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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Amarildo - por Everett Russo

Amarildo, déjate de sandeces; escuchaba la voz gangosa de su tío desde algún rincón de su cabeza mientras, nervioso, vaciaba las últimas cajas que el repartidor había dejado en la puerta de la gasolinera. Sacaba las galletas que tanto le gustaban a su hermana y que comían constantemente cuando los dos eran pequeños, también batidos del sabor de sus recuerdos: del chocolate en el que bañaba los churros las mañanas de los domingos junto a sus padres, de la vainilla de los yogures que tomaba a escondidas porque le prohibían tomar tantos como él quería en esa época en la que la inocencia pintaba la vida del rosa de los batidos de fresa que también venían en las cajas, en las que, además de todo esto, había bollos, napolitanas, pastelitos y palmeras, todo ello envuelto en ruidosos envases de plásticos que abrirían niños, como él lo había sido, que viajaban con sus padres a Dios sabe dónde y paraban cada dos o tres horas en lugares como aquel, niños cuya única preocupación era saciar esa sed de azúcar que les hacía lanzarse sobre esas guarradas. Y el tío repitiendo, tú eres más fuerte que todo eso, Amarildo, y no se refería a la tentación del azúcar el tío, no, para nada, que dicen los embusteros de las noticias que puede llegar a ser tan adictivo como la cocaína, no, se refería más bien a la sensación ya familiar que Amarildo volvía a sentir esa mañana y que como una quemazón partía de los dedos de los pies, helados, porque era enero y él no llevaba botas de invierno sino zapatillas deportivas, y que le subía súbitamente como un escalofrío hasta la nuca y le recordaba los besos que ella le daba en sus primeras citas, cuando sus padres se marchaban sin imaginar que su joven hija pasaría ese tiempo lamiendo el cuerpo de Amarildo, haciéndole sentir cosas que ellos mismos ya habían olvidado y que se habían resignado a no recuperar jamás. Ese suspiro en la nuca, decía, pasaba entonces a la cabeza donde su tío esperaba al acecho su oportunidad, Amarildo, déjate de sandeces, tú eres más fuerte que todo eso, cuando los dos sabían que no lo era, que él ya hacía tiempo que había claudicado y se despedía lentamente de todos sus recuerdos, de lo que quedaba de ella, y se adentraba cada vez más en ese lugar donde podía recrear una y mil veces los orgasmos salados que habían tenido mientras sus cuerpos rendidos se deslizaban por recovecos de carne y vello, los mismos que parecían conectar sus almas y hacían que, exhaustos, se mirasen a los ojos al terminar, mientras el mundo con sus ruidos de coches y de lavadoras, de perros y pájaros, sus músicas, sus gritos y sus llantos, quedaba suspendido hasta el momento en el que, rendidos de puro agotamiento, dejaban de mirarse.

Al terminar de vaciar las cajas, y una vez todo estaba ya en su lugar, Amarildo se dejó poseer por esa sensación, tan poderosa ya, que, con la ayuda de la creciente palpitación que sentía por todo su cuerpo, ahogaba los gritos de su tío e incluso los suyos propios, y se sumergió por última vez en busca de sus besos, sus caricias y susurros; salió en busca de sus ojos. Cuando su compañero Julián, que llegaba para sustituirle, entraba por la puerta poco después, no tenía ni idea de que Amarildo yacía tendido junto al armario del almacén, algo que tampoco sabían los clientes que entraban a pagar o a comprar los batidos recién colocados, y la inconsciencia duró hasta que uno de ellos atisbó unas zapatillas que conducían al cuerpo tendido de Amarildo y a partir de ahí, todo fueron gritos y jaleo y gente que se agolpaba entre olor a gasolina y caras de incredulidad, y después llegaron el forense y los policías, y en algún lugar del mundo un padre, una madre y una hermana descompuestos no entendían, entre otras muchas cosas que nunca nadie comprenderá sobre esta pendeja vida, que Amarildo hubiera elegido un lugar tan poco solemne para irse, así, sin despedirse siquiera. Sin embargo, sí existía una certeza, lo que todos sabían, empezando por su tío, que tan bien lo conocía, es que Amarildo se había marchado en busca de sus ojos.

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12 comentarios

  1. 1. Nelson Canelo dice:

    Hola Everett,
    Buena trama, tambien hay suspenso en ella y eso es bueno. Sin embargo, hay algo que deja al lector un poco ansioso por un cortito descanso en la lectura. El uso del punto y seguido, o el punto y aparte son muy importantes para que el lector tenga espacios para recapacitar y asimilar a su manera esa idea que tú quieres transtmitir en el texto. Sí, usas el punto y seguido de manera adecuada, pero el “aparte” está ausente casi por completo. Por otro lado, los diálogos deben ser puestos en obvia pocisión despues de un punto y aparte y con el uso de la raya: ” — “. Esto nos lleva de nuevo al uso del punto y aparte, ese corto descanso que el lector necesita para disfrutar la lectura; por ejemplo:
    Esto:
    “Y el tío repitiendo, tú eres más fuerte que todo eso, Amarildo, y no se refería a la tentación del azúcar el tío, no, para nada…”
    Es mejor así:
    “Y el tío repitiendo:
    — Tú eres más fuerte que todo eso, Amarildo.
    Y no se refería a la tentación del azúcar el tío, no, para nada…

