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Miguel, el comandante y el marinero. - por El Gato Azul De Las Montañas Del Sur.

Web: https://www.wattpad.com/user/LebasiArts

─ Miguel, el capitán ya está al mando, los marineros en posición listos para zarpar.

─ De acuerdo comandante, en cuanto usted de la orden zarparemos─ contestó Miguel muy serio mientras miraba la superficie del mar.

─ ¡Leven anclas! ¡Icen las velas! ─ ordenó la comandante de inmediato haciendo que todos los marineros obedecieran de inmediato y colocando el barco en marcha.

─ Hoy parece que habrá buen clima, la marea está tranquila─ decía Miguel mientras el barco se alejaba del muelle y se perdía en alta mar.

El viaje transcurría tranquilo sin ningún problema, el tiempo pasaba mientras ellos se divertían en aquel maravilloso lugar y el sol les sonreía aquel día. El agua estaba fresca y la brisa sumamente deliciosa. Nada mejor para ese dichoso momento, pero Miguel comenzaba a sentirse extraño y al ver que las ideas se nublaban comenzó a frustrarse porque el tiempo se acababa.

─ Si seguimos en esta dirección iremos directo al valle de las sirenas─ dijo Miguel con preocupación angustiando a toda la tripulación que comenzaba a inquietarse. Estaba seguro que su estado se debía a las sirenas… o a una posible insolación─ avísele al capitán que estamos mal encaminados.

─ Si señor, dijo la comandante y corrió a la cabina donde se suponía estaba el capitán al mando.

─ Capitán, Miguel dice que vamos mal encaminados ¿Es eso cierto?─ Inquirió la comandante, pero el capitán no respondía. Parecía estar sumido en algún trance─ rayos, las sirenas ya comenzaron con su canto ultrasónico y a mi no me afecta porque soy mujer. No tendré de otra que corregir la dirección.

Y con gran esfuerzo la comandante corrigió el error que los llevaría a una muerte segura. En cuanto todos salieron del trance celebraron con regocijo y felicitaron a la comandante con baile y licor. Ella cogió una pequeña caja que había llevado consigo y le ofreció a miguel una botellita de chocolate con licor.

Celebraron por bastante rato y continuaron con sus juegos y diversión ajenos del tiempo que pasaban en alegría, contentos de tanta felicidad.

─ ¡El barco está en alta mar y las olas son muy altas! ¡Hay peligro de que se hunda con esta poderosa tormenta!─ dijo Miguel mientras hacía grandes olas con sus brazos, haciendo mover un hermoso barco pesquero en la superficie de lo que él llamaba mar. Una pequeña piscina en el patio trasero de su casa.

─ ¡Miguel! !Se ha caído un marinero! ─ soltó escandalizada Sofía, su hermana que movía unos pequeños muñequitos de acero sobre el barco e intentaba asegurarlos en la proa para que no cayeran más al agua. Eran de colección y los habían tomado sin permiso de la habitación de sus padres, como siempre acostumbraban hacer cuando ellos no estaban─ !No lo encuentro, Miguel!

─ !Mierda! Mi comandante, hay que encontrarlo antes de que se ahogue o si no mamá nos matará.

Sofía y Miguel buscaron desesperadamente su marinero dentro de la piscina, pero no lo encontraron al fondo. Asustados salieron de allí y comenzaron a buscar por los alrededores, por el puerto, en el césped, en su mar otra vez y el cielo comenzó a oscurecer enseñando una tormenta que les anunciaba otra, que seguramente tendría que ver con lo que su madre al respecto haría sobre sus nalgas y una posible chancla.

No pasaron ni quince minutos cuando el agua comenzó a caer, obligándolos a salir de la piscina. Tomaron el barco y sus marineros para entrar a la casa, mirar con tristeza a través de la puerta corrediza de cristal el panorama que les ofrecía el cielo, y sentir que el mundo se les vendría encima por culpa de aquel condenado marinero.

Sofía colocó con pesadumbre el barco sobre la chimenea, donde se supone siempre debía estar, pues también era otro objeto de colección de sus padres, mientras Miguel subía a la habitación y guardaba en un cajón los preciados marineros.

