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Adiós armario - por PerePaella

Con el puto armario atado a la baca del coche llegamos a esa gasolinera perdida en medio de la nada a las tres de la mañana, ni mas ni menos. Después dice que no le quiero. Después dice que no hago nada por él. Pero aquí estoy parando a repostar con un frío que pela. Él se ha ido a pagar y a pillar algo de comer.
Y además mira que es feo el armario, quizá en casa mejore… pero aquí bajo los fluorescentes de la gasolinera… Pero lo quiere tener en casa. SU armario de SU casa. SU armario de SU habitación. Con las puertas llenas de pegatinas varias. Vale que no es para nuestra habitación, es para otra que nos sobra y va a ser una especie de despachito/cuarto de plancha/trastero, pero es que es muy feo. Y viejo. Y desvencijado. Lo que me gusta esta palabra y las pocas ocasiones que tengo en mi día a día para usarla…
Mientras pongo gasolina miro las puertas. Hay de todo. De campañas del gobierno contra las drogas, de aquellas pegatinas toi, toi helao, toi tizte, toi gobiao… La de Bollycaos o Phoskitos (o lo que fuese con lo que viniesen) que se habrá tenido que comerse para tener semejante colección… Hay de marcas de chándal y discotecas, si siempre le he visto yo un ramalazo cani… Tiene unas en relieve de Mortadelo y Filemón… Y entre ellas destaca el cromo de Boro del Valencia C.F, que yo ni me acordaba de el pero se ve que fue un amor de juventud de mi novio.
Entiendo que le guste… el armario, digo… Tiene toda su niñez y su adolescencia ahí. Y es que aunque ya está en la treintena sigue siendo un crío. Por eso cuando hago lo que hago lo hago por su bien. Por nosotros pero sobretodo por él. Tiene que desconectar de su pasado. Recordarlo, sí. Y alegrarse de haberlo vivido. Incluso algún día darse el lujo de comportarse como si tuviese 17 años y el mundo a sus pies. Pero ya esta. Luego en el día a día los pies en el suelo y a responsabilizarse de sus cosas. Yo también he sido un adolescente, también recuerdo aquellos años locos de acné y hormonas revolucionadas. Pero yo he madurado.
Una idea cruza rápido por mi mente. No lo pienso, suelto un poco una de las gomas que sujetan el armario al coche. Cuando vuelve subimos al coche, arranco y pongo marcha atrás para girar hacia la salida de la gasolinera… freno en seco… y armario al suelo. Suerte que mi coche no tiene culo y cae directamente al suelo.
—Ay, lo siento cariño… —le digo mientras recogemos los trozos y los tiramos a un contenedor mientras visualizo en mi mente el armario que vimos en Ikea. Va a quedar genial.
—Espera… Llevémonos las puertas al menos, así las puedo colgar en algun sitio, o ya se me ocurrirá algo.
Mierda…

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4 comentarios

  1. 1. Rafael dice:

    Jajaja Vaya troleada te has marcado y me da que es basada en hechos reales por la inquina que pones.

    Cuidao que los foros arden con madres que les han tirado juguetes, cromos o libros etc. de niñez a sus hijos y se montan pollos históricos, a tí te espera uno grande si es basado en hechos reales.

    “”Y es que aunque ya está en la treintena sigue siendo un crío. Por eso cuando hago lo que hago lo hago por su bien. Por nosotros pero sobretodo por él. Tiene que desconectar de su pasado. Recordarlo, sí. Y alegrarse de haberlo vivido. Incluso algún día darse el lujo de comportarse como si tuviese 17 años y el mundo a sus pies. Pero ya esta. Luego en el día a día los pies en el suelo y a responsabilizarse de sus cosas””.

    Imagina que un tio de 30 años dice que quiere ir a la escuela de pintura, a la de escritores o a la de piano, mucha gente se ríe de él y lo toma como al pito del sereno y él por hacer lo socialmente aceptable se achanta y acepta lo politicamente correcto renunciando a sus sueños, resulta que nos perdemos un talento descomunal que siempre estuvo escondido.

    Nunca hay que dejar de buscar tus sueños por lo que otros piensen de tí.

    Escrito el 17 noviembre 2017 a las 15:43
  2. 2. Miranda dice:

    Ja, ja, ja.

    En la parte formal, no puedo corregirte nada, a pesar de que creo que vi algo raro, en mitad del ataque de risa, que he pasado disfrutando de tu relato.

    Se puede luchar contra la querencia, pero siempre encuentra un resquicio para colarse.

    Lo siguiente que te queda es que si consigues convencerlo para tirar la puerta, o se queda con las pegatinas, o hace una foto que te pone de mural en el salón o coloca los herrajes viejos en tu mueble favorito de Ikea. Ja,ja.

    Lo dicho, lo he pasado de miedo con tu escrito

    Sigue escribiendo y que no se entere de que fuiste culpable del destrozo, o la foto te la estampa en el camisón como venganza,

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 01:19
  3. 3. amadeo dice:

    PerePaella:
    Gracioso y triste relato, según de quien se trate. Buen texto. Claro y progresivo. Solo encontré que a un el, le faltaría un tilde para ser él (pronombre)

    Estoy en el 55 por si quieres leerlo y comentar. Gracias
    Saludos

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 13:37
  4. 4. María Jesús dice:

    Hola Pere: ¡Que mala esa chica por favor! ¡Mira que acabar así con el querido armario de su amorcito! jajaj, me ha encantado el texto. Reflejas muchas cosas reales en esas reflexiones que la protagonista se hace. Por cierto, me ha recordado a mi caravana, que está plagada de pegatinas de los campings que he visitado. Muy buen relato, en definitiva, fácil de leer y real como la vida misma.
    La única pega que le pongo es que repites demasiado algunas palabras.
    Saludos.

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 19:47

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