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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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La paz está en Costa Rica - por Menta

Recuerdo que era una tarde soleada. Mantenía los ojos entreabiertos mientras respiraba paz y tranquilidad en mi clase de yoga. La vibración del móvil me hizo deshacer la "asana" en la que me relajaba. Me llamaban de casa, y enfadada, más que asustada, salí de la habitación para hablar con mi marido. Estaba muy nervioso y se explicaba fatal, pero comprendí que se le había caído al suelo el armario que debía llevar a la restauradora de muebles.

—¿Qué pasa?—me preguntó la profesora, que preocupada, había abandonado el salón.

—Un accidente doméstico. A Ignacio se le ha caído por la rampa del garaje de casa un armario muy pesado que llevaba en la baca del coche, se conoce que lo había atado mal. Solo quería preguntarme si teníamos más cuerdas.

Continuó la clase, y cuando mi cráneo vibraba por mi voz que repetía: "Om, om", volvió a llamarme.

Al principio, como estaba muy relajada, no me preocupé lo más mínimo, hasta que me dijo que estaba parado al lado de la iglesia de la Merced porque el armario se le había caído en la calle al pasar un policía tumbado (*). Las piezas del armario habían salido disparadas como proyectiles y se habían deslizado por la calzada. Una de ellas había golpeado al sacristán, que salía en ese mismo momento de la iglesia y le había herido en una pierna; había llamado a una ambulancia para que le llevara a urgencias. Las piezas del armario estaban esparcidas por todos los lados y como de costumbre, Ignacio empezó a despotricar y a echar las culpas a los demás. Esta vez fue a las cuerdas, decía que eran de mala calidad; y también a las gomas de los pulpos que debían estar pasadas.

—¿Qué hago ahora? —me preguntó.

—No te preocupes, voy para allá inmediatamente.

Cuando llegué al lugar de los hechos, el sacristán de la parroquia sentado en el suelo se balanceaba de dolor. Ignacio recogía las piezas del armario desperdigadas y las apilaba en la acera. En ese momento traía una puerta, y al apoyarla en el coche, la colocó al revés; entonces, un listón se cayó al suelo, arrastrando una bolsa de tela gruesa, que recogió y me entregó. Se fue a recoger la otra puerta y yo abrí la bolsa para saber lo que contenía: me quedé helada.

Como los dos hombres estaban distraídos, aproveché para ver mejor el interior. Eran joyas de diseño antiguo con enormes piedras preciosas, collares de auténticas perlas, sortijas, sellos, pulseras y cadenas con grandes eslabones de oro. Enseguida relacioné el tesoro con una antigua historia que relataba mi madre sobre la desaparición de las joyas de su abuela. Con mucha pena, nos contaba que sus abuelos hicieron un arreglo en la casa familiar cuando la heredaron. Como no sabían donde guardar las joyas, las escondieron. La obra duró varios meses y una vez finalizada, las buscaron pero no las encontraron en el lugar donde las habían puesto. Rastrearon todos los lugares posibles y al no encontrarlas, denunciaron el robo, pero nunca aparecieron. Ahora, eran mías.

Ignacio volvió con la otra puerta y me anunció que en este viaje traía lo último que quedaba. También me dijo que había tenido la genial idea de llamar a la restauradora para que viniera a recoger el armario con su furgoneta, aunque había que pagarle los portes, puntualizó. Estos gastos imprevistos le escocían mucho el bolsillo.

Llegó la ambulancia. Ignacio habló con el conductor y de repente vi que el armario en trozos lo introducían dentro. Se volvió para decirme:

—Nos van a hacer el favor de llevarlo ellos. Así no nos cuesta nada.

—¿Y el sacristán?— le pregunté.

—Vienen ahora a por él. Oye, ¿qué había en la bolsa?

—¿Qué bolsa?

—La de terciopelo rojo.

—Nada de importancia, unas cerraduras oxidadas y unas llaves que no eran de este armario.

