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Luces rotas - por Alétheia

El autor/a de este texto es menor de edad

Miraba desde mi rincón del parque favorito hacia las montañas sobre el horizonte. La oscuridad había despertado las luces de los pueblos, que se veían titilando intensamente como estrellas terrestres formando constelaciones en la montaña.
Lentamente comenzaron a ascender. Parecían farolillos danzando con el viento.
Estaba tan abstraída que no me di ni cuenta de que la farola que se erguía a mi izquierda también había empezado a flotar.
Mientras me balanceaba en el vaivén de mis recuerdos, todas las luces se estaban uniendo en el cielo, alejándose de su origen cada vez más y más.

El proceso continuó hasta que sólo el reflejo de la sonrisa pícara incidía sobre la zona noctámbula del planeta. El mundo ya se había aliado a la noche.
Era precioso, pero había quitado el protagonismo a las estrellas y a los demás planetas. La contaminación lumínica solía dificultar a los astrónomos comunicarse con el universo, pero esa noche más aún.

Una luciérnaga se posó en mi nariz. Ella podía controlar perfectamente su vuelo.
Advertí que todos los ciudadanos estaban saliendo a las calles para admirar el fenómeno. Una vez más, cegados por nuestra propia luz.

Pasados unos minutos comenzaron a desgarrarse de los cimientos de todos los edificios las lámparas, para unirse al cúmulo brillante. Una fuerza invisible las iba arrancando una a una, haciendo saltar trozos de ladrillo y cemento con una vehemencia asombrosa, como si las estructuras fueran de plastilina.
Llegados a este punto espectáculo pasó a ser tragedia. La gente corría por las calles para refugiarse de los desprendimientos. Sus rostros eran lienzos de miedo, inocencia y perplejidad.

Pensé en mis padres, pero sabía que ellos habían salido de copas con sus amigos.
Entonces tuve una idea. Corrí por las calles dirigiéndome a mi casa, que no quedaba demasiado lejos, pero por el camino me topé con un coche aplastado en el suelo y la ambulancia zumbando a su lado. Me detuve para ver qué había sucedido.

-Este señor estaba circulando en el mismo instante en que comenzó lo extraño y… su coche con los intermitentes encendidos, se despegó del suelo. Apagó el coche aproximadamente a la altura de un piso, y cayó. Se cayó en picado- explicaba un testigo al bombero.
Su ropa estaba empapada de sangre cuando se lo llevaron. Quedó la silueta de su cuerpo marcada en el suelo.

Pero el miedo no detuvo mi atrevimiento. Saqué las llaves de mi bolsillo y las introduje en la cerradura con dificultad por el temblor de mis manos. Tenía que hacerlo deprisa, antes de que me cayera una teja en la cabeza.
Subí las escaleras de tres en tres y lo que ví en mi cuarto no me lo esperaba. El trozo de techo que se había desprendido abría un surco perfecto por el que se filtraba la luz de la luna. Pero vayamos al grano. Abrí el armario y saqué mi candil eléctrico. Respiré hondo, lo agarré muy fuerte y pulsé el botón de encendido. Cerré los ojos y cuando los abrí estaba saliendo por el mismo agujero del techo. No me lo podía creer.

Conforme el pueblo se iba empequeñeciendo bajo mis pies, yo me sentía más segura. Quería ascender más rápido, de modo que probé a colocar la punta de mis dedos sobre la lámpara más cercana. Mi equilibrio no parecía traicionarme así que pude trepar por las estructuras flotantes como si de escaleras se tratasen. Mientras soltaba carcajadas alienadas pude correr por el cielo, pude bailar sobre el caos, pude sentir al demiurgo, pero lo que no pude fue saber por qué me encontraba tan jodidamente bien.

Por un momento noté un golpe en el hombro derecho, y al volver la vista atrás percibí una silueta humana esfumándose. La perseguí lo más rápido que pude pero nunca llegué a alcanzarla. Ya no tenía miedo a resbalar, no tenía miedo de caerme.

Cuando la luz del sol estaba empezando a quemar mi piel me desperté. La espalda me dolía tanto que a duras penas pude incorporarme. Debía de estar sobre el tejado de algún edificio, rodeada de luces rotas. Ideas rotas. Me asomé al borde. Los coches circulaban incesantemente, las calles estaban llenas de bullicio, restos de lámparas y escombros.

De nuevo noté un toque en el hombro derecho, pero esta vez más suave. Me giré. Era un señor mayor. Clavó su mirada en mis ojos y me tendió la mano.

A día de hoy sé que mi candil nunca llegó a encenderse.

