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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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Reclutado - por Ratopin Johnson

Helmut Schneider emigró a Estados Unidos y levantó su negocio desde abajo, con una pequeña gasolinera. La prosperidad que, sin embargo, alcanzó a las poblaciones cercanas, propició el florecimiento de su imperio.

Pero el progreso, que conlleva innumerables ventajas, acarrea también sus problemas. Dinero llama a dinero, y la criminalidad hizo acto de presencia. Después de lo pasado en su juventud, cincuenta años atrás, en Europa, para Helmut, eso eran minucias, y los hombres con los que se había visto forzado a asociarse, un mal necesario. Italianos, irlandeses, era lo mismo.

A Billy lo reclutó el Mossad en la Universidad. Estudiante de Ciencias Políticas ejemplar, sus abuelos y dos de sus tíos habían fallecido en un campo de concentración. Billy aceptó pensando que era un modo de honrar a la memoria de sus antepasados, y de millones de judíos.

Se le proporcionó una nueva identidad y entró a trabajar en la estación de servicio. Empezó con los surtidores, lavando coches, pero en poco tiempo se encargaba ya de la tienda. Estaban encantados con él. El viejo Schneider, a sus setenta y cinco años, se pasaba de vez en cuando por sus gasolineras, charlaba con los empleados, revisaba papeleo. Siempre iba acompañado de Giulio, chófer y guardaespaldas, cortesía de sus colegas italianos. En una de esas ocasiones, Billy habló un poco con él. Schneider hizo hincapié en los informes muy favorables que tenía de él.

Después de unos meses, Billy se había granjeado la confianza de todo el mundo. El, por su parte, había observado las pequeñas rutinas del gran hombre. Schneider, cuando les visitaba, se metía en la oficina durante un buen rato. Nadie podía molestarle. Mientras, en la puerta, sentado en una silla, esperaba la mole inmensa de Giulio. Las ventanas del despacho daban a la parte trasera del edificio de una única planta. Todo esto le dio a Billy la idea del armario. Estaba detrás del escritorio, normalmente cerrado con llave, pegado a la pared, repleto de papeles, y parecía tener las dimensiones adecuadas.

El siguiente día que Schneider iba a pasar revista, los hombres del Mossad, temprano, dejaron al agente Solomon a unos cinco kilómetros de la gasolinera. Un coche habría levantado sospechas a los empleados de noche, así que en el plan habían incluido un poco de ejercicio extra para Solomon. En las jornadas previas, lo había hecho. Caminó por unos senderos ajenos a la carretera principal, mientras observaba los colores del cielo y escuchaba los sonidos que brindaba el amanecer.

Cuando llegó a su destino, cincuenta minutos después, esperó en la parte trasera. Billy había mandado a casa a sus compañeros del turno de noche, como había planeado. Se reunió con el agente, y ambos entraron en el edificio. En el despacho, entre los dos vaciaron el lado derecho del armario, y Solomon se introdujo dentro. Billy cerró y colocó la llave en la cerradura, pero no la giró.

Fue pan comido. Unas horas después, con la gasolinera en plena actividad, Schneider estaba sentado en la oficina, absorto en las cuentas, creyéndose solo. Giulio había revisado que todo estuviera en orden, y delante de la puerta cerrada, vigilaba. Sigilosamente, y con la ventaja que le daba la posición del armario detrás, pegado a la pared, Solomon se aproximó y puso un pañuelo con cloroformo en la boca del viejo. Billy había aprovechado el jaleo matutino y había estacionado su coche detrás.

Sacaron a Schneider por la ventana, y lo metieron en el maletero.

— Creía que me moría ahí dentro —dijo Solomon mientras se acomodaba en el asiento del copiloto. Trascurridos unos minutos se reunieron con el resto del grupo. Marcharon todos en su vehículo, abandonando el de Billy.

Con la desaparición de Schneider, se desató una guerra entre sus socios italianos. Cuando luego apareció en los medios como el Mayor Müller, antiguo oficial de las SS, esperando para ser juzgado en Israel por crímenes de guerra, sus abogados americanos removieron cielo y tierra, para intentar extraditarlo. Era ciudadano americano, un emprendedor, un modelo para la juventud. ¿Cómo había podido salir del país? Era una vergüenza, y alguien debería dar explicaciones. Desde el Gobierno, callaban. Schneider fue juzgado y ahorcado.