Cuando volví a casa hice las maletas, me fui al aeropuerto y abandoné a mi marido. La vida a su lado era un sinvivir.

Ha pasado un año. Soy feliz.

Estoy en un maravilloso resort, en una de sus agradables terrazas con vistas al Pacífico. Espero tranquilamente la puesta del sol en la postura del loto y a mi lado tengo un vaso con mi cuarta piña colada.

¿Habrá ido Ignacio a recoger el antiguo armario ya restaurado? No le puedo llamar, él no sabe donde estoy, aquí he logrado la paz interior que necesitaba: "Om, om".

(*)Badén

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37 comentarios

  1. 1. Elena Mahía dice:

    Hola Menta!
    Olé y olé! Qué relato tan bonito, irónico y seductor! Me ha encantado leerte, de verdad.
    Lo cierto es que no tengo nada que corregir, salvo quizás que así sin más ella abandone al marido…no sé…queda un poco forzado, o al menos esa ha sido mi percepción. Esa parte la trabajaría un poquito más, pero como te digo, es mi percepción.
    Y el final, es delicioso jajajaja me ha encantado!!
    Enhorabuena y sigue así!!
    Un saludo
    Elena

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 10:22
  2. 2. charola dice:

    Oh! Menta, ¡qué mala! Ja, ja, ja.

    Bien, me gustó tu relato, cargado de ironía.
    Quizás, estoy de acuerdo con Elena, faltó trabajar la personalidad de Ignacio para entender la reacción de la protagonista al dejarlo.

    Enhorabuena. Un abrazo.

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 05:19
  3. 3. Menta dice:

    Buenos días Elena y Charola: Muchas gracias por vuestra visita.

    Pensé que la personalidad de Ignacio se veía a través de sus obras: irrespetuosas, egocéntricas, infantiles, irresponsables, quererse salir con la suya y un largo etc. Quizás he sido muy sutil y no se ha comprendido bien.

    Pensaré en hacer algún cambio para mostrar mejor y más claramente la personalidad de Ignacio. Muchísimas gracias por vuestro comentario.

    Un saludo, Menta

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 08:01
  4. 4. Ocitore dice:

    Hola, Menta, me ha gustado tu historia. Por lo regular, a mi me gusta plantear bien las situaciones y en ocasiones hago sólo esbozos de los personajes y no describo mucho su mundo interior o su apariencia en los relatos cortos, creo que un buen lector tiene la capacidad de inventarse a los personajes según los perciba, por eso no creo que hacer hincapié en el infantilismo de Nacho o su ineptitud para resolver cosas elementales hubiera influido en la historia. El final me ha parecido bueno, pero a mi me encanta la ficción y las historias con más acción, pero eso es algo personal. Mucha suerte y un fuerte abrazo.

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 20:07
  5. 5. IreneR dice:

    Hola Menta.

    Me ha gustado mucho el relato.
    Al igual que otros dos comentarios anteriores me ha sorprendido ese final, no tanto por la personalidad de Ignacio sino porque ella no muestra demasiada molestia o enfado ante las interrupciones del marido.

    Un saludo.

    Escrito el 19 noviembre 2017 a las 22:05
  6. 6. Bea dice:

    Hola Menta:

    Aquí me tienes devolviendote el comentario. He de decirte que el tuyo me ha dejado algo descolocada y confundida porque me comentas que te sientes decepcionada e incluso engañada. Siento de verdad que te hayas sentido así porque en ningún momento a sido mi intención ni mucho menos. No se, si pudieras explicarme mejor el porque de tus palabras creo que podría llegar a entenderlo mejor para así en un futuro no volver a cometer el posible error.
    En cuanto a tu texto, e de decirte que me ha gustado. Has conseguido hacer que visualice perfectamente una historia de lo más cotidiana y entrañable.
    He de decir que coincido con algún compañero en que no me termina de cuadrar mucho que deje al marido así de sopetón y en que me ha parecido un texto algo carente de acción pero como añade Ocitore, eso ya es más cuestión de gustos míos.