Entonces pegó un grito y bajó corriendo las escaleras, preocupando a la pequeña sofía que lo miraba preocupada y confundida.

─ ¡Sofía! ¡Mi comandante! ¡Ya puedes estar tranquila! El marinero no subió al barco.

Y sus sonrisas de alegría iluminaron aquella oscura y tempestuosa tarde de juegos.

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5 comentarios

  1. 1. Ramón Temes dice:

    Un relato fácil de leer inspirado en el juego imaginativo de dos hermanos.
    Me ha gustado mucho. Gracias y felicitaciones. Escribes bien.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 08:14
  2. 2. Otilia dice:

    Hola El Gato,
    La idea de tu relato es buena y me ha gustado.
    Yo daría una vuelta en la introducción de que es un juego de niños, no sé, para enlazarlo de forma más natural, solo es mi opinión.
    Cuidado con los nombres, en mayúsculas.
    Buen trabajo. Saludos.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 11:27
  3. 3. Kaila dice:

    Hola Gato Azul,

    Un relato precioso, me ha hecho sonreír, la imaginación de los niños puede llegar muy lejos, has transmitido bien su manera de jugar y sus reacciones con el marinero perdido. Me ha encantado cómo has introducido la frase que tocaba al final, muy natural, siguiendo con su juego. Te felicito 😉

    Te sugiero que repases esta entrada por algunos fallos que te veo en la representación de los diálogos:
    https://www.literautas.com/es/blog/post-10363/como-representar-un-dialogo-graficamente/

    Ten cuidado con las repeticiones, en esta frase repites muy seguido “inmediato”, puedes cambiarlo por “enseguida” o darle una vuelta a esa parte:
    “─ ¡Leven anclas! ¡Icen las velas! ─ ordenó la comandante de inmediato haciendo que todos los marineros obedecieran de inmediato y colocando el barco en marcha.”

    También repites mucho barco, que aunque pueda parecer normal debido a la temática, en algunos casos se podría omitir.

    Encantada de leerte de nuevo este mes 🙂
    ¡Nos vemos!

    Escrito el 19 enero 2018 a las 13:37
  4. 4. A. R. Payán dice:

    Hola gato…
    La idea de tu relato es buena y parte de lo ya mencionado por los compañeros, te comento.

    Personalmente me resulta dificil en algunos tramos seguir la lectura, bien por la forma de narrar, bien por la puntuación o bien por los tiempos verbales ulilizados.

    ejem.
    …Parecía estar sumido en algún trance─ rayos, las sirenas ya comenzaron con su canto ultrasónico y a mi no me afecta porque soy mujer. No tendré de otra que corregir la dirección.
    este párrafo me resulta raro, (tiempo verbal quizás)
    …las sirenas ya han comenzado con…no tengo otra, que corregir…
    ejem…
    forma de narrar y puntuación. Te opongo como a mí me suena mejor…
    Sofía y Miguel buscaron desesperadamente su marinero dentro de la piscina, pero no lo encontraron en el fondo. Asustados salieron de allí y comenzaron a buscar por los alrededores, por el puerto, en el césped, de nuevo en su mar. El cielo comenzó a oscurecer, mostrando una tormenta que les anunciaba otra que, seguramente tendría que ver con lo que su madre haría al respecto sobre sus nalgas con una posible chancla.

    Espero haberte ayudado, cuando te comenten, haz un repaso despacio y quedará aún mejor.

    El final me ha parecido muy bueno y muy imaginativo.

    Gracias por leerme.
    Nos leemos.

    Escrito el 19 enero 2018 a las 15:55
  5. 5. Laura dice:

    Hola Gato Azul.
    Justo cuando me estaba pareciendo un texto con demasiadas expresiones innecesarias para un relato marinero, me encuentro con un juego de niños, donde cobran sentido los diálogos infantiles.
    ¿No es un poco demasiado arriesgado jugar con elementos de colección de los padres? Yo me lo pensaría un poco más, pero los niños son niños.

    Haata la próxima.

    Escrito el 30 enero 2018 a las 11:21

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