Cookie MonsterEsta web utiliza cookies. Si sigues navegando, entendemos que aceptas las condiciones de uso.

Do you speak english?

¿If you prefer, you can visit the Literautas site in english?

Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

<< Volver a la lista de textos

Sin escrúpulo alguno - por Jaime Salcedo

Llegué a la gasolinera y había una hilera de nueve automóviles esperando. Me posicioné detrás del último. La desesperación estaba matándome, pero no me quedaba más que esperar. Ya había hecho el trabajo difícil, ahora debía llegar al primer lugar, aguardar a que la manguera llenara el tanque de gasolina y entonces sabría qué hacer con el cadáver que guardé en casa, antes de salir.
El automóvil que encabezaba la hilera se marchó. Los demás avanzamos.
Salí de la casa porque apuñalar a la victima me agotó y sentí la necesidad de comer para adquirir energías. Las necesitaba porque todavía tenía trabajo que hacer. Manejé hasta el restaurante más cercano, comí, volví al carro después de pagar y me dirigí hacia la gasolinera.
El segundo automóvil de la hilera arrancó. Los restantes avanzamos.
A la mujer que asesiné la conocí un mes atrás, cuando ésta entró a trabajar a la misma oficina donde laburo. Desde el primer día fui amable con ella, me gané su confianza e incluso puedo asegurar que se enamoró de mí.
El tercer automóvil partió. Los demás avanzamos.
Durante toda la mañana estuve maquinando como asesinarla. Tuve la idea de proponerle que pasásemos la tarde en mi casa. Ya habíamos pasado juntos un par de días enteros e incluso noches, así que lo más probable era que aceptara. Así fue. Almorzamos cerca de la oficina y luego nos fuimos, en mi carro, hacia el lugar acordado.
El cuarto automóvil se fue. Los restantes avanzamos.
Apenas llegamos nos metimos a la cama y nos besamos apasionadamente. Después de un rato, ella detuvo el beso.
-¿Me prestas el baño? –cuestionó.
-Si quieres te acompaño –contesté, dejándole ver una sonrisa pícara.
-Mejor espera aquí. –Devolvió la sonrisa-. Me ducharé rápidamente y regresaré a atiborrarte los labios de cariñosos ósculos.
-Está bien.
El quinto automóvil se encaminó hacia la salida de la gasolinera. Los demás avanzamos.
No era la primera vez que ella visitaba mi morada, así que conocía cuál era la senda que se dirigía hacia el baño. Contemplé su espalda y sus nalgas mientras dejaba la habitación y oí los pasos que dio hasta llegar a su destino. No escuché que cerrara la puerta después de entrar.
El sexto automóvil se marchó. Los restantes avanzamos.
¡Allí estaba mi oportunidad! De zancada en zancada llegué a la cocina, agarré el cuchillo más grande y me dirigí hasta donde se encontraba la fémina, quien abrió la regadera. Entré al baño sigilosamente, dispuesto a finiquitarla sin importar cuánto gritara y rogara piedad.
El séptimo automóvil se marchó. Los demás avanzamos.
Rodé la cortina de la ducha y la encontré desnuda. El chorro del agua se estrellaba directamente en sus ojos; los tenía cerrados. Sin escrúpulo alguno, le clavé el cuchillo en el cuello. Soltó un grito sordo. Un chorro de sangre se impregnó sobre la misma muñeca con la que hundía el cuchillo. Saqué el arma de su cuello y se lo clavé en el pecho un par de veces más. La fémina, inerte, me miraba fijamente, pero su cuerpo ya no tenía vida.
El octavo automóvil partió. El noveno avanzó e hice lo mismo.
El suelo de la ducha se convirtió en un mar de sangre. Esperé a que el desagüe hiciera lo suyo y arrastré el gélido cuerpo hasta la sala. Busqué una bolsa de basura e introduje el cadáver paulatinamente.
En ese momento sonó mi teléfono. Contesté enseguida, pues conocía el número.
-¿Cómo va todo? –dijo una voz ronca.
-Acabo de hacerlo. ¿Sigues siendo mi mejor cliente?
– Sí. ¿Vendrás? –preguntó.
-Al anochecer. Después de cenar.
Se colgó la llamada y procedí a esconder la bolsa en el interior del armario. Permanecí acostado en el sofá hasta sentir hambre. Ya había anochecido cuando salí.
El noveno automóvil se fue. Avancé; era mi turno. El trabajador de la gasolinera abrió el tanque e introdujo la manguera dentro.
-¿Lleno? –interrogó. Reconocí la misma voz ronca de la llamada.
Asentí. Súbitamente se acercó a la ventanilla.
-¿Cambiarás el precio esta vez? –preguntó.
-No.
-Mi turno termina a las 10 pm. ¿Es mujer?
Asentí de nuevo. Miré mi reloj de muñeca. Marcaba las 9:00 pm.
-A las 10:30 lo llevo a ya sabes dónde –dije.
-Por la llenada del tanque me debes diez billetes, así que llévame a la chica y tendrás tus noventa.
Se alejó de la ventanilla con una sonrisa en el rostro y sacó la manguera. Me fui de la gasolinera, sabiendo ya qué hacer con la muerta.

