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¡Un buen polvo, eso necesitas! - por J.Sfield

Web: http://tecleandoalamanecer.blogspot.com.es/

Faltaban justo ocho minutos para cerrar (lo comprobó en su reloj al tiempo que resoplaba) cuando paró un coche junto al surtidor número dos. Gabriel interrumpió el recuento de monedas y billetes. El ruido metálico del cajón al cerrarse le hizo arrepentirse al momento de su arrebato, ahora perdería aún más tiempo reordenando la calderilla. Miró a través del cristal, tamborileando con los dedos. Aún no había bajado nadie del coche cuando Gabriel miró el reloj por tercera vez. Salió de detrás del mostrador y del establecimiento.
Por fin, una mujer bajaba del coche.
—¿Puedo ayudarte? —La pregunta no sonó con el tono amable que debiera. El desprecio que vio en la mirada de ella lo corroboró—. Perdona, ya iba a cerrar y…
—¿Y la cateta de turno me hace acabar tarde? —le espetó la joven.
—¡No! Yo sólo…
—¿Tú sólo qué? ¿Crees que una tía no es capaz de manejar una simple manguera?
Quiso responder, pero decidió que sería complicarlo todavía más. Dio media vuelta y se encaminó hacia la tienda.
—¡Machista de mierda!… ¡Todos los tíos sois iguales! —Oyó gritar a su espalda.
—Malfollada… ¡Un buen polvo, eso necesitas! —murmuró él.
Volvió tras el mostrador. Respiró hondo para bajar las pulsaciones. No pudo evitar una mirada de reojo hacia afuera. La vio sujetar el boquerel con una mano y teclear en el móvil con la otra. «Qué tengo que hacer con esta gilipollas», pensó. Se acercó al micrófono de la megafonía y apretó el botón.
—Por favor, está prohibido utilizar el teléfono en la zona de surtidores —anunció.
Vio cómo ella extendía el dedo corazón sin apartar el móvil de la oreja. Decidió no insistir: aquella mujer empezaba a hacer aspavientos mientras gritaba a su interlocutor; lloraba y se tiraba de los pelos. Estaba fuera de sí.
Gabriel la ignoró y se dedicó a recoger, con la esperanza de que terminara todo lo antes posible.
Varios minutos después de dejarse de oír la bomba del surtidor, se deslizaron las puertas automáticas. Unos pasos decididos se aproximaban. Se giró para cobrar, pero nadie esperaba tras el mostrador. La chica transitaba por la zona reservada a los empleados con gesto marcial.
—¡No tienes ni idea de lo que es un buen polvo! —bramó mientras embestía a Gabriel. Le empotró contra un armario colgado de la pared, le estrujó el paquete con la mano izquierda y con la derecha le sujetó la barbilla. Se lanzó a su boca y succionó con fuerza. A Gabriel, sorprendido, eso le dolió.
—¿Qué haces, estás loca? —gritó quitándosela de encima de un empujón. Ella cayó de bruces y se golpeó en los morros.
—¿Ahora te acojonas? Si no soy más que una malfollada —dijo incorporándose—. A ver, ¿Cómo es ese revolcón que necesito? —Volvía a acercarse, relamiéndose la sangre que le brotaba del labio.
Fingió resistirse cuando ella le volvió a acometer, la excitación ganaba terreno a la voluntad. Dejó que la cálida humedad de la lengua de ella recorriera su cuello, atravesara el torso que unas manos ágiles habían desnudado, jugara con su miembro, liberado ya de la opresión de los pantalones.
Gabriel se retorció de placer mientras la boca de ella se recreaba en su pene, pero cuando lo recorrió desde el glande a los testículos y se ensañó en ellos dejando los dientes marcados, con un acto reflejo, de un rodillazo truncó la felación.
Para su asombro, la mujer respondió a carcajadas pese a la incipiente hinchazón bajo el ojo.
—¿Vas a follarme de verdad, o qué? —le retó.
No pudo más, la cogió por los hombros, la giró y la aplastó sobre el mostrador. Le arrancó los pantalones y las bragas y la penetró desde atrás. Los productos bailaban, chocaban entre sí y caían sobre la repisa al ritmo de los embates. Ella gemía y arqueaba la espalda. La agarró de los pelos y golpeó con la pelvis las nalgas de ella una y otra vez.
El chirriar de las puertas automáticas le paralizó. Notó como ella se escurría hacia el suelo mientras era hipnotizado por las luces azules del coche patrulla. Bajó la mirada y descubrió una sonrisa perversa en el rostro de ella.
—Han tardado menos de lo que esperaba —le susurró. Después empezó a implorar socorro en un tono cándido de voz como no había utilizado hasta ese momento.
Gabriel se derrumbó.
Mientras le esposaban entendió todo. La recordó chillando y llorando al teléfono mientras llenaba el depósito.

