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La idea del armario en la gasolinera - por José Torma

Web: http://www.cuentoshistoriasyotraslocuras.wordpress.com

El aire movía los chamizos secos que se estacionaban entre las viejas bombas de gasolina. El óxido había carcomido el brillante color rojo que las cubría. Seis galones y cuatrocientos ochenta dólares era la última venta que registraba una de ellas. El hombre se ajustó los lentes protectores y el filtro de aire sobre su nariz y boca. Caminó lentamente hacia las oficinas. Una inmensa rata le salió al paso; desafiante se irguió en dos patas como reclamando su territorio. El sonido de su arma al disparar retumbó en el valle, un par de graznidos de aves amorfas contestaron la agresión. Conforme avanzaba, el cielo se iba oscureciendo. Una densa neblina se levantaba del piso. Tenía que darse prisa, la temperatura estaba bajando más rápido de lo normal.

Con cuidado de no manchar su pantalón, removió con el pie el cuerpo del gigantesco roedor. El crujir de la puerta al ser abierta, le recordó lo antiguo que era el lugar. El lugar, abandonado por décadas, lucia gris y oxidado. Una vieja caja registradora con el cajón abierto. Los anaqueles vacíos parecían reclamar su presencia. Una gruesa capa de polvo lo cubría todo, interrumpida solo por las impresiones de las patas del inquilino que ahora yacía fuera. Cuidando de no modificar el entorno, tomaba nota mental de cualquier cosa que le pudiera ser de utilidad Al fondo, bajo un gran letrero verde que anunciaba un tipo de bebida, se encontraba un gran armario. Desentonaba totalmente con el resto de la decoración. Su color blanco resplandecía contra el ambiente opaco que lo rodeaba.

Había llegado aquí con una idea, desafiar al destino e intentar abrirlo. Varios compañeros lo habían intentado sin éxito, ninguno había regresado; solo que ninguno de ellos tenía “la llave”. Su abuelo Mateo, se la había entregado siendo un niño y le había advertido del armario. Ahora, cuarenta años después, estaba frente a él.

Con determinación, se acercó e introdujo la llave haciéndola girar lentamente. Una luz brillante lleno la habitación. Pudo ver un gran bosque y un riachuelo. Extrañas aves multicolores volaban en el cielo. Seres humanos corrían por el pasto y reían. Ninguno llevaba protección contra los rayos ultravioleta, nadie portaba filtro de aire. Perros ladraban de emoción mientras sus dueños les lanzaban ramas que presurosos traían de vuelta en un fútil juego que no pretendía entender. De a poco el cielo se fue llenando de nubes y una llovizna hizo buscar cubierta a todos los que se divertían en el parque. Sin apenas notarlo, se retiró la mascarilla y dio un paso al frente. Su cuerpo atravesó el umbral y percibió el roció del agua en su rostro. El silencio se apoderó de la escena mientras los humanos lo veían con disgusto. Una mujer con vestido rojo lo señaló con el dedo… «¡Regrese!» gritaba, pero no fue lo suficientemente rápido. De repente sintió un gran golpe y cayó al suelo. Cuando despertó, notó sus manos y piernas cubiertas de pelo, al intentar gritar, su mente estalló al escuchar el chillido de una rata.

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12 comentarios

  1. 1. Tavi Oyarce dice:

    Hola José
    Contento de poder leerte de nuevo.
    Tus relatos siempre tienen el distintivo que los distingue y ésta no es la excepción. Un ambiente misterioso y oscuro se apodera de la trama y tú nos guías con mano firme. La rata que uno percibe va a ser la protagonista, de por sí produce esa sensación de horror por no decir asquerosa y uno sabe que es una amenaza que aparecerá en cualquier momento.
    Te felicito.
    Si este cuento no va a tener otra revisión tuya y pasa a integrar uno más en tus archivos, dale un vistazo a lo siguiente: faltan dos acentos y una coma (duendecillos que de tanto revisar pasan desapercibido y que para mis escritos siempre es una constante amenaza).
    Saludos José

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 18:00
  2. 2. charola dice:

    ¡Hola, José!

    Me tocó comentarte y me siento afortunada. Me gustó tu relato. Muy bueno. Demasiado tarde se dio cuenta del secreto que guardaba el armario.