    No puedo mas que felicitarte por el trabajo que has hecho la verdad. Así mismo, espero saber de ti para poder entender lo que seguro a sido un malentendido.

    ¡Felicidades, nos leemos!

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 01:43
  7. 7. Robert M. Roderick dice:

    Hola, Menta:

    Es un placer leerte de nuevo.

    ¡Y gracias por visitar mi relato!

    Este relato me ha gustado, aunque me parece más flojo que el que escribiste para la escena anterior, te expongo los motivos en el análisis.

    Estructuralmente, el relato es perfecto: introducción-nudo-desenlace. El giro al final del nudo da la vuelta totalmente a la historia resolviendo el conflicto que se presentaba.

    Centrándonos en la narración: el ritmo es bueno, no cansa ni provoca aceleración. Encaja perfectamente con la historia.

    En lo que respecta a la técnica, he echado en falta alguna coma en algún inciso como, por ejemplo, cuando la profesora sale de la clase; “preocupada” es el inciso, y debe situarse entre dos comas o sin ellas. Por lo demás, todo perfecto.

    El vocabulario empleado es claro y permite que el ritmo de lectuya fluya. No conocía la expresión “policía tumbado”, y me ha resultado curiosa.

    En mi opinión, la mayor pega de tu relato se presenta en el apartado argumental: Creo que no has presentado con suficiente determinación la mezquindad del marido, que parece sencillamente un cascarrabias torpe, y eso hace parecer a la protagonista una persona caprichosa y ventajista en cuanto a su nueva situación. ¿No habría otra forma mejor de hacer las cosas? ¿Qué tal enfrentarse a él y pedirle el divorcio directamente? Cuando la protagonista llega al lugar del accidente, expones que el marido está despotricando pero, al explicarlo en vez de mostrarlo, la escena pierde fuerza. Si querías hacerlo parecer verdaderamente ruín, éste podría haber pateado a un pobre perro, haber reprochado algo a algún anciano que cruzase un paso de peatones, haber acusado al sacristán de estar fingiendo… Puesta a ensalzar las malas cualidades humanas de este sujeto, ¡exagera! ¡Hazlo malo de verdad! Por otro lado, eso de que los muchachos de la ambulancia acepten llevar un mueble en lugar de al pobre hombre con la pierna fastidiada, jugándose así su trabajo y alguna denuncia no me termina de cuadrar, la verdad.

    Resumiendo: El texto es bueno, pero considero que deberías hacer unos pequeños ajustes argumentales en la parte de la ambulancia y que, puestos a hacer insufrible a un personaje, hagámoslo de verdad y demos motivos más que de sobra a la protagonista para dejar absolutamente todo atrás y que nadie pueda pensar que lo que ha hecho ha estado mal.

    Lo dicho: un placer leerte. Esperaré con muchas ganas tu relato para la próxima escena.

    ¡Un saludo!

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 08:13
  8. 8. Jerónimo Guillén dice:

    Me he divertido muchísimo con tu relato y he soltado una carcajada con los últimos “om,om”, aunque me ha dado un poco de penita Ignacio…¡Ba!que no hubiera sido tan torpe.
    En cuanto al texto escribes muy bien y el resultado de “humor absurdo” es excelente.
    Saludos.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 13:14
  9. 9. María Jesús dice:

    Hola Menta: Gracias por pasarte por mi texto y comentar. El cambio de género en una de las frases fue involuntario ¡ups! Las demás anotaciones las tendré en cuenta. Paso al tuyo:
    Me ha parecido muy divertido, vaya hombre torpe ese Ignacio.
    ¿De verdad metió primero el armario en la ambulancia dejando al sacristán en el suelo? Me parece muy fuerte. ¿No se suponía que iba a venir la restauradora a por él? Pero bueno, salvo estos escollos que he encontrado, el relato se lee con mucha fluidez y te ríes. Un saludo.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 20:21
  10. 10. Laura dice:

    Hola Menta.
    Soy Laura del 53.
    Tu relato es muy divertido.
    La acción tiene algunas confusiones, pero no por ello deja de ser entretenido. ¿Realmente colocan el armario en la ambulancia?
    Me resulta también algo raro que no hayan encontrado en el armario tamaña bolsa, pero es tu texto, es tu idea, y lo respeto.
    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 21:20
  11. 11. Cryssta dice:

    Hola Menta, encantada de volver a leerte por aquí. Tu relato me ha gustado a pesar de algunas cosas que me han chocado bastante.