    Bueno, espero haber ayudado un poco para que todos vayamos superando las dificulatades de este arte tan espcial de escribir.
    ¡Nos leémos!
    Nelson.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 22:46
  2. 2. Everett Russo dice:

    Hola, Nelson:

    Valoro tus comentarios y que te hayas tomado un tiempo en leer el texto y en dar tu opinión. Quizás tengas razón en lo de los puntos aparte, aunque he de decir que fue deliverado, como lo fue también el hecho de no utilizar diálogos al uso. El problema es que las partes en las que el tío da su opinión deberían haber aparecido en cursiva, como en el original, pero al pasar el texto al formulario de envío, este detallé se me escapó.

    Tomo nota de todo lo que dices y, de nuevo, te lo agradezco. Me queda comentar el tuyo.

    Suerte!

    Everett

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 00:32
  3. 3. Laura dice:

    Hola Everett.
    Soy Laura del 53.
    Me ha resultado un texto más que interesante, ni qué decir del final, a pesar del modo compacto en que lo has escrito.
    No tengo nada para señalarte ya que no me parece demasiado necesaria la separación en párrafos, tal vez algo sí algunos puntos, pero conservar el formato compacto para dar a señalar los dos momentos en que claramente se divide el texto: la primera parte de presentación de Amarildo y la segunda, el final.
    En síntesis, un reto más que interesante.
    Hasta la próxima propuesta

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 16:19
  4. Hola, Everett,
    Tienes un estilo muy personal y esto es una riqueza. Interpreto el texto como un flujo de pensamiento que ocurre en la cabeza del personaje (principalmente, porque también aparece el tío pero también dentro de su cabeza, según interpreté)… y como flujo de pensamiento, fluye; no tiene que estar ordenado prolijamente. Sigue las fluctuaciones del protagonistas. Sitúas la acción en una gasolinera para cumplir con las condicionantes del taller,es de suponer,aunque la escena habría podido pasar en cualquier otro lugar.
    Mi opinión personal es que si tú tienes esta facilidad creativa y esta originalidad, sigas tu intuición y sigas escribiendo, sin más. No tocaría el texto, seguiría dando rienda suelta este estilo tuyo… a ver adonde te lleva.
    A mí me pareció bueno y muy muy personal y original. Sigue.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 21:19
  5. 5. charola dice:

    Hola, Everett.

    Me pareció genial tu relato. Pareciera un monólogo interior. Pero usas el narrador omnisciente. Por ello para hacerlo más dinámico podrías colocar entre comillas latinas los párrafos del tío, pues son pensamientos puestos en los de Amarildo. No diálogos, por ello no usar raya de diálogo.

    «Amarildo, déjate de sandeces», escuchaba la voz…

    Te sugiero que al terminar “salió en busca de sus ojos”, del segundo bloque, sea punto aparte.

    El final muy bueno. Me gustó muchísimo como escribes. Seguiré leyéndote. Felicitaciones.

    Estoy en el 27.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 22:16
  6. 6. Esther Prinz Díaz dice:

    Saludos Everett,
    Muy interesante tu historia, el personaje muy bien definido para el momento en que ocurre la trama. Me gustó mucho la manera como creas expectativas hacia el final.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 06:17
  7. 7. Everett Russo dice:

    Muchas gracias por vuestros comentarios. Es la primera vez que participo y, de verdad, que se agradece!

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 22:10
  8. 8. Earendil dice:

    Hola, Everet.
    Ante todo, quiero agradecerte tu paso por mi relato y que dejaras tus impresiones. También quiero darte la bienvenida al taller, pues dijiste que era la primera vez que participabas.
    Coincido prácticamente en todo con tus anteriores comentaristas. Si bien el escrito es un bloque sin puntos (de hecho hay una frase que tiene trece líneas), al leerlo crea en la mente un torrente de recuerdos y sensaciones entremezcladas, que llegan a imprimir un poco de ansiedad si se quiere continuar con la lectura siguiendo la puntuación que has utilizado. Conforme iba avanzando en la lectura, era una de las recomendaciones que quería hacerte, pero luego, con tus aclaraciones y la respuesta que les has dado a los demás (de que lo has hecho a propósito), no me atrevo a rectificar.
    María Kersimon también te ha hecho una observación muy acertada, en que no es preciso un orden demasiado metódico cuando describes las sensaciones de Amarildo, como si los pensamientos fluyeran de una escritura automática, pero creo que sí sería necesario cuidar un poco la forma. Está claro que cada cual tiene su estilo, y aquí, precisamente estamos para experimentar y aprender. Por desgracia, no es una cosa que puedas hacer en otra clase de convocatorias literarias. Te lo digo por experiencia. A veces me he presentado a concursos y los jueces no pasan de la primera hoja simplemente porque no les gusta ver faltas o expresiones mal usadas. Por ejemplo, yo escribo en valenciano más que en castellano. Hay muchas expresiones que no se pueden traducir, incluso cuando se traduce hay que cambiar todo el orden de la frase porque no acaba de encajar bien. Pues una vez, en un concurso, uno de los jueces no pasó de la primera hoja porque no había utilizado la expresión correcta en valenciano. Cuando me devolvieron el manuscrito había anotado que seguro que existía otra expresión “más valenciana” que la que había usado. Te digo todo esto porque, en general, hay que cuidar mucho la forma. Las expresiones de los pensamientos internos (en tu texto, cuando Amarildo oye la voz de su tío), debes usar las comillas que te ha indicado Charola, no las de diálogo, porque no interactúan dos personajes.
    En cuanto a la historia, me ha gustado mucho, y cómo en tan breve espacio, nos has dibujado perfectamente la atormentada mente de tu protagonista. Rezuma tristeza por los cuatro costados y el final es inesperado y te deja con un sabor amargo.
    Me alegro mucho de haber pasado por aquí y disfrutar de tu trabajo. Enhorabuena.
    Un saludo

