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Un Canto de Sirenas (El Mentiroso - Segunda Parte) - por Alfredo Mambié

Web: http://www.pichonesdeunescritor.blogspot.com

1930. La futura estrella de la Ópera y el Bel Canto, el niño Andrei Bogdan y su familia, se dirigían con lo poco que poseían, al puerto de Mangalia, ubicado en las encantadoras costas del Mar Negro, en Rumania. Para aquel momento, sus intenciones de partir de su país natal hacia América, por primera vez, era conseguir mejorar su precaria condición económica. Los conservadores padres de Andrei consideraban que emigrar favorecería el futuro de sus tres bien amados hijos, aunque esa idea había sido reforzada por un paisano y pariente lejano suyo, Olaf Wolf, un astuto y ambicioso empresario, con una habilidad solapada y siniestra para siempre engañar y mentir. Aquel bribón, con su manipulador poder de persuasión, fue quien los convenció completamente, colmándolos de grandes expectativas.

—¡Cuando lleguemos ya verán, la fortuna les sonreirá! Esta pequeña deuda por todos los gastos del traslado y el hospedaje a mi cuenta, serán pequeñeces olvidadas. —Olaf Wolf les sonreía cordialmente con total convencimiento, haciéndoles teatral reverencia a cada miembro de la humilde familia, mientras abordaban Neptuno, el modesto buque trasatlántico. Su mirada penetrante y vivaz, siempre destacada por sus pobladas cejas, estaba secretamente centrada en el niño Andrei. Él valía toda esa inversión hecha y mucho más. Olaf Wolf sabía que todas sus cartas estaban apostadas a las cualidades vocales extraordinarias de aquel niño prodigio. En muy poco tiempo podría recuperarse de la bancarrota, y lograr ser nuevamente, un admirado y respetado empresario. Solo era necesario lograr convencer a los padres de Andrei, para hacer uso y explotar a su conveniencia, el portentoso talento oculto de su hijo menor. Para eso tendría primero que conseguir ganarse la plena confianza de la familia y mantenerse siempre ligado a ellos, hasta lograr alcanzar su cometido.

Neptuno estaba ya listo para partir; su sobrio y grave llamado fue claramente escuchado en el puerto. Toda la tripulación agilizaba sus maniobras para zarpar. Una pequeña multitud en el muelle despedía a los viajeros, intercambiando señas y buenos deseos. Olaf Wolf había dado instrucciones a un tripulante para que se hiciera cargo del equipaje con las pertenencias de la familia Bogdan, pero éste, sin que sus confiados dueños supieran, jamás hizo lo encomendado. El marinero no subió al barco ni una sola de sus valijas.

—¿No te emociona poder viajar juntos y conocer un nuevo mundo, querida?…
—No sé, amor, creo que siendo la primera vez que viajamos tan larga distancia, me asusta un poco. —La señora Bogdan le respondió a su esposo, contemplando desde la cubierta el vasto horizonte frente a ellos y la blanca estela, cual cola de novia, arrastrada tras de sí por la embarcación. La romántica visión la llevó a recordar con nostalgia su boda y vida en matrimonio. Ella tenía apenas dieciséis primaveras y sus tres hijos habían nacido y crecido con total rapidez. Ya los dos mayores alcanzaban esa misma edad cuando se casó, y ella todavía poseía la lozanía de su juventud. Era muy afortunada por haberse enamorado de un hombre bueno, quien la respetaba y protegía. Su esposo y ella provenían de Saturno, un apacible y trabajador pueblo de pescadores en Mamaia, sus calles siempre estaban repletas de bellas flores. Cerca de ahí quedaba el lago Siutghiol, conocido desde siglos por poseer propiedades curativas contra enfermedades de los huesos y la piel, reuma, artritis o problemas nerviosos. Estando en espera de Andrei, recordaba cuando su bisabuela y comadrona, le vaticinó que aquel niño poseería un don especial, como aquellas aguas del lago, un poder sobrenatural y extraordinario que ella en su momento descubriría.

Los viajeros contemplaban fascinados el fabuloso espectáculo del sol, ocultándose entre las nubes, dorado y majestuoso; algunos albatros y gaviotas revoloteaban el firmamento. Olaf Wolf, acercó al pequeño oído de Andrei, la curvilínea concha de una caracola marina.

—¡Acá dentro está atrapado el suave bramido del mar, querido Andrei!… ¡Escucha!… ¡Con suerte puede que logres también captar un canto de sirenas! —Olaf Wolf miraba al niño con total atención y expresión convencida y vivaz. En secreto admiraba al pequeño tanto, que él mismo se aborrecía de ello.