    Voy a los mejorables:

    – lo primero que me choca es que tenga los ojos entreabiertos en la clase de yoga, veo más adecuado tenerlos abiertos si se está haciendo un ejercicio dinámico o cerrados si se está en uno de relajación

    – lo segundo es que la profesora admita que en la clase los alumnos lleven el móvil, máxime cuando el yoga choca bastante con ese tipo de interrupciones que pueden alterar la tranquilidad y la concentración de todos

    – lo tercero, como ya te han dicho, es que tantas joyas estén guardadas en el armario sin que se note, tal vez podías haber dicho que al caer el listón se vio un compartimento secreto

    – lo cuarto, esto también te lo han dicho, es que los de la ambulancia se lleven primero el armario y luego al herido, que se lleven el armario ya es una irregularidad total pero que encima le den más importancia que al herido es de una irresponsabilidad absoluta

    – Revisa las comas, las aclaraciones siempre van entre comas

    – dices “las piezas del armario” tres veces, prueba a expresar lo mismo de otras formas

    – “hasta que me dijo que estaba parado al lado de la iglesia de la Merced porque el armario se le había caído en la calle al pasar un policía tumbado” es demasiado largo

    – “no sabían dónde guardar”

    – creo que estaría mejor decir “de repente vi cómo introducían el armario en trozos dentro”

    -“él no sabe dónde estoy”

    Espero leerte el próximo mes. Un abrazo.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 13:06
  12. 12. Deborah dice:

    Hola, bonito relato y bien narrado. Felicidades!
    Te puedes pasar por el mío y decirme que opinas #121
    Saludos!

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 15:57
  13. 13. Menta dice:

    Buenas noches Ocitore e IreneR: Muchas gracias por vuestra visita. Vuestros comentarios son muy valiosos para mí y os lo agradezco mucho.

    Irene sólo comentarte que la protagonista la procesión la tiene por dentro. Hasta que escapa de este sinvivir que es compartir la vida con este rompetechos que es Ignacio.

    Bueno, eso era lo que quería que se entendiera…
    Otra vez muchas gracias y hasta el próximo RETO. Menta

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 21:53
  14. 14. Perla preciosa dice:

    Hola, Menta:
    Me ha encantado la historia, pues me ha parecido un tanto original y, desde luego, atractiva, y sobre todo me ha gustado la iniciativa de la mujer al descubrir su tesoro. ¡Olé sus ovarios! Nos seguimos leyendo, guapa.

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 21:59
  15. 15. Menta dice:

    Hola Bea: Ya te he explicado en tu relato lo que quería decir. Me expresé mal. Te pido disculpas otra vez. Te agradezco tus amables palabras para mi relato.

    Gracias, Menta

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 22:00
  16. 16. Menta dice:

    Buenas noches Robert M. Roderick: He visitado tu relato porque en la escena anterior (47) me tocó leerte y comentar tu escrito. Te fui siguiendo y me gustó la forma concienzuda que tienes de corregir. Aprendí mucho leyendo los comentarios que hacías a otros compañeros.

    Te voy a decir una cosa aunque se me cae la cara de vergüenza: Quise hacer un relato de humor y veo que muy pocos lo han entendido. He querido ser exagerada en unas cosas, como en lo de la ambulancia, el tamaño del tesoro. Pero en otras cosas me he quedado corta.

    En dos palabras, no lo he conseguido, pero lo seguiré intentando porque me encantaría saber escribir cosas divertidas.

