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Dejaré el mar por usted, padre. - por Orestes Artiles

Ya estaba todo preparado, pero el marinero no subió al barco esa mañana. Todos los demás miembros de la tripulación ya lo sabían. Sobre todo los más allegados. Sabían que no embarcaría nunca más.
Nuestro marinero en tierra fue a ver zarpar el barco, su barco; escondido entre aparejos y redes de pesca con un gran nudo en la garganta y un pinchazo en el pecho. Emitió un sollozo ahogado y contenido mientras el “Reina De Indias” soltaba amarras y se alejaba levemente, abriéndose paso de forma elegante en el puerto como solo los barcos con solera saben hacer. Barcos repletos de leyendas y valor, aunque marcados por el aire, las mareas y la metralla de cañón. Muchos viejos lobos de mar siempre hacían el mismo comentario “Si las tablas de madera de su casco pudieran hablar, contarían historias increíbles”. Pero ésta sería la última vez que viera al gran galeón.
Cuando reunió el valor suficiente se puso en pie, se echó el saco al hombro izquierdo y abandonó el puerto con paso lento pero decidido. Mientras abandonaba la ciudad los recuerdos no paraban de brotar de su memoria: su casa natal en el campo, el calor y el cobijo de los brazos de su madre después de las peleas con sus hermanos mayores. Y su padre. Sobre todo su padre. Aquel hombre enjuto y espigado de grandes y oscuras manos fruto del trabajo en las minas de carbón. Aquel ser que siempre le inspiró más temor que respeto. Nunca lo vio sonreír y nunca lo verá hacerlo.
Las últimas casas estaban ya a más de tres millas. Giró a la derecha del camino atravesando un maizal hasta llegar a una zona espesa repleta de castaños. El ex–marino acariciaba las cortezas de estos árboles a la vez que buscaba el lugar exacto. Vista la señal en un tronco, se detuvo y sacó una pala de su saco. Comenzó a cavar a los pies de aquel vetusto castaño hasta que pudo vislumbrar unos restos humanos. De nuevo se dirigió al saco y vació su interior dentro de la fosa. Eran sus antiguas prendas de marinero junto con algunos recuerdos de sus viajes: una concha de las playas caribeñas, un silbato para hacer señales e incluso un pequeño catalejo de cuando estuvo de vigía a las órdenes del capitán Monroe. Todo aquello ya no lo necesitaba y se lo entregaba a él, a su padre, a ese hombre que nunca le creyó. Su padre nunca quiso que se hiciera marino, que se embarcara y abandonara durante largas etapas el hogar. Cuando regresaba de sus travesías le reprochaba la pérdida de tiempo y dinero que suponía y, a su juicio, su irresponsabilidad para con los suyos; recurriendo a la violencia en algunas veces. Ya no tendría que aguantarlo más por varias razones. Una porque ya no sería marinero, aunque fuera lo que él más amaba. Y dos, porque su padre ya estaba muerto.
Siempre se dice de un fallecido “Descanse en paz”; no obstante, en esta ocasión el descanso fue para los vivos; sobre todo para nuestro marinero en tierra. Ahora sí que podría hacer lo que deseara sin ser insultado, vilipendiado o repudiado. Tapó el agujero y colocó unas piedras encima para no levantar sospechas. Seguidamente volvió al camino iniciando su andadura sin rumbo fijo, donde le llevaran sus piernas, con la fuerte convicción de haber cerrado una etapa y que le esperaba otra que se avecinaba incierta. Lo único claro que tenía era que nunca más regresaría a la mar. Su vida como marino ya había terminado. Por respeto a su padre.

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8 comentarios

  1. 1. Altair_Midnight dice:

    Hola Orestes,

    Muy buen texto. Me ha parecido bastante emotivo y muy bien construido. La única pega que tengo es en la frase:

    Nunca lo vio sonreír y nunca lo verá hacerlo.

    En mi opinión, sería mejor que usaras el condicional simple en lugar del futuro para no romper la cohesión temporal.

    Nunca lo vio sonreír y nunca lo vería hacerlo.

    De todas formas, es un texto genial. Nos leemos en el futuro.

