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Brigadistas - por Santi Leonard

La vida está llena de momentos en los que todo cambia para siempre, todos los días hay uno. Jamás escuche una frase más estúpida que el cursi “mañana puede ser el primer día del resto de tú vida”. ¡Pues claro que lo será! Y pasado mañana también, y al siguiente. Si no hubiese llegado cinco minutos tarde a la facultad el primer día de clase, quizá no hubiese entablado amistad con Nacho, el hermano de mi mujer, la madre de mis hijos. Pura casualidad. Está lleno de ellas. De hecho, analizándolo profundamente, la vida, como tal, no es más que eso. Cada mutación genética que triunfa sobre las demás en un entorno favorable es una casualidad, azar.
Soy aficionado a buscarlas en mi pasado, analizarlas y maravillarme de su poder, de la cantidad de oportunidades que generan al día, solo hay que cerrar el puño sobre ellas y adueñarse para siempre, surfear en la incertidumbre.

Soy médico, tengo cuarenta años y puedo considerarme un triunfador. Adoro a mi mujer, a nuestros tres hijos y tengo una vida llena de satisfacciones profesionales y personales. No necesito lujos, pero no me privo de nada. En realidad, no se ni cuanto gano cada mes, nunca me he preocupado por mirar mi cuenta. Me apellido McCarron, un apellido poco común en España. Es de origen Irlandés. Mi abuelo salió del puerto de Nueva York en 1936 con el objetivo de derrotar al fascismo. Lamentablemente, el fascismo les derrotó a él y a todos los que soñaron que se podía, que había esperanza para la humanidad, y enterró, bajo 75 años de vergüenza, a la España que podía haber sido y nunca fue.

La guerra está llena de horrores, hay quien dice que es el estado natural al hombre, donde se cae la careta que nos impone la sociedad y nuestros más puros instintos afloran. La de España, como todas, supongo, está llena de casos espeluznantes, hermanos matándose, delaciones falsas, violaciones, fusilamientos preventivos… En medio de ese apocalipsis, a veces, quizá por casualidad, aparecen pequeños oasis en los que puede germinar el amor. En uno de ellos, James McCarron, generoso combatiente de las brigadas internacionales, conoció a la hija de un empresario minero asturiano que había huido de casa con la llama de la revolución ardiendo en su interior. Los últimos días de 1938 se agotaban igual que la resistencia a las tropas usurpadoras y el barco que le llevaría de vuelta a casa salía de Barcelona el 16 de diciembre, ella fue a despedirle al puerto, con un pañuelo en la cabeza y unos ojos enormes, separados, de un color negro en el que brillaba toda la dignidad de su mirada. Se abrazaron y se separaron, emocionados pero evitando el llanto. Él comenzó a caminar pesadamente, arrastrando su maleta y sus sueños que se deshacían un gris porvenir, se giró para verla por última vez y la vio, erguida, con el puño en alto y sonriendo, la sonrisa más amarga y más dulce que jamás vio. La historia estaba perdida, pero la historia, mi historia, iba a cambiar para siempre. El marinero no subió al barco.

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3 comentarios

  1. 1. Sevier dice:

    Hola Santi.

    Has elegido uno de los temas que me tocan la fibra, así que ya me tenías ganado desde el principio.

    A continuación te hago una serie de comentarios (siento que no estén muy ordenados).

    Dudas:
    -En la frase: “Está lleno de ellas”, ¿el sujeto es vida o el resto de tu vida (que por cierto, no lleva acento al tratarse de un adjetivo posesivo)? Lo digo porque dependiendo del caso será ‘llena’ o ‘lleno’, pura curiosidad. Igual me sucede con “analizándolo profundamente”, si como parece por lo que sigue, “la vida”, debería ser ‘analizándola’.
    -“y enterró, bajo 75 años de vergüenza”. La dictadura de Franco va de 1939 a 1975 (si contamos desde el funesto año de la victoria y no desde el año del alzamiento, 1936), lo que en ningún caso da los 75 años a los que haces referencia. ¿Te has confundido con el año del final de la dictadura?

    Correcciones:
    -“Jamás escuche”, falta el acento en ‘escuché’.
    -“no se ni cuanto gano al mes”, faltan los acentos de ‘sé’ y ‘cuánto’.
    -“que se deshacían un gris porvenir”, le falta ‘en’.