A Billy se lo tragó la tierra. La mafia le buscaba. Volvió a su vida de estudiante. Matriculado en la Universidad, en Tel-Aviv, comenzó su doctorado en Ciencias Políticas. Un día, Solomon, acompañado de alguien que dijo ser de la CIA, le hizo una visita.
— Hemos pensado en tí para un trabajo —dijo el desconocido.

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11 comentarios

  1. 1. Patricia Redondo dice:

    Toda una historia , sin duda alguna. Quizá muy densa para un texto de tan pequeñas dimensiones lo que hace que los personajes , la acción y las emociones queden un poco desdibujadas, quizá como faltas de intesidad, te quedan con las ganas de conocer un poco mejor a todos los personajes , que son arquetipos muy poderosos.

    Aún así bravo por la construcción de una historia tan compleja en un espacio tan pequeño.

    Nos seguimos leyendo!

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 15:29
  2. 2. Juana Medina dice:

    Mis más cálidas felicitaciones, Ratopín
    Estoy de acuerdo con Patricia que para un texto obligadamente breve, has logrado contar una historia completa, incluido algo de su previsible futuro.
    Todo está muy bien elegido: país, lugar, personajes, nombres, época.
    Un aplauso

    Escrito el 18 noviembre 2017 a las 18:44
  3. 3. Yoli dice:

    Hola, Ratopín.
    Magnífico relato que has hecho. Es verdad que no has ahondado en los sentimientos de los personajes, pero sigue siendo bueno. Tiene un buen final, y encima termina con un final abierto, perfecto para una segunda parte.
    El único fallo que he visto a sido: “— Hemos pensado en tí para un trabajo —dijo el desconocido.” El guión debe de estar pegado a la palabra “Hemos”
    Si quieres leer el mío, soy el 171.
    Saludos.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 11:21
  4. 4. Osvaldo Vela dice:

    Hola Ratopin. Me encantó lo que lograste con tu personaje en una novela historica de solo setecientas cincuenta palabras.

    Pero creo que me gustó mucho más lo que tu personaje puede lograr para tu futuro de escritor. A este, le van a sobrar misiones para llevar a cabo; Empresas de acción que irán apareciendo de una mentalidad cuentista como la tuya.
    Adelante. Tienes mucho futuro con “Billy”.

    Te Felicito.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 20:17
  5. 5. María Jesús dice:

    Hola Ratopín: Has hecho un relato excelente. Muy bien descrito y con una trama amena y fácil de entender. Yo no veo fallos, condensar algo tan grande y que salga bien con tan pocas palabras ya es un mérito. Luego tú, si te sientes satisfecho con el resultado, que deberías, puedes ahondar más construyendo una buena novela. Como relato, para mí, está genial. Un saludo.

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 20:30
  6. 6. Ratopin Johnson dice:

    Hola, muchísimas gracias a todos.

    Gracias Patricia, tienes razón, todo queda quizá un poco frío, no hay profundidad. Me meto en cada jardín, del que luego me es difícil salir airoso. Y entre mis propios pensamientos:¿Por qué la mafia en esta historia? ¿por qué añadir eso a un relato que ya es interesante?. Supongo que quería justificar la aparición del guardaespaldas Giulio, y hacer un poco más difícil el acercamiento a Schneider. Aunque luego paradójoicamente , termina resultando sencillo.

    Gracias Juana por tus palabras, Estados Unidos tenía que ser, tierra de grandes oportunidades. Y en las grandes corporaciones, la mafia no está lejos, la política tampoco. La época, los años noventa del siglo XX. Y los nombres, la verdad que tengo buen ojo para los nombres :). Un detalle, Schneiden es cortar en alemán, y Schneider, cortador, y es un apellido común en Alemania. Volviendo al pais, pensé también en alguno de Sudamérica, donde recalaron algunos nazis huidos. Pero luego se me metió lo de la mafia en la cabeza, y tenía que ser Estados Unidos. Además ya sabéis que los americanos y los israelíes se entienden bien, colaboran, y podía ser creíble que hicieran la vista gorda con ciertos asuntos.

