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Apuntes, tutoriales, ejercicios, reflexiones y recursos sobre escritura o el arte de contar historias

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UN PASEO POR LA CALLE CORRIENTES - por Alberto Costa

Anoche soñé que volvía a Buenos Aires, pero a un Buenos Aires de antes, de cuando todo era una fiesta, allá por los 70. Le envié un telegrama al jefe: “El marinero no subió al barco”. Los detalles se los daré por mail, mañana, o pasado mañana. Hoy estoy con mi sueño y con mi paseo.
Llegué y enfilé hacia la calle Corrientes. En la esquina de Paraná, entré al bar “La Comedia”, que cerraron 2 o 3 años después, y lo vi, en las mesas del fondo, a mi amigo Patiño, ahora está muerto, pero en aquella época no. Así que pedí un café y nos contamos las últimas novedades: estaban dando “Hiroshima Mon Amour”, en el cine Lorraine, y algunos salían del cine muy contentos, y otros decían que era un plomo. Teníamos que verla y escribir algo sobre la película, en la revista, en Barrilete.
No había mucho más para contar. Así que salimos a recorrer el circuito y “revisar el espinel”, el de siempre: por Corrientes hacia Cerrito, al llegar cruzábamos a la vereda de enfrente, en la esquina nos asomábamos a la avenida 9 de julio y saludábamos al Obelisco, y después volvíamos caminando despacio, hasta Callao.
En el camino nos encontramos con varios amigos que hacían el mismo recorrido, la mayoría de ellos, con los que nos cruzábamos, ya estaban muertos cuando yo soñaba, algunos murieron decentemente, en su cama o en la cama de algún hospital o en la cama de algún prostíbulo. Otros no murieron, los mataron bestialmente.
Nos detuvimos para mirar dentro de la pizzería Güerrín, sólo por saber si había algún conocido, para charlar, hicimos lo mismo en el Paulista. Ahí nos encontramos con Celia, otra del equipo de Barrilete, nos contó que en el Teatro San Martín pondrían una obra de su pareja, Alicia Dellemaría, y que apenas se lo podían creer, que estaban como en una nube, y que era un gran salto. Por supuesto la felicitamos y le pedimos que nos contara más detalles. Nos dijo que no, que eso lo contaría Alicia, su pareja, en la próxima reunión. De estas dos no sé si viven todavía o ya murieron. Pasaron muchos años y algunos muy tenebrosos.
El negro Patiño cantó la hora, y nos preparamos para ir a comer a Pipo. Parece una fantasía del sueño, pero yo veía columnas de gente que se acercaban a Pipo, y algunas eran de amigas y amigos. Tuvimos que juntar varias mesas, porque éramos 17, para Comer. Entre ellas estaban las hermanas Bellpietro, que alumbraban la mesa solo con su presencia. También estaban 5 o 6 muchachos muy jóvenes, poetas, colaboradores recientes y yo sabía, en el sueño, que en un par de meses más serían secuestrados, torturados, drogados y echados al Río de la Plata vivos y esposados.
Sé que empecé a dar vueltas en mi cama, quería salir del sueño, que dicen que sólo duran 10 segundos, pero para mí llevaba horas. Y quería despertarme, pero no pudo ser. Ya no era divertido el sueño, ya estábamos entrando en una etapa muy negra. Aunque lo que reinaba era el triunfalismo, de la mayoría, pensábamos que conseguiríamos todo lo que nos proponían, “bajaban línea”, los jefes, y no consultaban con los de abajo, ni había forma de matizar nada desde abajo.
Estaban tan alegres y tan esperanzados todos los militantes que ni siquiera se preocupaban demasiado por el golpe de Pinochet en Chile, por la muerte de Allende, por la cantidad de gente detenida en el estadio de Santiago. Y era al lado nuestro, del otro lado de la Cordillera. En ese momento yo volví a desear un sueño profundo que tapara todo lo que estaba sintiendo y lo que necesariamente pasaría. Debí haber viajado a Europa, con mi mujer y mis hijos, dinero tenía, pero también tenía una extraña fidelidad con todo lo que me había comprometido, y viajé después de un largo tiempo, como exiliado.–
Mi mujer me decía: “vámonos, todavía se puede”, “ayer lo detuvieron a Espiro y se lo llevaron”, “vámonos con los chicos por favor”. Y yo decía todavía no, ¿Por cabezón? ¿Por espartano? No lo sé, debí hacerle caso. Me arrepiento, aunque ya no sirve para nada.–

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7 comentarios

  1. 1. Kurt dice:

    Me hiciste buscar Barrilete, una parte de nuestra historia que no conocía, gracias.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 22:46
  2. 2. Violeta dice:

    Hola Alberto:
    Has escrito un nostálgico recuerdo de un tiempo pasado, por calles y lugares difíciles de imaginar para alguien que no los conozca. Terribles y dolorosos sucesos los que muestras sin necesidad de ahondar. Me ha gustado mucho, está muy bien escrita.Felicidades

    Escrito el 19 enero 2018 a las 09:24
  3. 3. Everett Russo dice:

    Hola Alberto:

    Tu relato me ha ganado, no las tenía todas conmigo en los primeros párrafos, pero me ha atrapado. Me gusta cómo escribes, o, por lo menos, cómo has escrito esto. Quizá otros te dirán que abusas de la coma, a mí me lo dicen mucho, pero la coma es arte y a tu historia le da pausa, sosiego, también potencia el tono de tristeza.

    Te diría -y te lo digo, de hecho- que me parece que algunas están mal colocadas; pero eso no importa mucho. Has hecho algo distinto, que transmite, no es narrar por narrar. Te felicito por ello, ojalá hubiera más como tú por aquí.

    Solo una cosa, por favor, los numerales hasta diez, con letras, que no ensucien lo que has creado.

    Enhorabuena y seguimos leyéndonos.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 21:16
  4. 4. LUDIKA dice:

    Hola Alberto, me gustó tu relato, lleno de nostalgia y dolor. Transmite mucho el encanto de la calle Corriente, los lugares que mencionas, la juventud, las amistades, mezclado con lo oscuro y doloroso de esa etapa.

    A seguir escribiendo!

    Escrito el 23 enero 2018 a las 11:43
  5. 5. El faro dice:

    Hola Alberto:

    Me ha resultado tan inquietante tu relato como al protagonista el sueño.
    Me gustó mucho el recurso que usaste para incluir la consigna.
    Encuanto a los contenidos me han resultado muy condensados dado que estan muy cargados de historia y emociones. Lo cual no se logra desentramar en tan corto espacio.
    Es un cuento cargado de guiños que no todos verán.
    Convengamos que en el recurso del sueño se admite cualquier desvarío.
    Porque así son los sueños!!!
    Un saludo.

    Escrito el 23 enero 2018 a las 21:58
  6. 6. elisa dice:

    No conozco bien la realidad política que aparece en tu relato pero me ha atrapado. En una primera lectura no he podido ver más que lo que cuentas.Me gusta que pases del planteamiento al desenlace: el nudo, la muerte de la mujer y los hijos, se entiende. Felicidades.

    Escrito el 27 enero 2018 a las 19:20
  7. 7. Verónica dice:

    Hola Alberto. Me emocionó tu relato, muy bien narrado para mi. Saludos

    Escrito el 30 enero 2018 a las 11:11

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