    Te agradezco todo lo que me dices y lo tendré en cuenta. Muchas gracias, Menta

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 22:20
  17. 17. Menta dice:

    Hola Jerónimo Guillén, María Jesús y Laura: Estoy muy contenta de que os haya parecido divertido el relato. Eso es lo que pretendía pero resulta muy difícil escribir cosas de humor.

    Jerónimo no te preocupes, Ignacio ya ha encontrado otra compañera, porque aunque despistado, es buena gente y sobre todo necesita tener a alguien a su lado para llamarla incansablemente, para que solucione sus enredos, etc.

    María Jesús: Me pareció divertido poner que Ignacio con su labia y su insistencia consiguiera que los de la ambulancia levaran gratis el mueble. Otro de los rasgos de su personalidad: salirse siempre con la suya.

    Laura: En los muebles antiguos y de madera noble se pueden ocultar muchas cosas porque ponían muchas vigas, listones, etc. Los tenían que hacer resistentes porque al ser tan grandes no cabían por las puertas y para cambiarlos de sitio se desarmaban totalmente. De todos modos, puse tantas joyas también para exagerar el tesoro.

    Muchas gracias por vuestros comentarios. Menta

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 22:39
  18. 18. Menta dice:

    Hola Cryssta, Deborah y Perla Preciosa y : Muchas gracias por vuestra visita.

    Cryssta: Tendré en cuenta, como siempre, tus comentarios.

    Deborah: Gracias por tus palabras de ánimo. Voy a leer tu relato.

    Perla Preciosa: Conseguir la libertad y la paz debe ser estupendo.

    Muchas gracias y hasta pronto. Menta

    Escrito el 21 noviembre 2017 a las 22:55
  19. 19. Yoli L. dice:

    Hola Menta

    Ingreso a tu relato más porque me llamó la atención el título, soy de Costa Rica 🙂 así que la Iglesia la Merced la vi tal cual y lo del “policía tumbado”, le decimos más adelante hay un “policía dormido” o cuidado con “el muerto” a esos reductores de velocidad 🙂

    La historia me ha parecido “narcisista” por parte de los dos, él por creer que los demás son los culpables de sus problemas (parece decir que él es perfecto)y ella al verse con dinero, viaja y lo abandona, se deduce que si no hubiese encontrado ese tesoro, aún estaría con él, en vez de dejarlo o pedir el divorcio.

    Me queda la duda para donde se fue? prometo no decírselo al marido 😛 😛 😛

    Por si quieres dejarme tus comentarios al mío, estoy en el #169 ¿Pesadilla o realidad?
    https://www.literautas.com/es/taller/textos-escena-48/8779

    Saludos

    (¯`•¸•´¯)YOLI(¯`•¸•´¯)

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 00:10
  20. 20. Menta dice:

    Buenos días Yoli: Muchas gracias por tus palabras.

    Efectivamente, es la historia de dos personas que solo piensan en su bienestar y cada uno de ellos encuentra la felicidad de forma distinta.

    Iré a verte y PURA VIDA

    Menta

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 08:54
  21. 21. Jesus Lopez Conesa dice:

    Hola Menta:

    El relato me ha gustado, se sucede de forma natural y mantiene la tension de que va a pasar. Pobre Sancristan,es un poco gafe la verdad. Lo unico que decirte aparte de lo bien que esta el relato es que el principio lo de la profesora y tal no lo he entendido muy bien. Aun asi ha estado muy bien.

    Un saludo y espero volver a leerte!Si quieres pasarte por mi relato, soy el 2

    Escrito el 23 noviembre 2017 a las 23:34
  22. 22. isan dice:

    Hola Menta:

    A ver, lección nº 1 de yoga (y de otras muchas cosas): dejar el móvil apagado.

    Repites el accidente del armario cuando lo cuenta el marido y cuando lo oye la profesora. Yo suprimiría una de las veces, prefiero suprimir la primera, le metes al lector la intriga de qué pasará: “se explicaba fatal pero comprendí el motivo de la llamada.” Luego te pregunta la profe qué pasa y se lo cuentas.