Andrei sujetó con su manita la espirilada concha, era esmaltada, de agradables y vivos colores. Inesperadamente, el susurro del viento y las olas trajeron una ensoñadora melodía vocal extraordinariamente conmovedora, que los sedujo e hipnotizó por su potencia y belleza sobrenatural. Era indescriptiblemente hermosa, sutil, etérea; un ángel sanador, sin dudas, cantando frente a ellos. Incluso el mar gentilmente enmudeció, para luego aplaudir en su honor.

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13 comentarios

  1. 1. Estel Vórima dice:

    Hola Alfredo me ha gustado mucho tu relato porque he podido conectar con la historia y verme en ese barco junto a la familia que emprende tan largo viaje y he oído el bramido del mar rn la caracola.
    Tu título y el mío tienen a las sirenas en común. Y en este pequeño relato tuyo he podido recordar a Alashara y Nesho dos de los personajes de mi primera novela publicada ” Honor, amor y ptros sueños frustrados” quienes también se vieron envueltos por la música de las “sirenas”.
    Se ve que que como escritores tenemos algo en común jeje.

    Escrito el 17 enero 2018 a las 22:30
  2. Estimada Estel, todo un honor recibir tu visita. ¡Sí, así es! Como escritores estamos en esa misma sintonía y eso me encanta!… Gustosamente me gustaría conocer tu obra y mantener el contacto literario. ¡Muy agradecido!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 18:26
  3. 3. R. de Viturro dice:

    ¡Hola, Alfredo!

    He decidido devolverte el gesto y pasarme por tu relato. Y… ¡qué sorpresa! ¡Más sirenas! Jajaja, me encantan.

    Sinceramente, tu relato me ha parecido genial. Has creado una escena muy realista del barco atravesando el mar: casi se puede imaginar una sobre la cubierta, observando el paisaje. El hecho de que hayas metido como hilo conductor a un futuro cantante de ópera, también me ha encantado 🙂

    El único fallo que puedo verle es alguna coma peregrina colocada fuera de lugar, y aparte esta frase me ha resultado difícil de entender a la primera: “Ella tenía apenas dieciséis primaveras y sus tres hijos habían nacido y crecido con total rapidez.” Imagino que la interpretación correcta es que ella se casó a los 16 años y después de eso tuvo a sus tres hijos, ¿verdad? Lamento si no lo he entendido bien jajaja.

    Te felicito por tu relato. Espero leerte en otra ocasión. ¡Un saludo!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 20:36
  4. ¡Estimada R., bienvenida! Bueno, el intercambio de impresiones entre colegas es, sin dudas, vital y aprecio totalmente tu tiempo y opiniones. Muy gentil de vuestra parte. Acá estaremos bien sumergidos en la fascinante iconografía marina, ya que el reto bien lo ha propuesto. Sin embargo, en respuesta a tus apreciaciones, este texto es la continuación del reto #42 titulado “El Mentiroso” Puedes leerlo acá:

    https://pichonesdeunescritor.blogspot.com/2017/03/el-mentiroso.html

    Mi intención fue ajustarme al reto, sin perder la cronología de la primera historia. Respecto a la oración que te costó interpretar, la redacté así debido a que inicio explicando que la señora Bogdan la estela del barco le evoca su boda y al describir esos recuerdos, pues dejo claro (o eso quise hacer) que su maternidad fue prácticamente inmediata y consecutiva al matrimonio. Es bueno reconocer que si una idea no está bien expresada, el propósito es ajustarla sin dudar. Tu misma te has respondido pero igual es válida tu opinión de lectora. Igualmente espero continúes creando nuevos textos y podamos apoyarnos en su evaluación futura. ¡Éxitos!

    Escrito el 18 enero 2018 a las 21:00
  5. 5. marazul dice:

    Hola Alfredo: nada más empezar a leerte pensé que era un relato que ya había leído. Cómo olvidar a los personajes tan bien definidos de Olaf, Andrei y familia!!
    Tienes ahí mucho material: la época en que se desarrolla, la ambientación, el drama de las personas que tienen que emigrar, la avaricia del “bribón Olaf y la ingenuidad/ necesidad de la familia Bogdan.
    Tu estilo suelto y cuidado es el ideal para este tipo de historia que se desarrolla en un tiempo largo. Me refiero a que mi curiosidad como lectora imagina el futuro triunfo de Andrei, no sin antes haber pasado visicitudes, la muerte de los padres y por supuesto algún final merecido para Olaf.
    Encantada de volver a leerte, Alfredo
    Saludos

    Escrito el 19 enero 2018 a las 11:28
  6. ¡Estimada Marazul, muchísimas gracias por tus comentarios! Tienes mucho mérito (lo digo con total sinceridad) en haberme entusiasmado en darle continuidad a este texto, el cual como ya bien sabes, fue un ejercicio espontáneo, surgido acá mismo en Literautas. Soy apasionado de la música como hobby y del cine, me encantan las historias literarias que son llevadas a la pantalla grande o chica. De esos elementos surgió esta historia, que aspiro proseguir para lograr esos propósitos que mencionas, relatarlos y disfrutarlos, ¡nada más rico que sumergirse en este entramado y ver como surgen situaciones, diálogos y todo un universo de tu propia imaginación! Mis saludos cordiales, gracias por tu apoyo.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 15:55
  7. 7. Monty dice:

    Hola Alfredo:

    Todo un placer leerte. Los delicados detalles de tu historia le dan un realismo que me hacen escuchar el mar en las conchas y el canto de sirenas. Espero leer con ansias la continuidad de tu historia.