    Observación:
    He encontrado algunos complementos directos que podrían ser ‘lo’ en lugar de ‘le’, pero como es correcto tal uso no lo especifico.

    Sugerencias:
    -La frase que comienza con: “Los últimos días de 1938”, tiene 63 palabras. Yo hubiera utilizado un punto y seguido delante de “ella fue a despedirle”
    -Algo similar con la frase que comienza con: “Él comenzó a caminar”, tiene 45 palabras. El uso de un punto y seguido después de “gris porvenir” acortaría la frase.
    -En el último párrafo, utilizas dos veces ‘llena’ en dos lugares bastante próximos. Podrías cambiar una de ellas por un sinónimo, como por ejemplo, ‘plagada’. En este mismo párrafo: “se giró para verla por última vez y la vio”, qué tal: “se giró para mirarla por última vez y la vio”, de esta manera evitas la reiteración de ver.
    -Esto ya es para rizar el rizo, perdóname. Qué te parece: “la sonrisa más amarga y dulce que jamás vio”, en lugar de: “la sonrisa más amarga y más dulce que jamás vio”. Si eliminas el segundo “más” parece que la contraposición gana en fuerza. Es una opinión personal muy discutible.
    -Desde: “Soy médico” hasta “mirar mi cuenta”, aporta poca información en lo que se refiere al desarrollo de la historia. Describe al narrador, pero aquí el protagonista es su abuelo y es quien merece la atención. Además, corta el ritmo de la historia.

    Frase del reto: tal vez está metida un poco a cajón, el marinero podría ser cualquiera. Por el contexto no tengo duda de que se trata de James McCarron, pero no hubiera venido mal hacer alguna referencia anterior en la que se dijera que había servido en algún barco, lo que hubiera justificado el uso de ‘marinero’.

    Como habrás comprobado, me tocaba comentar tu relato. Espero no haberme explayado demasiado, aunque es así como me gustaría que lo hicieran conmigo. De manera que si te animas, estoy un par de relatos por encima del tuyo. ¡Sin piedad!

    A pesar de todos los comentarios, tu relato me ha dejado un sabor muy agradable. Espero seguirnos viendo por aquí y que vayamos mejorando.

    Saludos.

    Escrito el 18 enero 2018 a las 18:37
  2. 2. Juana Medina dice:

    Hola Santi,
    Soy tu vecina de arriba y es la primea vez que leo algo tuyo.
    No abundaré en sugerencias, o en señalar cosas a mejorar porque Sevier lo ha hecho con gran solvencia. También a mí me ha hecho aportes muy interesantes.
    Lo que quiero aportar a tu relato es que toda la primera parte es demasiado larga en relación a la historia del bisabuelo, y le hace perder fuerza. Creo que trataría de acortarla manteniendo el núcleo de las #casualidades# que es lo más interesante de la historia, a mi modo de ver.
    Por lo demás, tu manera de relatar es muy agradable y hablas con el cariño de un descendiente aunque no sé si es una historia personal o no. Me ha gustado
    Nos seguiremos leyendo

    Escrito el 19 enero 2018 a las 16:20
  3. 3. Vespasiano dice:

    Hola Santi:

    He llegado hasta ti porque el título de tu relato me ha llamado la atención, al conectarlo mentalmente con una posible historia de la guerra civil y veo que no me he equivocado.

    También extrañado de que solo tuvieras dos visitas hasta ahora.
    Y es que a veces algunos Literautas se limitan a visitar y comentar los relatos de aquellos compañeros de los cuales son asiduos lectores y se olvidan de cumplir con la norma tan sencilla y nada costosa de leer y comentar los tres relatos siguientes al suyo. Aunque este no es mi caso. Antes de visitar y comentar los relatos de otros compañeros, siempre cumplo con mi obligación de comentar los tres relatos que me siguen en el orden que han sido publicados.

    Pero bueno, a lo que vamos; yo es la primera vez que te leo y no me arrepiento de haberlo hecho.
    Tu historia me ha gustado y en ella veo un homenaje a aquellos hombres que sin tocarles de cerca la desgracia de la guerra española, tuvieron el valor de defender los valores de la LIBERTAD, aún a costa de su propia vida.

    Te felicito y espero seguir leyéndote en próximos retos.

    Escrito el 28 enero 2018 a las 17:37

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