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11 comentarios

  1. 1. Roster dice:

    HOLA j.

    Está muy bien tu relato, resulta creíble desde los dos tópicos, el machista de que un buen polvo arregla a las mujeres tontas y el falso feminismo de acusar al hombre habiendo sido su propósito inicial el provocar un desenlace delictivo hasta obtenerlo.
    Siempre se lleva un aplauso el proclamar que son las mujeres las que buscan sus propias violaciones.
    Me gustaría leer un relato similar escrito por tu nieto/a.
    También me gustaría leer algo tuyo de otro tema, este por difícil no me he fijado en la puntuación. Un saludo.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 18:45
  2. 2. Alejandro dice:

    Hola, J.Sfield, te escribe el vecino del piso 137.
    Leer tu relato fue como echar un buen polvo. No miento. Una narración muy fluida, el efecto sorpresa que tanto me gusta y que tanto abunda en los relatos de este taller, me parece de lo mejor. Yo cambiaría algunas cosas, pero es pura cuestión de gustos, así que no me hagas caso. Enhorabuena!!!

    Que nunca se apague la llama!!!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 22:07
  3. 3. marazul dice:

    Hola J.Sfield, soy marazul. Te puedes imaginar que con semejante seudónimo —creo que me lo voy a cambiar, ya que me recuerda al nombre de unos apartamentos en Benidorrrrr…— escribo relatos más poéticos que el tuyo. No me atraen las historias en donde se mezcla la violencia con el sexo, la verdad. A mi me atrae más la violencia en plan justiciero, y el sexo con transparencias y champagne je,je…
    Pero reconozco cuando hay talento y tu relato está muy bien escrito. Sabes transmitir ese momento de tirantez, de tensión, de estrés…Te felicito
    Ahora y para relajarte lee el mío,anda
    un saludo

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 18:39
  4. 4. María Jesús dice:

    Hola J: En primer lugar, gracias por pasarte por mi relato, comentar y tus anotaciones, que tendré en cuenta. La verdad es que con mi relato no pretendía sorprender, tan solo describir una situación fruto de una mala decisión. Pasemos al tuyo:
    Debo reconocer que tu historia está muy bien contada, aunque la literatura erótica no es lo mio, reconozco que la trama está muy bien descrita y el final, en tu caso si sorprende. Vaya tía mala que es la protagonista, que agresiva y vengativa. Has hecho un buen trabajo, fluido y bien descrito. Saludos.

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 21:46
  5. 5. Galia dice:

    Hola J, todavía me estoy riendo con tu relato, está muy bueno y generas al final el efecto sorpresa. Si quieres leerme, estoy en el 72.
    Saludos.
    Galia

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 22:31
  6. 6. Laura dice:

    Hola J.
    Soy Laura del 53.

    No entiendo el inicio, donde señalas el arrebato y que le tomaría más tiempo contar la calderilla, ni el ruido del cajón al cerrarse. No sé a qué cajón se refiere. Tal vez sea un problema sólo mío.

    Sacando esa parte inicial, algo confuso para mí, el diálogo y la acción que se va desencadenando están muy bien logrados. Y disculpa si no logro entender el principio.

    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 20:32
  7. 7. Yoli L. dice:

    Hola J.Sfield

    Tu historia se lee con fluidez, la trama está bien descrita y el final sorprende.

    Anotarte algunos mejorables:

    – El adverbio solo (significa solamente)o el adjetivo “estar solo” dice la RAE, no se tilda. http://www.rae.es/consultas/el-adverbio-solo-y-los-pronombres-demostrativos-sin-tilde

    – —. Perdona, ya iba a cerrar y… es “. —Perdona, ya iba a cerrar y…”, mejor si lo pones en el renglón que sigue pues es un diálogo.