    Saludos,

    Altair_Midnight (relato 54)

    Escrito el 18 enero 2018 a las 09:42
  2. 2. Veronica dice:

    Hola Orestes
    Me gustó mucho tu relato. Bien construido e interesante. La frase “Nuestro marinero en tierra” nos acerca al personaje,y se puede sentir lo que él siente.
    Mi relato es el 55, por si quieres leerlo.
    Saludos.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 11:31
  3. 3. Laura dice:

    Hola Orestes.
    Me ha encantado tu relato, una ambientación maravillosa. Muy buena inclusión de la frase obligatoria.
    Lo único que me queda un poco extraño en la cuestión de la muerte del padre. Si ya está muerto, y quedan los huesos, asumiendo que en el lugar y tiempo se acepte su enterramiento en cualquier lugar, lo que no es imposible, ¿cómo lo va a molestar? No me cierra. El padre ya está muerto y hace tiempo, por lo que a menos que sea un fantasma o espíritu o algo afín que lo moleste, no veo fundamento para que simplemente deje el mar, que es lo que ama. No es una promesa. Incluso si es por respeto a él, y ya está muerto, lo tendría que haber hecho cuando el padre vivía.
    Disculpa si piensas que busco el pelo al huevo.
    Por todo lo demás, realmente me ha gustado. Tan sólo cambiaría la motivación para que deje el mar.

    Hasta la próxima propuesta.

    Escrito el 22 enero 2018 a las 14:30
  4. 4. MT Andrade dice:

    Hola Orestes. Una narración muy bien relizada. De la primera lectura quedé con la idea que, como sucede a menudo, recién se escucha a algunas personas luego que han muerto. Y que la acción del marinero consitía en dar una respuesta a su padre, ahora muerto. O sea una respuesta a sí mismo. Sin embargo luego de leer los comentarios de Laura y de volver a leer el relato, me han aparecido muchas dudas. De todos modos se trata de un excelente relato.
    Saludos

    Escrito el 22 enero 2018 a las 23:43
  5. 5. susylg dice:

    Orestes, mi opinión coincide con las precedentes, el relato está bien escrito, pero la razón por la que deja el mar no es muy convincente, a menos que sea el remordimiento el que juega un papel importante o quizás la culpa.Pero, por otra parte, como lectores a nosotros también nos compete pensar en otros motivos, de modo que me parece interesante hacernos reflexionar. Mi relato es el 30, espero también tu parecer.

    Escrito el 23 enero 2018 a las 00:46
  6. 6. Orestes Artiles dice:

    Muchas gracias Laura, Andrade y susylg por vuestros comentarios. Entiendo que pueda haber alguna duda con respecto a la verdadera razón de dejar el mar por parte del protagonista. Como habéis dicho, en el marinero surgen dos ideas enfrentadas; el deseo de hacer lo que uno ama por un lado y por otro, nuestro papel en el mundo como padres, hijos, maridos, mujeres, etc… y el rol que desempeña. Principalmente deja el mar por obedecer a su padre ya que no sólo lo ha defraudado sino que además, lo ha matado y escondido sus restos.
    Me encanta que el relato os haya hecho reflexionar. Es una de mis principales metas: remover al lector.
    Espero con esto haber podido dar respuesta a vuestras dudas. Nos leemos.

    Escrito el 24 enero 2018 a las 23:32
  7. 7. Menta dice:

    Hola Orestes Artiles: Tu relato me ha gustado mucho. Me ha mantenido en tensión todo el rato.

    Hay algunas cosas que deberías cambiar, una de ellas ya te lo ha dicho Altair_Midnight y es la de cambiar el tiempo verbal en la frase: “Nunca lo vio sonreír y nunca lo verá hacerlo”. VERÁ por VERÏA.

    Otra cosa que deberías corregir es la separación de los párrafos. Cuando copias un texto en el formulario, la separación entre párrafos desaparece y el relato, a la vista del lector, parece un ladrillo compacto. A todos nos pasa pero lo corregimos a mano.

    Por último decirte, que en el texto nunca dices que el marinero mató a su padre, por eso no entendíamos el final. ¡Cuidado con hacer trampas a los lectores!

    Enhorabuena por el relato. Un saludo, Menta

    Escrito el 25 enero 2018 a las 09:45
  8. 8. Galia dice:

    Buenas tardes Orestes: un doble duelo sufre tu personaje y en la misma fosa quedan sepultados el amor, la necesidad de ser comprendido, la vocación.Quizás es su último acto para sentirse amado.
    Me gustó mucho.
    Nos seguimos leyendo.
    Galia

    Escrito el 25 enero 2018 a las 20:44

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