¿Te ha gustado esta entrada? Recibe en tu correo los nuevos comentarios que se publiquen.

5 comentarios

  1. 1. Wester dice:

    Hola Jaime,

    Me gustó la historia, es original. Lo que más me llama la atención es cómo mezclaste el presenta mientras espera en la gasolinera con el pasado mientras rememora el asesinato.

    Bien hecho, no tengo mucho que decirte. Algún pequeño fallo sin importancia en alguna palabra y poco más.

    Que pases un buen finde

    Estoy un par de relatos más arriba por si te aburres.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 15:33
  2. 2. Roberta dice:

    Hola, Jaime. Muy bueno tu relato, Y me sorprendió el final, no lo esperaba, así que felicitaciones!
    A mi también, como a Wester me gustaron esas frases que se iban repitiendo, a medida que avanzaba en la fila, mientras contaba su crimen.
    Saludos, y gracias por tu comentario en mi escena.
    Roberta.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 21:53
  3. 3. Jesus Lopez Conesa dice:

    Coincido con mis compañeros, me gusta mucho como avanza la historia a la vez que los coches para al final juntarse las historias, me recuerda al libro de “El abuelo que salto por la ventana y se largo”. Por desgracia me he estropeado la sopresa por que me esperaba que el tipo de la gasolinera seria el cliente misterioso. Esta muy entretenido.

    Si te interesa te dejo mi texto https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-48/8677

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 20:29
  4. 4. LAURA dice:

    Muchas gracias por tu comentario.
    Tu historia me parece bastante original y, sobre todo, la forma en la que la has narrado.
    Además percibo cierto guiño a Psicosis que me ha ganado.
    Por decir alguna cosa, ten cuidado con algún error gramatical (cuando escribimos rápido nos pasa a todos jajaja)
    ¡Buen relato!

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 18:58
  5. 5. Sergio dice:

    Hola Jaime. Esta muy bien la repetición de la frase: los restantes avanzamos, los demás pasamos. Tal vez con alguna palabra querrias decir otra cosa pero supongo que o es por inexperiencia o por que donde vives las palabras que se dicen aquí allí se escriben de otra forma. Me refiero a la palabra laburo en la línea 12.
    No se ya me lo diras. Veo algo inverosímil o al menos no muy inteligente por parte del protagonista( el cual no creo que esperases que tuviésemos aprecio por el. Has de saber que en este tipo de historias en los que se cuentan desde el punto de vista de un antagonista o de una persona cruel como es el caso, la historia brilla o bien por el ego y el carácter de tal persona o por sus actos como es el caso) dejar que gritase, dejar que la sangre se la llevase el desague, matarla en su casa pudiéndolo evitar y sobre todo que por tener hambre o tener que repostar gasolina a su coche se la lleve consigo. Te lo dijo por que es como lo veo yo. Pero tu bien puedes haber querido que fuese asi ya que no es un asesino en serie que intenta tapar todo ni es un tipo obsesionado que quiere que salga todo bien. También te diría que yo tal vez lo hubiese hecho diferente pero no mejor o parecido
    En vez de osculos queda mas real besos por que asi lo entendemos todos y es como lo diría una chica ya bien inglesa española o latina…
    No tiene mucho sentido que este preparando como matar a la chica toda la mañana cuando luego la mata mientras se ducha ¿Acaso sabia de algún modo que se hiba a duchar? ¿Por que se ducha? No lo entiendo muy bien.
    El final me he imaginado que el otro la querria para o bien violarla muerta o para canibalismo. Historia dinámica sin faltas de ortografía, clara y fluida. Encantado de leer buena prosa. Nos leemos

    Escrito el 1 junio 2018 a las 15:33

Deja un comentario:

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.