    – No me queda claro el sitio donde desarrollas la historia y no aparece por ningún lado la palabra Gasolinera, por lo que para mí, no cumple con el reto.

    Sigue adelante.

    Nos leemos.

    (¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 23:22
  8. 8. Maureen dice:

    Hola, J.Sfield.

    Qué diferencia, tu relato y el mío. Me encantan las diferentes historias que pueden inspirar unas mismas palabras.

    En cuanto a gramática y ortografía, nada que reseñar, da gusto leer texto tan bien escritos, enhorabuena.

    El argumento sí que da para más de un debate. Es un texto duro, realmente, en el que es difícil empatizar con ninguno de los dos personajes. Él no me ha gustado, un poco borde y dejándose llevar cuando ella empieza a provocarle resulta ridículo. Pero lo de ella sí que no tiene nombre: ya resulta bastante maleducada al principio, pero lo que le hace al muchacho tiene delito.

    Podríamos ponernos a discutir acerca de si mujeres, hombres… y sus diferentes formas de comportarse, pero seguramente haya mujeres así, que por una simple provocación le arruinan la vida a un hombre. Igual que habrá hombres que se dejen hacer por no saber aguantarse las ganas.

    En fin, que un texto muy interesante por el conflicto moral que provocas. Enhorabuena.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 08:53
  9. 9. charola dice:

    Hola, J.Sfield.

    Te felicito, me pareció un muy buen relato, bien escrito, bien estructurado, fluido y el final que sorprende.

    Entiendo que al sacar los billetes y monedas para contar se haya desordenado la calderilla y la caja registradora se haya cerrado automáticamente e hizo ruido, pero como el turno no había terminado y habiendo llegado un cliente tendría que acomodar otra vez el dinero, de allí el disgusto o arrebato.

    Yo veo tan solo un error en haber colocado la tilde en “sólo”. Ya no se tilda. Y quizás para mejorar tu relato, pues a la vista se nota denso tendrías que hacer doble Enter después de cada punto aparte.

    Los diálogos están perfectos y el reto está logrado pues todo ocurre en la gasolinera.

    Felicitaciones, muy pocas veces se logra un buen relato cuando está de por medio sexo y violencia. El tuyo molesta su contenido, no puedo estar de acuerdo con la violencia, pero tu escrito está de lo más bien. Me gustaría seguir leyéndote. Así que nos vemos en la próxima escena.

    Te invito a leer el mío. #27.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 18:32
  10. 10. Pilar dice:

    Hola!
    Vengo a tu relato atraida por el título…
    A mí si me gusta la literatura erótica, pero esto roza el porno, jjjj.
    Sin entrar en polémicas feministas o machistas, te diré que has logrado transmitirme la tensión, no sexual,la nerviosa y la rabia ante las malas intenciones de los dos.
    Técnicamente, me parece muy aceptable, en cuestión de ritmo, descrpciones y lenguaje utilizado sin remilgos y al grano.
    El final también me ha sorprendido. Para mí, reto superado!
    Estoy tomando un descanso y este mes solo me dedico a leer y comentar.

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 12:09
  11. 11. Roger Nhicap dice:

    Hola J. Sfield,

    Nunca había leído un relato tuyo y me alegra conocerte al estar en el grupo de los tres relatos siguientes al mío.

    Me parece un relato muy bueno, logras narrar, en la escasa extensión permitida, el cruel atentando que una mujer puede cometer contr un hombre. ¡Qué le habría hecho antes él gasolinero! ¿Nada? Pues menuda pájara.

    Nos muestras con tal realismo el ataque sexual que resulta fácil visualizar la escena. La dura descripción me parece excelentemente reflejada, lo mismo que el empleo de los diálogos, muy creíbles, que potencian la fuerza de la trama.

    Y giro el final resulta maravilloso, por imprevisible. Al menos para mí.

    Muy buen trabajo, sin valorar que pueda agradar o no, la temática: el mix de sexo y violencia

    Te felicito, me quedo con tu matrícula para futuras escenas.

    Un abrazo

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 19:57

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