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El marinero - por Ezequiel

La noche se empañaba con la espesa niebla del sur y el ruido del mar abrazando a las piedras tapaba todo, incluso los pensamientos de Juan, marinero experimentado, retirado de la fuerza marítima hace media década, que esperaba sobre la costa la llegada de sus antiguos compañeros, embarcados hace más de 5 años. Los rumores decían que el buque había sido enviado a una zona de guerra, cargado de provisiones para ayudar a los damnificados por el absurdo conflicto.
Los periódicos y los noticieros no hablaban del tema, lo ignoraban, como tantas otras cosas de la realidad; ellos vivían en su burbuja, cargada de orgullo y corrupción, donde el que más favores cumplía, obtenía el mejor trato y la tapa más atractiva. El país se encontraba en una posición neutral, sin inclinarse por ninguno de los dos bandos, aislado totalmente de la guerra, recibiendo inmigrantes que huían de sus hogares dejando lo poco o mucho que les había quedado, sin importar su cultura, recibiéndolos con los brazos abiertos y la promesa de un mañana mejor.
Juan había abandonado la fuerza, producto de un retiro voluntario, podría decirse; en el que había sido galardonado con una medalla de honor y un lindo diploma, en el que sus 30 años de servicio a la patria eran reconocidos con una tinta borrosa y un arrugado papel que guardaba entre sus novelas. Sus tesoros más valiosos estaban en esa biblioteca, sucia y llena de telarañas, pero sin dudas lo más hermoso que él tenía, lo demás le había sido arrebatado. Su familia; sus dos hijas y su esposa estaban desaparecidas desde su último regreso, donde no encontró rastro alguno, ni un disparo, ni una gota de sangre o un mueble roto, y nadie había visto nada, como ya era común en el pueblo. Él que sabía, desaparecía.
Sin embargo, los inmigrantes llegaban con noticias frescas, distintas a las que se escuchaban, incluso admitiendo su derrota en contra de lo que se le vendía al pueblo, que atemorizado comenzaba a revelarse contra el sombrío poder, y cada vez más gente comenzaba a manifestarse por sus derechos y los de sus prójimos, una revolución estaba llegando, y Juan la lideraba.
Al salir el sol todo cambiaría, diecisiete bombas en cuarteles de todo el país explotarían y la mentira terminaría para siempre, un manto negro se extendería sobre el crudo verde, cubierto de sangre y ardiendo por sus pecados, sin que nadie apague su llama jamás. Su familia no regresaría, como ninguno de los demás, pero Juan se habría liberado, como aquel día en que el marinero no subió al barco.

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4 comentarios

  1. 1. Doralú dice:

    ¡Hola Ezequiel!

    Si mi memoria no me falla, es la primera vez que te leo.
    Deseo comentar unos pequeños detalles de forma para tu consideración:
    Las frases largas no facilitan el entendimiento del texto. Me ha costado un poco entender tu texto, tal vez por limitaciones mías. De todas formas, sugiero utilizar más el punto y seguido y el punto y aparte. Las frases más cortas facilitan el entendimiento del texto.

    Donde aparece: “Juan había abandonado la fuerza…” sugiero analizar colocar “Juan había abandonado la Fuerza…” ya que fuerza en este caso se refiere a una institución militar.
    Donde aparece “Él que sabía, desaparecía.” Debería decir
    “El que sabía, desaparecía”.

    Me ha gustado mucho eso de “el ruido del mar abrazando a las piedras tapaba todo, incluso los pensamientos de Juan,…”

    Tienes un buen argumento que después de analizar todos los comentarios y sugerencias se enriquecerá muchísimo.

    ¡Un abrazo!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 01:49
  2. 2. Ratopin Johnson dice:

    Hola Ezequiel,

    El relato es muy interesante, y recuerda a mucha historia reciente y no tan reciente, pero me choca alguna cosilla. Dices que el pais donde se desarolla la acción, es decir, donde vive Juan, es neutral en el conflicto. Pero los periódicos no cuentan nada de lo que ocurre, por lo tanto, no son tan neutrales, se posicionan ocultando la realidad. Y aún así, con todo, envían un barco con soldados a ayudar a los damnificados por el conflicto. Pero por lo que cuentas, en el pais algo ocurre porque no se puede hablar, y él que lo hace desaparece, como parece le pudo pasar a la propia familia de Juan. Entonces hay un poco de confusión para mí, entre pais aislado, corrupto, tirano, pero a la vez enviando soldados y recibiendo inmigrantes, como haría quizá un pais abierto, tolerante y comprometido (aunque fuera neutral). Para finalizar terminas contando el inicio de la Revolución, con Juan de líder, contra el poder establecido, contra esa aparente dictadura o tiranía que pretendes apuntar todo el tiempo en el relato.

    Creo que la idea es buena y quieres contar bastante, pero quizá sería necesario más espacio.

    Saludos

    Escrito el 21 enero 2018 a las 12:19
  3. 3. Galia dice:

    Hola Ezequiel:es una buena historia pero le falta contextualización. Existen algunas ambigüedades como que es un país neutral pero manda un buque a la zona de conflicto.
    Por otra parte, le falta dramatismo al personaje que no denota emociones ante la ausencia de su familia y no hace nada por averiguar el destino de la misma.
    Quedan también interrogantes abiertos como el porqué de la desaparición de las personas, quiénes los hacen desaparecer.
    En principio tienes una buena historia, deberías trabajarla un poco más.
    De los aspectos gramaticales ya se ocupó Doralú y coincido con ella.
    Nos seguiremos leyendo.
    Saludos
    Galia

    Escrito el 22 enero 2018 a las 20:30
  4. 4. Ezequiel dice:

    Holaa. El marinero nunca subio al barco pq sabia lo qe pasaba al igual qe su familia …por eso desaparecieron y el tomo venganza haciendo explotar los cuarteles de su ex fuerza…los errores gramaticales y puntuación son obvios.pero me parece que hay cosas del relato qe no las logran ver saludos

    Escrito el 23 enero 2018 a las 07:51

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