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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Agosto, 1974 - por Héctor Romero

El sonido insistente del claxon del coche recién aparcado frente a los tanques dispensadores de combustible de la vieja gasolinera, ponía fin al silencio casi fantasmal del desolado lugar. Ante la falta de respuesta al llamado de la bocina, un malhumorado conductor descendía del vehículo, cerrando de golpe la portezuela del mismo.

– ¿Acaso no hay quien atienda en este sitio? – protestaba mientras encaminaba sus pasos a la tienda de conveniencia de la estación de servicio. Ingresó a la misma, hizo un rápido recorrido visual del establecimiento, se acercó al mostrador y golpeó repetidamente la campanilla timbre colocada sobre el tablero.

– ¿Alguien puede atenderme? – preguntó, después que la resonancia vibratoria del timbre se había disipado. Nuevamente el silencio inicial respondía su pregunta.

Con fingida paciencia se desplazó entre las dos únicas líneas de estantes de la tienda, tomó una lata de vegetales, la volteó para revisar en su base la fecha de caducidad, leyendo en voz baja, pero perceptible, gracias al silencio del establecimiento:

– Fabricación 10/72 – Vencimiento 10/75. – Incrédulo repitió la acción con otras latas.
– ¡Mierda!, esto lleva más de treinta años vencido. – Revisó la casi totalidad de los productos, todos reportaban un período de caducidad igual o mayor a ese lapso de tiempo.

– ¿Cómo es posible? – se preguntaba repetidamente.

– Las latas, envases y viñetas, no presentan deterioro. El piso, el mostrador, el enfriador y los estantes, están sorprendentemente limpios. – Reflexionaba en voz alta.

Se mantuvo pensativo y en silencio por unos momentos, luego se encaminó a un pequeño compartimento, que supuso haría las veces de dormitorio al dependiente de la estación. Revisó detenidamente y con cautela cada detalle: un pequeño catre, un deteriorado armario de madera, una linterna de mano, un calendario detenido en el mes de agosto de mil novecientos setenta y cuatro, un viejo reloj de pared, funcionando a la perfección y que coincidía exactamente con el tiempo que marcaba el que él llevaba en su muñeca izquierda.

– ¡Hey!, no tengo todo el día para estar aquí. – Vociferó con tono preocupado.

Abrió las puertas del armario, buscando algo que le diera una explicación de la situación. Nada, casi vacío, de no ser por una pequeña llave que supuso sería de la caja registradora.

Las malas ideas atraparon por un momento sus pensamientos y justificó:

– “En el arca abierta, hasta el justo peca.” – Sonrió levemente con malicia, se acercó al mostrador introdujo la llave en el ojo de la cerradura de la caja registradora, giró y un sonido característico le anunció que ya estaba abierta.

Apresuradamente tomó los billetes, priorizando los de mayor denominación, depositándolos en uno de los bolsillos de su chaqueta. Se dirigió a la salida del local, deteniéndose justo en el espacio de la puerta, por unos instantes parecía que su cuerpo se había petrificado, el vértice de su ángulo visual estaba concentrado en el punto donde minutos antes había visto los tanques dispensadores de combustible.

– ¡Rayos! – expresó con evidente sorpresa. – ¿Qué putas pasa aquí?

No era para menos, el paisaje había cambiado, los tanques ya no estaban, lo mismo que el dispensador de aire y el rótulo con la estrella roja que identificaba la estación de servicio. Su coche aparecía estacionado entre una espesa maleza, que lo volvía apenas visible.

Guiado por un presentimiento, giró su cabeza lentamente para ver hacia atrás, el establecimiento limpio y ordenado de hacía unos instantes era ahora un empolvado, entelarañado y desordenado lugar.

– ¡Dios mío!, ¿Qué es todo esto? – Se preguntó casi al borde de la desesperación.

Del bolsillo de su chaqueta, extrajo los billetes que había tomado de la caja registradora y revisó su fecha de emisión; todos reportaban año setenta.

A medida se retiraba de la estación dejaba escapar al viento uno a uno de los billetes, mientras la oscuridad de la noche empezaba a invadir el lugar, haciendo que cada rincón del establecimiento fuera adquiriendo una nueva apariencia.

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14 comentarios

  1. 1. Jerónimo Guillén dice:

    Genial!! ¿Viaje en el tiempo involuntario?¿dimesión distinta a la vuelta de la esquina? ¿chiste macabro? Adiviné la fecha de los billetes pero me lo callé hasta terminar el relato.
    Fantástico.
    Saludos desde el relato 79 por si quieres opinar.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 21:21
  2. 2. Servio Flores dice:

    Hola Héctor, nuevamente un gusto poder disfrutar de la lectura de un relato tuyo, muy bien elaborado, cuidado en cada palabra, preciso, bien hilvanado y lleno de detalles.
    Me resulta sorprendente la forma tan natural de llevar al personaje a una situación sobrenatural y a nosotros, arrastrados por una historia que lleva de la mano hasta el final.
    Se que en un espacio tan breve a veces no se puede desarrollar plenamente un relato, sin embargo este queda resuelto, como un planteamiento para muchas posibilidades que dan para mas situaciones y que seguramente nos mostrarán por completo un escenario y un personaje que prometen para mas.
    Sinceramente felicidades.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 05:37
  3. 3. Juana Medina dice:

    Hola Héctor,
    He atravesado más de cincuenta años hacia el pasado, casi sin respirar. Y cuando respiré, fue para decir: ¡qué bien!
    De acuerdo con los compañeros en que merece más espacio y poder explayarte tranquilo. Pero también siento en general, que esta obligación de las 750 palabras nos enseña mucho.
    Mis más cálidas felicitaciones

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 18:54
  4. 4. Carlyn dice:

    Precioso viaje en el tiempo… Bastante vivido, excelente… Espero con ansias el próximo.