    Me encuentro en el 118 por si gustas visitarme.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 22:05
  8. ¡Y yo escuchar esta clase de efectos por mi relato… Guao! ¡Muchas gracias, estimado Monty! Puedes contar con mi participación y comentarios con mucho gusto, será igualmente todo un placer y un gran honor. Adicionalmente puedo expresarte, que me ha sido posible alcanzar un nivel aceptable de escritura por llevar a cabo esta tarea desde hace 20 años, y no haber dejado de ser consecuente. Es una faceta que me ha brindado muchas satisfacciones, es después de la música, el arte que más amo por permitirnos plasmar, al igual que en una pintura, de forma muy personal y detallada nuestras emociones y sensibilidad, tal cual en un lienzo aplicas los colores y los trazos que vienen de tu interior y van cobrando vida, ganando fuerza y definiendo poco a poco tu pequeña obra de arte. Desde que me dediqué a la escritura, leo cada obra con otros ojos. Veo y aprecio las películas y series de manera distinta. He aprendido a valorar el grandioso trabajo de mis colegas escritores y guionistas de todo el planeta. Porque eso te nutre y alimenta, permitiéndote ser tu primer crítico y también tu mejor editor y amigo. ¡Nos seguimos leyendo!

    Escrito el 19 enero 2018 a las 22:38
  9. 9. MT Andrade dice:

    Hola Alfredo
    Muy buena descripción del momento de la partida y un excelente romanticismo en el trato de los esposos. Felicitaciones.
    Saludos

    Escrito el 21 enero 2018 a las 23:47
  10. 10. Everett Russo dice:

    Hola Alfredo,

    Lo siento, pero creo que no he entendido bien tu relato, discúlpame. Al final, no es el niño el que canta, ¿verdad? Por otro lado, leyendo esta historia suelta, sin el relato anterior, no llego a entender la necesidad del personaje de Olaf Wolf. En realidad, creo que a tu relato le falta un conflicto, pero no sé si soy yo, que no lo he entendido.

    Saludos

    Escrito el 24 enero 2018 a las 23:34
  11. 11. Alfredo Mambié dice:

    ¡Estimad@ MT Andrade, muchas gracias..! Estoy gratamente complacido en que se logre percibir esas sensaciones… Estimado Everett Russo, ciertamente, es Andrei el niño prodigio quien canta. Aclarar que es una segunda parte en el título obliga al lector a buscar entender precisamente el conflicto (varios incluso, como bien lo expresó Marazul). Los he detallado en el primer capítulo y resumido al inicio de esta nueva entrega. Sin dudas esto me obliga a proseguir la historia y no revelar todavía un desenlace. Pese a todo lo anterior, como ejercicio cumple con lo exigido en el reto y eso es lo que a mi me ha parecido genial, lograr un ensamblaje de dos historias creadas en el mismo taller. ¡Mis saludos cordiales, y muchas gracias por tu visita colega!

    Escrito el 26 enero 2018 a las 14:08
  12. 12. Laura dice:

    Hola Alfredo.
    He leído tu relato y los comentarios, y coincido con Everett Russo. Falta un conflicto, por más que sea la continuación de un relato anterior, lo que no es mérito menor. Podrías haber desarrollado la situación en que el marinero no subió al barco con las maletas, dejando un poco de lado la previa.
    Me llaman un poco la atención los nombres de Neptuno para el barco y Saturno para la población, pero tal vez son sólo cosas mías.

    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 29 enero 2018 a las 11:49
  13. 13. Alfredo Mambié dice:

    Estimada Laura, bien recibidos tus comentarios y recomendaciones. Efectivamente, seguiré tu consejo porque no me extendí esta vez en ese conflicto precisamente (el cual es lo singular de esa parte de la historia) por un tema de espacio, nada más. El ardid de Olaf de dejar a la familia sin sus pertenencias y cómo reaccionarán ante tal situación, la cual él negará tener cualquier participación, es precisamente el reto personal a asumir por mi parte (Estoy dispuesto a hacerlo). Respecto a los nombres de Planetas, son reales. Todos los nombres pertenecen a localidades rumanas. Muchas gracias por tu tiempo. Éxitos.

    Escrito el 29 enero 2018 a las 14:18

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