    Algunas cosas para mejorar:
    -Conforme avanzaba, el cielo se iba oscureciendo, una densa neblina se levantaba del piso. (después de oscureciendo coma en vez de punto).
    – el lugar. El lugar, abandonado por… (hay cacofonía).
    -lucía (con tilde).
    – Los anaqueles vacíos parecían reclamar su presencia. (¿qué presencia?).
    – pudiera ser de utilidad(.) Al fondo, (te faltó el punto).
    -llenó (con tilde).
    – roció … rocío.
    -rocío del agua (creo que solo rocío), n sé si hay rocío de otro líquido.
    – «¡Regrese!», gritó.

    Felicitaciones José.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 00:45
  3. 3. Osvaldo Vela dice:

    Que tal compadre José, sabes que me gustó el tren de descriptivo que usas en esta ocasión. El escenario lo presentas con una fuerza muy bien dirigida. Describes hasta el polvo del piso que solo contenía las huellas del bichejo en cuestión. Por la misma potencia, la rata mas bien me parecía un tacuache feroz de los de acá del norte. Impresionante.

    Lograste un relato diferente pero cargado de curiosidad ante los tesoros que podían estar guardados en el armario. Te felicito y nos leemos.

    Los libros se atrasaron, pero. ya tengo el sobre listo en cuanto lleguen te los envío.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 06:11
  4. 4. Hilda G.M. dice:

    Hola, José.
    Me ha parecido muy bueno tu relato, pero algunas cositas me han dejado pensando. Dices que muchos intentaron abrir el armario y no volvieron y eso nos hace imaginar que fueron devorados por la rata gigantesca. Resulta que no sólo no tenían la llave del armario, sino que tampoco sabían de la existencia de ese animal o no tenían armas para enfrentarse a él o no eran tan rápidos para disparar; en cambio, el héroe va preparado para ese encuentro, aunque nadie había vuelto para contarle de su existencia, y además tiene “la llave” (por cierto, ¿por qué pones la llave entre comillas?, ¿quieres insinuar que no es propiamente una llave?). Finalmente, el protagonista se convierte en una rata al cruzar el umbral de ese otro mundo y eso me obliga a volver al inicio: ¿entonces la primera rata podía haber sido uno de los que vinieron antes que él?, pero sabemos que no tenían la llave para abrir ese armario, por tanto no podían haberse convertido en ratas por esa razón. Y si no es esa la idea que quieres darnos, ¿por qué se convierte en rata y no en otro animal? Otra cosa que se me ocurre es que ya era una rata desde el principio, sin ser consciente de ello, y eso explicaría el motivo de que el narrador lo “separe” de los humanos que lo veían con disgusto, pero sería una rata que lleva pantalones, ya que en uno de los primeros párrafos nos dices que cuida de no mancharse el pantalón.
    No te digo nada de la redacción porque ya te han hecho algunos comentarios, así que no me parece necesario repetirlos.
    Ah y no vayas a pensar que no me ha gustado tu historia, todo lo contrario. Felicidades.

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 08:12
  5. 5. Susana dice:

    ¡Hola José! Enhorabuena por tu relato, sin duda consigues que el lector se quede dándole vueltas a la cabeza. Manejas muy bien el misterio del armario y el lector sigue intrigado al protagonista en su incursión; si le tuviera que poner alguna pega, quizás ayudaria tener más claro lo que les ha pasado a los que han intentado abrir el armario antes. Felicidades!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 12:07
  6. 6. Lunaclara dice:

    Hola Jose, me gusta mucho como describes en este relato. Transmites con fuerza y minuciosidad, y esto hace que el lector se meta de lleno en la escena. ¡Genial!
    El final no lo he entendido muy bien, y me da rabia. Ya me contarás mejor, ¿vale?
    Felicidades, abrazo!!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 22:35
  7. 7. Servio Flores dice:

    Hola José.
    Muy buen relato, muy bien descrito, dosifica los acontecimientos y por tanto mantiene el interés hasta el final. De verdad muy bueno.

    uno que otro error que se corrige en una revisión y que ya apuntaron antes los compañeros.

    Respecto al final coincido con Lunaclara, resulta un tanto confuso. Se entiende pero no encuentro exactamente la justificación para que se convierta en rata, o si es que ya lo era, como lo dice Hilda, lo cual me parece mas interesante y mas a propósito en el relato. Siendo así esa rata, igual que él, que defiende su territorio resulta una pista que puede ampliarse.
    de todas formas disfruté el relato.
    Estoy en el #37.
    Saludos

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 03:37
  8. 8. Thomas Carnacki dice:

    Hola, José.