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 00:16
  5. 5. Victor Romero dice:

    Excelente manera de atrapar al lector y mantenerlo intrigado hasta el final, además del corto pero buen viaje en el tiempo! nunca me dejas de sorprender! Sigue así saludos.

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 02:46
  6. 6. Dalisey dice:

    Me gusta mucho la manera en que describe la historia, me atrapó y pude imaginar lo todo.:)

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 02:54
  7. 7. Alícia Teruel dice:

    Excelente relato! Me colocó en la historia desde el primer momento y me mantuvo en ella sumergida en el suspenso.
    Felicitaciones Héctor

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 02:55
  8. 8. charola dice:

    ¡Hola, Héctor!

    Buen texto. Sabes atrapar al lector y llevarlo a través del relato y hacerlo creíble. Un final abierto que me gustaría que me sacaras de la intriga con un segundo capítulo. Felicitaciones.

    En cuanto a la forma:
    -Al inicio la oración es bastante larga, si pausa.
    -Ante la falta de respuesta al llamado de la bocina, un malhumorado conductor descendía (descendió) del vehículo…
    -protestaba… encaminaba demasiado cerca. Quizás: “protestaba mientras “dirigía” sus pasos a la tienda de conveniencia de la estación de servicio.
    -A medida que se retiraba de la estación dejaba escapar al viento uno a uno los billetes…
    -Quizás todo lo que dice el protagonista podrías ponerlo entre comillas latinas, pues no hubo diálogo en tu relato.

    Felicitaciones Héctor. Me gustó mucho.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 06:29
  9. 9. Jorge Lozano dice:

    Hola Héctor,

    Te vuelvo a leer con alegría, y que buen relato ha salido.

    Un pequeño comentario… cuando leí la parte de: “– Las latas, envases y viñetas, no presentan deterioro. El piso, el mostrador, el enfriador y los estantes, están sorprendentemente limpios. – Reflexionaba en voz alta.” me puse a pensar en eso de que uno no escribe como normalmente habla porque se trata de una forma de lenguaje totalmente diferente… me puse a pensar si esa frase no quedaría mejor como una descripción de la narración más que algo que diría el personaje en voz alta…

    No sé, una simple divagación de mi parte… por todo lo demás, una historia que definitivamente tiene potencial.

    Te invito a leer mi relato en el 38:

    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-48/8706

    Saludos!

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 08:00
  10. 10. LUIS dice:

    Hola Héctor, soy Luis(4). Bien descrito ese viaje en el tiempo, que se desvela al final. Felicidades.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 15:31
  11. 11. Deborah dice:

    Hola!
    Me gustó mucho. Bien por el toque de suspenso que le das todo el tiempo al relato. Un gusto leerte. Puedes leerme a mi en el # 121.
    Saludos

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 17:54
  12. 12. JeSS dice:

    ¡Hola Hector! Un gusto leerte. El relato esta muy bien redactado, aunque los diálogos internos creo que no deberían llevar guion largo, sino comillas. De hecho me arriesgo a ir un poquito más allá, no sentí necesaria las acotaciones del personaje, sin ellas, el relato igual hubiese tenido buen tono.
    En cuanto a la historia, aunque no me atrapó, la atmósfera y la experiencia del personaje está muy bien descrita.
    ¡Felicidades!

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 18:07
  13. 13. Robert M. Roderick dice:

    Hola, Héctor:

    Me ha gustado tu relato. Argumental y rítmicamente está bien logrado.

    Los puntos mejorables que he encontrado son los siguientes:
    Las rayas de diálogo, tanto la que abre el diálogo como las que cierran los incisos, deben ir pegadas a la palabra a la que acompañan, y deben ser rayas largas en lugar de guiones.
    Los verbos dicenci, como “reflexionaba en voz alta” o “vociferó”, tienen que ir en minúscula tras la raya.
    En los dos primeros párrafos dices “mismo” y “misma”. El primero te lo puedes ahorrar porque, al estar bajando del vehículo, el lector interpreta inequívocamente que la portezuela es la de éste.
    En el tercer párrafo escribes “después que la resonancia vibratoria del timbre se había disipado”. Aquí hay dos errores: la expresión “después que” es incorrecta, debe ser “después de que”; y, debido a ese “que”, te encuentras en modo subjuntivo, por lo que el verbo “había” no concuerda, tendría que ser “hubiera” o “hubiese”.

    Lo dicho: me ha gustado tu relato.

    ¡Sigue así!

    ¡Un saludo!

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 08:05
  14. 14. Servio Flores dice:

    Hola Héctor, soy yo de nuevo.
    Sólo para decirte que he mostrado tu cuento a algunos compañeros de trabajo y les ha parecido excelente.
    Sé que no te van a comentar porque lo han leído desde mi celular y me pareció justo que supieras que tu cuento ha sido leído por más personas que las que te han comentado y que además ha causado una buena impresión.
    Saludos y como siempre a seguir mejorando.

    Escrito el 29 noviembre 2017 a las 18:12

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