    “Me llamaban de casa, y enfadada, más que asustada,…” Mejor esta colocación de comas: Me llaman de casa y, enfadada más que asustada,…

    “—¿Qué pasa?—me preguntó la profesora, que preocupada, había abandonado el salón.” El segundo guión largo o barra hay que separarlo de la interrogación: —¿Qué pasa? —me… Además según está escrito, parece que quien abandona el salón preocupada es la profesora. Tal vez podía ser: —¿Qué pasa? —me preguntó la profesora asustada por haber abandonado el salón.

    Lo de “policía tumbado” no sé si en tu entorno se dice, yo había oído guardia dormido ¡Qué curioso!

    Meter el armario a la ambulancia y dejar al sacristán tirado me parece, además de un despropósito, inverosímil. No aporta nada al relato, como no sea mostrar lo tacaño que era el marido, algo que se puede decir de otra manera. Creo que despista y lo afea.

    Me ha parecido un relato con buena idea y bien desarrollado.

    Cuando he terminado de leerlo me preguntaba cuántas mujeres no dan el paso de dejar a un marido que es “un sinvivir” como dices porque no tienen otra salida, fundamentalmente económica.

    Moraleja: Una puesta de sol a orilla del pacífico es más gratificante que una clase de yoga con el teléfono en el bolsillo.

    He disfrutado de la lectura. Hasta la próxima.

    Un saludo.

    Escrito el 24 noviembre 2017 a las 18:35
  23. 23. Osvaldo Vela dice:

    Hola Menta; Al repasar tu historia, la pregunta que me surgió fue el ¿porqué abandonar a Ignacio? Y me imaginé que era por ser un hombre irascible. también pasó por mi mente el hecho de que pintas sus características personales como incompatibles.

    estos cuestionamientos me obligaron a buscar el significado del nombre de Ignacio y encontré lo siguiente: “hombre que nació en el fuego”. y por lo mismo me di cuenta que el hombre era un verdadero infierno desde antes de nacer.

    Te felicito y nos leemos.

    Escrito el 24 noviembre 2017 a las 19:53
  24. 24. Menta dice:

    Buenos días Jesús López Conesa: Muchas gracias por tu vista y tus comentarios a mi relato.
    Lo que dices que no entiendes es que Ignacio ató mal el armario y se le cayó por la rampa del garaje. Yo quería mostrar a Ignacio como una persona egoísta (llama a su mujer aunque sabe que está en la clase de yoga), torpe (ata mal el armario, dependiente (no sabe ni donde están las cuerdas en su casa). Para mostrar todas esas cualidades de su personalidad, su mujer se lo cuenta a la profesora.
    No sé si te lo he aclarado.
    Nos leemos dentro de muy poco. Un saludo, Menta

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 13:03
  25. 25. Menta dice:

    Hola Isan: Ya me he puesto el chándal y las zapatillas de tacón de color rosa fosforito para entablar una lucha dialéctica contigo. Me llamo Mari Pili II.

    Verás, como este era un relato que quería ser de humor, no cumple las reglas de la verosimilitud. Por eso, el pesado de Ignacio llama a su mujer en plena clase de yoga. Ella sabe que le va a llamar, porque es un pesado egoísta, que no respeta ni un solo momento a su mujer ni a nadie, todo el mundo cree que tiene que estar a su servicio. Esta explicación vale también para el hecho de la ambulancia. Yo quería mostrar que Ignacio era un tacaño, un embaucador y un egoísta.

    Tienes toda la razón, hay muchas mujeres que tienen que soportar a tipos como Ignacio toda la vida porque no tienen la suerte de encontrar una bolsa con joyas.

    Te agradezco la revisión de comas y guiones que voy a corregir inmediatamente.

    Un saludo, Menta

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 13:21
  26. 26. Robert M. Roderick dice:

    Hola de nuevo, Menta:

    ¡No tienes nada de lo que avergonzarte! ¡Muy al contrario! Si no se practica algo, no se puede llegar dominar.