    Por sobre todo, me ha gustado el aspecto descriptivo y la minuciosidad con que vas llevando al lector hacia ese ambiguo final. Reconozco que, igual que Hilda, tengo mis dudas. Siembras, y dejas al parecer a la libre interpretación, más de una incógnita (quiero creer que todo ha sido deliberado). De todos modos, soy de los que gustan de relatos con ese halo misterioso y que deja ideas merodeando en nuestras cabezas tras su lectura.
    Un gusto leer tu relato, que no quepa duda sobre su originalidad. Espero sigas mejorar tu pericia a la hora de escribir 😉
    Saludos y hasta la próxima.

    ¡Nos estamos leyendo!

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 01:49
  9. 9. Maureen dice:

    Hola, José.

    ¿Me equivoco o has cambiado de registro con este relato? Me ha gustado mucho, sinceramente; es un texto fluido que mantiene la intriga en todo momento y que te deja con ganas de saber qué ha pasado en el mundo para que ahora los humanos tengan que ir con filtros de aire y por qué ese armario es (o parece) un puente hacia el pasado.

    Ese final, “ su mente estalló al escuchar el chillido de una rata” es magnífico. Aclaras lo que ha pasado con el protagonista a la vez que abres una puerta tanto a saber qué es el armario como a pensar qué va a hacer el hombre-rata en el futuro.

    Veo algunas comas y puntos que faltan:
    – “desafiante se irguió”: yo pondría coma tras “desafiante”.
    – “De a poco el cielo se fue llenando de nubes”: pondría una coma tras “poco”.
    – “que le pudiera ser de utilidad Al fondo”: falta un punto tras “utilidad”.
    – “«¡Regrese!» gritaba”: falta una coma antes de “gritaba”.

    Y un par que sobran:
    – “El crujir de la puerta al ser abierta, le recordó lo antiguo que era el lugar.”: creo que no hay que ponerla, porque estás separando el sujeto del predicado.
    – “Su abuelo Mateo, se la había entregado siendo un niño y le había advertido del armario.”: igual, estás separando con la coma el sujeto y el predicado, por lo que no deberías ponerla.

    La frase “Una vieja caja registradora con el cajón abierto.” queda un poco extraña, pues no tiene verbo.

    Me gustaría saber más sobre este mundo que has creado; no sé si será un poco lioso, pero ¿puede ser que el hombre haya creado ese cambio climático al entrar en el armario. Sería como un viaje en el tiempo circular o algo así, en el que un hecho del futuro cambia el pasado y provoca ese futuro. En fin, que al final me rayo un poco, enhorabuena por tu historia.

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 09:07
  10. 10. Jose Ramón Campoamor dice:

    Hola Jose.

    Me ha gustado mucho tu relato. Veo que utilizas las frases como fogonazos, como vistazos rápidos que unidos dan una visión cinematográfica de la escena que describes. Me gusta esa forma de escribir, porque creo que hace trabajar el cerebro del lector para completar los huecos con su propia aportación.

    Mantienes la tensión con mucha habilidad, provocando que el lector quiera seguir leyendo para saber que ocurre. En cuanto al tema, tienes razón. Tanto tu relato como el mio, podrían ser capitulos de una misma historia. Sin desmerecer la literatura más descriptiva, realista, me gusta que una historia me plantee una situación que no se puede dar en la realidad que conocemos. Estaré atento a lo que vayas escribiendo. Gracias por leer mi cuento

    Escrito el 28 noviembre 2017 a las 10:54
  11. 11. Jose Luis dice:

    Hola tocayo
    Muchas gracias por leer mi cuento
    Buena ambientación y descripción en tu relato, al mismo tiempo que la trama avanza. ¿Un simple armario en una gasolinera, o una puerta a otro mundo mucho más paradisíaco? El personaje toca el paraíso con los dedos antes de su triste final.
    Me ha parecido muy entretenido el cuento, de principio a fin, muy logrado y con un final bastante sorprendente.
    Un saludo

    Escrito el 28 noviembre 2017 a las 18:58
  12. 12. José Torma dice:

    A todos y cada uno de ustedes, mil gracias por pasarse por aquí. Deseo que tengan unas fiestas inolvidables y que el 2018 no sea bueno, que buena falta nos hace.

    Un abrazo a todos.

    José

    Escrito el 21 diciembre 2017 a las 16:59

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