrecta. Te lo explico: “deber” es una obligación. Ejemplo: “Debo entregar los documentos a primera hora de la mañana. Mi jefe los necesita.”. Y “deber de” es una probabilidad. Ejemplo: “No encuentro los papeles. Juan debe de haberlos perdido”.
    El título muy adecuado con el texto. Y me gusta que utilices el tiempo en presente.
    El final genial, no me lo esperaba. Aunque me confunde cuando piensa en su mujer con ternura y, a continuación, piensa en huir y utilizas la palabra “homicida”; pero después dice “conjeturaba”.
    Por cierto, de dónde viene Tavi?
    Un saludo y ánimo con la escritura 🙂

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 23:26
  7. 7. Thomas Carnacki dice:

    ¡Hola, Tavi!

    Comparto la opinión de la mayoría: excelente vuelta de tuercas como desenlace. Un relato con buen ritmo y buenas descripciones, acordes al estado interior de nuestro protagonista. Si bien tienes varios errores por ahí (Rita se tomó la molestia de puntualizarlos con pericia) que te han los compañerxs te han señalado, no desmerecen tu original historia.
    Que sigas mejorando, y hasta la próxima. Un gusto leerte 😉

    ¡Nos estamos leyendo!

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 02:21
  8. 8. JeSS dice:

    ¡Hola Tavi! Excelente historia. Esta muy bien estructurado e involucras al lector dentro de la atmósfera. El giro final fue inesperado y acertado.
    Me recuerda un poco a mi texto. El tuyo evoca el calor del desierto, el mio el frío luego de la lluvia. Pero ambos la soledad del personaje.
    Espero leerte pronto y gracias por comentar mi texto.
    Saludos

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 23:08
  9. 9. amadeo dice:

    Tavi:
    Muy buen texto y mejor final.
    No tengo nada que agregar a los comentarios anteriores. Felicitaciones

    Estoy en el 55 por si quieres leerlo y comentar
    Saludos

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 13:57
  10. 10. Marcelo Kisi dice:

    Hola Tavi!

    Mil gracias por pasarte por mi relato y dejar tu comentario!

    Me gustó el tuyo, el clima y la vuelta de tuerca final. Para mi gusto yo trabajaría más el asunto, porque así queda algo descolgado. Antes de eso hablaba bien de su mujer, de su ternura, etc. Entonces cabe la pregunta de por qué la mató si la quería tanto. ¿Habrá sido un accidente? ¿Entonces por qué huye? Es decir, tiene que haber algo antes, una sutileza, de modo que el lector se diga, ante la sorpresa del final: ¿cómo no me di cuenta antes? Y si no es así, si no la mató porque la odiaba sino porque la situación era compleja y la tuvo que matar de todos modos, con todo el dolor, por ejemplo una eutanasia, entonces mejor contarlo y ya. Como final hubiera estado buenísimo e igual de sorpresivo.

    Obviamente es mi opinión nada más, está igualmente muy bien escrito, muy clara la escena con los gitanos. Con algunas correcciones de los compañeros estoy de acuerdo, con otras no, hay una cuestión regional también a tener en cuenta.

    Abrazo y felicitaciones!

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 17:48
  11. 11. María Esther dice:

    A mi también me ha gustado mucho tu cuento, Tavi, es atrapante esa manera de contar sembrando la intriga, que te acelera en la lectura a semejanza de la velocidad del coche.Todo unido a la excelente descripción del entorno y los personajes, hace una lectura muy ágil y placentera, que nos conduce en rápido giro, a un final inesperado, pero que es coherente con la situación planteada.
    Felicitaciones. Nos leeremos en la próxima porque este mes no participé.Saludos.

    Escrito el 27 noviembre 2017 a las 02:45
  12. 12. Rafael Lojo dice:

    De los textos que he leído en este taller, este es sin duda alguna de los que más me ha atrapado por la atmósfera que has conseguido crear; y como ya te han dicho, el giro final redondea la historia.

    Al margen de algún tema de puntuación que ya te han comentado, lo único que me llamó la atención es una sensación de cambio de ritmo radical a partir del segundo párrafo. El primero parece una sucesión de frases que hacen avanzar la historia muy rápido para de golpe comenzar a recrearse un poco en las descripciones. Simplemente me ha chocado al leerlo.

    Por lo demás, repito, de lo mejor que he leído, Enhorabuena

    Escrito el 28 noviembre 2017 a las 23:41
  13. 13. Noemi dice:

    Hola Tavi:¡Pucha que te has ido lejos! Casi te pierdo, 175 estas casi en el Estrecho de Magallanes. Suerte que te encontré porque me reencantó tu cuento. Me sumergí en el paisaje, la ambientación y los personajes, las gitanas patente y el narrador muy bueno.El final genial.Espero que para la siguiente me dejes la dirección así no me pierdo ¡Felicitaciones!

    Escrito el 30 noviembre 2017 a las 23:21
  14. 14. José Torma dice:

    Que la mujer estaba muerta lo intuía, pero me quedé de a 4. Excelente relato, como solo tú sabes hacerlo. La atmosfera esta tan bien lograda que sudé, sintiendo el calor extremo, mis oídos chirriaron con la cacofonía de los gitanos. Muy pero muy bueno.
    Felicidades y gracias por pasarte por mi cuento.
    Saludos.

    Escrito el 1 diciembre 2017 a las 01:10

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