    La protagonista tenía que tener un motivo de peso para llevar el móvil encima en clase de yoga, y no valdrían, en este caso, motivos laborales, por ejemplo. ¿Un familiar enfermo sobre el que es posible que reciba noticias en cualquier momento, quizá? De este modo se justificaría que llevase encima el móvil.

    Es posible que “tirar por el camino de enmedio” te hubiera resultado de más utilidad en el caso de la ambulancia. Me explico: si, una vez los enfermeros han cargado al pobre hombre en la camilla, Ignacio los molesta, los entorpece, se pone pesado y, a cambio de 5 ó 10€, los convence de que también lleven el mueble, consigues poner a Ignacio de ruín, aprovechado, zafio y sinvergüenza. De este modo no pondrías “tan en problemas” a los pobres chavales de la ambulancia, pese a que tengan unos principios morales bastante dudosos.

    Al marcharse, la protagonista podría haber dejado a su marido una nota con algún mensaje clarificador para él y simpático para el lector. De ese modo no daría tanta sensación de abandono injustificado. Así nadie podría pensar “Pobre hombre torpe”.

    Ideas hay infinitas, y cada cual tiene las suyas (que varían, además, según el momento en que se escriban o el propio estado de ánimo). Optaste por las opciones que tomaste porque, en ese momento, te parecieron las mejores. ¿Que, tras una lecturas o revisiones adicionales o las críticas que hacemos los que te leemos, consideras que hay algo mejorable? Pues revisas o reescribes y asunto resuelto. 🙂

    A fin de cuentas, todos estamos aquí para practicar, retroalimentarnos y, sencillamente, aprender. ¡Nadie nace sabiendo!

    ¡Mucho ánimo!

    ¡Nos leemos pronto!

    ¡Un saludo!

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 13:33
  27. 27. Menta dice:

    Hola Osvaldo: Me hace mucha gracia que no comprendas por qué la mujer abandona a Ignacio.

    Es muy fácil de entender: ella quería una vida tranquila sin tener que solucionar todos los desaguisados que hacía constantemente su marido. Ignacio no era irascible era egoísta y desconsiderado.

    Gracias a la bolsa con las joyas encontró la libertad.

    Muchas gracias por tu visita y comentarios. Enseguida tendremos otro reto para escribir y leer. Un saludo, Menta

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 13:33
  28. 28. Menta dice:

    Hola Robert M. Roderick: Te agradezco mucho tus palabras de consuelo. Intento contar cosas que lleguen y se entiendan, pero muchas veces no lo consigo, aunque yo sigo en la brecha.

    El personaje de Ignacio no me lo he inventado yo, tiene nombre y apellidos y además conviví con él durante varios años hace mucho tiempo. No me pueden decir que es inverosímil lo que hace en mi relato, porque soy testigo que él lo hacía. La realidad supera la ficción en muchas ocasiones.

    Fíjate, era tan pesado que llegaba a su casa y no dejaba de llamar a su mujer para que le resolviera todos los problemas domésticos y más.

    Un día llegó y llamó varias veces a su mujer, se acercó a la cocina para ver si había dejado lista la comida antes de irse a casa de alguna vecina, y la vio entre las cacerolas.

    Le dijo con voz de reproche: —Te he llamado cien veces, cariño.
    Ella le respondió: —Te he oído, pero como estoy harta de que me llames 1000 veces, me he cambiado de nombre y no te voy a responder cuando me llames con el nombre antiguo.
    —¡Anda! ¿Cómo te llamas ahora?
    —No te lo pienso decir.

    Así le domesticó y él dejó de llamarla sin descanso.

    Son historias verídicas resueltas desde el amor y con humor.

    Muchas gracias otra vez. Un saludo, Menta

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 14:36
  29. 29. isan dice:

    Hola de nuevo Menta:

    Leo la respuesta a Robert M. Roderik y me siento aludido por mi comentario acerca de la inverosimilitud. No dudo de que Ignacio sea lo que refleja el relato y mucho más. A lo que me refiero con que no es verosímil es a la actitud del médico, enfermero o camillero que asiste en la ambulancia. No veo que sean capaces de dejar a un accidentado tumado en la acera para llevarse un mueble, por muy esado que fuera el Ignacio. Nada más.