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 23:03
  9. 9. Everett Russo dice:

    Hola Earendil,

    Gracias por pasarte por aquí. Sí, como dices, me lo tomé un poco como un experimento, me gusta la escritura hilvanada por comas y es hacia donde quiero dirigirme. El fallo fue lo de la voz del tío, que, como he comentado arriba, debería haber estado en cursiva.

    Te agradezco mucho los consejos y me alegra que te haya gustado la historia. Seguimos leyéndonos.

    Saludos de otro valenciano

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 23:18
  10. 10. Thomas Carnacki dice:

    Hola, Everett Ruso.

    Me ha fascinado, de lo mejor que leí en el taller de este mes. Es un relato tremendo, quizá no por la trama en sí o por su argumento sencillo, si no más bien por la forma que le has dado. Esas líneas larguisímas (que parecen inacabables) me recuerdan al modo en que escribía Mario Levrero (un genio, en mi opinión). Tu estilo destaca por su originalidad, es algo indiscutible. Tal vez algunos compañerxs no lo vean con los mismos ojos (para gustos los colores), pero a mí me has enamorado. El final es una joya <3
    Un placer hallar tu relato, lo he degustado tal cual vino 😉
    Hasta la próxima, ¡nos estamos leyendo!

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 03:27
  11. 11. Helkion dice:

    Hola Everett.

    Este texto me ha producido sensaciones encontradas. Creo que su fuerza reside en el trasfondo de lo que cuenta más que en el modo en que lo hace. Y me explico entrando en materia.

    A nivel técnico, hay cosas que comentar. Para empezar, la primera frase. Hay que avanzar en la lectura de la segunda para comprender que las palabras de la primera son los pensamientos del propio Amarildo o voces que él escucha en su cabeza y que atribuye a su tío, que para el caso es lo mismo. En ambas situaciones esa frase debería ir entre comillas, pues supondría una ayuda que muchos lectores agradecerán. La segunda es que hay frases demasiado largas. Sé que hay quien dirá que la longitud de las frases depende del estilo narrativo de cada escritor, y es algo con lo que estoy de acuerdo… hasta cierto punto. Porque leer cuarenta y dos (42) palabras seguidas sin la misericordiosa pausa que otorga una humilde coma me parece demasiado, que es lo que ocurre en la frase “…de la vainilla de los yogures… que también venían en las cajas,…”. También me ha chirriado un poco la expresión “…sensación ya familiar que Amarildo volvía a sentir”, que se reitera unas líneas más adelante donde “sentir” vuelve a aparecer. Esto se repite en el siguiente párrafo, donde de nuevo se nos habla de una “sensación” que el protagonista “sentía”. Por último dentro de este apartado, en “y a partir de ahí, todo fueron gritos y jaleo”, creo que esa coma está mal situada. Yo la suprimiría, o bien añadiría otra detrás de “y”. Por lo demás, me ha parecido que cuentas con un estilo narrativo correcto y competente.

    En cuanto al contenido, como ya dije, me ha convencido más. Y creo que, a pesar de ser un texto calificado como para mayores de 18 años, cuenta con un puntito casi diría que romántico, con ese final algo poético y trascendente que, en un primer momento, no parecía que pudiera caber en unas líneas repletas de sensualidad y deseo. Buen contraste, y muy bien engarzada esa historia en el contexto prefijado (reto opcional incluido), con la adecuada inserción de las palabras clave del reto en tu escena.

    Buena historia, te felicito.

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 07:50
  12. 12. Roster dice:

    Hola Everett
    Gracias por leer mi relato!
    Me ha encantado la estructura y lo moderno de tu texto. sin dudas acerca de normas tradicionales, adecuado para expresar sentimientos sin respirar, recuerdos y situaciones envolventes.
    El final …”se había marchado en busca de sus ojos” es adecuado y lo aplaudo.
    Quiero leer más así. Un saludo

    Escrito el 26 noviembre 2017 a las 17:17

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