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10 comentarios

  1. 1. Yoli dice:

    Hola, Alétheia.
    Me ha parecido un relato original, con esos fenomenos extraños. Has escrito frases muy bonitas, como está: “El proceso continuó hasta que sólo el reflejo de la sonrisa pícara incidía sobre la zona noctámbula del planeta. El mundo ya se había aliado a la noche.”, me parece muy poética. El final, muy bueno, te sorprende.
    Has tenido algún fallo:
    Los guiones deben de ser largos(—), y se consigue apretando Alt 0151
    “Cuando la luz del sol estaba empezando a quemar mi piel me desperté”, después de “mi piel” pondría una coma.
    Saludos.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 13:45
  2. 2. Tavi Oyarce dice:

    Hola Alétheia:
    Primero darte las gracias por pasar por mi relato. A tú pregunta, la respuesta es sí.
    Me he llevado una grata sorpresa al leer el tuyo. Y si eres menor de edad doble grata sorpresa.
    Eres mu fluía para redactar y tienes un gran manejo del lenguaje. Hay pasajes que logras pasajes poéticos, dignos de un poeta magistral. Creo que si eres disciplinada y constate llegarás muy lejos en este hermoso arte.
    Te felicito
    Si me permites, haré pequeños alcances que debieras darle una nueva leída.
    Noté que inicialmente el relato comienza a gran altura y esto se mantiene hasta la primera hoja (Word). Después, como si te entregaras el relato se hace más pedregoso entre otros:
    “que no quedaba demasiado lejos,” “No me lo podía creer” escribir en positivo, me refiero a quitar el no es más recomendable y más fácil.
    En los diálogos estoy de acuerdo con Yoli
    “ví” no lleva acento
    Y así otras cositas de menor importancia.

    Alétheia; estos alcances en nada desmerece lo que he dicho. Tiene mucho futuro y espero poder seguir leyéndote, pues es un agrado.
    Te felicito
    Saludos

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 20:16
  3. 3. CeliaCR dice:

    Es una historia preciosa; tus palabras transmiten cariño y pasión por la literatura y las cosas bellas, por los pequeños detalles en los que nadie repara. ¡Ojalá sigamos leyéndote durante mucho tiempo más!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 19:03
  4. 4. yolareina dice:

    Hola Alétheia, Me gustó mucho tu relato, no reparé en que eras menor de edad, al saberlo, me llama la tención que uses bien palabras como “demiurgo”.

    Un saludo y Felicidades por tan buena historia.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 15:30
  5. 5. Darth Quino dice:

    Hola Alétheia!

    Gracias por comentar mi relato. El tuyo me ha encantado. Es muy original y tu prosa desprende un gran lirismo, usando expresiones realmente bellas. Tengo muchas ganas de seguir leyendo más relatos tuyos.

    Felicidades y un saludo.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 21:27
  6. 6. Laura dice:

    Hola Alétheia.
    Soy Laura del 53.
    Tu relato brilla de imaginación. Tienes expresiones realmente bellas. La forma en que te expresas en sumamente precisa.

    Quedo a la espera de las próximas propuestas.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 23:36
  7. 7. Rafael Lojo dice:

    Realmente es un relato muy entretenido, a medio camino entre lo sobrenatural y lo onírico (a mi juicio) del que realmente no sabes que esperar en en párrafo siguiente.

    En cuanto al contenido no tengo nada más que una crítica positiva, realmente está muy bien hilado.

    Respecto a la forma, sólo un par de cosas que me sonaron raras:

    “Por un momento noté un golpe en el hombro derecho”: considero que “por un momento” es innecesario en esa frase, ya que un golpe sólo puede sentirse por un momento. Otra cosa sería notar una presión, un apoyo, etc, pero entiendo que la misma naturaleza de un golpe hace redundante decir que fue por un momento.

    “Llegados a este punto espectáculo pasó a ser tragedia”: Entiendo que o bien falta una coma o un artículo (llegados a este punto EL espectáculo…/ llegados a este punto, espectáculo pasó a ser tragedia).

    Poco más tengo que aportar. De nuevo, me ha parecido un relato muy original.

    Un saludo

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 22:08
  8. 8. Rita dice:

    Hola, Alétheia 🙂
    Sorprendente relato. Muy bueno y original. Me ha impresionado el variado vocabulario que manejas, siendo menor de edad. No es algo que se vea todos los días, así que, mis felicitaciones. Por ello y por la historia, que me ha encantado. Escribes de una manera tan fluida que me dejas con la boca abierta. Las palabras “armario” e “idea” están tan bien insertadas que casi las he pasado por alto y he tenido que buscarlas de nuevo.
    Los errores y mejorables ya te los han señalado. Repasa las comas, que veo que se te ha escapado alguna.
    Con un poco de mejora, estoy segura de que escribirás grandes relatos y que podrás llegar muy lejos.
    De nuevo, excelente relato. Hasta la próxima.
    Nos leemos!

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 15:37
  9. 9. Alétheia dice:

    Muchas gracias a tod@s por leerme y por vuestros consejos :), la verdad es que me habéis animado un montón.
    Lo tendré en cuenta para corregirlo y mejorarlo a la próxima.

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 23:49
  10. 10. JeSS dice:

    ¡Hola Alétheia!
    Tu relato es hermoso. Haces un buen manejo del lenguaje y la redacción, lo que hace al relato fluido. La experiencia que describes debe narrarse de esa forma, a un ritmo pausado pero con bastante fluidez.
    Me gusto muchísimo la narrativa, hay mucha poesía y eso va acorde una vez mas, con la experiencia que nos cuentas.
    Gracias por comentar mi relato, nos estamos leyendo

    Escrito el 30 noviembre 2017 a las 21:21

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