    Gracias Yoli, pues he cometido el mismo fallo en el otro diálogo del texto. La historia la estaba madurando el último día, y si no estaba madura en la cabeza, menos en el papel… He visto alguna construcción que no me gusta:
    “En una de esas ocasiones, Billy habló un poco con él. Schneider hizo hincapié en los informes muy favorables que tenía de él. ” Ahí repito dos veces “él” y suena mal; podía poner en la segunda frase: “Schneider hizo hincapié en los informes muy favorables que tenía del joven”, por ejemplo.
    “Un día, Solomon, acompañado de alguien que dijo ser de la CIA, le hizo una visita.
    — Hemos pensado en tí para un trabajo —dijo el desconocido.” Dos veces “dijo” muy próximas. “afirmó” podía ser el primero, “o se presentó como de la CIA”.
    También, los dos primeros párrafos podían ir juntos tranquilamente.
    Poco repaso hice, me parece, solo para quitar palabras.

    Saludos

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 21:51
  7. 7. Ratopin Johnson dice:

    Muchas gracias Osvaldo y MAría Jesús,

    Entiendo lo que dices de Billy, Osvaldo, es un personaje que apunta fuerte y suficientemente atractivo como para seguir con él. Es cierto y yo pensé lo mismo. Incluso dentro de una historia un poco coral. Solomon también me parece un personaje del que se puede sacar bastante.

    Muchas gracias María Jesús, satisfecho satisfecho no estoy del todo. Hay cosas, ya he señalado algunas que he visto. Pero si que sentía que estaba abriendo una historia más grande, y celebro que hayáis visto lo mismo.

    Saludos, os leo

    Escrito el 20 noviembre 2017 a las 21:56
  8. 8. Sam B dice:

    Hola Ratopin,

    En el ámbito formal y gramatical tengo poco que decirte; la redacción es correcta, clara y sin artificios innecesarios. Lo único que me chirría es el “sin embargo” del primer párrafo. Es una locución adversativa equivalente a “pese a ello”. Creo que, por tanto, no tiene mucho sentido utilizarla. Podría ser así:

    «La prosperidad que alcanzó a las poblaciones cercanas propició el florecimiento de su imperio»

    También he quitado la coma antes de “propició”, ya que separa el sujeto del predicado («La prosperidad [sujeto] propició el florecimiento de su imperio [predicado]»).

    En cuanto al contenido, no te voy a decir nada nuevo. Has conseguido condensar una historia enorme en muy pocas palabras sin perder el sentido de la narración (vamos, que no parece un resumen). Las situaciones y los personajes resultan verosímiles, creíbles, aun contando con un espacio tan limitado para desarrollarlos.
    En la línea de lo que comentabáis, este relato se me antoja como el prólogo de una historia más larga. Después de explicar brevemente el pasado de Billy, la nueva trama se inicia con ese «Hemos pensado en ti para un trabajo».

    Un abrazo,
    nos leemos.

    Escrito el 22 noviembre 2017 a las 08:41
  9. 9. Noemi dice:

    Hola Ratopin: Muy buena historia y bien llevada.La trama tiene ecos del caso Eichmann que la refuerzan con un agregado de verosimilitud. Me gustó mucho tu cuento, pero creo que te salió un poco denso, explicas demasiado en la introducción sobre todo.Quizás debieras repasarlo con la tijera en la mano un ej.
    “se introdujo dentro” es redundante y puede que haya otros, es solo una sugerencia. Como siempre fue un placer leerte.Un abrazo.

    Escrito el 30 noviembre 2017 a las 23:50
  10. 10. JeSS dice:

    Hola Ratopin
    Acabo de leer el prologo de una novela de aventuras. Tienes bastante material para Billy y sus compañeros. Espero que continúes por esa linea.
    En cuanto a la redacción y la estructura, todo está perfecto. De hecho cuidas los detalles del contexto histórico donde te ubicas.
    El único fallo de esta historia, es que necesitas mas caracteres para expresar mejor las descripciones de los personajes.
    Te felicito

    Escrito el 2 diciembre 2017 a las 00:50
  11. 11. Ratopin Johnson dice:

    Gracias Sam B.
    Sí, es cierto, ese “sin embargo” queda un poco raro. Creo que el sentido que quería darle es que a pesar de haber empezado con un pequeño negocio, este creció gracias a la prosperidad que alcanzó la zona. Pero sí, entiendo lo que quieres decir.

    Gracias Noemi,
    es verdad, pensé en Eichmann. También las película “Odessa” y “Munich” me vinieron a la mente. Gracias por las sugerencias.

    Hola JeSS, muchas gracias por leerme. Totalmente de acuerdo, que los personajes con tan poco espacio, y con la historia así, resultan al final un poco fríos, algo planos. Siempre me meto en cada jardín…

    Escrito el 3 diciembre 2017 a las 20:36

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