    Un saludo.

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 20:16
  30. 30. isan dice:

    Quiero decir pesado.

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 20:17
  31. 31. Menta dice:

    Hola Isan: Solo comentarte que por mi experiencia, las personas egocéntricas con dotes persuasivas(como es el caso de Ignacio) consiguen todo lo que desean porque embaucan a todo el mundo.

    Hasta pronto, un saludo, Menta

    Escrito el 25 noviembre 2017 a las 21:51
  32. 32. Mª Jesús Hernando dice:

    Jajaja, qué divertido Menta, me ha gustado. Desde mi punto de vista, tendrías que pulirlo más para que quedara más al descubirto la personalidad de Ignacio. Al margen de esto el relato tiene punta y humor. Nos leemos en el proximo, un abrazo.

    Escrito el 27 noviembre 2017 a las 18:08
  33. 33. Mª Jesús Hernando dice:

    Jajaja, qué divertido Menta, me ha gustado. Desde mi punto de vista, tendrías que pulirlo más para que quedara más al descubirto la personalidad de Ignacio. Al margen de esto el relato tiene punta y humor. Nos leemos en el proximo, un abrazo.

    Escrito el 27 noviembre 2017 a las 18:08
  34. 34. Earendil dice:

    Hola, Menta.
    Aquí estoy, devolviéndote la visita aunque tarde y, tras 33 comentarios, poco puedo añadir que sirva de aporte.
    También he leído alguno de los comentarios de los compañeros y, por supuesto, alguna de tus réplicas (desde luego, no todos de ambas partes, pues tiempo precisamente es de lo que ando escasa)
    En definitiva, coincido casi por completo con ellos, en cuanto a la parte formal: bien escrito, bien estructurado, sin faltas de ortografía, ritmo fluido y lenguaje adecuado. Tal vez, en la parte argumental, le falte algo de “chicha”, y no es porque no entienda que la protagonista deje a su marido (que yo, personalmente sí entiendo por qué), sino porque me gustan las historias más truculentas y misteriosas (pero eso solo es cuestión de gustos)
    Me alegro de haber pasado por aquí y disfrutar de tu trabajo, por el que te felicito.
    Un saludo y hasta la próxima escena.

    Escrito el 27 noviembre 2017 a las 19:44
  35. 35. Attica dice:

    Hola, Menta

    Un buen relato. Al igual que Earendil, yo sí entiendo por qué ha dejado a su marido, con los apuntes que has dado me ha bastado para imaginarlo torpe, cansino y pesado.
    Me ha gustado mucho el hecho de que empieces y termines la narración con la clase de yoga, como un círculo que se cierra.

    Como partes negativas, alguna que ya te han citado (el hecho de que se lleven primero al herido), y que alguna expresión o palabra desconocida para mí me haya obligado a releer después de ver el significado, pero todo pequeñas cosas.
    En general, bien estructurado y conseguido.
    Un saludo

    Escrito el 28 noviembre 2017 a las 16:32
  36. 36. Menta dice:

    Hola Attica: Muchas gracias por tu visita y por tus palabras de ánimo.

    Nos veremos dentro de poco en otro reto. Un saludo, Menta

    Escrito el 28 noviembre 2017 a las 22:09
  37. Hola Menta.

    No me extraña que le abandonara. Menuda lata de marido.

    Me ha gustado mucho tu propuesta de este mes. Imaginativa a raudales. Lo que me quedo es con la sospecha hacia el marido y hacia los empleados de la ambulancia. ¿Haciendo los portes y dejando para luego al pobre sacristán? No sé… aquí hay gato encerrado. 😉

    Nos seguimos leyendo.

    Un abrazo.

    Escrito el 26 diciembre 2017 a las 23:21

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